Cómo Ser el Guía de tus Hijos. Ahora hablamos de la orientación de los hijos. Miremos un poquito qué contiene la orientación de los hijos y aquí explicamos las herramientas pedagógicas sanas y eficientes.
Los PRINCIPIOS BÁSICOS DEL AMOR que se pueden usar en la pedagogía, todas estas entradas del Blog están asentadas en principios de Amor, no de autoritarismo.
El ejemplo de Amor constante. Es muy difícil que yo le dé un ejemplo a un niño y luego le pida que haga otra cosa diferente de lo que yo mismo le estoy mostrando.
Hay una situación que se llama autoridad, no la vayas a confundir con autoritarismo. Autoridad sanamente entendida como la persona que sabe, cuando decimos que alguien es una autoridad en medicina o es una autoridad en psicología, o en cualquier ciencia estamos diciendo que esa persona sabe su profesión. Pero para que alguien sepa es porque sabe obtener resultados.
Cuando yo trato de que el niño haga una cosa diferente de lo que yo le muestro con mi ejemplo, pierdo la autoridad frente al niño o frente a cualquier persona. Yo cuando le digo a un niño “mira es importante respetar a las personas”, si cada vez que él se equivoca yo le doy dos tortas, eso es absolutamente incoherente porque mi ejemplo es agresivo y mi palabra le está diciendo que respete. Después uno no debería sorprenderse que cuando el niño tuvo una dificultad con su hermanita, le dio dos tortazos. Porque ese es el ejemplo que yo le estoy mostrando. Yo con qué autoridad le digo “no le pegues a tu hermanita” es incoherente y ahí es donde empieza la falla pedagógica.
Entonces lo primero que vamos a hacer, es MANTENER UN EJEMPLO DE AMOR CONSTANTE. Esto lo llamamos: “jamás te iguales con el agresor porque pierdes la autoridad”. Enséñale al agresor que hay una herramienta mejor para solucionar las dificultades que la agresión. Eso habrá que mostrárselo al niño.
Fíjate que las herramientas de educación son muy parecidas a las herramientas de formación de parejas: DIÁLOGO Y LA REFLEXIÓN PERMANENTES.
Que el diálogo y la reflexión estén siempre a disposición del niño para eso se necesita que el niño confíe en sus padres. Para que el niño pueda preguntar libremente sin temor a recibir un castigo. Para que el niño pueda decir “papi yo rompí el jarrón” y no que tenga que decir “yo no sé, no tengo ni idea” ahí que pasaría, para que pueda decir yo rompí el jarrón es porque sabe que habrá una reflexión, habrá un diálogo, habrá una pedagogía, habrá una necesidad de asumir eso pero no un castigo.
Hay unos ejemplos de Comunicación que reemplazan la agresión por principios de Amor. También los ejemplos de Reflexión y hay unos ejemplos de Diálogo para que después tú los estudies y los utilices (todo esto lo tienes en el vídeo de arriba).
La otra parte es que la información que tú le das a un niño sea información precisa, oportuna, la que llamamos SEO (Suficiente, eficiente y oportuna).
A veces los padres, con la mejor intención para evitarles problemas a sus hijos les prohíben muchas cosas, y resulta que la prohibición no genera o no permite la experiencia para adquirir la habilidad de manejar la situación, al contrario, limita. Cuando preguntas en Consulta de Psicoterapia:
- -“¿Tú por qué le prohíbes tantas cosas a tu hijo, por qué le quitas la libertad?”
- -“Porque él no sabe hacer eso, porque eso es peligroso para él”
- -“¿Y tú cuando crees que tu hijo va a aprender a hacer algo si jamás le permites ensayarlo? Llegará a ser un adulto inmaduro”.
LA LIBERTAD NO ES PELIGROSA. LO PELIGROSO ES LA IGNORANCIA, pero yo no puedo decir si una persona está llena de la ignorancia o de la inocencia. Inocencia es ausencia de información e ignorancia es información falsa. Una persona no sale de la inocencia o de la ignorancia a través de quitarle la libertad, así no aprende. Sale de ella a través de otra herramienta que es la información suficiente y la experiencia de verificación de resultados.
En lugar de prohibir, vamos a hacer otras cositas diferentes:
- Vamos a dar la información.
- Luego vamos a permitir la experiencia.
- Y luego vamos a reflexionar sobre el resultado.
- INFORMACIÓN – EXPERIENCIA – REFLEXIÓN.
En eso vamos a acompañar al niño.
Cuando hayamos, como adultos, verificado que el niño ya aprendió a hacer eso, entonces ya no tiene problema; es como si dijéramos nosotros que hacer el desayuno es peligroso. Para una persona que sabe cocinar, hacer un desayuno no es peligroso. Una persona inexperta en la cocina se puede accidentar, porque hay temperaturas altas, cuchillos afilados, corrientes eléctricas; hay muchas cosas para accidentarse pero no son peligrosas, peligroso es que yo no sepa manejarlas.
El asunto es como invertir un poco la idea de lo peligroso. Lo peligroso es la falta de información, no las experiencias. Por eso lo que vamos a hacer es dar información.
Las herramientas que llevan al desarrollo de un niño armónico, sin baja autoestima, sin timidez, una persona con capacidad de asumir; son estas 4 herramientas:
- Cero imposiciones.
- Cero prohibiciones.
- Cero reacciones. Firmeza.
- Creación de opciones.
Esas son las HERRAMIENTAS PEDAGÓGICAS y ninguna tiene nada que ver con el castigo. Cuando decíamos asumir resultados entonces voy a poner un ejemplo de por qué razón la última creación de opciones es la que permite educar sin castigo.
¿TÚ SABES CUÁL ES LA PALABRA MÁS COMÚN QUE HE ESCUCHADO EN MI VIDA?
“NO”. “No hagas, no corras, no salpiques, no te ensucies, no rayes, no grites, no rompas, no saltes”.
Eso es muy inapropiado. Entra una vez un niño al colegio y el profesor le pregunta “¿cómo te llamas? El niño le responde al profesor “hasta hoy yo creía que me llamaba NO” Era la palabra que más frecuentemente escuchaba. La razón por la cual yo tenga que decirle “no” a un niño es un problema mío, no del niño. Porque yo he colocado al niño como adulto, esa es una decisión mía no del niño, lo he colocado en un lugar donde los elementos alrededores están totalmente fuera de la posibilidad del manejo de ese niño.
Si yo coloco a un niño en una cocina, donde hay aguas hirviendo, aceites, corrientes eléctricas, y el niño no tiene ninguna experiencia, ese no es un lugar para el niño. Si lo coloco en la sala de porcelanas, es también inadecuado, si lo coloco en un lugar donde las paredes están totalmente blancas y no son para pintar en ellas, el problema de que el niño pinte o raye es mío.
La propuesta para manejar estos cuatro aspectos es crear algún espacio que lo llamamos el LABORATORIO DEL SÍ, entonces el niño va a escuchar “si puede rayar, si puede gritar, si puede romper, si puedes desordenar, si puedes inclusive lastimarte” para que descubra que existen leyes.
Entonces hay una secuencia del universo en el aspecto pedagógico. Hay 3 fases de la SECUENCIA PEDAGÓGICA:
- Primera fase pedagógica: decirle al niño: “si puedes destruir” si no le permitimos esto, nunca va a descubrir lo que significa que algo se
rompa. Cuando ha descubierto que todo eso sucede, entonces estamos listos para la:
- Segunda fase: “ahora vamos a aprender a recoger los vidrios sin cortarnos, vamos a aprender a volver a recoger todo lo que sacaste de los cajones, a pintar las paredes, a revertir todo lo que hicimos en la excursión” esto se llama juegos divertidos. Cuando ya se ha completado la segunda fase, entonces vamos a la:
- Tercera fase: como él ya sabe cómo reparar, entonces ya no es necesario para él el esfuerzo de reparar, ahora le interesa mantener, para evitar el desgaste de reparar. Ahora le puedo enseñar cómo evitar que se rompa, cómo evitar que se manche, cómo evitar que se desordene, cómo evitar que se deteriore.
Pero si yo no hecho esta secuencia, todo lo que yo haga será un trauma para el niño ¿sabes qué queda en el adulto de eso? Un vacío tan grande que después vemos a adultos comportándose como niños que jamás pudieron completar su experiencia de infancia.
Hay una historieta antigua que es muy simpática, se llama “Don Fulgencio, el hombre que no tuvo infancia”, Don Fulgencio era un adulto que hacía todo lo que hacía un niño pequeño porque nunca se le permitió de niño hacerlo, quedó un vacío en él.
Voy a poner un ejemplo ahora con las tres herramientas, es un ejemplo aplicable a cientos de situaciones diferentes, que practicamos en los Talleres de Psicología Transpersonal, que periódicamente iniciamos en la Asociación de Psicología Transpersonal Cajal. Hicimos un acuerdo con los niños, después de haber hecho experimentos para que ellos verifiquen que las cosas si se pueden destruir, que se pueden aprender a reparar y que se pueden mantener.
Entonces vamos a suponer que estamos en la mesa del desayuno con los niños, y el acuerdo es este: “hay un lugar para jugar y hay un lugar para comer, hay un lugar para dormir, hay un lugar para experimentar, hay un lugar para cada cosa. En este momento estamos en el comedor, éste no es el lugar de juego sino el lugar de la comida. Después de la comida podremos ir a jugar”.
Eso es un acuerdo, que no sean normas sino acuerdos. Voy a ponerme de acuerdo con los niños, vamos a jugar porque jugar es importante pero en el lugar de juego y a la hora de juego, ahora es la hora de la comida. Pero el niño puede no cumplir el acuerdo, yo no lo voy a castigar por eso, el niño se puso a jugar a la hora del desayuno.
Resultado: el chocolate quedó derramado sobre la mesa, la taza cayó al suelo y se rompió, por lo tanto ya no hay chocolate para tomar, la taza está rota, el mantel está lleno de chocolate y el tapete está manchado, eso se llama, el resultado.
¿Qué voy a hacer ahí como pedagogo frente a esa situación? Después de que yo hice un acuerdo con el niño, de que en la mesa no se jugaba, y el niño incumplió el acuerdo. Anota las tres preguntas. Esto es toda la secuencia pedagógica, este mismo ejemplo tú se lo aplicas a cientos de situaciones que se presenten:
- ¿Cómo hiciste para derramar el chocolate? Y no le estás diciendo “por qué lo derramaste y cómo eres de tonto”, ni nada de eso, porque eso no es pedagógico.
- El niño dice: “me puse a jugar con mi hermanita y por estar jugando con ella yo no mire donde puse la mano. Cometí un error.” No hay culpables simplemente ambos cometieron un error e incumplieron un acuerdo.
- ¿Qué aprendiste de este suceso?
- “Aprendí que cuando juego en la mesa, porque es el lugar inapropiado e incumplo los acuerdos que hice con mis padres, derramé el chocolate, me quedé sin desayuno, el mantel está manchado, la taza está rota.”
- ¿Cómo harías tú para que esto no volviera a repetirse?
- “La próxima vez, no jugaré en la mesa porque no es el lugar apropiado, respetaré los acuerdos con mis padres, me iré a jugar después del desayuno.”
Estas son las tres preguntas pedagógicas pero todavía no hemos hecho nada, falta el resto. Si lo dejo ahí, no hago pedagogía. Lo que sigue es:
- “Bueno, te voy a enseñar cómo se lava el tapete, cómo se lava el mantel, cómo se desmanchan las cosas, te voy a enseñar cómo se hace otro chocolate, pero la taza está rota, vamos a ir a la tienda a comprar una taza nueva, chocolate nuevo y vamos a desayunar. Yo voy a ir anotando qué costo tuvo cada cosa de estas: invertimos en jabón tanto, la taza tanto, chocolate tanto”.
Y luego yo le voy a pasar la cuenta al niño, fíjate bien, le voy a pasar la cuenta, si yo llego a cometer el error de solamente castigarlo y luego yo hago todo esto: yo lavo el mantel, yo recojo el chocolate, yo compro la taza, el niño no aprende nada. Lo único que aprende es que le regañan si hace eso.
Después de hacer la cuenta, le digo “el costo del error tuyo asciende a la suma de 5 €, entonces ahora hagamos otro acuerdo, ¿cómo quieres pagarlo? ¿En cuántas cuotas quieres tú pagar?” Eso puede ser flexible no. “bueno papi, entonces yo quiero 5 cuotas de 1 €”. “Entonces lo que estás recibiendo para tus gastos de la semana son 7 €, bueno pues durante 5 semanas, se restará de eso”. Ahí no hubo ningún castigo, ninguna agresión, hubo un resultado.
De 0 a 3, no podemos hacer reflexión con un niño, no puedo hacer acuerdos porque no tiene codificado el lenguaje. Por eso crianza es una cosa, y pedagogía es otra. En la crianza lo que voy es a hablarle al niño muy claro, con un lenguaje enriquecido para que codifique intelectualmente el oído y la vista que son las dos principales herramientas de programación del cerebro y de la mente, por lo tanto voy a crear un estímulo alto en aspectos visuales y auditivos para que codifique el lenguaje.
Después de los 3 años cuando ya tiene codificado el lenguaje, ahí empiezo con los acuerdos, no antes. Ahora, esta herramienta es aplicable de los 3 años a los 99, esto no es solo para los niños. Esta es la herramienta en general.
Ahora voy a decir los tres aspectos que dijimos que son los TRES GRANDES ERRORES EN PEDAGOGÍA, son los que hace innecesario el castigo si los uso bien.
- Primera herramienta es: JAMÁS PERMITAS QUE LA AGRESIÓN O LA AMENAZA DEN RESULTADOS. Si yo llego a permitir eso, el niño se volverá un manipulador que todo el tiempo me está amenazando, que todo el tiempo me está gritando, que todo el tiempo me está
agrediendo y hace eso porque le dio resultados. Si eso no le hubiera dado resultados, me hubiera dejado de gritar.
Si le da pataleta, lo que hacemos es esto: hay un aspecto emocional que el niño reconoce desde el instinto y es si yo me altero o no, por eso ANTE LA PATALETA, LA TERAPIA ES NO REACCIONAR, me siento cómodamente a observar al niño con cero reacción. Cuando termine la pataleta, yo le voy a decir esto: “mira tú pataleta me pareció muy bonita, ¿tú quieres repetirlo para mí?” En ese momento por lo general el niño lo repite, cuando termine su ciclo de pataletas, que nunca serán más de dos, por lo general una sola. Le decimos: “cuando tú quieras conseguir algo de mí, hay otras formas pero con la pataleta, con el chantaje, con la amenaza o con la agresión, jamás obtendrás nada de mí, puedes hacerlo, tú tienes el derecho, yo no te voy a prohibir que la hagas pero tú vas a verificar que no obtienes nada, lo que quieras obtener tú lo pides con diálogo, con compromiso, con respeto, con eso se obtiene” yo voy a permitir que él verifique eso.
Jamás vayas a ceder a darle gusto a un niño ante una agresión. Si te grita, si te coge a patadas, no trates de impedir eso, deja que lo haga, si quiere pegar que le pegue a las piedras, al pasto, pero la reflexión es esa: “con eso no obtienes nada, pero por favor ensayalo para que te des cuenta y verifiques”. La pataleta se cura.
El niño ya más grandecito que amenaza a sus padres, ME VOY DE LA CASA: “maravilloso, la puerta para ir y para volver está abierta, yo no te estoy echando, ni te voy a cerrar la puerta cuando quieras volver, si quieres vivir la experiencia de irte puedes hacerlo, yo no voy a sufrir por eso; si decides quedarte, entonces hacemos acuerdos, tú decides”.
Esa herramienta se llama FIRMEZA, no castigo, pero si yo llego a ceder ante eso, desbarato toda la pedagogía, a eso es a lo que se llama alcahuetería, le doy dos palmadas al niño, le pego un regaño y luego le doy todo, eso es lo más inapropiado porque el niño aprende que aguanto las palmadas y luego me dan todo. No sirve.
Hay que acompañar al niño en la pataleta y en la agresión sin reaccionar nosotros, con una sonrisa porque si tú te vas, él va a desarrollar el trauma del abandono. Necesitamos acompañarlo para que aprenda primero a no perder nosotros la autoridad y segundo que yo no le estoy abandonando, yo le estoy amando. Esa es la primera herramienta.
- La segunda herramienta es la AYUDA. Hacer algo por otros, niño o adulto, que él puede hacer por sí mismo es lo más inapropiado que hay, eso no se llama ayuda ni servicio, eso se llama alcahuetería y es lo peor que podemos hacer en pedagogía porque entonces jamás aprende a desarrollar sus facultades. Hacer algo por otro que él no puede hacer por sí mismo, cuando el niño no puede hacer algo, entonces si los padres necesitan hacerlo por ellos.
Yo no le voy a decir al niño que salga a conducir el coche a comprar al mercado, o que se vaya a ganar el dinero. Pero si él derrama, rompe, desordena, no voy a arreglar eso yo, eso lo va a hacer él porque él puede hacerlo, lo que voy a hacer es darle la información, enseñarle con amor, con calma, con serenidad, con buenas palabras.
- JAMÁS ASUMAS EL RESULTADO DE LA DECISIÓN DE OTRA PERSONA, NI NIÑO NI ADULTO. Aquí es donde viene el asunto con los compromisos y esta es la herramienta pedagógica que nos lleva a hacer acuerdos. Los acuerdos son unos compromisos que hacemos no por imposición porque si no, no son pedagógicos, yo no puedo ser firme a menos que primero haya hecho un acuerdo, si trato de ser firme sin el acuerdo entonces soy autoritario y esto es inapropiado.
ACUERDOS BÁSICOS:
- Tiempo que se le dedica a cada cosa: juego, estudio, tareas.
- Respeto a sus papás, hermanos, profesores, a la naturaleza, a todo.
- Organización de los aspectos del niño: cómo el niño va a manejar por sí mismo sus útiles escolares, sus tareas, su ropa; el orden.
Esto lo hacemos a través de diálogo, acuerdo, reflexión y luego anotaremos los BENEFICIOS: cada compromiso respetado genera un beneficio. Esos beneficios se llaman DERECHOS ADQUIRIDOS. El incumplimiento de cualquier compromiso, no genera el beneficio.
El ejercicio pedagógico con niños es este: hay algo que llamamos “lo básico”, que para un niño es: dos mudas de ropa, la que se pone y la que se está lavando, la alimentación suficiente sana, no necesita ni televisor, ni ordenador, ni tablet, ni juguetes especiales, sino lo básico para su desarrollo, puede tener acceso a eso, pero todos estos elementos adicionales a lo básico necesitan ser trabajados pedagógicamente a través de la relación, COMPROMISO-BENEFICIO.
Ahí es donde hay que usar la herramienta cuando el niño no se levantó a la hora acordada, no respetó al papá, incumplió los compromisos. “Es decisión tuya incumplir el compromiso pero el resultado que tú obtienes es tuyo, no de los demás”. Si no se levantó a la hora acordada, déjalo, que no fue al colegio, “mañana tú tienes que asumir qué le dices al profesor, y que dejaste de ganar un beneficio” lo hacemos así para evitar que el niño desarrolle el rencor, la inculpación. Esto se llama PEDAGOGÍA DEL RESULTADO.
Castigo es si digo “yo te quito esto”, pero con la herramienta pedagógica el niño se da cuenta de que no son los demás, sino él mismo el responsable, quien perdió un beneficio porque no cumplió un compromiso y no usamos la palabra castigo. La negociación es sobre el acuerdo, no el resultado, porque eso sería como negociar con la ley, la ley no se puede negociar, la ley se cumple, lo que si se negocia es el acuerdo. Y en el resultado estamos flexibles.
El asunto de que el adulto entre dentro de los acuerdos que hace con los niños es fundamental, porque si el adulto no muestra con ejemplo, respeto y compromiso a un acuerdo, no tiene la más mínima autoridad para decirle al niño que ese acuerdo tiene un valor, porque si para el adulto no tiene un valor, ¿cómo puede transmitirle al niño que si lo tiene? por eso el primero que tiene que cumplir el acuerdo es el adulto, más que el niño.
Si el adulto incumple el acuerdo, pierde totalmente la autoridad y pierde totalmente el valor pedagógico. Jamás le vas a decir a un niño que se ganó algo que no se lo das porque eso es totalmente antipedagógico, pierde toda la confianza, pierde toda la motivación; igualmente jamás le das algo que no se ganó. Porque estamos trabajando lo justo.
- A partir de los 7 años estamos proponiendo que el niño maneje su ropa, maneje su cuarto, maneje sus útiles, aprenda a cocinar, a lavar, a planchar.
- A los 3 años como ya está codificado el lenguaje empezamos a darle información y a irle soltando, a los 7 más y a los 12 prácticamente todo.
Necesitamos manejar con cuidado: no puedo meter dentro de un acuerdo una situación del metabolismo o una situación psicológica porque eso ya no es una situación pedagógica, sino una situación patológica. Si hay una dificultad del aprendizaje, que a veces puede haber, yo no puedo exigirle a un niño que tiene que tener el ritmo de otro niño que, por alguna razón, tenga un mayor coeficiente intelectual, porque eso ya viene por la genética.
Entonces yo necesito medir el ritmo de cada niño, yo no le voy a exigir a alguien que haga algo que no pueda. No puedo hacer un acuerdo por ejemplo como: “tienes que obtener tal resultado académico” yo no sé la capacidad del niño para ese resultado; el acuerdo es que no perdió el tiempo, que si estudió.
Es como si yo le digo a alguien que tiene que llegar a levantar 100 kilos en tanto tiempo, hacer ejercicio para eso, yo no sé si la condición física de una persona va a dar para que levante ese peso; el acuerdo es “vamos a dedicarle diariamente tanto tiempo al ejercicio físico” no vamos a hacer un acuerdo sobre cosas que no podamos medir, yo no puedo medir el ritmo de capacidad de asimilación mental de información de un niño, puede ser muy diferente de uno a otro, lo que sí puedo acordar es que él no ha perdido el tiempo de estudio, que no ha sido desorganizado o irresponsable, pero decirle tienes que conseguir tal nota, no.
Yo no veo ningún problema, inclusive lo vería beneficioso si ese niño no ve la televisión, inclusive para los adultos. Entonces hay que ver un beneficio que si tenga un valor. SI por ejemplo la televisión desaparece de la casa pues habrá que negociar un nuevo acuerdo que sea de valor para el niño.
Hay ciertas cosas que necesitamos trabajar desde un punto lógico. No entramos a negociar dentro de los acuerdos cosas básicas, fundamentales. Si la vocación de un niño es el fútbol, tratar de desvirtuar esa vocación no será sano, lo más sano será permitir que él verifique si la vida le tiene para futbolista o no. No lo sé hasta que no lo pueda verificar, entonces no lo puedo negociar, es algo demasiado importante en la vida de él.
Vamos a negociar puramente lo no indispensable pero que son cosas que quiere, pero como en la vida para conseguir algo que quiero necesito aprender a auto disciplinarme y a comprometerme, por eso se convierte en herramienta pedagógica.
Ya no solo en el caso del niño: un adulto quiere comprar una casa o quiere comprar un coche o hacer un viaje, ese adulto para conseguir eso que quiere ¿a qué tiene que comprometerse? Tendrá que ahorrar, y para eso tiene que trabajar y para eso tiene que comprometerse con una empresa o negocio o cliente.
SI NO HAY COMPROMISO, NO HAY RESULTADO, pero ¿cómo voy a inculcarle yo una virtud de compromiso a un niño de una manera armónica no como una rebeldía? Con herramientas pedagógicas de Amor y Reflexión y de Asumir resultados, pero no entres en negociar cosas básicas porque eso sería limitar al niño en sus posibilidades y no sería sano.