Conciencias del Futuro. Aproximadamente, la cuarta parte de la humanidad actual, no inició su experiencia dentro de la forma humana en el Colegio Espiritual que llamamos Planeta Tierra, sino en otros planetas fuera de nuestro sistema solar, a estas Conciencias no originarias de la Tierra, se les llama visitantes.
Sí, es válido, todo tiempo futuro fue mejor, pero desde comprensión es porque el futuro que una Conciencia en un momento dado experimentó, ahora está en un pasado con respecto a ese futuro. Entonces, puedes decir “el futuro fue mejor”, (desde el punto de vista de construcción del idioma suena raro, pero es válido). Es como alguien que dijo “haré todo lo que pude”.
Vamos a empezar con unas preguntas. Solamente autoevalúa tu propio interior (porque lo que nos interesa es el trabajo interior), lo demás puede ser del ego.
- ¿Cómo puede saberse que una Conciencia viene del futuro?
- ¿Qué necesita aprender una Conciencia que viene del futuro?
- ¿Qué misión cumplen las Conciencias del futuro en la Tierra?
Tómate un momento para analizar las posibles respuestas a estas tres preguntas.
- ¿CÓMO PUEDE SABERSE QUE UNA CONCIENCIA VIENE DEL FUTURO?
Esto lo hacemos muchas veces en trabajo psicológico, cuando encontramos personas muy desadaptadas al planeta tierra y con profundos niveles de nostalgia.
El primer síntoma de una Conciencia del futuro en la tierra es la DESADAPTACIÓN Y LA NOSTALGIA PROFUNDA, sin saber por qué. Fundamentalmente como un profundo desacuerdo con todo el contexto universal. La persona siente desacuerdo casi con todo lo que sucede aquí. No sabe por qué, porque está usando la personalidad, (fíjate que no está usando la Conciencia, sino la personalidad) y la personalidad está impregnada inicialmente en el principio de la Conciencia (solamente impregnada, con un pequeño flujo de información que sucede cuando el niño es pequeño y todavía no ha desarrollado personalidad, sino que su Conciencia impregna inicialmente la personalidad con ciertos elementos de la Conciencia; que cuando se comparan desde la personalidad con el mundo externo, no concuerdan para nada).
Ese es el desacuerdo con casi todo. Si la persona no lo trabaja, genera el síndrome de espíritu desadaptado (así le llamamos).
Es porque él tiene una información con respecto a nosotros, con respecto a la tierra, con respecto a lo que aquí sucede, muy novedosa; porque todavía hay recuerdos del futuro y esa es su confrontación, esa es su desadaptación y esa es su nostalgia. Cuando se presenta psicológicamente este síndrome, la persona a veces puede ser agresiva, o cerrarse completamente. Yo conozco varias de estas personas. Son personas muy comunes y corrientes.
Arrancan con todo un proceso de experiencia que es precisamente lo que les falta. Vuelven a hacer un curso. La persona estaba en una universidad y se vino a un curso básico de bachillerato para aprender un pedacito que le faltaba.
Hay una pregunta que dice: ¿existen conciencias que no vienen del futuro? Por supuesto que sí. Vale la pena aclarar que las Conciencias que llamamos no originarias del planeta Tierra es el equivalente a una persona que es de otro colegio, que se matriculó en un colegio desde que nació y estudió en ese colegio la mayor parte de su carrera y en un momento cambió de colegio. No para hacer algo que ya aprendió, sino para completar algo que no ha aprendido. Ese es el que se llama “no originario”.
Entonces, si hay Conciencias que vienen del futuro; estaban en cursos bastante más avanzados de los que se dictan ahora en la tierra y dicen los maestros que son aproximadamente un ¼ de la humanidad actual del planeta tierra. Es bastante gente, pero como todas las personalidades son terrestres, esas se comportan como personalidades terrestres.
Hay una razón fundamental de amor para que esto suceda, la respuesta a tu pregunta de ¿por qué se le permitió ir para que luego tenga necesidad de regresar? Es porque las dos primeras virtudes nos pueden convertir perfectamente en hermanos superiores (y bastante elevados). Recuerda que las dos primeras virtudes son:
- La felicidad (cero sufrimiento).
- La paz total (cero reactividad, el respeto total).
Eso ya es un hermano superior. Diríamos que primero siempre seremos hermanos superiores, ¿pero sabes cuál es el pedacito de la necesidad del regreso? La tercera virtud, el servicio. Una cosa es que yo haya aprendido, y otra cosa es que yo haya compensado lo que aprendí. Y solo hay una forma de compensar lo que aprendí: enseñándolo al que aún no lo sabe; y esa es la necesidad del regreso.
Prácticamente todos vamos y volvemos; pero los que ya fueron y volvieron, ya no vuelven más. La personalidad no es del futuro, solo la Conciencia. La personalidad está con todo el conflicto; a veces tiene mucho más conflicto la Conciencia del no originario que la del originario, porque la del originario no se llena a veces tan fácilmente de la nostalgia, ni del desacuerdo. Digamos que el originario se adapta más fácil porque no conoce otra cosa mejor.
Pongamos un ejemplo muy cotidiano aquí: si alguien es un millonario con una vida con un alto nivel de satisfacción (o por lo menos de abundancia), le cuesta bastante más trabajo ir a vivir en una situación de pobreza, le es muy difícil aceptar eso y llegan a suicidarse. Pero si alguien toda la vida ha sido pobre y se está volviendo millonario, para él regresar a la pobreza no sea muy difícil; le será más fácil aceptarlo.
En general las personas que viven en ciertos estados de pobreza están más adaptadas y no sienten mucha nostalgia, ni conflicto con eso. Pero alguien que lo haya tenido todo y ahora no tenga nada, si no tiene la fuerza interior, eso puede ser superior a sus fuerzas y las personas llegan a suicidarse con eso. El reto es grande.
¿Puede ser que este 20% de no originarios también aporten mucho al crecimiento de la humanidad? esa es la misión que ellos traen, pero esa misión se pierde cuando se genera la incapacidad del servicio, y ahí es donde necesitamos servirles a estas personas, ahí es donde la información para ellos es indispensable, porque si pierden la misión, pierden la oportunidad de completar lo que vinieron a hacer.
En general, el periodo de servicio sí puede ser más o menos equivalente en tiempo al de adquisición de la sabiduría. Pero el de validación es apenas el pedacito que le faltó. Una vez se completa ese pedacito, la persona ya no tiene problemas internos, porque ya los solucionó. El resto del servicio que haga, para él será un disfrute hacerlo y no un conflicto, y no importa cuántos años sean, porque si yo estoy disfrutando, el tiempo no tiene importancia. El tiempo se hace largo cuando estoy sufriendo y muy corto cuando estoy disfrutando. ¿Te has dado cuenta de eso? entonces, el tiempo no es el problema, la cuestión es si disfruto o sufro.
El universo espera a que yo logre las tres virtudes; si no las consigo en una vida, repito todas las veces que sea necesario, el universo no tiene afán en cuanto al tiempo, nosotros si, por los aspectos de sufrimiento. Antes de continuar con esta explicación, espero que tú ya te estés formando una idea de qué es esto.
Estamos en el reconocimiento de las Conciencias del futuro o visitantes del futuro. Decíamos que cuando se presenta el desacuerdo interior, la desadaptación, la nostalgia y además eso a veces viene acompañado de sueños donde tú ves cosas que puedes reconocer y empiezas a tener en esos sueños muchas experiencias que te muestran algo que para ti ya era conocido; entonces, puedes identificar que tu espíritu posiblemente no es originario, pero, ¡qué cosa tan maravillosa que no lo sea!, porque la oportunidad de desarrollo espiritual que tiene y la oportunidad de servicio que tiene es superior a muchas otras experiencias.
Como toda experiencia 100% enriquecedora, con frecuencia tiene un mayor nivel de dificultad (no menor), pero precisamente el mayor nivel de dificultad es un mayor reto y ese mayor reto representa una mejor posibilidad de desarrollo espiritual. Eso es lo que es necesario aprender a aprovechar.
- ¿QUÉ NECESITA APRENDER UNA CONCIENCIA QUE VIENE DEL FUTURO?
Básicamente requiere aprender a servir, es decir, a amar. Para poder amar sin condiciones, para poder servir sin condiciones, lo primero que yo necesito hacer es tener clara la diferencia entre: aceptar y estar de acuerdo. El visitante está en total desacuerdo, pero necesita desarrollar el 100% de aceptación o no podrá servir, porque la única forma de que yo le pueda servir a alguien, es que yo lo acepte. Si yo no lo acepto, no puedo servirle. ¿Cómo hago para servirle a alguien que yo no acepto? Es que si no lo acepto, no quiero verlo, quieres poner tierra de por medio; lo que quiero es que desaparezca de mi vista, y si desaparece de mi vista, ¿cómo le sirvo?, no se puede.
Para que tu mente trabaje correctamente (independientemente de si el espíritu es originario o no, eso es lo de menos, eso solamente es una referencia de por qué se sienten esos desacuerdos y esas nostalgias desde muy pequeños y por qué hay cierta desadaptación), mientras no solucionamos la desadaptación, significa que yo no estoy aceptando.
¿Qué es desadaptación? Es la no aceptación del medio en el cual vivo. Sin aceptación no es posible hacer servicio, no es posible amar sin aceptación. Entonces, lo primero que sucede cuando hay desadaptación es porque hay una no aceptación. Yo puedo estar en total desacuerdo con muchas cosas, pero necesitaré tener 100% de aceptación de todo eso si aspiro a servir.
El ejemplo que siempre ponemos es muy claro: yo puedo no estar de acuerdo con la agresión, o con la falta de respeto, pero necesito aceptar 100% que la agresión existe, que la falta de respeto existe, que la corrupción existe; si no acepto que esto existe, no podré servir; queda anulada mi capacidad de servicio.
El desacuerdo sanamente manifestado no es una forma de confrontación o de agresión a los demás; el desacuerdo sanamente manifestado es cuando yo me digo a mi mismo: yo no lo haría de esa manera, o yo no haría eso. El desacuerdo de ignorancia es cuando yo digo: yo voy a impedir que los demás hagan eso. Ese es el desacuerdo de la ignorancia, porque entra a interferir los procesos de evolución.
Necesitamos tener 100% de aceptación (aun cuando tengamos 100% de desacuerdo). Eso dará la herramienta formidable del servicio, porque si acepto a las personas, pero no me comporto como ellos lo hacen, me convierto en un ejemplo para algo diferente. Ahí la persona puede convertirse en un punto de luz para mostrar algo nuevo. Pero si entra en no aceptación, entrará en una franca rebeldía, en una franca agresión y ahí desbarata todo, genera un conflicto. El ejercicio de la desadaptación, manejado desde sabiduría, es: ¿a qué no me adapto?, ¿con qué no estoy de acuerdo? pero la pregunta de fondo es: ¿QUÉ ES LO QUE NO ACEPTO? Si manejo esas tres cosas, entonces entro a un proceso absolutamente extraordinario para la vida de la persona.
¿Cómo haces para servirle a la humanidad si no la aceptas? No hay otra forma. Si aspiramos a la 3ª virtud, entonces necesitamos aceptar al 100% que todos los sucesos dentro del planeta tierra son perfectos dentro del propósito pedagógico de Dios, aunque yo no esté de acuerdo; es decir, aunque yo no lo haría, pero no voy a tratar de imponerle nada a nadie. En el mejor de los casos, podría negarme a hacer algo si la vida me da la oportunidad de hacer eso.
Al entrar en una personalidad humana terrestre, aunque la Conciencia no lo sea originalmente, sucede que entramos a estar sujetos a las leyes que rigen estos procesos, y una de las leyes fundamentales que rige el comportamiento humano, es la ley de causa y efecto. Por lo tanto, si yo cometo un error, voy a tener necesidad de recibir el efecto de mi error. Mi error no lo cometió mi Conciencia (la conciencia de ninguno de nosotros jamás ha cometido errores), la personalidad es la que comete los errores, y en ese momento la persona tiene una personalidad terrestre, con todas las limitaciones que haya podido tomar de la cultura y si comete un error, tendrá que aceptar el resultado de la ley de causa y efecto y se le pueden ir unas cuantas vidas.
No pensemos que porque un espíritu es no originario va a tener suficiente con una experiencia de vida; al igual que el originario puede necesitar muchos miles de años. Es que la condición es simplemente aprender (como la de los demás); el hecho de que yo cambie de colegio no significa que yo no tengo nada por aprender; estoy igual que los alumnos de ese colegio, tengo que aprender lo mismo.
Todo lo que no corresponde a la experiencia de vida de una persona, no podrá suceder para él. Eso es tanto para el originario como para él no originario (lo que no corresponde). Pero todo lo que corresponda, o todo lo que yo genere como ley de causa y efecto que me hace correspondiente, necesitaré vivirlo, porque no puedo evadir la ley. El hecho de que sea o no originario, no significa que pueda evadir la ley.
En conclusión, la respuesta de esta pregunta es: aceptación al 100% para lograr una adaptación al 100% para lograr un servicio a los demás al 100%. Sin aceptación no me voy a poder adaptar. Necesito la aceptación y la adaptación para que mediante esas dos posibilidades pueda lograr la tercera: el servicio incondicional al 100%. Ahí llega a potencializar al máximo todas sus posibilidades de no originario, y ahí se cumpliría la 3ª pregunta.
- ¿QUÉ MISIÓN CUMPLEN LAS CONCIENCIAS DEL FUTURO EN LA TIERRA?
Enseñar. Pongamos un ejemplo sencillo: un estudiante de 2º de bachillerato no aprobó el año; por lo tanto, tuvo necesidad de repasar el 2º de bachillerato. ¿Qué misión podrá cumplir ese estudiante con los estudiantes que pasaron de 1º a 2º y nunca han visto 2º? Él ya conoce y sabe ciertas cosas que los otros no conocen, ni saben y les puede servir. Eso es lo que hacen los no originarios.
Me gustaría plantear otra pregunta que tiene que ver con un aspecto diferente de amor: ¿Por qué razón puede una Conciencia de grado superior decidir quedarse en la tierra? Cuando digo “decidir” es porque ya no le corresponde, o no necesita, pero decide hacer eso. Solamente por el sentido de Amor, no hay otra razón. Ya no es porque esté aprendiendo algo, sino porque comprende algo: comprende que hay muchas personas que lo necesitan y no está dispuesto a dejarlas mientras lo necesiten. Esas son Conciencias de grado superior porque ya no están en un proceso de aprendizaje, sino solo de misión. Se quedan solamente por amor al prójimo; y ahí desarrollan en profundidad la 3ª virtud.
El asunto es que las Conciencias de desarrollo superior tienen tan desarrollado el respeto que precisamente no se notan para que los demás no entren en conflicto. No se dejan notar porque entraríamos en un conflicto muy grande. Si cualquiera de nosotros supiera que existe por aquí en algún lugar de Sevilla una persona que puede curar a todos los enfermos terminales así, y recurrieran a esa persona y esa persona les respondiera: yo puedo curar a tu ser querido así, sin el más mínimo esfuerzo, pero no lo voy a hacer porque violo la ley.
¿Qué le pasaría a esa persona? lo masacran, lo linchan; porque las personas no pueden entender qué ley es esa que si tú sanas a alguien la violas, no puede ser. Entonces, ¿qué hace el maestro? que no se note, sí están con nosotros, pero no se notan.
Hablábamos que pasado y futuro dentro del universo son términos totalmente relativos, porque el universo es una constante permanente donde todos los niveles de todas las posibilidades se están dando simultáneamente. Por lo tanto, cada uno de nuestros procesos de espíritu avanzando dentro del proceso de evolución se encuentra siempre en algún lugar dentro del proceso del universo. Sea cual sea el lugar donde se encuentre ahora nuestro espíritu, siempre hay un lugar anterior a ese y siempre hay un lugar posterior a ese. Esos lugares son constantes, reales y presentes, es decir, nosotros podríamos ir al futuro o al pasado, aunque realmente estamos en el presente.
Cuando hablamos de visitantes del futuro o de viajeros que vienen del pasado, lo que significa es que en algún momento presente, alguien que pudiera tener un mayor desarrollo o menor desarrollo se puede encontrar en el mismo lugar, en el mismo espacio y en el mismo tiempo. La razón por la cual espíritus con algo más de desarrollo pudieran estar ahora en la tierra es porque faltó algo por aprender y en este momento la tierra es un sitio ideal para aprender ese algo.
Me gustaría recordar que al venir el espíritu a tomar cuerpo físico, solamente tiene el propósito de adquirir tres virtudes (que nos puede llevar unos cuantos miles de años adquirirlas). No tienen nada que ver con nuestro desarrollo intelectual, ni con nuestros procesos tecnológicos; porque eso son solamente complementos de la experiencia humana; las tres virtudes que hemos estado trabajando todo el tiempo y que las estamos desarrollando poco a poco hasta que algún día se potencien al máximo; son:
- La virtud de la felicidad. Esto es cuando tenemos cero sufrimientos. La persona que no tiene ningún sufrimiento puede decir que tiene la primera virtud.
- La capacidad de la paz. La paz como la total aceptación de las demás personas y del universo y no tener ningún tipo de reacción ante los sucesos externos. Es decir, que nuestra paz sea imperturbable e invulnerable. Que sea constante y que sea permanente, independientemente de lo que a nuestro alrededor pueda suceder o existir.
- Esta es la mayor de las virtudes: la virtud del amor, amor al prójimo. Esta virtud se expresa como el servicio incondicional, es decir,
donde la capacidad de servir, de compartir y de amar no tiene ningún tipo de condición, ni de límite.
Puede ser que una persona haya logrado tener paz interior, o que haya logrado trascender el sufrimiento, pero puede ser que aún no haya desarrollado la capacidad del servicio (que las demás personas para él aún no sean tan importantes como para pensar en dedicarles otros 40 mil años solamente para servirles). El ejercicio de la última virtud es muy importante, porque el servicio no solamente es la forma de expresión de amor, sino que es la forma de compensación que tenemos hacia el universo de todo lo que hemos recibido.
Hemos explicado muchas veces que el universo está regido por diferentes leyes, una de las leyes: la ley de la interacción (que la llamamos la ley de la compensación), que la hemos utilizado desde ejemplos muy pequeños, hasta una forma realmente gigantesca como sería el proceso universal; pero todo necesita ser compensado. Cualquier cosa que nosotros recibimos necesita ser compensada y cualquier cosa que estamos entregando, siempre estará pendiente de compensarse hasta que se logre el equilibrio perfecto.
En este último principio de la tercera virtud, nuestros espíritus se toman 40 mil años en ir desde el 1er nivel de la experiencia humana hasta el último nivel de la experiencia humana. Mientras pasamos todo esto nosotros estamos recibiendo cantidad de oportunidades, de beneficios, de intercambios, de apoyos; de cantidades de seres de los diferentes niveles del universo; y en especial de los seres humanos y de los maestros. Eso es necesario compensarlo; y se compensa con Amor.
Por eso viene la necesidad de otros 40 mil años para devolver todo lo que aprendimos enseñándoselo a otras personas para que ellos también puedan llegar aquí. Después de eso se hace una trascendencia a otro nivel que se llaman: los maestros ascendidos. Con esto quiero decir (para nuestro ejemplo de espíritus visitantes) que precisamente ese pedacito todavía para ellos no está bien aprendido.
Para poder compensar, servir, amar; primero necesitamos poder aceptar a las personas como son, precisamente en sus diferencias, en sus limitaciones; incluso en procesos bastante densos de la evolución. Ahí es donde está con mayor fuerza el principio de Amor; mientras más dificultades tengan una persona, es precisamente cuando con mayor razón necesitamos servirle, es decir, amarle.
La filosofía es muy antigua pero siempre nos ha dicho algo muy sencillo: mientras más dificultades tenga una persona, mientras más problemas tiene, eso es precisamente cuando Dios está más cerca de él, porque ese es el que más necesita. Ahí es donde podemos comprender que precisamente en los lugares donde hay muchos conflictos y dificultades en el planeta Tierra es cuando con mayor razón se necesitan muchas personas que tengan realmente capacidad de amar y estén ahí.
Esa es la cuarta parte de la humanidad; ahora, lo que sucede es que esas Conciencias en esos estados también están en uso de una personalidad humana temporal, como cualquiera de nosotros, y por lo general no son muy conscientes de esa condición de su propio espíritu. Es más, a veces se confunden tanto que pierden incluso el sentido del verdadero servicio, lo rechazan, rechazan todas las cosas que existen a su alrededor y a las personas. Eso no tiene ningún problema porque como todo proceso de evolución, se seguirá repitiendo hasta que se complete.
Lo que tenemos necesidad de aprender es algo demasiado simple. Para poder entender la simpleza de esto es necesario separar lo que llamamos conocimiento intelectual, (lo que llamamos el proceso analítico o racional), de lo que significa Comprensión. Si lo pensáramos como un proceso a nivel tecnológico, diríamos que aprender una ingeniería requiere estudiar muchos aspectos. Estamos pensando en una dificultad humana cualquiera como si fuera una enseñanza técnica, una carrera profesional y no tiene nada que ver con eso, porque es solo un estado interior.
Para saber con toda claridad qué necesitamos aprender de una dificultad, solo hay que observar nuestro interior y nuestro exterior. ¿Qué observamos en nuestro interior? si yo perdí la paz, entré en conflicto, entré en estado de agresión, si yo tuve algún sufrimiento por mí, o por otras personas, si quiero cambiar a alguien o a algo, porque no lo acepto; exactamente eso es lo que necesito aprender a no hacer. Eso es lo que me está mostrando.
Las dificultades pueden ser de índole muy diferente, supremamente variada, pero solamente enseñan tres cosas a nivel espiritual, (a nivel tecnológico esto tiene muchas cosas por aprender, pero eso no es lo que vinimos a aprender al mundo, eso es solamente un complemento para nuestras actividades humanas). Por eso dicen los maestros:
- Cualquier nivel de sufrimiento en tu interior te mostrará claramente lo que te falta por aprender.
- Cualquier nivel de reacción, de pérdida de paz ante una situación, te mostrará exactamente lo que tienes que aprender.
- Cualquier intento de no servir a alguien o a algo, cuando tienes la posibilidad de hacerlo; ya sea porque consideres que esa persona no merece, que no debiera estar allí, o por cualquier otra circunstancia limitante, te muestra la necesidad de aprender a amar.
Eso es lo que nos muestra la vida. Para yo poder servir a alguien, necesito primero aceptarlo. Si yo siento rechazo por alguien; si siento fastidio, rencor, odio y una no aceptación, ahí ya no hay posibilidad de servirle. ¿Cómo sirvo a alguien que no acepto? No sería posible. Es necesario aceptarlo en su totalidad; eso es todo un ejercicio, porque para aceptarlo necesito quitarme todas las arandelas de la mente, del bien y del mal; necesito comprender que el mal no existe y que el bien tampoco, que eso es un proceso perfecto.
Por eso este aspecto de las tres virtudes nos toma tanto tiempo. Evalúalo de una forma simple:
- Cada vez que en nuestro interior hay sufrimiento, hay una sola razón: algo que no acepto; de mí, de otros, o de situaciones externas.
- Cada vez que yo tengo una reacción ante algo, ante la cual pierdo mi paz, es precisamente porque hay algo que quiero que sea diferente a como realmente es; quiero cambiarlo y por tanto tengo una reacción para intentarlo cambiar.
- Y cada vez que yo le pongo alguna condición a mi servicio es porque hay una limitación en mi mente, igualmente asociada a nuestros conceptos falsos.
Fíjate que el desarrollo de las tres virtudes es el único propósito que nos trae al mundo. Todas las partes tecnológicas, la ciencia, los aspectos racionales, analíticos, intelectuales; son el complemento perfecto para el desarrollo de las tres virtudes, porque son los que me permiten descubrir las leyes, los que me permiten descubrir los principios, los que me permiten verificar que el universo es matemáticamente exacto, que todo es un complemento perfecto; ese es el gran reto. No hay razón para sentirnos confundidos, pero si podemos darnos cuenta de que nos falta bastante por trabajar. En eso estamos.
Así de sencillo es determinar eso, esto no es ningún misterio, es algo simple, lo que pasa es que nuestros egos luchan terriblemente contra el orden del universo. Y eso es necesario, porque la lucha del ego es la que nos permite reconocer que existe la ley; sin el ego no podríamos descubrir la ley, porque el ego es el que la confronta y se atiene a los resultados.
Con la ley del universo solo hay dos opciones muy sencillas:
- Obedecerla, o
- Desobedecerla.
Cualquiera de las dos opciones que yo tome me va a dar un resultado, y ese resultado necesito asumirlo como mío, y además será inevitable.
- Si decidí obedecer la ley, el resultado será totalmente satisfactorio.
- Si decidí desobedecer la ley por la razón que sea, el resultado será complejo, difícil, y necesito asumirlo como tal.
Eso es todo lo que se hace con la ley. Pero los resultados indeseables sólo nos muestran una cosa: estoy yendo en contra de la ley. Así no sepa que existe la ley, o que ley puede hacer eso, pero precisamente esa es la forma de reconocerla. Al ego le fascina ir en contra de la ley, esa es la función del ego: ir en contra de la ley. ¿Para qué? para descubrir su existencia. Todo es algo perfecto.
Cuando nosotros tomamos una decisión desde la Comprensión, las decisiones se toman desde una verificación interior y decimos “ya sé”, cuando alguien pueda decir: “lo que yo voy a decidir ahora es porque ya sé cuál es el resultado”, es porque ya ha verificado ese resultado muchas veces y habrá visto cómo se obtiene el resultado voluntariamente. Cuando la decisión no se hace desde la sabiduría, sino desde el ego; entonces yo voy a tomar una decisión cuando tengo claro que “yo no sé cuál va a ser el resultado”, pero tengo derecho a descubrirlo. Si no sé cuál va a ser el resultado de hacer algo, ¿qué será lo más sabio de hacer? hacerlo, para poder saber cuál es la ley que lo rige.
El resultado me va a mostrar algo: fue satisfactorio o no lo fue. Si no lo fue, entonces me queda claro – no sé, y entonces me dispongo a aprender, a preguntar, a investigar cual es. Pero cuando ya sé hacer algo, yo ya sé también cuál va a ser el resultado.
EN LAS DECISIONES es muy sencillo: si ya sé, entonces tomo la decisión de sabiduría; pero si no sé, tomo la decisión de aprender y solo hay una forma de aprender: dándome cuenta de que no sé. Esto no tiene ningún misterio; hay que estar dispuestos a equivocarse. Si no estoy dispuesto a equivocarme, es como si no estoy dispuesto a aprender. Para acertar es indispensable haberse equivocado; porque no puedo acertar sin descubrir la ley y no puedo descubrir la ley si no me equivoco.
Entonces, no hay ningún problema, simplemente estamos en el proceso. ¿Para qué sufrimos con el error? si el error es parte integral del proceso pedagógico. Disfruta el error: esto no salió como yo esperaba, ¡maravilloso!, aprendí que así no era, y ¿qué hay que hacer? disfrutarlo, porque estás adquiriendo la 1ª virtud: ser feliz. Es tan fácil.
Los instructores (entrenadores) tienen la función de enseñarnos a descubrir la ley. Los maestros ya conocen la ley, y precisamente porque la conocen, saben que la ley como tal (como la verdad, como la sabiduría) no puede enseñarse, será el resultado de una experiencia. Entonces, ¿qué hacen? dan las herramientas, conducen a las personas hacia las experiencias a través de las cuales cada quién descubre la ley, descubre la verdad, descubre el orden.
La función de un pedagogo no es enseñar la verdad o la ley, eso no pueden hacerlo, sino facilitar las herramientas y las experiencias que conducen al descubrimiento de la ley. Cuando nos preguntamos ¿dónde está Dios? es Dios mismo el que nos conduce a la experiencia. A nosotros nos encantaría que el universo funcionara de acuerdo con el ego; es decir, nos parecería maravilloso que en lugar de tener que pasar por la experiencia, nos dieran la sabiduría sin necesidad de la experiencia; pero no funciona de esa manera, funciona como funciona el universo, no como yo quiero que funcione.
Y mientras yo quiera que el universo funcione como yo quiera que funcione, tengo derecho a eso, pero tendré una lucha constante de conflicto, hasta que me dé cuenta de que el universo no va a funcionar como yo quiero, va a seguir funcionando como siempre ha funcionado, y tendré que aprender a decidir a fluir yo con ese orden y no a confrontarlo. Es la razón por la cual los maestros de sabiduría no hacen otra cosa que mostrarnos el camino y dejar que nos demos los tropiezos que nos tengamos que dar.
Cuando sabemos que la ley existe empezamos a sufrir mucho menos, pero cuando sabemos que la ley existe y podemos reconocer su existencia, es por una sola razón: porque hemos tenido experiencias de violar la ley (me gustaría que lo verificaras tú). No es lo que yo digo, ni lo que diga ninguna otra persona; para que esto sea lógico, es porque yo escuché algo pero luego yo voy a tener una experiencia y obtengo el resultado. Entonces si es real la ley, yo puedo aprender a regirme por esa ley.
Es el resultado de una experiencia y la experiencia es lo que determina la diferencia entre “ya sé” o “no sé”. Sin la experiencia no es posible. Cuando tengo la experiencia sin tener la información de que la ley existe, lo más probable es que yo le eche la culpa de mis resultados a otra cosa, porque ni siquiera sé que existe la ley. Entonces yo no estoy haciendo un trabajo sobre mí mismo, porque creo que el problema es otro. Pero cuando entro a la información de que no es la culpa de nadie, sino que soy yo, es cuando entiendo la ley (pero a través de la experiencia). Te das cuenta de que estabas culpando a alguien, cuando el problema está dentro de ti. Ahí es cuando dejamos de sufrir y empezamos a entender la globalidad de la ley.
Hay una parte muy bonita en la filosofía hindú, porque la tendencia general cuando se habla de Dios (desde un punto de análisis racional de Dios) es: ¿cómo puede Dios haber creado el sufrimiento, o el dolor, o la angustia, o las guerras, o las crisis?, ¿cómo es posible que Dios permita que esto suceda? hay algo muy bonito en esto porque en realidad el sufrimiento, el dolor, las guerras, los conflictos, las enfermedades; ni son la voluntad de Dios, ni es que Dios permita que eso suceda; no es ninguna de las dos cosas, es exactamente lo contrario: es la ausencia del reconocimiento de Dios en nosotros lo que genera eso; no la voluntad, sino la ausencia en nosotros.
¿Por qué la ausencia en nosotros? porque el ego no puede reconocer la presencia de Dios, el ego no puede reconocer la presencia de la ley. ¿Qué hace el ego? se va en contra del orden del universo, y obviamente se enferma, sufre, pelea; hace todo eso porque es la única forma como podrá descubrir que existe un orden en el universo y la única forma como podrá reconocer que puede abrirse a la frecuencia de Dios. No es una voluntad, es un resultado de mi ego, por eso decimos que el ego es el hijo del hombre, no el de Dios.
En la medida en que vamos comprendiendo esto, dejamos de culpar a los demás. Te parecerá interesante que la persona a la que más culpamos cuando estamos en estado de ignorancia, ni siquiera es a las demás personas a nuestro alrededor, al que más culpamos es a Dios, es decir, a la falsa interpretación que tenemos en nuestras mentes acerca de Dios, eso es a lo que culpamos.
Estábamos en el punto de: ¿por qué razón puede una Conciencia de grado superior decidir quedarse en la tierra? La respuesta es: por la tercera virtud, la del amor. No porque tenga que aprender algo, no porque esté sufriendo, no porque haya perdido la paz, por ninguna de estas razones; simplemente porque comprende la importancia que él significa para nosotros. Sin información apropiada no tenemos una guía interior que nos lleve a aceptar la oportunidad de la vida. Estos seres saben que nosotros necesitamos esa información, (no nos la imponen, no nos obligan), la dan. Si yo la rechazo, esperan; si la pido, me la dan y están haciendo todo eso porque saben que eso es necesario.
Guardadas las proporciones, en la medida que nosotros estamos aprendiendo necesitamos hacer lo mismo, necesitamos empezar a compensar a las demás personas por la oportunidad que nos dan de aprender; y eso lo compensamos amándolas. No importa cuántos errores cometan, no importa cuántas agresiones tengan; no dejes de servirles, porque si dejamos de servirles es exactamente igual que si dejé de amarlos. Servirles no significa alcahuetearlos, no significa sufrir por ellos, no significa igualarse con ellos, ni siquiera significa asociarse con ello; solamente significa servirles, esa es la 3ª virtud.
Para entender la voluntad del Padre vamos a entender que la voluntad del Padre se expresa a través de la ley y en el universo no sucede nada que esté por fuera de la ley, absolutamente nada, porque cuando se sale de una ley es porque está permitido por una ley superior a esa misma.
Supongamos un ejemplo sencillo: cuando existe la ley de gravedad (que es indispensable para el funcionamiento de todos los organismos vivos y de los planetas), no significa que la voluntad del Padre sea que alguien se rompa una pierna porque se cayó del tercer piso. Esa no es la voluntad del Padre, pero si alguien se ha caído del tercer piso y se ha roto una pierna, eso no está ajeno a la ley de Dios, o a las leyes de la física (que son también de lo mismo). Simplemente, que la persona por no haber descubierto oportunamente la ley o el entrenamiento para manejarla, se descuidó y se cayó desde una altura superior a la que su cuerpo puede manejar.
La ley está dentro del orden del universo, y es parte de la voluntad de Dios que exista la ley porque es indispensable para el equilibrio. Que alguien se salga de la ley por ignorancia o por inocencia, es una oportunidad de aprender a descubrirla (pero no es la voluntad de la ley de gravedad que uno se rompa una pierna).
Todos tenemos conocimiento de la existencia de la ley, es más, hemos verificado que la ley existe. Aprender a manejarlas, aprender a fluir con ellas es otro ejercicio diferente a saber que existe. Es la misma situación a la cual se enfrenta un conductor que jamás se ha subido a un coche, pero que ya se leyó todo el manual; ya sabe que el coche está regido por ciertas leyes de la mecánica y de la conducción, pero no tiene práctica en ello.
Lo que podemos asegurar matemáticamente es que en la última existencia, todo el mundo se volverá inmortal. El primer conocimiento de la existencia de la ley es cuando choco con ella, ahí descubro que existe, pero luego aprender a obedecerla y a fluir con ella es todo el proceso de evolución, y no te preocupes por si el proceso nos parece largo o no; disfrútalo y se hará corto. Todo lo que disfrutamos es muy corto, y todo lo que sufrimos se vuelve muy largo. Esa es la percepción del tiempo. Hay que empezar a disfrutar el encontrón con la ley, puesto que el encontrón con la ley es la posibilidad de desarrollar la 1ª virtud. Es pensar: me equivoqué, ¡que bien!, no voy a sufrir por eso (esa es la 1ª virtud).
Las 7 herramientas de amor son lo más simple y lo más elemental que nos entregan los maestros, y lo más eficiente. Somos seres humanos en un proceso de búsqueda, vamos a poner el ejemplo de la persona que tiene un problema de salud y está buscando un médico, un profesional de la salud que le ayude a recuperar su equilibrio físico. Él no sabe qué profesional puede ser más experto o no, él tiene una idea.
Vamos a suponer que el 1er profesional que consultó era el que más sabiduría tenía, pero resulta que el paciente no tenía ni idea de eso. Esta persona le hizo todo un programa para recuperar la salud, pero al paciente eso le pareció un poco complejo. Entonces dijo “debe de haber algo más sencillo”, entonces empezó a consultar a unos y a otros y todos le hacían propuestas más o menos similares, con algunas diferencias, pero un día encontró el médico perfecto; aquel que le dijo: Ud. no tiene que hacer nada, ni preocuparse de nada, puede seguir haciendo o viviendo como quiera; bebiendo, fumando, trasnochando; haciendo todo lo que quiera en contra del cuerpo, y con esta pastilla mágica que Ud. se tome se sanará perfectamente.
¡Ese si era el médico perfecto! es decir, el médico que le dijo lo que él quería escuchar; pero viene la verificación de la ley: el señor sigue haciendo lo mismo, se toma su pastilla y al poco tiempo se da cuenta de que la situación no solamente se mantiene, sino que empeora. Entonces, posiblemente, decida volver al primer médico que visitó, después de haber visitado muchos. ¿Por qué fue necesario que hiciera eso? porque él no tenía con qué comparar, no tenía con qué evaluar si el primer médico era sabio o no; él no tenía con qué hacer eso.
La vida, el universo y las herramientas son lo mismo, puede ser que de primeras nos entreguen la máxima herramienta de sabiduría, pero como yo no tengo con qué compararla, porque no he vivido suficientes experiencias, no he ensayado suficientes caminos, no he evaluado suficientes herramientas, yo diga: si, pero quizá haya algo más fácil (y tengo todo el derecho). Entonces empiezo a mirar, a investigar, a indagar; y gasto mucho tiempo haciendo todo eso y de pronto me doy cuenta de que ya tenía la herramienta, pero que no la había valorado.
¿Para qué fue necesaria toda esta experiencia? para volver al punto. No importa si yo empecé con la mejor herramienta, o con la herramienta inferior, o con la de un punto medio; eso no interesa, cualquiera será válida, porque yo diría que con cualquiera me va a pasar lo mismo. Es solamente cuando completo las experiencias suficientes como para poder reconocer realmente la ley y la verdad, cuando tengo la herramienta de liberarme. Todo el mundo tiene todo el derecho y es totalmente válido que busques, que indagues, que preguntes, que experimentes. Pero sobre todo que verifiques lo que toque. Eso nos llevará algún día a ser expertos en la ley.
Vamos a continuar con el estudio de los visitantes del futuro. Tenemos una pregunta: ¿por qué razón la totalidad de las personalidades terrestres experimentan los efectos del error y de las cargas ancestrales?; de eso no nos escapamos nadie, absolutamente nadie. Si estamos en la tierra con un cuerpo físico, independientemente de ningún nivel de desarrollo espiritual, nuestras personalidades por igual experimentan los efectos del error y de las cargas ancestrales; ¿por qué será?
Así aprendemos. Hay algo que es sencillo y hay algo que es obvio: la información que conforma la personalidad en la tierra es información específica, exclusiva, del planeta tierra, de las culturas humanas. Por lo tanto, es inevitable que se instale en las mentes inocentes de los niños. Es decir, la personalidad que estamos usando ahora no vino de ninguna parte diferente del universo, ni se va a ir a ningún lugar diferente del universo, es de aquí, aquí se forma, aquí se trabaja y aquí se queda. Por eso hay una generalidad en todas las personalidades humanas, independientemente de los desarrollos espirituales, es la herramienta perfecta para cada uno de nosotros.
Con esto quiero decir que no hay personalidades del futuro, ni personalidades del pasado, ni personalidades extraterrestres; todas las personalidades sin excepción, las de los 8.000 millones de habitantes del planeta tierra, son terrestres. Todas.
La contaminación de la personalidad es inevitable, pero ¿cuál es la virtud? Este asunto de la virtud es supremamente interesante. La virtud no es la que se consigue ni cuando me aíslo, ni cuando otra persona hace algo por mí. Yo estoy resolviendo un problema matemático y ese problema tiene una solución, y puede llegar un experto matemático que pueda obtener esa solución de forma muy fácil y me dice: esta es la solución que estabas buscando, aquí está la respuesta.
Puede ser que a mí esa respuesta me sirva perfectamente para aplicarla a algo en lo que yo necesitaba conocer esa respuesta, pero a nivel interior, como desarrollo interno, esa respuesta obtenida de esa manera no conforma ninguna virtud en mi interior. Eso no quiere decir que la respuesta no sea utilizable, no sea válida y no sea beneficiosa, pero no conforma una virtud.
¿Qué pasará con esa persona que utilizó la respuesta obtenida por un matemático que él no era? Pese a que la respuesta fue válida, utilizable y satisfactoria, esa persona no puede enseñar a otra persona a obtener esa respuesta, no sabe. Él puede usar esa respuesta, pero no puede ser pedagogo, entonces él no puede ascender dentro de las jerarquías del universo, porque para ascender antes tiene que aprender a enseñar y tiene que servir con la enseñanza, pero no sabe.
El asunto de la virtud es muy diferente a que nos den respuestas en un momento dado; tiene que ser todo un trabajo interno. Todo aprendizaje es virtud. La personalidad (el desarrollo del ego) es inevitable, el quitarnos el ego por nosotros mismos es la virtud. No es cuestión de pedirle al Padre Celestial o a los maestros que nos quiten el ego, porque nos lo pueden quitar (de hecho, nos lo quitan a destajo cuando morimos), pero el quitarnos el ego por parte de otra persona, no va a facilitar el desarrollo de la virtud, al contrario, lo que hace es detenerla.
Cuando nosotros nos dedicamos a pedir (al que sea que pidamos), eso sería posible, pero los maestros no lo hacen porque violan la ley, porque yo no desarrollo una virtud y los maestros son sabios y no alcahuetas.
Hay miles de millones de planetas habitados, inclusive que pueden tener condiciones muy similares a la tierra, pero que no son la tierra. Habrá otros más atrasados y otros más adelantados. Nosotros estamos en la 3ª dimensión, pero todo tiene otras dimensiones; nosotros, la tierra, los universos tienen 40 dimensiones.
La mente no puede tener esa experiencia sin el cuerpo físico. Hablemos de un cuerpo de la 5ª dimensión: no duele, no se enferma, no genera experiencia y por lo tanto la mente no sufre; pero tampoco aprendo. El aprendizaje es cuando tenemos un cuerpo de 3ª dimensión (cuerpo físico) y simultáneamente dentro de ese cuerpo físico hay un ego confrontando la ley, verificando el resultado que el cuerpo físico obtiene.
¿Qué resultados obtiene el cuerpo físico? El resultado del dolor y el resultado de la enfermedad y la mente en nuestro interior ¿qué hace con estos resultados? lo sufre. Además de que lo sufre, culpa y lucha contra otras cosas acusándolas ser el causante de su problema físico. La persona que tiene hambre, enfermedad, escasez económica, dificultades de relación; eso es lo que está pasando en su cuerpo físico, pero en su campo mental él está sufriendo porque eso está pasando. Como no acierta a comprender por qué pasa, lo que hace es culpar a los demás de eso y entra en una lucha directa contra el universo, contra las personas, contra las leyes; hasta que descubra que eso es inútil; que por ahí la cosa no va a cambiar y entonces decida buscar otra opción.
Ahí empieza el proceso de liberación. Es decir, es indispensable el cuerpo físico de la 3ª dimensión para poder hacer evolución. Si no fuera necesario, Dios no hubiera creado la 3ª dimensión, no hay nada innecesario.
El sufrimiento es mental y el dolor es físico. Una personalidad desencarnada ya no tiene la posibilidad de dolor o de enfermedad, pero la posibilidad del sufrimiento (como es parte del ego, y el ego no es parte del cuerpo) si sigue existiendo hasta cuando se disuelva. La mayoría de las personas no es que tengan un dolor físico, una enfermedad o molestias relativamente manejables, el sufrimiento como tal solamente es mental por la no aceptación. El ejercicio para eliminar el sufrimiento es precisamente la aceptación de la realidad física.
No se saca nada con haber perdido el cuerpo, mientras no haya aceptado la realidad física mientras se disuelve la personalidad, la personalidad está sufriendo (se llaman almas en pena). Pero aun después de que se disuelve tampoco hay ninguna solución, porque al no haber hecho la comprensión que podría cambiar el nivel de Conciencia y cambiar la correspondencia, vuelve a nacer, a tomar un nuevo cuerpo y a tomar una personalidad igual. No hay solución alguna cuando no comprendo la ley. La única solución es comprender la ley y fluir con ella.
Cuando no quiero nada, el ego ya no tiene de que nutrirse. Pero cuando no quiero nada es precisamente porque aprendo a disfrutar con todo lo que tengo. Muchas veces hemos explicado la diferencia entre lo que quiero y lo que tengo: quiero todo lo que no tengo (y por eso sufro) y tengo todo lo que necesito, pero no valoro lo que tengo y lo que hago es querer lo que no tengo. Esa es una situación de ego, de la mente.
La solución que descubrió el Buda, o la que nos enseñó el maestro Jesús es exactamente igual: la eliminación del ego dará la liberación total, pero para la eliminación del ego necesito herramientas y para poder usar las herramientas necesito conocer la ley. El ego se podrá eliminar cuando deje de ser necesario, mientras tanto no. ¿Cuándo deja de ser necesario? Cuando no tiene nada más para enseñarme. Y ¿cuándo no tiene nada más para enseñarme? Cuando mi desarrollo espiritual es suficientemente amplio. Mientras tanto, simplemente es necesario. Las herramientas de todos los maestros, de todas las filosofías, de todos los tiempos son iguales, la interpretación que a veces hacemos de ellas es diferente.
Podemos estar conviviendo con personas de gran sabiduría, con maestros, pero como son maestros, no se nota. Si se notara no serían maestros. Notarse sería una manifestación del ego (el que dice “yo soy maestro”, ese es su ego, y por lo tanto no es maestro).
Los maestros siempre tienen la información disponible, porque ese es su principio de amor; jamás te niegan la información, pero si yo no soy correspondiente con eso, el problema no es del maestro, es mío.
Los originarios y no originarios no son personalidades, sino que son Conciencias. La personalidad (campo mental) con su ego correspondiente, con sus limitaciones correspondientes y con el nivel de comprensión correspondiente, es específica de un lugar. La mente (el lugar donde se archiva la información que conforma la personalidad, lo que nos hace personas) es única y exclusivamente del lugar donde vive ese cuerpo físico (el planeta tierra o cualquier otro). En nuestro caso, las personalidades son 100% terrestres, no vienen de ninguna parte, lo que puede haber venido de otro lugar es la Conciencia.
Es decir, hizo un aparte de su desarrollo en otro planeta y ahora puede estar en la tierra y podrá ir a otros para continuarlo. La personalidad es específica del lugar donde se nace. El origen de las Conciencias es el Padre celestial, cuando hablamos de Conciencia originaria o no originaria nos referimos al origen del aprendizaje de esa Conciencia, si originó el aprendizaje en el planeta tierra, será originaria del planeta tierra; si lo originó en otro planeta, no será originaria de la tierra (pero si de otro planeta).
Hay una interacción energética directa entre el campo mental y el cuerpo físico que se llama el efecto psicosomático. El campo mental como tal necesita una energía para mantener su estructura y esa energía la obtiene del cuerpo físico (de los cuerpos físicos, que es la interacción entre el cuerpo y la mente y entre la mente y el cuerpo. Es doble, es en ambos sentidos). Así como lo que sucede en el cuerpo puede afectar la mente, lo que sucede en la mente puede afectar el cuerpo.
Cuando no hay cuerpo, esa interacción psicosomática se rompe. La personalidad tiende a disolverse porque no puede tomar energía fácilmente del cuerpo puesto que ya no lo tiene, pero algunas de estas personalidades aprenden a tomar energía de otros cuerpos que no sean el propio; eso es lo que hace que estas personalidades lleguen a convertirse en fantasmas. En este caso en vez de tardar un año en disolverse pueden durar unos cientos de años. No es ideal convertirse en fantasma, no se recomienda. Los fantasmas se alimentan de nuestros sustos, de nuestros miedos; cada vez que yo tengo un susto yo libero mucha energía y esa energía liberada es la que mantiene la energía mental.
Vamos a decir algo muy sencillo del presente, para irnos hacia el futuro: ¿Cómo puede la personalidad ahora (en el presente) proyectarse hacia el futuro? (ahí es dónde está nuestro reto de desarrollo espiritual ahora, la transformación del campo mental, del ego). En realidad la herramienta es muy sencilla, aplicarla en un entrenamiento muy interesante y bastante constante. Cuando una persona comience a disfrutar todo suceso, todo lo que hace, todas las relaciones que tiene, todas las experiencias que vive; cuando empiece a disfrutar eso, su personalidad se empieza a convertir en la de un hermano superior.
Como los hermanos superiores están en lo que corresponde a nuestro futuro en desarrollo evolutivo respecto a nosotros, si lo comparáramos con la línea de desarrollo tecnológico, diríamos que nuestros hermanos superiores pueden estar aproximadamente unos 1.000 años por delante de nosotros a nivel tecnología. A nivel de desarrollo espiritual, depende desde dónde yo lo esté mirando: si estoy sobre el 4º nivel de desarrollo espiritual, posiblemente en tiempo cronológico esté relativamente cerca, a muy pocos años de los hermanos superiores. Pero si estoy sumido en profundos estados de sufrimiento, de rencores o de odios; posiblemente esté a miles de años de los hermanos superiores.
A nivel tecnológico se calcula que unos mil años, pero a nivel espiritual depende de donde yo parta. Mil años más de desarrollo tecnológico en la tierra nos podrían llevar al nivel de los hermanos superiores ahora; pero la tecnología no es lo que hace desarrollo espiritual (eso es para descubrir leyes); en la medida en que aprendemos una condición mental: la de disfrutar, esa sí que nos va a proyectar a un acercamiento profundo con la civilización superior (puede ser en muy poco tiempo).
Esa es la propuesta ahora: DISFRUTAR cada cosa es un reto. Salir por la mañana y decir: HOY ME PROPONGO DISFRUTAR INTENSAMENTE TODO LO QUE PUEDA SUCEDER EN EL DÍA DE HOY, SIN IMPORTAR LO QUE SEA, ese es un reto muy hermoso, eso es lo que transforma la personalidad actual en la de un hermano superior, esa es la que nos lleva no tener más rencores, no más nostalgias, no más sufrimientos, no más deseos de hacer justicia; porque todo eso es del pasado y ahí nos anclamos. Por la mañana cuando me levante me tengo que decir ¡QUÉ BUENA OPORTUNIDAD PARA DISFRUTAR TODO LO QUE TENGO QUE DISFRUTAR! Y si se presenta alguna dificultad: ¡qué bonito disfrutar esta oportunidad para aprender a no perder mi paz, ni mi serenidad¡ Voy a disfrutar esto. Ese es el ejercicio.
¿Cómo hacen las personas que traen cargas ancestrales de vidas pasadas para poder sanar ese pasado que ya ni siquiera está en este presente, ni en este cuerpo, ni esta vida, sino en otra? las personas empiezan a hacer ejercicios de REGRESIONES; y me gustaría aclarar algo: lo de las vidas pasadas no nos está afectando ahora, eso es una creencia falsa. A nosotros nos está afectando otra cosa diferente, que no tiene que ver con las vidas pasadas, sino con el presente. Algunas personas piensan que tienen que irse a esos pasados (que llamamos archivos históricos del salón de las mil vidas o los registros akáshicos) para poder ver qué es lo que pasó allá y sanar eso.
Esta técnica la considero totalmente inapropiada, innecesaria y demasiado compleja para tener éxito con esto. Primero vamos a explicar de una forma muy sencilla que efecto tienen las vidas pasadas sobre la vida presente: en nosotros, el archivo de vidas pasadas, que lo llamamos archivo histórico, se divide en dos archivos, porque el actual campo mental tiene dos archivos básicos:
- El archivo de creencias.
- El archivo de comprensión de sabiduría.
En el momento en que se produce lo que llamamos la muerte, cuando el espíritu abandona su vestido, van a suceder dos cosas:
- El archivo histórico o salón de las mil vidas va a tomar solamente la información de las creencias y va a acumular esta información a la que ya pueda existir allí de las vidas anteriores.
- La parte de la comprensión va a ir al archivo de Conciencia.
La siguiente experiencia de vida que va a estar involucrando a esa Conciencia no tiene nada que ver con ese archivo histórico, sino con otra cosa totalmente diferente a eso; tiene que ver con el archivo de la Conciencia. Y tampoco tiene que ver con la información acumulada, sino con la que falta por acumular. Por lo tanto, el archivo histórico no va a tener la más mínima influencia sobre la experiencia nueva, porque la experiencia nueva va a estar 100% diseñada en relación a lo que falta por aprender, no a lo que ya se aprendió, sino a lo que falta.
Si de estas experiencias que estaban en la mente consciente de una persona mientras estaba aquí con su cuerpo, muchas no están comprendidas, al no haber sido comprendidas van a hacer parte de las creencias. Las que no estén comprendidas hacen parte del próximo destino. Eso no significa que yo estoy tomando el archivo de las mil vidas, sino más bien lo que queda de él. Con lo que queda de él me refiero a lo que falta por aprender (no a lo que ya aprendí).
Es como si dijéramos que un estudiante que perdió un año, al siguiente año va a repetir el año que perdió, pero en realidad él va a tener dificultad solamente con las materias que no aprobó. Va a volver a repasar todas las materias, pero las materias que ya tenía comprendidas para él no representan una dificultad. Solamente el pedacito que no comprendió tiene un nivel de dificultad y no todo el curso.
Por eso cuando alguien dice que tenemos que irnos a buscar al archivo pasado las dificultades que están en el presente, eso significa algo que no es completamente real, porque en el presente de cada uno de nosotros está solamente la parte que no he comprendido que venga de experiencias anteriores, pero no todo el bloque de la experiencia que viví, porque la que ya está comprendida no va a estar en mi archivo actual de ego o de destino. No es necesario buscarlo en el archivo de las mil vidas, porque está en el archivo presente.
¿Qué me traigo al archivo presente? me traigo todo lo no comprendido, por esa razón, simplemente hay que buscarlo ahora. Si entramos a un archivo sin suficiente cuidado para manejar eso, lo que puede suceder es que nuestra mente (que aún es vulnerable) llegue a tomar experiencias que ya no le corresponde tomar. Un ejemplo muy sencillo es que una persona en este momento de su vida podría tener muchas diferencias y muchos conflictos con su padre hoy, pero no se le ocurriría asesinarlo por eso. Ese principio lo podrá tener claro hoy, pero si vamos atrás podemos ver que tenía ese mismo conflicto con su padre y que lo asesinó. ¿Qué le parece? Te dice que no. Si la persona no tiene claro que eso puede pasar, ahora se va a sentir un criminal, un asesino; hace una confusión.
Lo que necesitamos trabajar de cargas ancestrales está en el presente. Dicen los maestros: Cuando el presente no tenga cargas ancestrales (porque ya las hayas soltado) podrás entrar al salón de las mil vidas y verlo. Y no te va a causar ningún problema. Entonces es cuando vas a agradecer lo que aprendiste de esas dificultades, pero en ese momento tú las ves como las oportunidades que tuviste en ese momento para el desarrollo espiritual. Ya no las ves como trauma, como culpa o como conflicto; pero para poderlas ver de esa manera, necesito limpiar la mente actual. El trabajo es con lo actual. Trabajar con el pasado no es de sabiduría.
Los bancos de memoria que hay ahora en nuestra mente actual son los bancos del presente, porque si yo tuve un trauma hace 25 años pero hoy en día ese trauma me afecta, ese trauma está en el presente, aunque su generación fue hace 25 años. Pero no nos vamos a ir más allá de la personalidad actual, porque no es necesario hacer eso. No vamos a confundirnos con eso, vamos a trabajar con lo actual, con lo que tengo ahora.
Cuando en Consulta de Psicoterapia le digo a mi paciente que cuente todo lo que recuerde, lo estoy invitando a que exprese todo lo que está en su mente actual. En la medida en que la persona lo expresa y lo suelta y lo cuenta, le va quitando fuerza, y ese es el valor que tiene la psicoterapia.
Las cargas ancestrales pasadas las vamos a limpiar y las vamos a soltar de la misma manera que vamos a hacer con las actuales: agradeciendo profundamente lo que me enseñaron, esa es la forma de limpiarlas y de soltarlas. ¿Por qué habrá que hacerlo? Porque como no están en nuestra memoria activa, no están dentro de la que yo puedo recordar; no tengo acceso a ellos porque están sellados. Sin embargo, yo todavía no he hecho el ejercicio de la valoración y del agradecimiento de la experiencia vivida. No con esas cargas, por eso necesito aprender a hacerlas con las de ahora, y ahí se me permitirá el acceso a ellas, ahí se genera la correspondencia.
Puede ser que las personas a veces no estén seguras de sí se consultó una vida pasada o un archivo actual, sin embargo, se supone que en estas regresiones la persona da nombres, referencias de época o de situaciones que pueden no estar ahora. Yo no sé si tú te has dado cuenta de que en los sueños entramos al archivo de vidas pasadas con más frecuencia de lo que se imaginan. ¿Tú no te has soñado en la edad media? O en sueños que parecieran ser del futuro, o que estamos en un cuerpo de mujer cuando el de ahora es de hombre ¿de dónde trae tu mente eso para ese sueño? De archivos. Posiblemente sea más cotidiano de lo que suponemos, solo que no lo logramos conectar con algo concreto.
Me gustaría decir algo respecto al trauma y al ego: no es importante recordar el suceso, es importante limpiar la carga. Ejemplo: si en este momento estoy frente a una persona que le tiene pánico a una araña, fobia; yo estoy reconociendo la presencia de un trauma. Para que yo le haga una terapia a esa persona yo no necesito irme a abrir un archivo de cuando la persona tenía 1 año y medio o 2 años y una araña pasó por encima de su brazo y un adulto hizo un escándalo impresionante, aplastó la araña y dijo que eso era peligro de muerte; el recordar o no ese suceso no cambia para nada la terapia que habrá que hacer para que la persona solucione la fobia.
La terapia es exactamente igual con ese referente, que sin ese referente. Es más, podemos deducir sin temor a equivocarnos que ese suceso existió; si no hubiera existido, el trauma no estaría presente. Es como si tú ves una cicatriz en la mano de una persona, no es necesario que investigues si se cortó o de qué manera se cortó, para saber que efectivamente se cortó; porque estás viendo la cicatriz. Y para hacerle un tratamiento a esa cicatriz para desvanecerla, no es importante saber cómo se cortó la persona.
Aquí es lo mismo, para sanar una fobia, un trauma o una limitación mental, no necesitamos saber: cómo, cuándo, dónde o en qué circunstancias se produjo. Lo evidente es que se produjo, porque si no hubiera sucedido, no estaría en mi presente. Ahora, la terapia que podamos diseñar para eso, no requiere conocer el momento, el origen. Por eso decimos que para hacer una terapia no es indispensable.
A nivel pedagógico, a nivel científico, a nivel de romper creencias; las regresiones y todos esos estudios son fundamentales, porque la gente tiene ideas muy cristalizadas al respecto. Para eso la regresión es inmejorable, para la terapia no.
El poder que tiene nuestra mente sobre el cuerpo es impresionante. Afortunadamente no lo manejamos muy bien, porque con la negatividad que hay en nosotros sería impresionante. Pero cuando nos llenamos de sabiduría será muy útil. Todos estos experimentos tienen un valor, o no podrían suceder, pero para nuestro proceso de desarrollo espiritual no son necesarios, solamente es comprender que existen.
Como la personalidad es de aquí y tiene las mismas limitaciones que todos tenemos y la virtud de salir de las limitaciones voluntariamente, es posible que adaptarse al planeta tierra les tome unas cuantas encarnaciones y es posible que si eso está pasando, la persona pasa toda su experiencia actual con esa situación de rechazo, de rebeldía, de nostalgia y se pase siendo un desadaptado toda su vida hasta que muera. No tiene ningún problema, vuelve y nace y continua su proceso hasta que logre adaptarse, servir y aprender lo que vino a aprender.
Teníamos dos preguntas referentes a la personalidad:
- ¿CÓMO PUEDE UNA PERSONALIDAD UBICARSE EN EL PRESENTE?
Nuestro problema es que nuestra personalidad podría estar ubicada ahora mismo en el pasado, y no en el presente; lo cual significaría que estaría desperdiciando la posibilidad del presente. Eso es más usual de lo que nos imaginamos. A la mayoría de las personas en algún momento nos sucede esto.
Se ubica en el presente soltando las cargas del pasado en tu mente actual. No estamos hablando de ningún registro histórico, no estamos hablando de la conciencia, ni de ninguna vida pasada; estamos hablando de nuestra personalidad presente, la que se formó ahora y que tiene exactamente la misma edad de nuestro cuerpo físico más 9 meses. De esa personalidad estamos hablando.
Esta personalidad actual tiene en nuestro interior una cantidad de cargas que necesitamos aprender a soltar ahora para poder estar en el presente. Hemos explicado que las cargas se reconocen cuando en mi interior hay cualquier situación asociada a rencores, a resentimientos, a tristezas, a nostalgias; a cualquier situación de estas, eso son cargas acumuladas en nuestro interior, en las memorias de la personalidad actual.
A menos que logremos soltar estas cargas, nuestra personalidad no está realmente en el presente, todavía hay muchos pensamientos, muchas ideas y muchas sensaciones, sentimientos y emociones que se están originados en recuerdos. Recuerdos del pasado inmediato. Esa condición no permite un verdadero aprovechamiento del presente y una proyección hacia el futuro si ni siquiera he llegado al presente, va a ser un poco difícil.
El primer ejercicio de profundo desarrollo espiritual (ya conociendo las leyes y sabiendo muchas cosas que hemos estudiado), vamos a trabajar para situarnos en el presente. Eso implica todo un reto, porque es limpiar, soltar. El ejercicio que te he propuesto es que tomes tus recuerdos, mires hasta donde puedes regresar haciendo memoria; generalmente llegaremos a los 5 años, de ahí para atrás será un poco más complejo. También se puede pero nos interesa hasta donde tengas memoria y revisas, hagas un repaso de las experiencias vividas en este lapso de tiempo y verifiques si hay algún recuerdo que te pueda traer algún rencor, alguna nostalgia, alguna tristeza; si encuentras algo de eso, ahí hay una carga. La idea es comprenderla, limpiarla.
¿Cómo se hace? se hace lo mismo que haríamos en el presente: viendo la extraordinaria oportunidad de aprendizaje que en su momento aquello representó. Si lo logras ver, desaparece la carga, porque entonces se transforma en lo que esperamos que suceda en el presente: la proyección. Si en el presente sucede esto disfrutando intensamente cada momento presente y aprendiendo a servir sin condición y sin restricción alguna, si eso sucede en el presente, ya estoy totalmente en el presente, por el solo hecho de disfrutar.
La palabra disfrutar es más profunda de lo que nos imaginamos. La razón por la cual alguien no disfruta de cualquier experiencia o circunstancia es solo una: la ven como algo indeseable. No es que sea indeseable, la ve de esa manera. ¿Cómo hace una persona para ver una situación como algo indeseable? Solo hay una forma para hacerlo: que evalúe esa situación desde una concepción falsa, desde una creencia falsa, desde una limitación mental. Es la única forma que tiene para ver algo como indeseable y esa es la forma de no disfrutar la vida, es la forma de lucha o de rechazo. Eso puede ser demasiado común, pero estamos buscando salir de esa circunstancia.
Eso mismo que nos proponemos utilizar en el presente, es exactamente la misma herramienta de limpiar el pasado. Al hacer el recorrido o la introspección de nuestras memorias actuales y mirar aquellas circunstancias en las cuales en algún momento me sentí confrontado; ya sea porque me produjeron tristeza, ira, angustia, sufrimiento, o aún nostalgia; ahora, necesito (en el momento en que estoy recordando eso) verlo como es. ¡Qué oportunidad tan maravillosa de aprender algo que no sabía!, ¡qué oportunidad de disfrutar esta experiencia!, ¡qué oportunidad de servir y de amar! Si lo veo así, esa carga desaparece y ya quedó limpia.
En el momento en que tú sientas la capacidad de disfrutar, de valorar, la carga quedó limpia. Ahí ya voy a estar en el presente. Si en el presente mantengo esa condición, mi mente está creando inmediatamente la afinidad y la correspondencia con un mundo nuevo. Ese es el secreto para dar el salto cuántico. Es demasiado simple, pero es todo un reto para nosotros, porque es todo un trabajo de comprensión de la inexistencia del bien o del mal, lo que existe es un proceso perfecto para el desarrollo espiritual. ¿Está claro?
La sabiduría es aprovechar con sabiduría lo que la vida nos ofrece, no buscarnos cosas que no necesitamos. Hemos repetido muchas veces que por favor no se te ocurra buscarte problemas. Si pensamos que esa va a ser la forma de potencializar nuestro desarrollo espiritual, lo que vamos a lograr es complicarlo, porque el diseño pedagógico con el cual cada uno de nosotros ha venido es perfecto y no está ni más allá, ni más acá de lo que exactamente cada uno necesita. Por lo tanto, si me voy a buscar problemas creyendo que eso va a potenciar mi desarrollo espiritual, me voy a dar cuenta de que se salen de mis manos.
Cuando ya ves las 2 caras de la moneda, tenemos la oportunidad de completar la experiencia. Es la oportunidad de completarla, lo que no quiere decir que la completemos. Si no la completo ahora no pasa nada, queda pendiente, y si queda pendiente se repite. No es nada más lo que sucede. Para poder dar el otro punto de vista, la vida siempre va a hacernos ese juego maravilloso: hoy estas en un lado y estás juzgando el otro lado, pero la vida mañana te lleva al otro lado, para que comprendas el de allá y si acepto el que tengo ahora disfrutándolo intensamente, hago el salto cuántico. Si no lo acepto la vida me dará todo el tiempo que yo necesite.
En este momento estamos frente a una extraordinaria oportunidad. Que diga que es un reto no significa que sea difícil, pero si demanda un esfuerzo interior, un trabajo interior para estar frente a una situación que las personas consideren agresiva, indeseable, desagradable; y yo pueda decir en mi interior:
- “Por favor que no se note”; disfruto intensamente la posibilidad de aprender que existe en esta situación.
- Mi paz interior es invulnerable e inalterable, no me permitiré el más mínimo sufrimiento ante esto, mantendré mi serenidad.
- Mi capacidad de servir a la persona que esté ahí con todo su proceso agresivo es incondicional, no tiene restricción de ninguna naturaleza. Le voy a servir con el mismo amor que lo haría con alguien 100% agradable.
Si logras hacer eso, diste el salto cuántico.
NOSTALGIA es cuando yo tengo un recuerdo de algo que yo evalúo mejor a lo que tengo ahora. Esa nostalgia me mantiene en el pasado. ¿Qué pasa en la mente de la persona nostálgica? No está aceptando el presente, no está disfrutando el presente, porque considera que el presente no es disfrutable y considera que el pasado si fue disfrutable. Eso es una carga.
Si la persona pudiera comprender que no es la situación de una u otra índole la que determina tu estado interior, sino la forma de relacionarse con él, podría salir de esa situación y decir: aquella maravillosa sensación en mi interior que experimenté frente a una situación que yo evaluaba como muy agradable, hoy puedo volverla a experimentar si evalúo la situación presente como la oportunidad de traer eso a mí presente. Ahí soltaría la nostalgia; es el mismo ejercicio, pero al revés, porque la nostalgia es comprender que en el presente puedo hacer aquello que sucedió en el pasado, si lo hago desde el interior (porque no es externo).
El rencor, el resentimiento o la culpa es comprender que eso fue lo que mi mente en aquel momento hizo cuando evaluó equivocadamente, interpretó equivocadamente una situación externa. Pero el nostálgico está haciendo ahora eso en el presente; está evaluando equivocadamente una situación presente, trata de evadirse de ella yéndose al pasado, que fue más satisfactorio. Entonces no está en el presente, está desperdiciando la oportunidad del presente. El neutro es la virtud.
Cuando comprendemos que nuestros estados mentales (mente) no dependen de los sucesos externos agradables o desagradables, sino que nuestros estados mentales dependen única y exclusivamente de la forma cómo yo evalúo el suceso. Si yo aprendo a evaluar los sucesos siempre como una oportunidad de aprender, y no como algo malo o algo bueno, los llevo al neutro.
Estoy frente a una situación extraordinariamente agradable, ¿cómo puedo evaluar eso como una oportunidad de aprender? la idea es evaluarla de la misma manera que una situación difícil. En la situación agradable yo me estoy sintiendo muy bien, pero no me estoy sintiendo muy bien por la situación, sino que me estoy sintiendo muy bien porque mi mente la evalúa como aceptable. Mi mente la evalúa de esa manera. Si mi mente pudiera evaluar de la misma manera una situación difícil y una aceptable, la condición de paz interior sería igual. Ese es el ejercicio.
Si estoy frente a algo que yo evalúo muy satisfactorio, me voy a hacer una pregunta pedagógica: ¿qué está haciendo mi mente ahora para poderse sentir en esta sensación tan agradable frente a esta situación? ahí lo estoy viendo como una posibilidad de aprender lo que mi mente está haciendo. Ahora, si me aprendo eso, puedo decir: mi mente puede hacer exactamente lo mismo que está haciendo ahora frente a una situación diferente a esta. Puede hacerse porque es mi mente la que lo está haciendo; no es la situación externa, sino mi mente la que lo está haciendo.
Entonces, si ya aprendió eso de una situación agradable, va a una situación difícil y va a pensar: mi mente puede hacer lo mismo que hizo antes, evaluarla de tal forma que me deje esa sensación agradable. En un caso aprende a reconocer que la sensación puede generarse y en el otro caso aprende a generarla voluntariamente. Ese es el ejercicio del desarrollo espiritual.
Cuando lo llevamos al neutro perfecto es cuando los maestros nos dicen este ejemplo: Estás frente a una persona que te insulta, ¿qué piensas?: todo el mundo tiene derecho a tener una opinión de mí. Es lamentable que alguien tenga una opinión con la cual él se siente mal. Mi paz y mi armonía son esencias divinas e imperturbables en mi interior; yo soy una creación perfecta de Dios. Y siguió en ese estado maravilloso, comprendió que alguien se estaba sintiendo mal. Si viene otra persona y te elogia, te ensalza, te alaba y te dice que eres la persona más extraordinaria del universo; tú piensas: toda persona tiene derecho a tener una opinión de mí, es maravilloso que alguien tenga una opinión con la cual él se siente bien. Mi paz y mi armonía son invulnerables frente a lo externo. Ese es el neutro perfecto.
Alcanzar ese neutro perfecto es lo que se llama disfrutar cada momento presente. Si logramos ese neutro perfecto, entonces estás frente a una situación que los demás consideran indeseable, pero estás disfrutando observar la posibilidad de mantener tu serenidad, tu paz y tu armonía, y no perder tu capacidad de servicio porque esa persona te esté insultando. En tu interior, cualquier cosa que te pida como servicio la vas a hacer por él con el mismo amor que lo harías por alguien que te alaba y te ensalza. Ahí sí dio el salto cuántico. Ese es el ejercicio profundo.
Fíjate que el ejercicio es simple, pero por simple y sencillo que es, no significa que para cada uno de nosotros esto no demanda todo un trabajo interior, que no demanda poner nuestra energía y nuestro esfuerzo en ello. Claro que sí, el ejercicio es simple, pero demanda un esfuerzo.
Cuando reconozco cualquier cosa en mi interior que no está asociado al principio de amor, es maravilloso que yo lo reconozca, porque reconocerlo es la primera herramienta para poderlo cambiar. Yo me reconozco que tengo restricción hacia alguien, que hay una persona a la que no deseo servir, que voy a hacer algo por él pero no lo voy a hacer con la mejor calidad, con la mejor energía, lo voy a hacer a regañadientes o con mala voluntad pero lo voy a hacer. Si yo me doy cuenta de que eso está pasando en mi interior, entonces ya me puedo decir a mí mismo: que maravillosa oportunidad, gracias a esta persona me estoy dando cuenta de que tengo una situación interna que yo puedo modificar.
Y es entonces cuando empiezo el trabajo con el pensamiento: lo que voy a hacer por esta persona lo voy a hacer con toda mi calidad, con todo mi entusiasmo, con toda mi energía. Me voy a imaginar que lo estoy haciendo para el ser que yo más admiro en mi vida. Me voy a imaginar eso y así lo voy a hacer por él. Ahí empieza la transformación interior, ahí empieza el salto cuántico. Ese es el ejercicio. Y por supuesto: que no se note.
Lo haces con el pensamiento. Cada vez que esa persona se atraviese en tu pensamiento (aunque no esté presente) porque trae a tu mente un recuerdo que en su momento fue desagradable, en ese momento haces el ejercicio: ¡qué maravilla! Esta persona, en su momento me dio la oportunidad de conocer mi limitación. Ahora que lo estoy recordando le voy a desear con mi pensamiento lo mejor de la vida a esa persona; le voy a desear salud, prosperidad, abundancia, felicidad, excelentes relaciones; ojalá el Padre la ilumine, ojalá la oriente por el camino que le lleve a tener una vida absolutamente extraordinaria y excelente. Eso es lo que voy a pensar de esa persona cuando se me atraviese en mi pensamiento. Ese es el ejercicio para el salto cuántico. Si yo empiezo a pensar “ojalá le vaya muy mal”, ese es el ejercicio para irme para abajo.
Cuando la energía está baja es cuando hay que entrar en meditación y aislarse un poquito para subir la energía. Los mecanismos para poder dirigir el pensamiento voluntariamente requieren energía. Entonces, si yo no tengo energía, lo primero que voy a hacer es recuperarla. Las técnicas son: durmiendo, llevando mi mente y mi atención a otras cosas que sean agradables en su momento, haciendo ejercicio para quemar las adrenalinas que se generaron, con una alimentación sana; todo esto va a hacer que la energía suba. Cuando mi energía suba ya voy a tomar mi pensamiento con la voluntad y lo dirijo.
Me gustaría recordar algo: no hay ninguna situación que me robe energía, yo le cedo mi energía a la situación. No es que la situación me robe la energía, porque pareciera que eso fuera algo involuntario mío, no, es algo voluntario aunque inconsciente cuando yo cedo mi energía a una situación o a una persona. Eso es una decisión mía consciente o inconsciente. El ejercicio consiste en que yo me entrene en no ceder mi energía involuntariamente, que yo mantenga mi energía. Y para no ceder mi energía necesito mantener mi serenidad y la única forma de mantener mi serenidad es comprendiendo la oportunidad que existe dentro de la situación misma.
Si alguien te habla mal hay que verlo como una oportunidad inmejorable para que yo no ceda mi energía, para que yo no pierda mi paz, para que yo no pierda mi capacidad de servicio, para que mi interior no se altere. Me está dando esa oportunidad, por lo que le agradezco a esa persona que me haya insultado. Eso no lo vas a decir, que no se note. A la persona le vas a decir algo que tiene que ver con la humildad. Lo que le vas a decir es: entiendo que te sientes mal y estoy seguro de que yo cometí un error para que tú te sintieras mal (esto se lo voy a decir desde humildad) y quiero decirte que si me equivoqué en algo, por favor me perdones, no fue mi intención hacer algo para que te sintieras mal. Dime si puedo enmendar o corregir eso de alguna manera.
Esa sería la forma de expresar humildemente a la persona que me esté insultando, pero internamente primero necesito haber hecho el trabajo y ver esa situación como algo maravilloso, como una oportunidad. Si primero no hago esto, no voy a poder manifestar lo otro. Ese es el ejercicio para dar el salto cuántico, estamos en el ejercicio de ascenso espiritual; son retos, pero esos son los ejercicios.
Yo puedo entender perfectamente que esto es un reto para nuestro desarrollo espiritual (porque todos hemos vivido y estamos viviendo este tipo de experiencias). Es como la persona que va a participar en una competición y ve que los otros atletas están mucho más entrenados y dice “igualarlos es un reto, pero yo puedo”. Aquí tengo doble oportunidad:
- Que estoy aprendiendo a amar a la persona que me puede estar atacando. Eso me hará un salto cuántico.
- Necesito trabajar las opiniones de las demás personas que no entienden lo que hago, ni la razón por la cual lo hago, y que ni siquiera se lo puedo explicar porque no tienen información para entenderlo.
Entonces tendré que hacer que no se note, y ese es el doble ejercicio. Con la persona que te diga que te lavaron el cerebro, que estás loco, que no tienes personalidad; a esa persona le tienes que decir: tú tienes toda la razón al interpretar eso de esa manera, solo que la razón por la cual yo hago esto es porque sencillamente he comprendido que aquella persona no tiene la culpa de lo que a mí me pasa (eso sí le quieres dar información) y he comprendido que no tengo porqué perder mi paz. Entiendo que tú puedes suponer que pierdo mi paz, pero no, estoy trabajando para que no sea así. Esa puede ser una forma, si a la persona le interesa escuchar esa información, pero si no entiende esa información, o no le interesa, entonces te puedes inventar una técnica de maestría que le suene lógica al ego de la otra persona.
Esa técnica puede ser la siguiente: es que yo no estoy haciendo eso por gusto, es que tengo un interés en eso (ya sea económico, o interés en un negocio) pero no hago esto porque me guste. Eso es para neutralizar. Recuerda que no hay una persona que me está haciendo daño. Hay una persona que está cometiendo errores, o por lo menos está haciendo cosas con las que yo no estoy de acuerdo (así no sean errores). Necesitamos entender que yo me estoy haciendo daño con lo que otro hace, y yo voy a dejar de hacer eso. Esa es la oportunidad de desarrollo espiritual. Me dispongo a servirle con todo mi amor a esa persona que está cometiendo el error.
Esa persona puede interpretar eso como: “¡qué bien!, entonces yo puedo seguir haciendo esto” e intensifica su situación. Pero si quieres hacer pedagogía con él, o quieres confrontar a esa persona, ese es otro ejercicio diferente. En muchas ocasiones es necesario confrontar a las personas, yo diría que es indispensable; pero lo que necesitamos evaluar son dos cosas:
- Si yo soy la persona apropiada para confrontarlo o no lo soy.
- Si es el momento oportuno de hacerlo o no lo es. Eso ya es desde la sabiduría.
Si he decidido que yo soy la persona apropiada para confrontar y he decidido y observado que la confrontación puede ser útil en un momento dado, entonces voy a hacer eso, pero sin perder la calma, porque si pierdo la calma lo que hago es lo que ya hemos visto de la ley del igualado: pierdo la autoridad completamente cuando me igualo.
Entonces, sin igualarme voy a confrontar porque decidí que eso era lo apropiado. A la persona que está cometiendo el error o está teniendo la actitud inapropiada, la voy a decir: mira, tú tienes derecho a manifestar todas las actitudes que tú quieras, pero en este caso (como es confrontación) le voy a decir: no estoy de acuerdo con esa actitud y quiero decirte que con esa actitud habrá ciertas cosas a las que tú no tengas acceso. Es tu decisión. Ahí ya lo estoy confrontando, porque encontré que era oportuno confrontarlo para que él se diera cuenta. En ese caso es como cuando utilizamos una técnica pedagógica con un niño: yo estoy dispuesto a servir a ese niño sin condiciones y sin restricción alguna, pero a servirle, no a perjudicarle.
Por poner un ejemplo, el niño me pide el desayuno a gritos y con insultos; él tiene derecho a eso. Yo voy a hacer una confrontación amorosa, voy a servirle con información. ¿Qué información le voy a dar sin condición y sin restricción?: mira hijo, la forma apropiada de tener acceso al desayuno no es con gritos, insultos, ni patadas, más sin embargo tú si puedes tener acceso al desayuno si utilizas estas herramientas; y le explico cómo se solicita, cómo es armónico, cómo es agradable de esa manera lo puedes obtener.
Voy a usar una herramienta pedagógica: tienes derecho a pedirlo de esa manera, pero el resultado es que no hay desayuno. Eso no quiere decir que yo no le estoy sirviendo, al contrario, yo le estoy sirviendo con la información que le permite a él verificar que una actitud no es la herramienta apropiada para obtener un resultado. Le estoy sirviendo. Dejaría de servirle si me igualo con él, dejaría de servirle si lo agredo y aun dejaría de servirle si me quedo callado. Esto es lo que necesitamos evaluar desde sabiduría.
Por favor, no te iguales, si me igualo perdí la autoridad, perdí la serenidad y desbaraté todo lo que estaba trabajando. En el ejemplo del niño agrediéndote tú te vas a decir esto en tu interior: este niño tiene todo el derecho a insultar, a agredir, a la pataleta; pero también tiene el derecho de verificar por sí mismo que ese método no da buen resultado. Ahí yo lo estoy sirviendo y simultáneamente estoy haciendo mi trabajo espiritual. Mantener la paz ahí, es la oportunidad. ¿Queda claro?
Y recuerda la diferencia entre aceptar algo y estar de acuerdo: aceptarlo significa que yo comprendo que esa situación existe, que esa situación es necesaria para la experiencia y que esa situación es perfecta para las dos personas: tanto para mí para verificar mi desarrollo espiritual, como para la otra persona para verificar el resultado de su actitud. Comprendo que es perfecto, lo acepto como perfecto. Cuando digo no estoy de acuerdo, significa que yo no haría eso, es decir, no me voy a igualar. Pero si ya lo veo desde una carga interna como el “no me gusta”, si no me gusta ya me estoy sintiendo mal, aunque no lo exprese.
La idea del ejercicio que estamos presentando en este momento (que es un ejercicio para hacer un salto cuántico en desarrollo espiritual), es que yo llegue a la situación interior de cero alteración, pero con 100% de acción eficiente de sabiduría. Esto es un reto, porque inicialmente me siento mal, pero cuando yo me siento mal lo único que estoy reconociendo es mi limitación interior. No estoy reconociendo que la otra persona haga algo bueno o malo, ese no es mi problema, si lo evalúo de esa manera ya me equivoqué.
Necesito evaluarlo como que lo que hace él es perfecto para él, perfecto para su experiencia y es el complemento perfecto de mi desarrollo espiritual. Sería la forma de evaluarlo. Si ya lo evalúo de esa manera, puedo entrar al 2º paso de sabiduría que es el de la acción. Mi acción tendrá que ser consecuente con el proceso interno de paz, y por eso con toda la serenidad la persona puede confrontar diciendo: mira, no es la forma apropiada, lo que tú estás haciendo no da resultado.
Te voy a dar una herramienta que sí da resultado, pero no me estoy sintiendo mal con él. Y si a los 5 minutos ese niño vuelve a mí y con todo el amor me pide el desayuno, con todo el amor se lo hago. (No le voy a decir “ahora no te lo hago”, porque ahí perdí otra vez la oportunidad). Ya lo hizo correctamente.
¿Te estás dando cuenta de la extraordinaria oportunidad que tenemos todos los días de nuestras vidas para disfrutar intensamente cada momento presente? quien haga eso da el salto cuántico, se pasa inmediatamente a otro nivel. Mientras no lo he hecho no hay ningún problema, los maestros esperan a que lo demos, ¿cuánto tiempo? el que sea necesario, ellos no tienen afán.
El salto cuántico es cuando me voy de un nivel a otro. Si estoy en el 3er nivel y hago todo el trabajo interno para irme al 4º, acabo de dar un salto cuántico, porque es una cuantificación totalmente diferente de energía y de experiencias. Y si me voy al 5º o al 6º, son nuevos saltos cuánticos. Mientras me comporto dentro de la relación de la dualidad, dentro de la ley de los opuestos, peleando con los opuestos y sufriendo por ellos, no hago ningún salto, estoy dentro de la experiencia, y eso es lo que hemos estado haciendo mucho tiempo. Vale la pena intentar un saltito.
- ¿CÓMO PUEDE SABERSE QUE UNA PERSONALIDAD ESTÁ ADQUIRIENDO LAS CARACTERÍSTICAS DEL FUTURO?
Empieza a disfrutar cada momento de su vida, sin perder para nada la capacidad de servir sin condición o sin restricción alguna, manteniendo su felicidad (cero sufrimiento) y manteniendo su paz interior (cero reacción), porque está trabajando con la 3ª virtud: servicio incondicional (al que sea y como sea). Está disfrutando.
Si tú eres el cajero y te llegó un cliente muy alterado y te insultó porque te demoraste, entonces tú dices: ¡qué extraordinaria oportunidad!, le voy a prestar mi mejor servicio y además le voy a pedir perdón porque él se sintió mal conmigo. El ejercicio de la práctica diaria consiste en lo siguiente: cuando tú te levantes por la mañana después de una noche de sueño reparadora y tu energía está alta para iniciar la acción del día y en ese momento están en paz, porque hasta ese instante no ha habido ninguna confrontación; te vas a decir esta frase antes de iniciar tu día:
“HOY ME PROPONGO DISFRUTAR INTENSAMENTE TODO LO QUE ESTE DÍA TRAIGA PARA MÍ. PADRE, YO HE DESARROLLADO UN PLAN DE TRABAJO PARA EL DÍA DE HOY, PERO SI TÚ DISPONES ALGO DIFERENTE A ESO, CUENTA CONMIGO, IGUAL LO VOY A DISFRUTAR”.
Esa es la propuesta para la mañana. Lo primero es que yo me estoy haciendo una propuesta a mí: yo me propongo disfrutar este día y todo lo que él traiga (no tengo ni idea de lo que va a traer). Esa es la propuesta para mí.
En segunda instancia voy a reconocer que yo tengo un plan de trabajo para ese día (lo que sea que yo me haya propuesto hacer), y entonces digo: Padre (porque voy a contar con su voluntad) yo tengo un plan de trabajo para hoy, pero si tú dispones algo diferente, cuenta conmigo porque igual estoy dispuesto a disfrutar lo que suceda en el día de hoy.
Cuando suceden cosas que se salen de nuestros planes habituales es porque son experiencias necesarias. No voy a luchar contra ellas. Si no sucede nada, cumplo mi plan, pero igualmente lo disfruto. Esa es la propuesta para el salto cuántico, llegar a hacernos esta propuesta es porque ya hemos trabajado muchos procesos, conocimiento de las leyes, de la aceptación, de las virtudes; yo me puedo hacer esa propuesta sin herramientas, pero no voy a tener el más mínimo éxito.
Cuando ya tengo herramientas por lo menos puedo decir ¡qué bonito!, por lo menos puedo disfrutar los 5 primeros minutos del día. Eso ya es un éxito, mañana trataré de disfrutar 10. Ese es el reto maravilloso: disfrutar lo que creíamos que eran dificultades, pero para poder cambiar en nuestra mente recuerda que las dificultades no son tales, las dificultades son solamente las oportunidades maravillosas que la vida presenta para el desarrollo espiritual.
A eso lo llamamos problemas y dificultades; en adelante llámenlo: la extraordinaria oportunidad que la vida me da para alcanzar mis 3 virtudes. Llámala de esa manera para que sientas entusiasmo, porque si digo “esto es un problema formidable” lo fortaleces. Voy a decir: “esta es una oportunidad maravillosa para el desarrollo de mis virtudes”, háblale bien a tu mente, no vuelvas problema lo que es oportunidad.
Vamos a repasar lo que aprendimos en esta entrada. Aprendimos que:
- Algunas personas, en su Conciencia ya conocen el futuro. Fíjate que dije en su Conciencia, no en su personalidad.
- Las Conciencias visitantes necesitan aprender a amar y a servir, porque precisamente a las Conciencias visitantes les está faltando la 3ª virtud. ¿Por qué siempre la 3ª? Porque en el orden secuencial del aprendizaje, aprendemos la 1ª virtud (que se llama: ser feliz) y una vez hemos aprendido la 1ª, la 2ª será más fácil (mantener la paz sin reaccionar ante nada). Una vez tenemos esas dos virtudes, ya tenemos la herramienta para la 3ª (servir sin condiciones). Pero mientras yo no tengo las dos primeras virtudes, difícilmente voy a servir sin condiciones, porque sirvo con malestar y eso no es sin condición, eso es con condición.
Por eso la 3ª virtud es la última que se adquiere y por lo general la persona que ya logra no sufrir, que logra no reaccionar, lo consideramos ya un ser de convivencia armónica, pacífica y respetuosa, eso ya es un hermano superior. Pero aun así puede ser que la 3ª virtud (servir sin condición) no la ha desarrollado. No hay ningún problema con que no la haya desarrollado, para hacerlo hay un lugar maravilloso: el planeta tierra. Pero toda Conciencia entra al planeta tierra y toma una personalidad terrestre con todas sus limitaciones y se le olvida, se le duerme su Conciencia y ya no recuerda nada, sino que está frente a un problema. Ese es el asunto.
- Algunas Conciencias visitantes encarnan en la tierra solo por amor a nosotros. Cuando hay amor, hay cero ego. Alguien que encarna por amor es porque comprende que hay otras personas que lo necesitan, aunque él no necesita de ellos. Ese es el punto máximo de amor. La persona verifica que alguien lo necesita, y aunque verifica que esa persona no tiene nada para ofrecerle en sabiduría, va a ir hacia él porque le necesita. Ese es el punto de amor; si ahí no hubiera amor, la persona diría: es que yo ya no tengo nada más para aprender, me voy; pero regresar cuando ya no tiene nada más por aprender es el punto de amor.
Por eso recordemos que los hermanos mayores, después de 40.000 años de evolución humana, para llegar a hermanos mayores están 40.000 años más enseñando sin tener nada que aprender de nosotros. Enseñando solamente por la ley de amor y por la ley de compensación del amor que recibieron. Esa es la virtud extraordinaria, la 3ª virtud.
- También aprendimos:
- Cómo ubicar la personalidad en el presente: Soltando las cargas y las nostalgias.
- Y cómo puede crearse en la personalidad la característica del futuro: disfrutando intensamente.
Estamos hablando fundamentalmente de un cambio de nivel de Conciencia, que genera por ley de correspondencia un cambio de nivel de estructura social, un cambio en el nivel de la forma de relacionarnos, y un cambio inmediato en el nivel de la forma de percibir el entorno, mucho más satisfactoria.
En cuanto al cambio dimensional, recordemos que éste tiene que ver con manejos energéticos. El campo dimensional son 40 dimensiones del universo, pero en nuestro interior como tal, en el campo mental tenemos hasta la 9ª dimensión. Por lo general, nuestra mente vibra en la 5ª dimensión (eso lo llamamos la cotidianidad, los pensamientos cotidianos, es decir, cuando evaluamos las situaciones de la vida desde los procesos opuestos como comparación). Cuando nuestra mente entra en procesos muy conflictivos de sufrimiento, o de angustia, o de miedos; entonces nuestra mente entra a vibrar en la 4ª dimensión. Y cuando nuestros pensamientos entran a una situación donde no hay dualidad, sino que es algo maravilloso, de satisfacción y empezamos a tener una total armonía, nuestra mente comienza a vibrar de la 6ª dimensión hacia arriba, pudiendo llegar hasta la 9ª. De ahí en adelante es el campo de la Conciencia.
Esos saltos cuánticos dimensionales a nivel mental tienen una relación directa con mi manera de pensar, con mi manera de interpretar la vida y con mi manera de relacionarme con el mundo. Simultáneamente con ese salto cuántico dimensional (a nivel del pensamiento) hay otro salto cuántico que es la correspondencia social dentro de la 3ª dimensión, que se llama correspondencia física. En la medida en que vamos creando en nuestro interior una condición de afinidad amorosa, la correspondencia externa empieza a manifestarse de la misma manera: mejores relaciones, mejor satisfacción, mayor abundancia; y finalmente vamos a llegar a la correspondencia con los hermanos superiores, que ya es otro nivel de civilización. Esos son los saltos cuánticos, ambos empiezan desde un proceso mental.
Por tanto, los saltos que estamos proponiendo son:
- Nuestra proyección espiritual sobre el mundo físico que genera una relación con el mundo físico muy superior.
- Un estado mental (totalmente dimensional) que está asociado a mi forma de pensar y a la forma en que proceso la energía en mi mente a través del pensamiento.
Estos dos saltos se logran cuando empiezo a pensar de una manera diferente acerca de la vida y de ahí a relacionarme de una manera diferente con el mundo. Esto nos da unos niveles muy superiores tanto internos (como experiencia), como externos (como relaciones). Los dos son válidos.