Contaminación mental. Muchas personas tienen miedo de que su mente pueda ser afectada por una serie de contaminaciones externas, comúnmente llamadas: Mensajes Subliminales, Satanismo, Espiritismo y Magia Negra. También le temen a la influencia que sobre ellos pueda ejercer ciertos tipos de música, o los diferentes vicios que existen en el medio, los cuales, pueden llegar a producir limitantes dependencias mentales, y serias lesiones físicas.
Por lo general siempre escuchamos a las personas que tienen miedo a que les puedan suceder determinadas situaciones y muchas de ellas piensan que hay una serie de contaminaciones mentales que en algún momento dado pueden afectar nuestra vida, pueden afectar nuestra salud, o pueden afectar nuestra situación económica o de relaciones.
Vamos a estudiar cómo de cierto puede ser esto y qué podemos hacer cada uno de nosotros frente a ciertas circunstancias que existen en el universo y en el planeta.
Por ahora me gustaría que tuviéramos en cuenta una frase: el miedo es proporcional a la ignorancia personal. Es decir, el miedo es algo real, es algo que efectivamente nos afecta, que puede tener una influencia muy poderosa sobre nosotros, más sin embargo ten en cuenta que esa influencia es proporcional a mi propia ignorancia, es decir, en la medida en que cada uno de nosotros va ganando sabiduría de la forma como funciona el universo, como funciona la mente, cómo funciona el cuerpo, cómo funcionan las leyes… el miedo ya no será necesario.
Por ahora, el miedo a lo largo de la historia de la humanidad ha sido necesario como una forma de defensa, pero ¿quién necesita defenderse? solo aquel que piensa que podría ser atacado, y ¿quién podría ser atacado? solo aquel que no sea capaz de respetar. Por lo tanto, si miramos esto inversamente, si yo tengo capacidad de respetar absolutamente a todos los seres del universo, entonces significa que yo no necesito defenderme, porque si yo respeto, seré respetado.
Si no necesito defenderme puedo desmontar totalmente esos programas de miedo que hay en mi interior, y que limitan mi vida. Esa es la idea para empezar no solamente a sanar nuestra mente y a sanar nuestro cuerpo, sino a sanar todas nuestras relaciones con el universo.
Para comenzar esta entrada del Blog me gustaría que tú encontraras la respuesta a estas preguntas Piensa a nivel individual, lo que tú encuentras en tu interior:
- -1. ¿Qué influencia tienen sobre ti los mensajes subliminales?
- -2. ¿Qué influencia puede tener sobre ti lo que se llama “el satanismo”, “el espiritismo”, o “la magia negra”?
Por MENSAJES SUBLIMINALES se entiende todas aquellas informaciones que sin ser directamente especificas o claras para nuestra mente, pueden ser aceptadas inconscientemente, subconscientemente por nosotros. Es decir, son mensajes muy rápidos que pasan desapercibidos por el razonamiento pero no pasan desapercibidos por la mente.
Por ejemplo, dentro de una lectura puede haber unas frasecitas muy cortas, unas palabras que tienen un significado diferente al que está dentro del mismo texto, pero tu razón las pasa inadvertidas. Esto se supone que puede estar dentro de propagandas, dentro de canciones, dentro de lecturas… dentro de muchas cosas.
Por ejemplo, en una pantalla de cine o de tv se supone que puede haber algunos mensajes escritos muy rápidos que la vista alcanza a captar pero la mente no alcanza a racionalizar. Se supone que esas informaciones pueden entrar a tu mente y producir un efecto.
Se entiende por mensaje subliminal todo aquello que aunque no pasa directamente por tu razón, si puede llegar directamente a tu mente. Hemos hecho estas preguntas porque algunas personas le tienen miedo a estas situaciones. Vamos a ver que hay en cada uno de nosotros. Tómate 3 o 4 minutos para que verifiques tus miedos al respecto de esto y vamos a ver qué encuentras.
Los mensajes subliminales son una realidad, pero que puedan afectarme depende de mí. Por ejemplo; en una sala de cine, dentro de la sección comercial, puede salir un letrerito muy rápido que diga: “compra bebida de tal marca”, se supone que la persona sale a la cafetería y cuando va a pedir un refresco, aunque haya tres marcas de refresco se supone que él pediría la marca específica que estaba en el mensaje.
El permitió que su mente captara ese mensaje, lo pensó y compró eso. Esa es una forma de propaganda o de estrategia comercial. Pero ¿qué pasa si la persona tiene muy definido qué es lo que realmente necesita o no? el mensaje subliminal no tendría mayor importancia, ya sea “tome Coca-Cola”, “fume Winston”, “tome ron de tal marca”… no tiene mucha influencia si la persona tiene muy claro cómo dirigir su vida. Pero si es una persona que le puede gustar el cigarrillo o le puede gustar el alcohol, es posible que de pronto se incline por alguna marca específica.
Sí hay alguna influencia, pero esa influencia está determinada por la misma característica de la persona. Para estar exentos necesito estar consciente de mí mismo y de mis decisiones, de lo contrario sí existe una influencia.
Lo que llamamos “SATANISMO” es algo simpático, digo simpático porque si tú miras la historia de la humanidad, resulta que antes se hacían exactamente lo mismo que llamamos ritos satánicos pero se hacían en nombre de Dios. Y no ha cambiado para nada, se sigue haciendo lo mismo, lo único que se le cambió fue el nombre.
En las culturas antiguas, lo que llamamos los sacrificios humanos o los sacrificios a los Dioses, tenían el propósito de agradar a los Dioses, tenían el propósito de rendirle un tributo o de pagar una contribución para que Dios nos apoyara. Estas civilizaciones antiguas decían que había que sacrificar personas para que hubiera buenas cosechas, para que los pueblos anduvieran correctamente, para que no hubiera guerras entre ellos… se le pedían una cantidad de cosas a los Dioses… y se suponía que había que pagarles un tributo, hacerles una ofrenda para que Dios nos pusiera atención, y esos eran los sacrificios humanos, donde se sacrificaba a una persona, se le sacaba su corazón sangrante y se le ofrecía a Dios. Hoy se llama satanismo, pero es lo mismo. En síntesis, no es nada más que la ignorancia lo que puede hacer esto.
Dentro del satanismo son prácticas de la ignorancia para pedir cosas, pero fíjate que podrá haber muchas formas de pedir cosas desde ignorancia. Algunas personas pueden suponer que se las piden a Satán o a cualquier otro individuo creado por la misma mente humana (no importa el nombre) y por supuesto puede haber una influencia desde la sugestión.
Ha habido personas que hacen sanación invocando al diablo y hay otras que hacen sanación invocando al maestro Jesús o a cualquier santo, ¿qué es lo que realmente pasa?, ¿cuál es el fondo? el fondo es una fuerza única, la fuerza de la sugestión de la misma persona sobre sí mismo, sin embargo todas estas cosas vienen a tomar características negativas en la ignorancia y se convierten en lo que podemos llamar satanismo.
Todos los símbolos (un Cristo con la cabeza hacia abajo o una estrella con la punta mirando no sé dónde…) eso no tiene ninguna influencia a menos que yo crea en eso. Igual la sugestión va a ser la misma, o no va a haber sugestión.
Fíjate la influencia que puede tener esto: hay personas que ven una mariposa y ya se llenan de pánico, hay otras que ven una mariposa y les parece un ser perfecto de Dios. Todo esto no es nada más que mi capacidad de sugestionabilidad y depende de mi ignorancia. En la medida en que nosotros vamos desarrollándonos esto ya deja de influir.
Los exorcismos es una situación que tiene que ver con lo que llamamos el ESPIRITISMO. ¿Qué se entiendo por espiritismo? se entiende la práctica de la evocación de espíritus. La evocación de espíritus es la evocación de personalidades desencarnadas. Más adelante vamos a trabajar para que nos quede claro qué significa cada cosa.
Los dos archivos espirituales del ser humano que nosotros ya conocemos, por otras entradas al Blog: el archivo de consciencia y el archivo de personalidad; en términos genéricos estos dos archivos se llaman archivos espirituales en la medida en que ninguno de los dos es un archivo físico, son de dimensiones no físicas. El archivo de personalidad, aun cuando no es físico, tiene una dimensión.
Por otro lado, también existe mucho TERRORISMO ESPIRITUAL. Tomemos ejemplo de lo que es advertencia y de lo que es terrorismo, son dos cosas totalmente diferentes. Advertencia puede ser que tú vas a hacer un viaje normal dentro de los seres humanos y tú empiezas a encontrar ciertos obstáculos: no te salió el pasaje, no pudiste llegar a tiempo, se te presentó un negocio que no podías aplazar, te quitaron alguna cosa precisamente para ese día… situaciones que entran a impedir que tú hagas ese viaje; eso son advertencias.
Terrorismo es cuando alguien te dice: va a estallar el planeta tierra, arrepiéntete porque si no te vas para el infierno. Resulta que si va a estallar o no el planeta, tú no puedes hacer nada, pero en cambio si se trata de un viaje, si puedes hacer algo: puedes decidir hacer ese viaje o no hacerlo, o irte para otro lugar… eso si puedes decidirlo, pero tú no puedes decidir los movimientos galácticos del universo.
Cuando alguien empieza a hablarte de “arrepiéntete…” eso se llama terrorismo, no hay nada de qué arrepentirse, lo único que hay que hacer es llenarse de amor. El que una persona se llene o no se llene de amor no cambia el orden de los acontecimientos galácticos, cambia su estructura mental interna.
Para mí no está muy claro a qué le tenemos nosotros miedo cuando hablamos de los cataclismos normales que se presentan dentro de las reacomodaciones del universo, y no es claro por dos razones:
- -1. Yo entiendo (espero que tú entiendas esto con facilidad) que en este momento somos seres temporales, es decir, lo que llamamos mortales. Este cuerpo físico todavía no tiene la condición del inmortal, es un cuerpo temporal.
- -2. La personalidad que tenemos en este instante, como tiene una serie de creencias aun no superadas es una personalidad temporal que entrará en disolución en un momento dado.
Esas dos situaciones son totalmente independientes de los órdenes galácticos o del funcionamiento del universo, no tiene nada que ver lo uno con lo otro. Independientemente de si estoy iniciando un ciclo de 14.000 años o de si lo estoy terminando, igual mi cuerpo tiene una codificación genética, que no varía por esa razón. Igual mi espíritu es inmortal, igual va y viene cuantas veces sea necesario.
Si yo soy un ser temporal físicamente y de personalidad, no puedo entender de qué se está preocupando una persona. Y si yo soy un ser inmortal que yo ya manifiesto mi materia a voluntad en el momento en que quiera y en el lugar que desee, no entiendo de qué puede estarse preocupando.
El motivo de la preocupación que nos lleve a hacer un terrorismo de orden espiritual es algo totalmente absurdo, porque los ritmos del universo son una cosa y los ritmos de evolución individual son otra cosa. Se aprovechan los dos pero son individuales, son desligados.
En cuanto a decir: ¡pero es que mire lo que está pasando!, hazte esta pregunta demasiado simple: una cosa es lo que está pasando y otra cosa es lo que a ti te está pasando, ¿son dos cosas diferentes o no? sufrir por lo que está pasando es tanto como no reconocer lo que a ti realmente te está sucediendo, que puede ser bonito, y si a alguien le sucede algo que puede ser un nivel de aprendizaje es porque necesita aprender algo de eso, y las leyes dicen claramente: a nadie le sucede nada que no le corresponda. ¿Cómo hago para hacerme correspondiente entonces? No confundas terrorismo con decisiones o advertencias.
Advertencias es si a ti específicamente te dicen: mire fulan@ de tal, pero obviamente que las leyes no hablan de esa manera, las leyes generan sucesos bloqueadores. Tú quieres irte del país pero no te dan el pasaporte… eso es un suceso bloqueador generado por las leyes. Te corresponde quedarte. O simplemente si a ti te corresponde irte del país te hacen una invitación a ocupar un cargo en el extranjero y te mandan el pasaje, el pasaporte y todo. Eso es otra señal diferente.
El que trae una función se le da todo lo necesario para que la cumpla, de hecho en estos días estuve viendo la película de Juana de Arco y ahí se ven claramente las leyes, porque una campesina analfabeta y supremamente joven, del orden de los 17 o los 18 años de edad es capaz de mandar a un ejército para derrotar a los ingleses, y solamente porque tuvo unas visiones que son la forma de los maestros de darle una función a alguien.
Le dieron esa función: Ud. tiene que hacer esto y la vamos a apoyar para que lo haga. Luego la mataron porque violó la ley. Cuando empezó el proceso del ego, del sufrimiento interno, el deseo de venganza… ahí violó la ley. Tenía una función claramente definida por ella y para ella misma: derrotar a los ingleses en Orleans y coronar al rey de Francia. Eso era todo lo que tenía que hacer, no era más.
Cuando hizo esas dos cosas vino la ley claramente y le dijo: ya no tienes nada más que hacer, ya no tienes un ejército a tu cargo, regresa a tu casa y vete a descansar. Juana hubiera terminado feliz su existencia, hubiera llegado a los 80 años. Ahí apareció el ego. Es tan sencillo, tan simple, tan elemental… el caso que estamos comentando de esta historia, la historia dice claramente: Ud. ya no tiene un ejército, Ud. ya no tiene el apoyo del rey, Ud. se está imaginando cosas que no son, dese cuenta, observe la realidad… ¿qué hizo que la persona se ponga una venda en los ojos? El ego, nada más que el ego, el orgullo, la ignorancia, la sed de venganza… esos son todos los elementos que no son de amor y que me hacen correspondiente con el problema. Ahí fue cuando tuve el problema.
Esta historia le pasa a todos los seres que se extralimitan. Violar la ley puede ser por omisión o por exceso. Por dejar de hacer lo que tengo que hacer o por tratar de hacer más de lo que me dijeron. El punto justo es el de la sabiduría.
¿Qué le pasó a Gandhi? le dieron la función de sacar a los ingleses de la India, lo cumplió con todo el apoyo de los maestros, de los ángeles, no tuvo ningún problema para eso… después ya quiso tomar su ego: si yo fui capaz de sacar a los ingleses también seré capaz de producir la paz en la India entre los Hindúes y resulta que esa no era su función. Ahí ya se salió totalmente del orden de lo que se le había encomendado, y el resultado siempre será el mismo.
Vamos a jugar entre el 3 y el 7, no más: jamás intentes algo menos de 3 veces, porque entonces puedes cometer el error de la omisión, es decir, no ponerle suficiente constancia, trabajo, esfuerzo… a algo, pero si después de 3 veces tú ves que las cosas continúan bloqueadas, no funcionando, entonces jamás excedas el 7. Mínimo 3 veces para saber que no estás cometiendo omisión y máximo 7 (más es terquedad) para saber que no estás cometiendo exceso, o sea, 4 más. Si a la tercera ya te funcionó, sigue por ahí, pero si después empieza a complicarse, inténtalo otras 4 y sino para. Cuando tú ya veas 4 complicadas para, porque ya te están avisando.
En Consulta de Psicoterapia un cliente me expuso: Vivo con una persona terriblemente negativa, que todo el tiempo se está inventando que van a suceder todas las cosas horribles. Él me está pidiendo información constantemente (con lo cual no es un caso que yo esté irrespetando por darle información) a pesar de que mi punto de vista es exactamente el opuesto al de él. Y yo todo el tiempo le estoy diciendo: deja de pensar negativo, no busquéis la venganza, no seas agresivo, no sigas pensando que te van a pasar cosas negativas… entonces él me dice: deja tu metafísica estúpida porque fíjate lo que sucede, ves que realmente sí me sucedió todo eso que estaba pensando…. Y yo le digo ¡claro que te sucedió! Y él me dice: es que me pasó realmente en el mundo físico.
¿Cómo le pruebo que él mismo lo creó?, ¿entiendes el círculo vicioso? yo le digo que él lo creó porque todo el tiempo está pensando esas cosas y él me dice que no lo creó, que realmente sucede y que mire lo que sucedió. Estoy en un círculo vicioso, en un bucle del cual ya no sé cómo salir, porque todo el tiempo él me está probando que suceden las cosas y yo todo el tiempo le estoy diciendo que es él el que las está creando.
Hay dos formas sencillas; él pueda verificar dos cosas:
- -1. Que a muchas personas no les sucede lo mismo que a él y a otras si les sucede. ¿Por qué razón a uno le suceden ciertas cosas y a otro no? si fuera solamente por el hecho de que las cosas suceden, entonces les sucederían a todos los seres por igual, las buenas y las malas, pero no es así ¿verdad?, es evidente que no es así. Esa es la primera observación.
- -2. La segunda es que cuando alguien insiste en ser terco solo se puede hacer una cosa: dejarlo, hasta que se produzca una ley que se llama la ley de saturación. Cuando la persona se satura del problema y ya diga “no quiero más de esto” entonces viene a buscar la información, pero en ese momento te creerá. Eso es todo lo que podemos hacer.
Para concluir esta parte vamos a decir lo siguiente: yo hago algo para que las influencias externas que existen me afecten (positivamente existen), no tienen por qué afectarme, pero yo hago algo para que me afecten. Igual podría hacer lo contrario, ¿cómo harías para que ninguna contaminación mental pueda actuar sobre ti? aquí tendríamos que hacer exactamente lo contrario de lo que está aquí: deja de creer cosas y dedícate a saber que tú eres una creación perfecta de Dios, y que mientras que no te salgas del orden perfecto de la creación de las leyes del universo, lo único que llegará a ti será armonía, paz y amor.
Saca de tu mente el demonio del pensamiento negativo, no importa lo que esté sucediendo, MANEJA TU PENSAMIENTO SIEMPRE DESDE AMOR. SIEMPRE PIENSA LO MEJOR, DI LO ADECUADO Y HAZ LO NECESARIO. ESA ES LA SABIDURÍA. Apártate de tus miedos y de tus fobias, esto puede requerir una Psicoterapia Personalizada o un entrenamiento.
Los sueños de miedo son los reflejos de tus pensamientos diurnos, diarios, que se reflejan en el mundo de los sueños, entonces hazte la resolución de enfrentar tu miedo, decir: no permitiré que nada altere mi paz interior y te vas a decir esta frase: “TODO LO QUE YO HAGA CON AMOR FUNCIONA BIEN”, no importa cuál sea la situación presente. Sufrir me hace correspondiente con situaciones negativas. Si yo dejo de sufrir y comienzo a asumir mi vida sin culpar a nadie, ya estoy siendo ajeno a las influencias. Y finalmente: no violes las leyes y apártate de los vicios del pensamiento, apártate de los vicios de la palabra y apártate de los vicios de la acción.
- Vicio del pensamiento: pensar cualquier cosa que no deje paz y armonía.
- Vicio de la palabra: hablar mal de cualquier cosa, persona, situación o circunstancia.
- Vicio de la acción: (hay 3) el de agredir físicamente a los demás, el de hacer lo que no te corresponde o el de intoxicar tu cuerpo con elementos que no son apropiados para tu estructura biológica.
Esos son los vicios que generan las correspondencias con las contaminaciones mentales.
Si yo dejo de violar las leyes, si me pongo en el orden del universo, ninguna influencia externa podrá afectarme para nada. Eso te lo puedo asegurar, pero requiere entrenamiento, requiere comprensión, requiere que yo trabaje en mi desarrollo espiritual.
Para acabar con las fobias hacemos unos ejercicios concretos que los detallamos en nuestros Talleres de Psicología Transpersonal, que periódicamente iniciamos en la Asociación de Psicología Transpersonal Cajal, porque las fobias son programas de defensa subconsciente instalados en nosotros y necesito sacarlos de allí y trascenderlos. Vamos a aprender a hacer eso también, te aseguro que es relativamente fácil, aunque requiere un entrenamiento.
Depende de cada uno de nosotros lo que puede afectarme o lo que no puede afectarme. Como están nuestros sistemas de creencias, si yo creo que algo puede afectarme, así será, pero eso lo creo yo mismo. Pero si yo llego a comprender algo diferente: que nada puede afectarme a mi diferente a lo que yo mismo decido, entonces me convierto en una persona invulnerable. El problema no es lo que pasa a nuestro alrededor, sino lo que pasa dentro de mí, o lo que yo hago con mi propia mente.
Decíamos que ¿cómo harías para que ninguna contaminación mental pueda actuar sobre ti? Básicamente son cosas sencillas:
- -1. Saber que nada puede dañar mi mente a menos que yo mismo lo haga (esto ya no es cuestión de creer, es saber).
- -2. Estar siempre lleno de pensamientos puros de amor.
- -3. Estar en una actitud de respeto hacia todos los demás.
- -4. Estar siempre expresando la capacidad de servicio y aceptación de todo cuanto existe.
Eso nos hará invulnerables. Más adelante, en nuestras próximas entradas del Blog, vamos a profundizar más aún en algo que está dentro de la ley del universo que no es difícil de verificar, a veces nos da miedo hacerlo, es: renunciar totalmente a cualquier nivel de defensa o de agresión, para saber que eso nos hace invulnerables. Suena en nuestro mundo algo incoherente para las personas comunes y corrientes que no tengan un conocimiento de sabiduría.
Si yo bajo todas las defensas, ¿cómo me puedo hacer invulnerable? Exactamente así es como sucede, porque cuando armo todas las defensas, estoy invitando a la agresión. Eso no lo sabemos nosotros pero lo verificamos a cada instante de nuestras vidas, por eso, para poder ser libre de cualquier posibilidad de contaminación mental externa, necesito yo mismo llenarme de paz y de amor y saber que nada puede dañar mi mente mientras yo mantenga amor en mí. Eso será lo que nos haga invulnerables.
Vamos a afirmar con esta frase algo que los maestros nos han contado muchas veces: Asumir la vida con sabiduría es el mejor antídoto contra las contaminaciones mentales. Recuerda que asumir la vida significa que yo renuncio a culpar a nada, ni a nadie de lo que yo pienso, de lo que a mí me pasa, de lo que yo decido, de cualquier situación que se origina en mí mismo, no tengo por qué culpar a nadie, puesto que se origina en mí mismo y tampoco tengo por qué culparme a mí mismo si llego a cometer un error, porque sabemos que el error es necesario y hace parte de los diseños de nuestros propios destinos para poder aprender algo nuevo.
En la medida en que yo asuma totalmente mi vida, asumo mis sentimientos, asumo mis pensamientos, asumo mi destino, asumo mis funciones… entonces dejo de ser susceptible a ningún tipo de contaminación externa de ninguna naturaleza. Preocuparnos por las influencias externas es simplemente porque yo creo que pudieran hacerme daño.
No es así, sin embargo recuerda que existen unas leyes sencillas en el universo:
- La ley de correspondencia.
- La ley de causa y efecto.
Si tomamos en cuenta estas dos leyes; la ley de correspondencia dice que a nadie le sucede absolutamente nada que no le corresponda. Si a alguien le sucede algo desagradable, esa persona sin saberlo se hizo correspondiente con esa situación. Puede ser que inmediatamente no sepa cómo lo hizo, pero se hizo correspondiente. Igual cuando a alguien le sucede algo maravilloso, no es buena suerte, simplemente esa persona se hizo correspondiente con ese evento extraordinario en su vida, puede ser que sepa cómo lo hizo o que no lo sepa, pero eso a la ley no le interesa, nos interesa a nosotros, la ley simplemente se cumple.
La ley de causa y efecto es la que nos permite comprender la necesidad del respeto de la paz interior. Cualquier cosa que yo haga, que yo piense, que yo decida…tiene un efecto sobre lo externo y ese efecto va a producir una causa y eso obviamente va a regresar a mí. Constantemente, cada uno de nosotros, consciente o inconscientemente está recibiendo lo mismo que ha estado emitiendo.
Esto por lo general no lo hacemos conscientemente. A veces nos quejamos de cosas que llegan a nosotros que no sabemos cómo manejar, que nos parecen desagradables y que nos parecen limitantes, y no somos conscientes de que eso que está llegando a nosotros no es nada más que el resultado de lo que yo mismo he estado emitiendo y haciendo a través de todos los canales de emisión y comunicación que tenemos: pensamiento, palabra y obra, es decir, lo que yo pienso, lo que yo digo y lo que yo hago tienen una influencia más profunda de lo que yo mismo podría suponer, regresa hacia mí como una avalancha.
Si yo he estado pensando en amor, si yo he estado hablando en amor y si yo he estado actuando desde amor, ¿qué regresará a mí? regresará abundancia de amor.
Y qué relación hay entre amor y destino, es decir, ¿puede ser que yo haya estado enviando amor, pero que por destino me corresponda por ejemplo, tener una enfermedad muy grave, tener un accidente muy grave, o tener un hijo con un problema, o cosas de ese estilo? ese destino no estaría presente en alguien que ya tiene esa capacidad.
El destino tiene una razón de ser. Cuando vienen estas situaciones desagradables, es porque aún no has alcanzado cierta sabiduría, ya con sabiduría no tendría esa circunstancia o la superaría. Digamos que cualquier circunstancia que se presente en la vida de una persona es algo que la persona no acepta, es decir, no comprende.
Cuando yo no acepto y no comprendo, ¿qué tipo de pensamientos, actitudes y acciones tengo yo ante algo que no acepto y no comprendo? generalmente estoy en rebeldía y estoy en agresión y eso es lo que estoy emitiendo y eso mismo es lo que regresa.
Vamos a ver ahora que en algunos momentos de nuestra vida, el destino está presente y no sabemos a veces qué hacer con él, sin embargo en la medida en que vamos comprendiendo y desarrollándonos espiritualmente, aprendemos a manejar el destino y a salir de él. Saldremos totalmente del destino en algún momento, puede ser ahora o más adelante, pero saldremos del destino totalmente.
Por ahora estamos planteando algo para liberarnos de la posibilidad de contaminaciones externas y estábamos diciendo que regresa a nosotros lo mismo que yo estoy emitiendo, esto se llama la ley de causa y efecto. Aquí es el sustento científico y filosófico de la necesidad de no armar defensas, porque las defensas son formas de agresión.
Mientras yo esté pensando en defenderme, mientras yo esté pensando en que hay una cantidad de cosas que pueden afectarme, eso es lo que yo estoy emitiendo, por eso realmente alcanzar ese estado de paz interior y de satisfacción y éxito exterior depende solamente de los tres elementos: pensamiento, palabra y obra.
No sé si tú te has dado cuenta con cuanta facilidad caemos en la tentación de hablar mal (de las situaciones, del país, de las personas… de cualquier circunstancia) es fácil caer en esa tentación ¿verdad? Y ¿qué tal la de pensar? esa es más frecuente. Puede ser que en nuestro caso particular que estamos en la búsqueda de nuestro desarrollo espiritual, ya nosotros no hagamos algo físicamente, es decir, en la parte de la obra, ya no se nos ocurre agredir a alguien físicamente, pero todavía seguimos con las otras dos y fácilmente caemos en esas tentaciones.
Hay dos formas de estar desprevenido:
- -1. O soy un ser totalmente inocente, no estoy enterado de nada, no conozco nada, no tengo ningún miedo porque no sé nada (es el que está totalmente desprevenido, no le pasa nada).
- -2. O la condición inversa a esa: soy una persona de total sabiduría y pensamiento puro. También estoy desprevenido, pero no por ausencia de información, sino por comprensión de la información.
Pero estar desprevenido es precisamente no estar ofreciendo resistencia. Cuando no hay resistencia no puede manifestarse fuerza alguna. Sin embargo, la persona con sabiduría tomará en cuenta algo que llamamos las advertencias. En las advertencias toma en cuenta algo supremamente simple: no hagas cosas innecesarias, porque eso es retar el destino, y no hagas cosas ante las cuales la vida te haya advertido que no las hagas, porque eso sería terquedad. Eso es todo, por lo demás puedes estar totalmente desprevenido.
Es decir, si yo no necesito ir a un sitio peligroso, porque no tengo nada que hacer allí, pues no voy. Pero si tienes alguna función que cumplir y es necesario, entonces ve lleno de amor y de paz desprevenidamente. Eso es todo. Pero si vas a ir a algún lugar y ves señales de que no lo hagas (porque esas señales vienen de los ángeles) entonces obedécelas. Eso es todo lo que se necesita para vivir en paz, en armonía y no tener ningún riesgo. No es más, fíjate que son cosas simples y sencillas.
¿Qué significa ser obediente? obediente es si yo tomo en cuenta las señales que la vida me da. Cuando una persona ha renunciado totalmente a cualquier tipo de agresión, o de defensa, o de violencia de ninguna naturaleza (ni pensamiento, ni palabra, ni obra) no encontrará resistencia alguna.
Sin embargo, los ángeles pueden determinar que en algún momento no deba ir a algún lugar por alguna situación, por ejemplo: en un lugar va a suceder algo de cualquier índole: humano o geológico o cualquier otro aspecto. Los ángeles ya lo saben. Como esa es una persona que está en pensamiento puro y no le corresponde estar en ese lugar, entonces los ángeles evitarán que llegue a ese lugar, o lo apartarán de ese lugar (si la persona les hace caso). Si no les hace caso, entonces, si es terco se hace correspondiente con una situación que no era necesaria.
La intuición ayuda, lo que sucede es que a veces confundimos la intuición con el miedo. Yo lo que tengo es miedo y digo que es intuición. Pasa con frecuencia.
Las advertencias son muy específicas, es cuando básicamente a ti te están diciendo mediante ciertas señales que no vayas a tal lugar. Cuando se dificultan ciertas cosas o cuando recibes ciertas informaciones… no las informaciones generales puesto que esas no significan nada, sino informaciones específicas de alguien que ni siquiera tiene idea que tú piensas ir a algún lugar y desprevenidamente te cuenta algo que no tendría ninguna necesidad de contarte, ahí puede haber una señal.
La frase de “cada uno se labra su propio destino”, es totalmente cierta. El destino es necesario comprenderlo bien. La palabra correcta sería “cada uno diseña su propio destino” y por supuesto, ya estando aquí dentro de un cuerpo físico, cada uno vive su propio destino y puede aprovecharlo y transformarlo o dificultarlo, depende de cómo lo enfrente. El destino es un diseño producido desde el archivo de conciencia del hijo de Dios en nosotros. Es un diseño pedagógico.
Comprendámoslo bien, el destino no es algo malo ni muchísimo menos, es una oportunidad de aprendizaje extraordinaria, maravillosa, inmejorable… que como toda oportunidad demanda cierta dificultad. Por ejemplo, para que una persona llegue a ser el director de una compañía con un excelente sueldo y una prerrogativas extraordinarias que quizás no tenga ningún otro empleado en esa compañía, eso no es cuestión de suerte, eso es cuestión de preparación interna, eso es cuestión de disposición al servicio, al compromiso y a muchos aspectos que necesita esa persona para acceder a ese cargo.
Para llegar a prepararse para acceder a ese cargo, en pensamiento, palabra y obra que implica eso, ha sido para él todo un reto de vencer una serie de dificultades para poderse preparar para adquirir la experiencia necesaria para comprender la necesidad del compromiso… para todo esto ha tenido que enfrentar una serie de situaciones que eran un reto, eran aparentemente dificultades pero en realidad eran oportunidades. Si la persona las aprovechó bien, entonces los demás que están observando dirán: “fulan@ tiene buena suerte” y no tiene ninguna buena suerte, no se dan cuenta de que tuvo necesidad de hacer un esfuerzo para aprovechar las dificultades en su preparación.
El destino es eso, un diseño pedagógico. El destino no es nada más que el diseño que elabora el espíritu antes de venir a la materia con el propósito de completar un espacio de información que aún no se ha completado en su conciencia. La contrapartida del destino se llama la misión. Para decirlo en términos muy sencillos: destino es lo que necesitamos aprender y misión es lo que tú puedes enseñar. No puedes enseñar lo que no sabes, por lo que para enseñar algo tienes que saberlo y para poder saber algo tienes que haberlo aprendido a través del destino.
El destino se diseña en el campo espiritual, pero como sabemos que la conciencia no vive experiencias porque la conciencia es incontaminable, entonces el archivo mental donde se codifica la personalidad es la que recibe el diseño del destino. La recibe con una información después de nacer, es decir, esa información comienza desde el momento de la concepción y es donde el destino se va a instalar, y eso se llama sistema de creencias.
El trabajo del destino consiste en transformar el sistema de creencias en un proceso de comprensión. Eso se llama aprovechar el destino. La comprensión va modificando las creencias convirtiéndolas en sabiduría. Esto significa que la comprensión nos libera del destino, nos libera de las situaciones desagradables, nos libera de todo lo que son los errores y los errores tienen un precio.
Por supuesto que tienen un valor: el valor de lo aprendido a través del error, pero tienen un precio: el resultado de mi error, es el precio que yo pago por la sabiduría (el resultado de los errores), pero ese es un precio que vale la pena pagar, porque la sabiduría no puede comprarse con ninguna cosa. No vamos a ver el destino como algo malo, sino como una oportunidad, es un reto, tiene dificultades, pero es la oportunidad más maravillosa que tenemos los seres humanos.
El diseño es perfecto. Ese diseño del destino consiste en escoger cómo va a llegar el sistema de creencias a mi mente, a mi personalidad. Va a llegar a través de que yo escoja unos padres apropiados con la ignorancia suficiente, que yo escoja un lugar adecuado para vivir esa experiencia, que yo escoja unas funciones y unas circunstancias necesarias y apropiadas para la experiencia de mi propio destino. Una vez esa conciencia se involucra dentro de la materia, se instala el diseño del destino sobre la personalidad, sobre la mente.
Entonces la mente queda debidamente programada para sufrir. La mente programada para sufrir llega un momento en que se satura de sufrimiento y comienza el proceso de limpieza de las creencias y transformación en un proceso de comprensión. Así es como evolucionamos todos.
Desde el instante de la concepción comienza la formación del sistema de creencias, pero en las partes iniciales básicamente es la información que va a la mente subconsciente o inconsciente, porque no tenemos recuerdos claros de memorias de nuestros primeros años de vida. No tenemos realmente una memoria consciente ni de la experiencia en el vientre materno, ni de los 3 o 4 primeros años de vida, por eso todos esos archivos generalmente están en el subconsciente y no dejan de actuar constantemente. Ante cualquier estímulo externo las impregnaciones o programas del subconsciente se disparan, sin que tú sepas porqué, pero ahí las reconoces.
Las experiencias de aprendizaje son totalmente inversas y opuestas. Por ejemplo: si alguien no ha aprendido el respeto a la vida, eso significa que él estaría irrespetando la vida de todos los demás seres, porque no ha aprendido ese pedacito. ¿Cómo lo aprende? necesita entrar a una experiencia donde precisamente a él no se le respete, para que pueda experimentar en carne propia, en sentimiento propio, el resultado del no respeto.
Yo lo que he llegado a verificar, en mis años de profesión, es que a menos de que haya una comprensión profunda de que no existe el mal ni el bien, de que no existe el culpable, que yo no puedo ni culparme a mí, ni culpar a nadie. Mientras yo no haya comprendido claramente eso, cualquier proceso psicológico que yo haga, llámese terapia, llámese psicoanálisis, llámese psiquiatría o lo que tú quieras… va a ser un proceso temporal. Temporalmente útil pero no definitivamente como un resultado, porque vuelve y se genera el problema desde la incomprensión.
Supón que yo tengo una gotera aquí y para solucionar el problema de la gotera coloco un tarro que recoja la gotera. Entonces llueve y el tarrito se llena y cuando el tarrito ya se va a desbordar, para que no me moje el tapete entonces cojo el tarrito y lo desocupo y vuelvo y lo cuelgo. Estoy evitando que el tapete se moje, pero tendré que estar vaciando el tarrito a cada rato. Eso es lo que se hace en una terapia. Eso no es tapar la gotera, eso es descargar las emociones o los conflictos acumulados, pero vuelven y se acumulan.
Es como la persona que va a que un terapeuta le alinee sus chacras y 15 días más tarde vuelve a estar desalineado. O la persona que se va de vacaciones para desestresarse y 15 días después de regresar de las vacaciones está nuevamente estresada. O la persona que se aísla para subir su energía vital porque no puede manejar una situación, cuando llega nuevamente a la situación su energía vuelve a bajar, son situaciones temporales. No digo que no sean útiles, que no sean necesarias, pero son temporales.
Mientras la persona no comprenda profundamente la esencia de amor, la liberación definitiva no será posible, siempre serán liberaciones temporales. Esto es lo que pasa con estos procesos, no es que no sean útiles, pero son temporales, de mejora temporal.
Por eso te digo que en algún momento dado eso sucederá, que te llegará la luz a tu mente, cuando te satures del problema de recibir violencia y de vengarte con violencia. Cuando te satures de eso entonces estarás listo para que la luz llegue a tu mente y habrá muchos mecanismos para que te llegue. Eso es para todos los seres humanos, porque todos los seres humanos y todos los seres del universo en conciencia somos hijos de Dios, pero en experiencias diferentes.
Por supuesto, si el archivo de conciencia no se completa en este momento, se completará después, pero algún día se completará, tenemos 40.000 años para hacerlo. La parte de comprensión que está en el archivo mental pasa al archivo de conciencia después de la muerte por una razón: porque la comprensión que cada uno de nosotros tiene en este instante en la mente es una comprensión consciente, es decir, está despierta, es la que yo puedo usar ahora, mientras que la comprensión acumulada como verdades en la conciencia está dormida, no es la que yo puedo usar ahora.
Si yo fuera a pasar mi comprensión mental, consciente, ahora, sin haber dejado el cuerpo a mi archivo de conciencia que está dormido, entonces yo me quedaría sin comprensión en este instante y quedaría como el ignorante puro, porque no tengo ninguna comprensión. La comprensión es lo que cada uno de nosotros está haciendo en este instante y a lo cual puede aferrarse para acelerar su proceso evolutivo.
Cuando ya se pierde la forma, entonces ya el trabajo con el sistema de creencias no puede hacerse porque se perdió el cuerpo experiencial, en ese momento ya no es necesaria la personalidad y se disuelve el sistema de creencias y se libera la comprensión que es asimilada por la conciencia. Eso es lo que sucede después de dejar el cuerpo. Mientras tanto es lo que estamos usando cada uno de nosotros. Si yo logro disolver totalmente mi sistema de creencias sin perder la forma, ¿sabes qué pasaría? ya se vuelve un maestro, asciende, esa es la posibilidad.
El gozo está solamente en la comprensión, el gozo no está en el sistema de creencias. LA CAPACIDAD DE SER FELIZ, DE AMAR O DE GOZAR, O DE DISFRUTAR, DEPENDE DE LA COMPRENSIÓN QUE LA PERSONA TIENE EN SU INTERIOR, NO DEPENDE DE LO QUE PASA A SU ALREDEDOR. Mientras yo sufra con algo que pasa a mi alrededor, solo hay una razón: no acepto lo que está pasando y si yo no acepto lo que está pasando es por una sola razón: porque no lo comprendo. Lo estoy mirando desde mi ignorancia y no desde mi sabiduría.
En la interacción de los seres que ocupamos los mismos lugares pero no los mismos desarrollos espirituales, hay una gran importancia en esa interrelación, porque esto es lo que llamamos el sistema eslabonario de la evolución donde sucede algo muy sencillo: el universo es una cadena gigantesca que va desde Dios hasta lo más profundo de la materia, pero esa cadena compuesta por miles de millones de eslabones siempre tiene una característica típica relacionada con la triada; un eslabón cualquiera va a tener una relación directa con el que está debajo de él y con el que está encima de él.
Con los otros eslabones tiene relaciones indirectas, es decir, a través del eslabón pero no directamente. Cuando estamos inmersos dentro de una sociedad ocupando el mismo espacio, compartiendo constantemente con personas que bien pueden tener más desarrollo o menos desarrollo espiritual, entonces aquí se sucede el proceso maravilloso de la evolución. Las personas que están debajo de nosotros, ¿qué nos enseñan? nos muestran nuestras limitaciones.
Mis limitaciones pueden resumirse a una sola palabra: no aceptación del otro. Cuando yo no puedo aceptar al otro, esa es una limitación mía y esa limitación me la está mostrando precisamente aquél que está debajo de mí, ese es el que me muestra mis limitaciones, a ese tengo que darle más profundamente las gracias que al que está arriba, porque ese es el que me permite evolucionar, ese es el que me está enseñando a trascender realmente.
¿Qué me muestra el que está arriba? el que está arriba me muestra una información que como él está arriba esa información es superior a la que yo tengo, por eso la llamamos información de sabiduría. Supón que este eslabón es un discípulo, en el eslabón de arriba está el maestro. El maestro está dando información de sabiduría al discípulo para que aprenda a manejar sus limitaciones que le está mostrando el eslabón de abajo. Esa es la necesidad de la interacción simultáneamente, en el mismo espacio, en el mismo lugar, de personas con diferentes niveles de desarrollo de conciencia. Sin esas diferencias la evolución no es posible, porque no hay como contrastar, ni aprender, ni experimentar. Por eso todo lo que sucede es perfecto, necesario y maravilloso.
La ley de correspondencia sabemos que es una ley que determina las condiciones y características correspondientes para un proceso cualquiera ¿qué proceso corresponde a esto? La de causa y efecto es una ley más pequeña en la medida en que solamente tiene que ver con la experiencia temporal de la personalidad. La correspondencia es más amplia porque desde la conciencia ubicamos los destinos, los lugares, los padres… por correspondencia, mientras que causa y efecto es aquí, lo que yo hago hoy aquí y ahora en pensamiento, palabra y obra. Es lo que determina la ley de causa y efecto para mí.
La ley del talión, es la ley del segundo y del primer nivel de evolución (nosotros estamos en el tercero). Cuando no hay unas normas codificadas para la convivencia más o menos democrática (que se da en el tercer nivel) entonces se aplica la ley de la venganza, la ley del silencio, la ley del más fuerte o la ley talión, todo esto es lo mismo. Es decir, venganza para controlar los procesos de no respeto.
Te pongo un ejemplo de tres de las mil vidas de una persona y supongamos que esa persona hizo un aprovechamiento perfecto de la experiencia de las tres opciones de vida:
- -1. La persona es un sicario, su función es asesinar, primera experiencia de vida, termina esa experiencia de esa manera, siendo sicario. Lo mataron por correspondencia y punto.
- -2. La persona nace para ser víctima de sicarios, pero no él, sino su entorno familiar más cercano y al cual está más apegado. Supongamos que aprovecha la segunda experiencia de una manera excelente y dice: yo esto no se lo desearía ni a mi peor enemigo, esto es lo peor que le puede pasar a un ser humano. En ese caso renuncio a vengarme porque es hacer lo mismo que estoy recibiendo y es lo que no quiero para nadie.
- -3. Ya no le correspondería esa situación. Pero supón que la 2ª experiencia no la aprovechó: me voy a vengar hasta matar al último de los que existen. En ese caso la 3ª experiencia sería igual, la repite, perdió el curso.
Ahora volvamos a las contaminaciones mentales, observa lo que pasa en tu interior ante las contaminaciones externas. La idea es no permitir que las influencias externas actúen sobre ti, sino que tú disciernas claramente qué es lo que deseas obtener y hacer con eso. Vamos a mirar algo: las decisiones siempre son mías al 100%, nada ni nadie puede tomar una decisión por mí, cada uno de nosotros decide qué hacer, qué pensar, qué decir frente a una situación. Por eso te puedo asegurar que el culpable no existe en ningún caso, en ninguna circunstancia. Vamos a liberar nuestra mente del culpable, del error y del resentimiento, de la venganza… porque todo eso son limitaciones mentales, eso se llama no asumir mis decisiones.
Las decisiones tomadas desde una rigidez mental llevan a la persona a saturación de sufrimientos, porque es lo que veíamos en la 1ª pregunta: la persona entra en una pelea o entra en una huida, en ambos casos va a tener conflictos externos e internos, porque si en la pelea gana, se gana un enemigo y si en la pelea pierde se gana una frustración, se gana una decepción. El aspecto de decidir pelear (que es precisamente lo que llamamos no asumir mi experiencia de destino), es lo que me lleva a tomar decisiones equivocadas.
Si la persona está actuando para decidir desde sabiduría, entonces la comprensión mental lleva a la persona a la independencia interior, es decir: su paz, su armonía interior, su equilibrio… no dependen de lo que pasó fuera, no dependen de las influencias externas, sean positivas o negativas. Si yo dependo de una influencia externa positiva para poder tener paz, ¿qué está pasando conmigo? soy esclavo de eso y yo tengo que estar dependiendo de esas situaciones para poder tener paz, porque si encuentro otras situaciones entonces no tengo paz y yo soy vulnerable y soy manipulable. Si dependo de situaciones positivas para ser feliz, soy manipulable y si soy manipulable estoy sujeto a que las contaminaciones negativas puedan destruir mi paz interior. En ambos casos la decisión es mía.
Por eso la idea de la invulnerabilidad y el asumir total de mis decisiones, de mis pensamientos, de mis actitudes, (pensamiento, palabra y obra), asumo mis pensamientos, asumo el verbo: lo que yo estoy diciendo y asumo mis acciones frente al mundo sin culpar a nada, ni a nadie. Son mis decisiones; a veces puedo equivocarme y entonces aprendo de esto y cuando acierte entonces lo convierto en parte de mi comprensión (ya sé cómo se obtiene un acierto). Y así voy transmutando mi ignorancia. Esto nos lleva a la independencia espiritual.
¿Qué tipo de decisiones puedes tomar desde tu flexibilidad mental? Estamos hablando de que la persona rígida siempre toma la decisión de pelear o de huir. La persona con flexibilidad mental posiblemente toma otras decisiones que se originan en él mismo. No es que él sea influido por lo que sucedió fuera, lo que pasó fue algo diferente: él tomó una decisión frente a lo que sucedió fuera, pero tomó una decisión de flexibilidad o de mayor sabiduría.
Decíamos que es muy importante aprender a decidir, porque en la medida en que yo asuma la totalidad de mis decisiones me convierto en una persona totalmente libre de cualquier contaminación externa, libre de tomar mis decisiones y libre de asumir mis experiencias sin culpar a nada ni a nadie. Esto nos dará una capacidad de aprender a decidir respetar, decidir amar y esto nos permitirá acceder a lo que llamamos el Pasaporte del Ciudadano Universal.
Nosotros siempre estamos decidiendo, pero las decisiones tienen dos posibilidades:
- -1. Que se originen en mi ignorancia.
- -2. Que se originen en mi sabiduría.
Las decisiones que se originan en mi ignorancia tienen una relación directa con mi propio destino, mientras que las que se originan en mi sabiduría, tienen una relación con la misión o con aquello que me puede traer una gran satisfacción. Por eso es importante aprender a decidir, lo que no podemos evitar es decidir, eso siempre lo estamos haciendo. Mientras no nos hemos dado cuenta de este principio cometemos uno de los errores más comunes entre los seres humanos: culpar a los demás de las decisiones que yo tomo. Eso no será posible que suceda, cada uno de nosotros toma sus propias decisiones acertadas o no, y necesita asumir sus resultados.
Esos resultados nos van mostrando precisamente el nivel de ignorancia o de sabiduría, y así nos vamos desarrollando espiritualmente. Las decisiones que una persona pueda tomar desde su rigidez mental llevan a saturación de sufrimientos, es decir, las decisiones tomadas desde ignorancia, desde creencias, no van a dar un resultado positivo. Los resultados van a mostrar desde dónde tomo yo esas decisiones.
Cuando los resultados negativos se van produciendo sucesivamente en nuestras vidas, llega un momento en que la persona dice: algo está pasando, yo no quiero más de esto, yo no quiero sufrir más, no quiero seguir en esta problemática… entonces toma la decisión de hacer un cambio interior, a empezar a pensar diferente y a tomar otras decisiones más sabias. Es decir, no podemos permanecer todo el tiempo sumidos dentro de la ignorancia porque finalmente la saturación llega a sacarnos de allí.
Las decisiones que se toman desde comprensión mental nos llevan a una independencia interior que llamamos la libertad, que llamamos la paz, que es el desarrollo espiritual y cuyo resultado será la satisfacción en todo lo que hagamos interna y externamente. Para que yo mismo decida asumir lo que sucede fuera de mí, es decir, soy yo el que decide y determina si una influencia puede afectarme o no, en conclusión: NO PUEDE AFECTARME NADA DIFERENTE A LO QUE YO MISMO DECIDO, entonces no hay porqué preocuparnos de las contaminaciones externas, soy yo el que decido eso.
Como ya sabemos que yo mismo decido todo, ahora lo que necesitamos pensar es cómo y desde dónde voy a tomar una decisión que pueda mejorar mi vida, que pueda mejorar mi condición mental, que pueda mejorar mis relaciones externas… ¿qué tipo de decisiones son esas? Las decisiones que pueden liberar son decisiones basadas en la comprensión. Fíjate que hay dos tipos de decisiones y básicamente se originan en dos aspectos fundamentales:
- -1. En miedo (son las más típicas).
- -2. En comprensión (que son las que estamos buscando).
Una decisión tomada desde comprensión, ¿qué tipo de decisión puede ser esa?
- -1. Es una decisión interna de renunciar a cualquier aspecto que no me deje paz, armonía, felicidad… una sensación totalmente armónica en mi interior.
- -2. Es una decisión de acción frente a un entorno, que es una decisión de respeto hacia los demás, que es una decisión de valoración de lo que existe y de no interferencia con ninguna cosa, simplemente es la decisión de servir y de apoyar en la medida que los demás lo requieran o lo acepten.
Esas son las decisiones sencillas. Cuando cometemos un error, sencillamente tomé una decisión equivocada, sin culpar a nadie voy a preguntarme qué aprendí de esto para no volver a cometer ese error.
La flexibilidad mental es la que me permite a mí tomar decisiones para ceder y adaptarme a las circunstancias y respetar a los demás. La única forma de tomar decisiones con sabiduría es desde la comprensión. ¿Y cómo sé que lo estoy haciendo? los resultados me lo muestran claramente. Los resultados internos y los resultados externos.
En este aspecto del asumir, lo más importante es comprender dos cositas muy sencillas:
- -1. Realmente los adultos no estamos sujetos a las contaminaciones externas, los niños sí, porque están formando su personalidad. Pero cuando yo ya tengo una información en mi mente, esa información que yo tengo (sea falsa o sea verdadera), la única persona que puede transformarla soy yo mismo, y por supuesto que cualquier información que llegue a mí cuando yo ya tengo una personalidad formada, va a entrar a lo que llamamos el discernimiento: yo voy a evaluar desde mis creencias o desde mi sabiduría qué tipo de información es esa, y yo mismo voy a decidir si la acepto, o no la acepto. Por lo general lo que hacemos es algo muy sencillo sin darnos cuenta: aceptamos información que concuerda exactamente con nuestras creencias o con nuestra sabiduría. No es que yo esté sujeto a una influencia, es que estoy aceptando algo que está de acuerdo con lo que yo mismo tengo.
- -2. Cuando una persona dice que ha sido contaminada por una información negativa, un mensaje subliminal, o un proceso satánico, en realidad lo que sucedió fue algo totalmente diferente: la persona ya tenía ese sistema de creencias en su mente, y eso era parte de su propio destino y para él fue muy fácil aceptar algo que ya estaba en él.
Pero si la persona tiene una comprensión diferente de la vida y del universo, una contaminación de este tipo no será afectada por su mente, de ninguna manera. Entonces el problema no es lo que pasa fuera, el problema es lo que pasa dentro.
¿Cómo modifico lo que pasa dentro? por decisión propia de modificarlo. ¿Qué puede llevar a una persona a tomar la decisión de modificar lo que pasa dentro? que se haya saturado del sufrimiento que produce su propia ignorancia, esto es lo que le lleva a hacer un cambio, no es otra cosa. Lo demás es toda nuestra problemática de no asumir, es fácil echarle la culpa a los demás, o al medio, o a las circunstancias, o al universo, o a Dios… de lo que a mí me pasa, eso es fácil, lo que cuesta un poco más de esfuerzo es reconocer que el problema está en mí y que yo necesito hacer un trabajo sobre mí mismo.
Si yo digo que el problema no es mío, sino de fuera, de alguien, yo ya me quité la necesidad de hacer un trabajo, es una forma de evadir una realidad interna, pero eso es temporal, porque eso no me va a dar una solución. Yo puedo culpar a los demás, pero con eso mi problema no se va a solucionar, necesito reconocerlo y trabajarlo, eso se llama asumir.
Fíjate que el asumir es algo que estamos trabajando, pero durante miles de años de cultura lo que hemos aprendido es exactamente lo contrario: a culpar y no a asumir. Asumir es renunciar total y definitivamente a culpar a nadie, ni a nada, por cualquier situación personal. Nadie tiene la culpa de lo que yo siento, ni de lo que a mí me pasa, ni de lo que yo vivo, ni de lo que yo pienso, esas son decisiones mías.
Por supuesto voy a reconocer los dos niveles internos:
- -1. Nivel de sabiduría.
- -2. Nivel de ignorancia.
¿Cómo? Por el resultado que tengo interno y externo. SI hay una no aceptación, mi resultado interno no es de paz, es de sufrimiento, es de angustia, es de crisis. Y el externo tampoco, porque entonces empiezo a expresar eso y lo que hago es dañar las relaciones.
Esto es importantísimo que lo podamos introducir a nuestra mente: ningún ser humano, en ningún lugar del universo tiene un problema por causa de otra persona, eso no existe. Nuestros problemas son estricta y exclusivamente personales. Ahí comenzó el asumir, cuando yo comprendo esto. Por eso te he estado explicando la no existencia del culpable. Mientras yo piense que existen culpables y esa es mi idea, de cualquier género de culpables, o que me culpe a mí mismo… yo no he comprendido nada. Cuando yo pueda entender que el culpable no existe en ningún caso, ni en ninguna situación, desaparecen inmediatamente dos cositas supremamente limitantes de la mente:
- La idea del castigo, o de la venganza, o del rencor, o del resentimiento.
- Los sentimientos de culpa interior.
Y esto abre la puerta inmediatamente a la auto transformación, ya no hay a quién culpar, ni a quién castigar, se acabó mi problema (por lo menos la mitad del problema).
Si en Consulta de Psicoterapia me llega un cliente que tiene un hijo con problemas en el colegio, vamos a intentar algo; si el chico está teniendo problemas en el colegio, tú puedes llamarlo y le puedes decir esto: resulta que yo estoy para apoyarte, estoy para servirte y estoy para amarte, pero no para imponerte ninguna cosa, no estoy para obligarte a nada, porque eso no sería parte del amor, tú eres dueño de tus decisiones y yo las respeto. Si deseas información, cuenta conmigo. Esa es la función de los padres, no más. Si tú deseas estudiar, cuenta con mi apoyo para estudiar. Si no deseas estudiar, cuenta con mi respeto para que vivas la experiencia de no estudiar, pero no te voy a obligar a nada, eso sí, asume el resultado de tu decisión de estudiar o de no estudiar, ese resultado lo asumes tú.
Te aseguro que se acaba el problema, porque el problema está en otra parte: en que el chico ya está acostumbrado a que siempre hay alguien que responde por el error o por la decisión de él y no va a madurar de esa manera. Por eso nosotros no maduramos rápidamente, porque no hacemos educación. Tenemos la infancia sin asumir, la adolescencia sin asumir, la juventud sin asumir, la madurez sin asumir y la vejez sin asumir, y morimos sin asumir.
Entonces volvemos a diseñar un nuevo destino para ver si aprendemos a asumir. Esto es muy sencillo: mientras tú asumas el resultado de la decisión de otra persona, cometes dos errores:
- -1. Culparlo a él.
- -2. Interferir con la evolución de él.
No hemos dicho que sea fácil, es un proceso del desarrollo espiritual. En la medida en que avancemos más vamos a ir trabajando en algo que nos dará la libertad total y absoluta; se llama el desapego total. Mientras yo esté apegado a algo, mientras yo quiera que las cosas funcionen, mientras yo dependa de algo o de alguien, yo soy un esclavo mental y soy un esclavo de mi propia ignorancia porque soy yo el que me apego, soy yo el que no acepto, soy yo el que quiero imponerle a los demás un comportamiento, soy yo el que quiero que ellos sean felices, mi función no es hacer felices a los demás, mi función es hacerme feliz a mí. Mi función no es que los demás tengan éxito, mi función es tener éxito yo.
De acuerdo con la cultura eso sería egoísmo, pero la cultura tiene muchos fallos graves. La sabiduría nos dice otra cosa que no nos dice la cultura: para poderle servir a alguien positiva y poderosamente, tú tienes que tener primero dos herramientas:
- -1. Necesitas saber cómo se le sirve a alguien.
- -2. Necesitas tener con qué servir, con qué apoyar.
Si no tengo esas dos cosas ¿qué le puedo ofrecer a los demás? yo no puedo dar lo que no tengo, no puedo enseñar lo que no sé. Fíjate en nuestra INCOHERENCIA CULTURAL: yo no sé cómo ser feliz, yo no sé cómo amar, yo no sé cómo tener éxito… pero si supongo que le puedo enseñar eso a los demás.
¿Te das cuenta? yo quiero que tú seas feliz. ¡Qué incoherencia tan gigantesca! si yo no soy feliz, ¿cómo puedo decirle a otra persona que quiero que sea feliz?, ¿qué es lo que le enseño?, ¿qué es lo que le muestro?, ¿para dónde lo guío y lo oriento? si no tengo ni idea de cómo ser feliz, no tengo ni idea de cómo amar, no tengo ni idea de cómo tener éxito, no tengo ni idea de cómo tener paz interior… no tengo idea de nada de eso, pero si les estoy exigiendo a los demás que hagan aquello que yo no pueda darles, ni mostrarles, ni enseñarles… ¿qué les estoy pidiendo? Ese es el error.
La función no es esa, el trabajo es otro, el trabajo es: yo me hago feliz a mí mismo, yo aprendo a amar, yo aprendo a tener paz y por supuesto tendré una herramienta para guiar a otros. Pero si yo no he hecho esto, esto no tiene ningún caso. El trabajo es con nosotros y para nosotros.
Con las demás personas:
- -1. No te apegues, suéltalos.
- -2. Ámalos, ya sabemos que amarlos es usar las herramientas.
- -3. Respétalos.
- -4. Acéptalos.
- -5. Asume tus situaciones.
- -6. Dales información.
- -7. Permíteles
Si no les permites asumir, les causas un gravísimo perjuicio, perjuicio que todos hemos recibido como parte de nuestros procesos de evolución. El no permitirnos asumir nuestras decisiones limita el proceso de maduración. Entonces, niños inmaduros, adolescentes inmaduros, jóvenes inmaduros, viejos inmaduros, ancianos inmaduros… ¿por qué no maduramos, cuál es la razón? porque como el niño si es influenciable, como el niño si es manipulable, entonces lo llenamos de ideas absurdas que no le permiten asumir.
Ese problemita es de los adultos, pero cuando yo ya soy adulto, el problema ya si es mío, ese es mi destino. Es importantísimo comprender que mientras yo esté queriendo que los demás se comporten como yo pienso o yo quiero que sea, estoy totalmente equivocado. Lo que puedo hacer respecto a las demás personas es amarlos, es respetarlos, ¿cómo hago eso?
- -1. Lo hago desde paz
- -2. Lo hago con sabiduría y les doy la información apropiada (si la tengo).
- -3. Permito que cada quién viva sus experiencias y asuma sus decisiones (él mismo, por sí mismo).
Mientras no aprenda a hacer esas tres cosas tan sencillas, ni dejo de sufrir, ni permito que los demás maduren. El problema de los padres con los hijos se llama miedo a sufrir por lo que a ellos les pueda pasar. Porque si el chico no estudia entonces el chico va a tener problemas en la vida, pero yo no quiero sufrir por eso. Eso no se llama amor, eso se llama egoísmo, eso se llama ignorancia.
Estamos disfrazando la ignorancia de amor, estamos disfrazando el egoísmo de amor y amor no es eso; amor no es sufrir por los demás, amor no es imponerles a los demás cosas para que yo me pueda sentir bien viéndolos a ellos bien. Que yo me sienta bien o mal es totalmente independiente de las demás personas, no tiene que ver con ellos.
Tengo mejores herramientas para servirle a alguien si yo tengo sabiduría, necesito aprender a amar, necesito aprender a ser feliz, necesito aprender a tener paz, necesito aprender a ser espiritualmente independiente. Esto es lo que necesito aprender. Cuando yo aprendo esto, tengo una excelente herramienta para servir a los demás, no importa quienes son los demás.
Suelta, suelta, no somos dueños de nada, ni de nadie. La experiencia de cualquier persona a nuestro alrededor, por cercana que sea, no es la que determina mis estados de paz, o de insatisfacción, eso lo determino yo mismo por mí mismo. Como no he comprendido esto tan simple que se llama la ciencia del asumir, lo que hago es lo elemental de la ignorancia: culpo al otro de que yo no me siento bien: como tú no estudias, yo tengo un problema, como tú te peleaste en el colegio con los profesores, yo tengo un problema, como tú no asumiste lo que tenías que asumir, yo tengo un problema… ¿eso será cierto? Esa persona tiene un problema, no yo.
Espero que esto esté clarísimo, porque ¿cuándo vamos a asumir nosotros? ¿Cuándo estamos asumiendo la vida? deja de culpar. Si yo tengo un hijo y suspendió una materia, o se peleó con los profesores, o lo expulsaron del colegio… ¿yo tengo un problema? Yo no tengo un problema, hay una situación de una persona (no importa si es hijo o no) que necesita resolverse y para eso necesito apoyarlo con información, pero sufrir por él, o asumir por él, o culparlo a él, no es sabiduría.
Hemos repetido muchas veces: no tenemos ningún problema fuera, siempre será dentro. Cuando las personas vienen a los Talleres de Psicología Transpersonal y hablan de sus problemas y les decimos que el problema está en su interior, entonces el ego se empieza a defender: ¡qué bonito!, encima que los demás me agreden, me pisotean, me insultan, me atacan… ¡y el culpable soy yo!… Obviamente necesitamos explicarles que no estamos hablando de culpables, sino que estamos hablando de situaciones por resolver. Los demás te pueden agredir, pisotear, pasar por encima de ti… pero el problema no es ese, el problema es que tú te has hecho correspondiente con eso. Y ¿cómo resuelves eso? cambiando tu correspondencia interior y no culpando a los demás. Espero que esto esté clarísimo.
Entonces fíjate bien, ceder por ignorancia o ceder por sabiduría… son dos cosas totalmente diferentes. La persona que cede por ignorancia, generalmente lo hace por miedo. Hay cuatro miedos (para que tú los ubiques):
- -1. El miedo a perder.
- -2. El miedo a enfrentar.
- -3. El miedo a ser abandonado.
- -4. El miedo a morir.
Estos son los cuatros miedos básicos, limitantes de nuestro proceso humano y de los cuales necesitamos liberarnos. Mientras yo esté tomando decisiones desde cualquiera de estos miedos, estoy tomando decisiones desde ignorancia, porque el miedo solo está sustentado en una sola razón: mi ignorancia de la abundancia y la perfección del universo, es lo que me puede llevar a tener miedo. El miedo es proporcional a la ignorancia y si tomo decisiones desde miedo, tomo decisiones desde ignorancia.
Tomando el ejemplo del colegio, yo tomo una decisión porque mi hijo tuvo un problema en el colegio y yo tomo la decisión de ir a poner allí la cara y de solucionarle el problema al chico. ¿Por qué lo hice, por qué tomé esa decisión?, ¿por amor? no, por miedo. Por miedo a perder (miedo a perderlo a él). Todos los miedos están originados en la ignorancia, son necesarios mientras no tengo la sabiduría. El miedo de alguna forma me protege mientras no tengo sabiduría, pero el miedo limita terriblemente la experiencia humana.
Si yo tengo una clara comprensión de la vida, si yo tengo una clara comprensión del significado de Dios, si yo tengo una clara comprensión de los procesos del universo, el miedo a morir no podría existir, porque:
- -1. Sé que soy un ser inmortal.
- -2. Sé que a nadie le puede suceder ninguna cosa que no sea correspondiente con él.
- -3. Sé que las correspondencias las creo y las origino yo mismo por mis propias decisiones y no por ninguna otra cosa.
Entonces, ¿a qué le tengo miedo? por eso decimos que el miedo es proporcional a la ignorancia misma. Cuando tomamos decisiones por miedo, obviamente son decisiones originadas en la ignorancia, cuyos resultados son dos cosas muy sencillas:
-1. Tú tienes una mente totalmente manipulable cuando tomas decisiones desde el miedo. Como a mí me da miedo que alguien deje de quererme (miedo al abandono), porque me da miedo que yo pueda perder algo (miedo a perder), o porque me da miedo hacer algo, entonces le digo a otro que lo haga por mí (miedo a enfrentar), entonces toma decisiones desde esos miedos y yo soy totalmente manipulable y los demás me manejan con el dedo meñique. Así de simple.
- -2. Lo que tengo es una actitud interferente, porque no permito que los demás asuman. Cada vez que alguien comete un error yo vuelo inmediatamente a solucionar su problema. Eso se llama la interferencia. Como yo tengo miedo, no permito que él asuma el resultado de sus decisiones. Lo perjudico a él y me perjudico yo, y todo eso lo hago porque tomé una decisión desde ignorancia.
Como estamos buscando salir de la ignorancia para podernos llenar de sabiduría y tener una vida plena de satisfacción, necesitamos aprender a decidir desde comprensión, no desde miedo. Es decir, decidir desde amor. La persona que decide desde amor, que decide por comprensión:
- -1. Tiene una mente invulnerable, es decir, él no es manipulable, no puede ser influido por ninguna contaminación externa a él.
- -2. Tiene una actitud respetuosa frente a los demás.
Tomando el mismo ejemplo del chico que va mal en el colegio, la actitud respetuosa es llamar a la persona y decirle: si tú no deseas estudiar, no lo hagas (estoy respetando su decisión). Si tú deseas estudiar entonces necesitarás tomar la decisión de adaptarte y de respetar las normas del colegio. Cualquiera de esas dos decisiones son tuyas, yo simplemente las voy a respetar. Si decides no estudiar, entonces dime qué otra cosa decides hacer para ganarte la vida y yo te apoyo. Y si decides si estudiar, yo te apoyo para que estudies, pero ni voy a sufrir por ti, ni te voy a imponer ninguna cosa, ni voy a asumir nada de los resultados que tú obtengas, eso es otra cosa, yo voy a apoyarte totalmente, pero no voy a asumir nada de lo tuyo. ¿Esto está claro? mientras yo no haga eso, no amo.
Nosotros no estamos haciendo un desarrollo sobre una base que ya está en equilibrio, no; estamos buscando salir de las limitaciones que tenemos aprendidas desde nuestra infancia, y a cualquier edad, y lo estamos haciendo. Con una buena educación no sería necesario hacer esto.
El problema es de educación y yo trato de solucionarlo con imposiciones y ya estoy cometiendo doble error. Como nosotros estamos trabajando para asumir, fíjate que la ciencia del asumir es una ciencia tan o más poderosa que la ciencia de la aceptación. Porque la aceptación me permite tener paz y el asumir me permite tener éxito. Dos herramientas que hacen al discípulo.
Si decido asumir totalmente mi vida y mis decisiones, entonces voy a ver algo demasiado simple: cuando cometo un error, asumo el resultado y comprendo que actué desde ignorancia. Después de asumir eso ¿qué hago? busco salir de mi ignorancia, busco información, hago entrenamientos y tomo nuevas decisiones y vuelvo y verifico mis resultados, hasta cuando logre tener resultados satisfactorios porque ya comprendí.
Eso lo hago independientemente de ninguna otra persona, sin culpar, sin juzgar, sin interferir y sin quejarme, porque ese es mi trabajo espiritual. Nadie puede hacerlo por mí. Uno de los problemas que nosotros tenemos para el asumir y que es ancestral, de la cultura, es el asunto de lanzarle a Dios todos nuestros problemas, que Dios me solucione esto, Señor en tus manos coloco esto… resulta que yo no estoy asumiendo mi vida, una cosa es que yo le diga a Dios: muéstrame el camino, guíame para hacer lo que me corresponde, ilumina mi mente para que yo comprenda de qué se trata este asunto del universo… eso es una cosa diferente a que yo le diga: Señor, mis problemas los pongo en tus manos. Ahí yo no estoy asumiendo nada. Mientras tenemos esa idea de que Dios soluciona mis problemas, no vamos a avanzar espiritualmente, porque Dios no soluciona mis problemas, porque los problemas no son de Dios, sino míos.
Esto es lo mismo que los padres con el hijo: el padre no puede solucionar los problemas del hijo porque los problemas no son del padre, sino del hijo. El padre lo que sí puede hacer es darle información, darle apoyo y darle amor. Eso es lo que Dios hace todos los días con nosotros: nos da información, nos da apoyo y nos da amor y puso el universo entero a nuestra disposición, pero si yo no lo aprovecho, el problema no es de Dios, yo tengo un problema de incapacidad, de no reconocimiento, de no asumir.
Fíjate desde dónde empieza el problema, desde que yo no asumo ni siquiera lo más elemental porque siempre estoy buscando alguien que solucione lo que yo necesito solucionar. Así no vamos a desarrollarnos espiritualmente.
Mientras yo no he asumido esto, ¿qué es lo que realmente estoy haciendo? estoy culpando, y cuando estoy culpando soy manipulable. Por eso la ciencia de asumir y de decidir es una ciencia profundamente liberadora. Aun cuando puede ser excesivamente sencillo y simple, la mente de cada uno de nosotros ya tiene unas creencias, ya tiene una información previa, que se opone a aceptar algo tan elementalmente simple como que no puede influir ni hacerme daño nada a mí. La mente no acepta eso con facilidad en razón a que llevamos miles de años de cultura diciéndonos lo contrario; diciéndonos que los demás si son culpables, que yo también soy culpable, que me pueden hacer daño, que existen muchos peligros, que el mundo es peligrosísimo, que cuidado con todo… esa información lleva miles de años.
¿Cómo hago para salir de ese problema? Hay una forma; cuando yo me saturo del sufrimiento, del problema, de la angustia, de mí no asumir, de mis bloqueos, y de todo eso… entonces digo: tiene que haber otra forma, ahí es cuando encontramos las herramientas de sabiduría. Si no las uso es como cualquier herramienta que no uses, como cualquier medicina que no te tomes, como cualquier ejercicio que no hagas, no sirve para nada. No sacamos nada con saber de qué se trata si yo no voy a aplicar esto.
Limpia de tu mente la idea del peligro, del culpable, de la manipulación, de las contaminaciones externas… no existen, soy yo mismo, con mis propias decisiones, con mis propios pensamientos, con mis propias actitudes quién determina por leyes de correspondencia y de causa y efecto lo que sucede en mi vida, nadie más que yo.
Dios como tal no va a solucionar ninguno de nuestros problemas, ni los maestros, ni los ángeles, ellos tienen otras funciones. Tú puedes esperar de Dios todo el amor, todo el respeto, todo el apoyo, toda la paciencia (si pudiéramos llamarlo así), pero no que solucione lo que tú tienes que solucionar por ti mismo, o asumir lo que tú tienes que asumir por ti mismo. Te esperará la eternidad, si es necesario que te espere la eternidad, pero Dios no va a cambiar lo que está en tu mente, eso lo cambias tú mismo.
Mientras no comprendamos lo elemental de este punto de asumir, cualquier situación que pueda estar afectando la vida de cualquiera de nosotros, interna o externamente, se origina única y exclusivamente en la misma persona que vive la situación y no en ninguna otra persona o ser del universo. Ese es el punto fundamental de la comprensión del asumir. Esto significa que igualmente la solución a esa situación está única y exclusivamente dentro del mismo individuo y no fuera en ninguna otra persona, o en ningún otro ser.
Mientras yo no comprenda esto que es la ley elemental del asumir, mis posibilidades de liberarme de los mundos de mortificación y prueba, mis posibilidades de convertirme en un ciudadano universal, mis posibilidades de alcanzar la maestría o de ser un ser invulnerable en mis sentimientos, no existirían a menos que yo comprenda esto tan elemental.
Espero que haya quedado claro qué es lo que hay que comprender: ¿Qué es asumir? La única persona que puede solucionar lo que a mí me pasa soy yo, nadie más puede hacer eso. Eso es asumir. Por supuesto, tenemos derecho a pedir información, tenemos derecho a apoyarnos, tenemos derecho a preguntar y tenemos derecho a investigar y por supuesto a equivocarnos, pero asumir los errores y sus resultados se llama madurez mental.
CULPAR A LOS DEMÁS ES EL VICIO DE LA HUMANIDAD, culpar a los demás supone evadir mi responsabilidad, no soluciono el problema y me siento muy tranquilo pensando que el problema es de otro y no mío y sigo todo el tiempo que sea necesario (pueden ser miles de años) en esa lamentable situación, ese es el problema del no asumir. El asumir conduce a la inmortalidad, porque permite tomar las riendas de tu propia vida sin ninguna situación de manipulación o de contaminación externa a ti.
Hay que tener presente la importancia que tiene el asumir, y sabemos que el asumir implica asumir mis decisiones frente a la vida. Recordemos que todo, absolutamente todo lo que sucede en la vida de un ser humano ha sido decidido por él mismo en diferentes instancias, en instancias espirituales cuando decidió diseñar su destino con un propósito de amor y en instancias de personalidad ya dentro de la forma humana cuando decidió tomar ciertas informaciones, o manejarlas, decidir ciertas actitudes, ciertos comportamientos, ciertos pensamientos… todo eso son nuestras decisiones y operan a través de las leyes; de las leyes de correspondencia y de las leyes de causa y efecto.
Los resultados que cada uno de nosotros va teniendo en la vida, nos muestran con toda claridad desde dónde he tomado yo mis decisiones; si las he tomado desde ignorancia o si las he tomado desde sabiduría. Como la sabiduría no es algo que nace con nosotros, es algo que se va desarrollando a través del proceso de evolución, es absolutamente normal y además necesario y por supuesto inevitable que inicialmente pasemos por estados de ignorancia.
El desarrollo espiritual consiste en ir saliendo de esos estados de ignorancia poco a poco e irnos llenando de sabiduría. Ese cambio lo vamos verificando en los resultados que obtengo y en el cambio de decisiones que yo mismo tomo. Por eso es tan importante empezar a codificar en nuestra mente la necesidad de asumir nuestras decisiones, las que sean.
El asumir es la ciencia de la liberación total y definitiva de nuestros procesos de estar anclados a los mundos de mortificación y prueba, mientras que la aceptación es la ciencia que nos permite la liberación interior del sufrimiento. Pero, ¿cómo hago para tener éxito en lo que hago con respecto a lo externo? esa es la ciencia profunda del asumir.
Cuando ya he logrado asumir totalmente mis decisiones, entonces me sentiré absolutamente libre y feliz porque comprendo que soy yo mismo quién decide hacer o no hacer algo ante un medio cualquiera y porque sé que es parte del destino que yo mismo diseñé para apoyar mi propio desarrollo espiritual. No hay nada de qué quejarse en el universo, solamente es asumir.
El trabajo de asumir es un trabajo permanente hasta que logremos liberarnos totalmente de la esclavitud, ser absolutamente independientes e invulnerables a toda contaminación externa.
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