El milagro de la fe. Mientras la personalidad esté despierta, la conciencia no puede entrar en funcionamiento, porque son dos archivos de nivel y de dimensión diferente. La única forma de que uno de ellos esté activo, es que el otro duerma.
Cuando la personalidad no existe, se manifiesta la conciencia; cuando la personalidad está presente, la conciencia se duerme, y en la conciencia existen las facultades superiores. Por esa razón, mientras nosotros tenemos un sistema de creencias despierto, y esas creencias no pueden acercarse, el milagro no puede hacerse, ahí ya se perdió la fe.
Hay dos formas de trabajar con las fuerzas superiores: anulando la creencia que se opone al milagro; cuando tú tienes la certeza absoluta de que eso es así y no hay ninguna idea que te pueda sacar de eso, el milagro sucede, porque en ese momento anulas tu personalidad totalmente y permites que la conciencia se manifieste.
Cuando ya tenemos una personalidad muy fuerte, muy ilustrada, llena de conocimientos, llena de conceptos, es muy difícil que mi mente acepte algo porque ya tiene el filtro del conocimiento aprendido y no permite aceptar una idea nueva. La idea tiene mucha fuerza, tiene la fuerza de la fe. El sistema de creencias se opone totalmente a la aceptación de una idea nueva, es parte de la dificultad que tenemos para trascender nuestra ignorancia, por eso necesitamos otra herramienta. Cuando nuestra mente se cierra a nuevas ideas decimos que se cristaliza la personalidad, por supuesto ya la posibilidad de cambio va a ser mínima.
La información que organiza el universo entero está sobre la dimensión 10, de ahí para arriba, hasta la dimensión 39. Nuestro cuerpo físico, donde podemos verificar la presencia de la divinidad, es un cuerpo en 3 dimensiones. A menos que tengamos muy claro que la materia está organizada de información de dimensiones superiores, actuar sobre la materia directamente en forma de milagro, sería imposible; pero si tenemos claro que la materia está organizada desde una información de archivos superiores, actuar sobre la materia podría ser relativamente fácil, solo que eso está determinado por las leyes. Pero independientemente de las leyes, sería relativamente fácil.
Un maestro, del nivel de los inmortales, puede literalmente, desarmar una persona, convertirlo en partículas elementales, y volverlo a armar correctamente, de acuerdo con la información de los archivos universales. Desde esa capacidad, él no tiene límites, ni para sanar, ni para curar, ni para reconstruir nada. No lo hace porque la ley determina otra cosa, pero él tiene la capacidad para hacerlo y esa capacidad radica en la información superior.
En cada uno de nosotros existe un archivo, que es el archivo original de nuestro cuerpo físico, el archivo que organizó las partículas elementales, desde una información genética, para que nuestro cuerpo sea perfecto, si el cuerpo se ha alterado por alguna razón, desde ese archivo puede reorganizarse totalmente; a eso se le llamaría un milagro. Acceder al milagro requiere varias cosas, no solamente comprenderlo sino hacerse correspondiente con él, de lo contrario no puede suceder.
La fe es una fuerza muy poderosa que puede mover montañas pero a veces las personas encuentran que las cosas no funcionan con su fe. La respuesta que encontramos generalmente es: no tienes suficiente fe, tienes que poner más. Entonces la persona le pone más fe y sigue no pasando nada. ¿Qué es lo que está pasando? Te aseguro que la persona sí tiene fe, lo que pasa es que ignora que existen leyes y fuerzas que rigen y organizan el universo y, por supuesto, si él no es correspondiente con el milagro, por fe que tenga, el milagro no va a suceder.
La pregunta es, ¿cómo me hago correspondiente con el milagro? Ahí si viene todo un trabajo interior. De hecho, fíjate que a una misa de sanación pueden ir “x” número de enfermos, y no deja de suceder que de pronto uno o dos se sanen milagrosamente. ¿Fueron 1000 enfermos, se sanaron 2, los otros 998, no tenían fe? Si no hubieran tenido fe no habrían ido a la misa, si fueron es porque tenían fe. Solamente dos eran correspondientes con el milagro y eso era suficiente para mostrar que la fuerza que produce el milagro existe. Hay un propósito y hay una correspondencia. A pesar de lo maravillosa que es la fe, tú te das cuenta que está muy limitada.
La corazonada es algo diferente, la corazonada tiene que ver con la intuición. Es con la percepción de algo que está previsto dentro del universo y tú lo percibes y sabes que va a suceder, pero no es fe, es percepción. La fe es parte de las fuerzas del universo que una persona puede canalizar, cuando anula sus limitaciones por medio de una creencia, no de sabiduría.
Aunque la fe parece maravillosa, ahora vamos a hacer un ejercicio para que tú verifiques que la fe es un arma de doble filo. Por supuesto que hay personas que creen cosas muy negativas y las creen con mucha fe, y si no suceden, es por la misma ley por la cual no sucede tampoco el milagro, sino imagínate lo que haría.
La fe es una fuerza poderosa y tiene dos elementos:
- La fe radica en una creencia, pero no en una comprensión; creencia que si es suficientemente poderosa, es capaz de anular tu mente consciente, para permitir que tu mente inconsciente (tu conciencia superior) se manifieste en ti produciendo el milagro.
- Pero es un arma de doble filo, porque a veces puedes tener miedo, que es lo mismo que tener fe sobre algo negativo. Si puedes estar tan seguro de que va a ocurrir algo negativo que así ocurrirá. Esta es una de las limitaciones de la fe.
También tenemos otra fuerza que maneja y puede conectar con las fuerzas superiores del universo, la llamamos la fuerza de la COMPRENSIÓN. Esta ya no tiene que ver con la creencia.
Afortunadamente, o sabiamente, el universo está organizado y los seres humanos no tenemos la capacidad para desorganizarlo, porque si no haríamos un desastre; pero evidentemente, la misma fuerza que puede producir el milagro, puede producir el desastre, porque es la fuerza de la idea que está en la mente de una persona.
Así como no suceden todos los milagros que quisiéramos que sucedieran y todos los días podemos estar pidiendo y llenándonos de oraciones y de fe y no suceden muchas cosas; fíjate cuánta sabiduría hay en el universo cuando eso no sucede, porque igual las mentes de los seres humanos, en su mayoría, tienen un porcentaje mucho más alto de negatividad, de pensamientos de miedo, de angustia, de frustración, de odio, que de amor. Y por supuesto que esa misma fuerza no estuviera controlada por las leyes del universo, entonces haríamos desastres instantáneos, mataríamos a alguien con el pensamiento, pero la ley no lo permite; sin embargo tiene un efecto negativo sobre nosotros.
Igual lo que te corresponde ocurre, aunque tú no lo creas ni lo sepas. Siempre está presente lo que nos corresponde. Cambio mis correspondencias sin saber cómo lo hice, me hago correspondiente con cosas negativas sin saber cómo lo hice, me hago cosas positivas sin saber cómo lo hice, y por supuesto todo eso es parte de la ignorancia. Solamente cuando, conscientemente, aprendo a hacerme correspondiente voluntariamente, lo estoy haciendo con sabiduría y, desde sabiduría, no me haría correspondiente con algo negativo, no voluntariamente.
Y ahí es donde viene el cambio que estamos buscando ahora. A esta última parte la llamamos la fuerza de la COMPRENSIÓN. Significa algo muy profundo. En nuestro mapa de la personalidad, la comprensión es una información organizada en tu mente, que corresponde a la verdad; mientras que la creencia es una información desorganizada en tu mente.
LA COMPRENSIÓN ES LIBERADORA, ES LA VERDAD. La fuerza de la comprensión radica en su información organizada, mientras que la de la fe radica en su información desorganizada, siempre y cuando puedas anular esa información con la fuerza de la creencia. La diferencia está en que, en la comprensión, no cabe lo negativo, porque no hay una comprensión negativa, mientras que sí puede haber una creencia negativa.
La fe es la herramienta que puede usar la persona ignorante o inocente, puesto que la ignorancia o la inocencia, no tienen aún la comprensión, pero necesitan usar algo. Yo he verificado en Consulta de Psicoterapia: las personas, cuando no tienen sabiduría aún como para comprender que el universo es perfecto y pierden la fe, es decir, dicen, yo ya no creo en nada, no existe Dios, no existe Divinidad, yo soy un ateo…, sucede un fenómeno y ese fenómeno es que esas personas se llenan de miedo, de espanto total ante la vida, puesto que ya no hay ninguna fuerza interior que les permita verificar que la vida es protegida por los ángeles, no les permite verificar la presencia de Dios, no les permite verificar la presencia de alguien superior, no les permite verificar la presencia de un propósito de amor que viene de antes de venir a la vida, puesto que ya perdió totalmente la fe y no tiene cómo verificarlo.
Se llena de miedo, se llena de pánico, piensa que él no puede contar sino con él mismo y con nadie más y por supuesto se angustia, toma excesivas medidas de protección… perdió la fe. Por eso es muy importante mantener la fe y yo digo que ese es el principal propósito de las religiones que es precisamente mantener la fe.
Si observamos con cuidado, la fe está dirigida y destinada, específicamente, a niveles de poco desarrollo espiritual, a niveles de poca comprensión, pero sin la fe, pasar por un túnel oscuro donde estoy lleno de ignorancia y tengo poca luz mental y poca sabiduría, es muy difícil, porque no tengo una fuerza que me impulsa. La fe le da a la persona una seguridad. Tú vas caminando en la oscuridad donde no ves nada, no sabes si delante de ti hay un precipicio, si hay unas espinas, no ves nada; si no tienes fe, ese camino sería espantosamente difícil, necesitas fe para moverte en la oscuridad sin saber lo que hay delante de ti. Esa es la vida cuando no hay sabiduría.
Por supuesto que cuando ya tienes claridad mental y puedes ver la vida como la vida es, no como te enseñaron que la vida era, sino como la vida es, como la diseñó la Divinidad, en ese momento ya no necesitas fe porque ya sabes cómo es la vida. Entonces tienes otra fuerza que reemplaza a la anterior y que te permite ir con mayor seguridad que la misma fe, esa fuerza es la que estamos buscando nosotros ahora. Puesto que para nosotros la fe empieza a no ser aplicable, porque nosotros ya no estamos en el nivel de la inocencia.
La comprensión no tiene polaridad porque es de la esencia de amor. Sin embargo por fe hasta se puede matar. Si creo rotundamente que si ahora yo me inmolo, me voy para el cielo, pues me inmolo feliz, es una creencia y es una fuerza de la creencia. Tiene un aspecto negativo porque puedo creer cosas negativas, pero no puedo comprender algo negativo, la comprensión es neutra, es de amor, y esa es la segunda fuerza que aspiramos a usar ahora.
Y ahí es donde termina la función de las religiones. ¿Hasta dónde es necesaria, hasta donde es útil, hasta donde es importante una religión cualquiera? Todas son necesarias, todas son útiles, todas cumplen funciones importantes, ¿pero hasta dónde?
Eso es lo mismo que un niño cuando está aprendiendo, cuando está empezando a crecer. ¿Hasta dónde son importantes los pañales?, ¿hasta dónde es importante la cuna?, hasta cuando lo necesita; de lo contrario se convierte en un estorbo. Todo es importante pero tiene etapas que vamos trascendiendo.
Todos los miedos son aprendidos, con excepción del miedo que radica en el instinto, que es el miedo genético a perder la vida, todos los demás miedos son aprendidos, por la cultura, o mejor dijéramos, por las limitaciones. Estamos diciendo que la fe es necesaria mientras yo no tengo sabiduría o comprensión y es parte de lo que las religiones nos venden.
Tú necesitas ir a la iglesia o tener fe en algo, una imagen, un santo, lo que tú quieras, pero tener fe. ¿Por qué?, porque la fe nos libera del miedo y nos permite impulsarnos a través de la vida y si no me paralizo por el susto; sin embargo, es temporal la fe, porque en la medida en que se va desarrollando la comprensión, se va ampliando la comprensión, y va disminuyendo el sistema de creencias, proporcionalmente vas a ir teniendo menos fe, puesto que ya vas a decir, ¡un momento!, pero el milagro ¿qué cosa es?, ¿es un fenómeno mágico?, ¿por qué leyes se rige?… si no conoces esas leyes, porque la ciencia no las puede conocer aún, entonces pierdes fe, pero ¿con qué la vas a reemplazar?
Comienzas a reemplazar la fe con una comprensión de la sabiduría que dirige la vida. EMPIEZAS A COMPRENDER QUE LA VIDA ES PERFECTA, QUE LA VIDA TIENE UN PROPÓSITO DIVINO, QUE LA VIDA VIENE PROTEGIDA DESDE SU ORIGEN Y QUE EL PROPÓSITO QUE CADA SER HUMANO TRAE, VIENE DISEÑADO PARA CUMPLIRSE.
Entonces el miedo desaparece. El miedo es el gran limitante. Ninguno de los que estamos leyendo esta entrada somos seres inocentes, es fácil reconocer que tenemos niveles de ignorancia en nuestro interior, que se verifican por la pérdida de nuestra paz, que se verifican por el miedo, por la angustia, por las reacciones de la ignorancia, por la invalidación, por la incapacidad de asumir o por nuestra capacidad de agredir a otros, ahí estamos viendo nuestra ignorancia.
Pero como estamos buscando salir de la ignorancia y acceder a herramientas superiores de amor, propósito de los Talleres de Psicología Transpersonal, que periódicamente iniciamos en la Asociación de Psicología Transpersonal Cajal, trabajar profundamente el poder de la comprensión, para cambiar y modificar nuestra vida, en lugar de la fe.
Te voy a invitar a hacer un ejercicio. Vas a contestar estas cuatro preguntas:
- 1ª. ¿Qué es para ti la fe? Para buscar qué hay en tu interior, en lo cual te puedes apoyar para tener una vida de mayor
satisfacción.
- 2ª. ¿Qué hay en ti que te lleva a dudar de algo?, es decir, quizás a tener miedo.
- 3ª. ¿Cómo evitarías que tu ignorancia anule tu fe?
- 4ª. ¿En qué radica el poder de tu fe?
Nos tomamos unos minutos para contestar estas preguntas.
La información está en un punto vertical donde existe la información para que el universo funcione de una manera perfecta. La comprensión de esa información tiene una dualidad, que se va abriendo de acuerdo con nuestros razonamientos o capacidad de analizar. Hay una línea vertical que es la línea de la intuición, o la línea de la conexión a la información del universo, por la que podemos pasar muchas veces, pero pasamos tan rápido… recuerda que esa línea la llamamos el “hilo de oro”, pasamos tan rápido que apenas nos damos cuenta que pasamos por ahí, a menos que hagamos algo.
La importancia de mantener la fe hasta donde la fe es necesaria. Esto es lo mismo que decir la importancia del sufrimiento hasta cuando el sufrimiento es necesario, de ahí para allá ya no será necesario, es más, se convierte en un obstáculo. Cuando tú ya has cruzado un puente y estás en la otra orilla, el puente es innecesario para ti, y si quisieras seguir sobre el puente, se convertiría en un obstáculo, porque regresarías.
Una definición bonita de la fe: aceptar sin cuestionar. Podríamos decirlo, sin razonar, porque en el momento en que yo razone, ahí ya se acabó la fe. ¿Qué hay en ti que te lleva a dudar de algo? Hay ignorancia. El conocimiento es exactamente lo que nos lleva a dudar. Ante el conocimiento dudas de una información, cuando no hay conocimiento, no dudas.
Imagínate tú en este instante que eres un niño inocente; yo te voy a decir algo. ¿Cómo te parecen unas flores que están en un jarrón? Preciosas. Yo te digo que esas flores son un alimento delicioso y muy nutritivo para el cuerpo. Piensa un momento desde la inocencia. Un niño inocente, si tú le dices eso, lo acepta y lo cree porque no tiene un conocimiento previo al respecto de las flores y de los alimentos. Ahora piensa como adulto y yo vuelvo y te digo lo mismo: esas flores que están en el jarrón son un alimento delicioso y muy nutritivo para el cuerpo. ¿Tú las has probado?, no las has probado.
Fíjate lo que la mente está haciendo… por favor si hay alguna persona que haya comido un gladiolo. Nadie ha comido gladiolos. Estamos verificando algo, es cierto, no me crees, pero ¿en dónde radica la duda si tú me estás diciendo que nadie se ha dado la oportunidad de comerse un gladiolo? Por supuesto que si yo no lo he hecho, yo no lo sé, o sea, no tengo comprensión, no sé si eso es cierto o no, podría ser o podría no serlo y sin embargo dudo. Dudo de lo que alguien me dice porque tengo conocimientos.
Si tengo comprensión, entonces yo diría, puede ser que para esa persona sea una verdad y él lo haya verificado, yo necesitaría verificarlo yo. Son nuestros conceptos aprendidos. La sabiduría respondería una cosa totalmente diferente: he verificado que lo que tú me estás diciendo es algo maravilloso, o te respondería: he verificado que no es el alimento más adecuado para el hombre. Igual lo habría verificado de alguna manera. La ignorancia, como no ha verificado, duda. La inocencia no duda, acepta.
Transmutar la ignorancia en sabiduría, pero eso es un proceso. ¿Cómo hago para que esas dudas interiores no anulen el poder de la fe?, ¿cómo hago para que mi ignorancia no anule mi fe?: no razonando. Mientras yo razone, anulo la fe. El razonamiento es la comparación de conceptos. Si todos dejáramos de razonar, inmediatamente nos conectaríamos con la información absoluta del universo. Y precisamente, lo que te estoy entregando ahora es una herramienta profunda de maestría.
Cuando tú estás buscando una respuesta en tu interior y tú te dices a ti mismo: LA RESPUESTA ESTÁ EN MI, Y DEJAS DE RAZONAR; la respuesta está en ti. Pero mientras tú pienses: necesito estudiar mucho para tener esa respuesta, no la vas a encontrar, puesto que si el nivel de conocimiento humano está en un nivel y lo que estás buscando está por arriba, no podrás llegar por ese medio.
Me gustaría contarte algo que es un secreto de la ciencia, y digo secreto porque un científico no lo va a reconocer jamás. Así como un maestro jamás reconoce ciertas cosas porque sabe que no harían parte de la maestría, un científico jamás aceptará ciertas cosas porque sabe que no es parte de la ciencia, pero él las sabe.
En las conversaciones secretas con los científicos, ellos confiesan algo, que no le confiesan a la gente, y es que precisamente sus descubrimientos se producen por la fe. Obviamente un científico no puede decirle eso al público, pero resulta que el científico analiza, razona, investiga, busca, mide, hace todo lo que puede hacer con las herramientas que la ciencia le da y cuando no encuentra respuesta, entonces él deja de razonar, y la respuesta le viene en una meditación, le viene en un sueño, le viene en una intuición, en una iluminación… por supuesto el científico no va a decir eso, él dirá que el fruto de sus investigaciones, lo llevó a concluir matemáticamente que ese era el resultado; pero resulta que no fue así.
En todos los estudios de descubrimientos científicos, detrás de ellos está, primero el movimiento profundo del análisis que te conecta con la información superior de universo y luego un dejar de razonar. En el momento en el que se produce lo que la gente dice “eureka”, la chispa, en ese instante fue cuando dejó de razonar, precisamente conectó el hilo de oro porque ya había sintonizado su mente con la información que está buscando, pero la información no está en la mente, sintoniza la mente con la información, que es distinto que la información esté en la mente.
Por supuesto que en el conocimiento científico no está la información de un invento nuevo, si fuera un invento antiguo, sí estaría en el conocimiento científico, pero como es nuevo, aún no está en el conocimiento y tiene que traerlo de otro lugar del universo. Solo hay una forma de traerlo: que deje de razonar.
Resulta que tenemos una radio y tú deseas seleccionar una emisora que te gusta mucho. Comienzas a pasar el dial por todas las emisoras, es el equivalente a razonar, y en el momento que encuentras la emisora, dejas de mover el dial. ¿Por qué dejas de moverlo?, porque ya sintonicé. Si sigo moviéndolo lo desintoniza.
Precisamente ese es el funcionamiento de la mente. Cuando tú estás razonando, estás moviendo tu dial del pensamiento de arriba abajo; cuando por un momento sientes que ahí es el punto, paras de razonar y ahí le llega la idea al científico. Esto no lo dicen los científicos por razones obvias, porque no es un rigor científico. Para que no les digan locos, ellos no cuentan eso.
Es lo mismo que hace un maestro cuando no dice cosas que los demás no pueden comprender. Así como un maestro jamás dice lo que hace y hace todo lo que no dice, igualmente un científico jamás dice cómo hace sus inventos, porque la gente lo pasaría al plano de lo mágico y para la ciencia eso no es aceptable. Entonces tiene que mantenerse dentro de lo que a la gente le gusta escuchar, rigor científico, pero en realidad no lo es, en realidad la información del universo ya existe y ahí es donde está el poder de la fe y el poder de la aceptación.
Nuestra mente, nuestro conocimiento humano, es tan absolutamente limitado, que no nos damos cuenta de la limitación que tiene, no somos capaces de hacer sino cosas insignificantes dentro del universo. Desde los archivos superiores del universo no existe limitación alguna, la limitación la tiene el hombre, no la tiene Dios, no la tienen los maestros.
Por supuesto que el milagro se da en el momento en que tú aceptes que no existe la limitación, la limitación está en tu mente humana, no está en otra parte. El milagro es parte natural, normal del universo, pero no para la mente ignorante.
Los milagros son procesos naturales del universo. La materia del universo es una materia inmortal, es una materia indestructible, que se llama el gran océano de partículas elementales, que se organiza y se desorganiza constantemente cuando la información entra en contacto con ella o cuando el espíritu sale.
Y por supuesto que no hay nada que no pueda hacerse. El milagro es con respecto a nuestra limitación mental, pero con respecto a las fuerzas superiores del universo, no es milagro, es lo normal. La única forma de que tu ignorancia no anule tu fe es dejando de razonar. Por comprensión exactamente, pero mientras tengas comprensión, dejas de razonar.
Ejemplo: Si tú estás en tu casa, esperando a alguien a las 7 de la tarde pero son las 12 y aún no ha llegado y no tienes ninguna posibilidad de comunicarte, no sabes dónde está, no tienes ni idea. Tan fácilmente puedes pensar en lo negativo, como en lo positivo. Tan fácil puedes sufrir, como llenarte de paz. Sin embargo la mente “jala y jala” para que sufras y solo hay una forma de que dejes de sufrir y es dejando de pensar, dejando de razonar. ¡Para de razonar o piensa solamente lo mejor! Mientras tanto seguirás sufriendo.
Deja de razonar para que la fe se manifieste. La comprensión no es razonable, es comprensión, la verdad. Simplemente ya lo sabes, eso es así. ¿Nos queda claro cómo es el mecanismo mental?
La oración, la meditación, la relajación, el mindfulness, todos estos elementos, son ejercicios; pueden ser con fe o pueden ser sin fe. Yo podría hacer una meditación con un propósito de entrar en paz interior y no le estoy poniendo fe. En la oración sí puede haber más fe porque estás pidiendo algo. En la relajación no estás usando ninguna fe, simplemente pidiéndole a tu cuerpo que descanse para que tu energía suba.
Igual en cualquier estado de esos, sucede un fenómeno que es maravilloso: tu paz interior aumenta porque tu energía vital sube, en el momento en que tu mente deja de estar en conflicto. Y por supuesto que todos esos ejercicios son totalmente benéficos y maravillosos para tu salud mental, pero no van a cambiar las leyes del universo. Para ti son muy saludables. Es ilustración, son muy útiles.
Recuerda que el universo es perfecto, no existe ninguna cosa inútil, no existe ninguna cosa innecesaria, no existe ninguna cosa mala, todo es perfecto y todo es de amor. Lo que sí es claro es que existe una serie de escalas y niveles dentro de los cuales cada etapa de desarrollo se desenvuelve y uno de nuestros errores humanos de la ignorancia es pretender mantenernos en una etapa anterior, cuando ya la hemos trascendido.
Es como decirle al niño, que ya va a pasar a bachillerato, regresa a primaria. La primara es útil, es necesaria, es importante, por supuesto que sí, pero ¿qué tan útil es decirle a un universitario que regrese a primaria? El problema no está en la primaria sino en ubicarlo en un lugar que no es.
Entonces, por supuesto que el estudio científico, las carreras profesionales, el entrenamiento en cualquier área, es algo útil, necesario, importante… ¿hasta cuándo?, hasta cuando yo necesito usar esa herramienta para poder hacer algo. Para un maestro, que ya es capaz de conectar con la sabiduría profunda del universo, estudiar una carrera cualquiera, por más elevada que sea para los seres humanos, es una pérdida de tiempo absolutamente inútil e innecesaria, tan inútil como decirle a un profesional que vaya a la primaria, porque ya no necesita eso. Por supuesto que para nosotros, en nuestro nivel, sí es importante esas carreras.
Lo que necesitamos es fijarnos que estamos en un proceso de espiral ascendente y no volver a aquello que ya no nos corresponda, pero mientras estamos en un proceso, ¡aprovéchalo! porque es necesario, es cosa de equilibrarse, pero no mantenernos estáticos. Recuerda que la tecnología, por maravillosa que sea, tiene un límite. Una vez el espíritu se libera totalmente de los procesos de lo temporal, la tecnología ya no se necesita ni sirve para nada. ¿Para qué puede querer tecnología un maestro inmortal?, ¿para qué le sirve?, para nada; ni le sirve ni la necesita, obviamente no se interesa en ella. Un maestro inmortal es superior a cualquier tecnología, pero mientras no somos maestros necesitamos la tecnología.
Cada cosa es útil en su etapa y en su momento, pero no nos anclemos ni a esas etapas ni a esos momentos, son temporales. Cuando estamos hablando de la comprensión profunda, significa que nosotros ya no necesitamos del conocimiento, necesitamos de la sabiduría y para usar la sabiduría solo hay una forma: renuncia al conocimiento, porque de lo contrario sigues razonando.
Pero ¿cuándo?, cuando sea el momento oportuno. Por eso dicen los maestros: CUANDO YA HAS SUFRIDO SUFICIENTE, YA NO NECESITAS SUFRIR MÁS. ¿Cuándo es suficiente?, hasta que se cumpla la ley de saturación.
El desarrollo espiritual se mide con un termómetro que se llama de la paz interior. Ya hemos explicado en otras entradas del blog, que la verdadera paz es aquella que es invulnerable, imperturbable a todo evento externo. Las otras paces son temporales, y son las que se producen en mi interior cuando no hay ningún evento exterior que confronte mi ignorancia.
El desarrollo de la paz permanente, digamos que un maestro ya tiene 100% de desarrollo y por lo tanto es un ser invulnerable, imperturbable, inofendible, pero como no somos maestros, tenemos algún nivel de manejo de nuestra paz, que poco a poco va creciendo. Hasta que nosotros alcanzamos más o menos un 50% de desarrollo de paz en nuestro interior, en este termómetro, el sufrimiento, no solamente es necesario, sino que es inevitable.
¿Cómo se sabe que alguien ya puede dejar el sufrimiento porque no lo necesita más? En el momento en que yo haya trascendido el 50% del desarrollo de mi paz permanente, ya no necesito sufrir más. Puedo hacer el otro 50% con plena satisfacción porque ya no habrá eventos ante los cuales pierda la paz. El punto de saturación se reconoce cuando la persona dice: estoy hasta aquí, yo ya no recibo más sufrimiento. Es como una esponja totalmente saturada de agua ya no sirve para absorber más agua, es decir, ya no es útil para eso. Mientras la esponja no está saturada de agua, todavía es útil para recoger agua.
Mientras yo no estoy saturado de sufrimiento, todavía soy útil para recibir sufrimiento y por supuesto que soy correspondiente. Es inevitable saturarse. EL SUFRIMIENTO tiene una función muy importante en nosotros, sin el sufrimiento no sería posible hacer un desarrollo espiritual, y esa es la importancia del sufrimiento.
¿Por qué no puede hacerse un desarrollo espiritual sin el sufrimiento?, porque el sufrimiento me muestra exactamente mi ignorancia. Es decir, si yo no tengo ignorancia no puedo sufrir, por eso un inocente no puede sufrir, porque un inocente no tiene ignorancia. Un sabio tampoco sufre, porque un sabio no tiene ignorancia, el sabio tiene pureza mental, tiene comprensión profunda.
El ignorante es el único que sufre, nadie más sufre. La intensidad del sufrimiento me muestra el volumen de mi ignorancia. En la medida en que yo voy sufriendo menos, sé que mi ignorancia está terminando. Pero ¿cuándo decido yo empezar a dejar de sufrir? Lo decido cuando no resistes más sufrimiento, cuando renuncias a sufrir. Cuando yo digo renuncio, ya me saturé. Es una decisión y un proceso totalmente individual e intransferible.
En ese momento yo puedo decir, CUANDO YO DIGO RENUNCIO A SUFRIR MÁS Y COMIENZA MI SUFRIMIENTO A DESCENDER Y MI PAZ A ASCENDER, EN ESE MOMENTO YO YA PUEDO DECIR: YA TENGO 50% DE DESARROLLO DE COMPRENSIÓN. Una vez yo he pasado el 50%, si me tocara por alguna razón, se me olvidó algún detalle de la primaria que necesito, voy a ir a hacer ese detalle, lo haría feliz, sin perder la paz, porque ya tengo la paz.
¿En qué radica el poder de tu fe?: en la certeza absoluta de algo. Aunque la fe es una creencia, el poder de la fe radica en la certeza absoluta que existe en tu mente. Fíjate en lo interesante: aun siendo la fe una creencia, la fe es una certeza. De alguna manera esa creencia es cierta, es cierta porque es cierto que conecta el milagro, siempre y cuando no razones, siempre y cuando no dudes; porque donde razones y dudes, ya no hay fe. Es tan fácil razonar, es tan fácil dudar, que entonces la fe se vuelve muy débil.
El “yo creo” es producto del razonamiento y es producto de la acumulación de creencias. Hay creencias limitantes como hay creencias que no limitan. La fe es una creencia que no limita. El conocimiento riguroso es una creencia que limita la aplicación de la fe y puede limitar la aplicación de la comprensión si nos enredamos en ese concepto. Por eso te decía algo sencillo: la creencia es lo que te permite sintonizar tu mente con una información.
Cuando tú piensas en una creencia, en cualquier creencia, estás sintonizando tu mente. Por ejemplo, yo comienzo a pensar que “alguien es malo”, eso es una creencia, porque no hay gente mala; podrá haber gente con ignorancia, pero no mala. Pero yo empiezo a creer, a pensar, que alguien es malo, yo creo que la persona es mala, fíjate que yo creo porque estamos planteando claramente que la maldad no existe. Por supuesto que si yo digo que alguien es malo es una creencia, pero esa creencia sintoniza mi mente ¿a qué nivel?, estoy sintonizando la emisora de la maldad, o sea, de la ignorancia profunda.
Pero supón que es la misma persona pero ahora voy a creer una cosa diferente, a pesar de que verifico que él se puede equivocar, a pesar que verifico que comete errores graves, creo que la persona es muy buena, pero que está confundida. Entonces ahora mi mente ¿qué emisora sintoniza?, la de la bondad. Por supuesto que sí estoy sintonizado con una emisora del nivel de la luz y no del nivel de la oscuridad, y en ese momento dejo de mover el dial, es decir, dejo de razonar, entonces me llegará la comprensión; la información de la razón por la cual es muy buena, pero confundida, y no mala.
Eso es lo que sucede con el razonamiento: sintonizo; pero después, si no paro de razonar, no recibo la información que me permite comprender. Una cosa es sintonizar y otra cosa es recibir. PARA SINTONIZAR TE ESTÁS MOVIENDO HASTA QUE ENCUENTRAS LO QUE ESTÁS BUSCANDO, PERO UNA VEZ QUE ENCUENTRAS LO QUE ESTÁS BUSCANDO, TIENES QUE PARAR DE MOVER EL DIAL, O NO TE SIRVE LA INFORMACIÓN QUE LLEGA. Eso es lo que hace la mente.
Dejar de pensar no puede hacerse… simplemente lo que puedes hacer es cambiar de pensamiento por otro pensamiento que traiga paz, que te traiga felicidad, que te traiga satisfacción. RENUNCIA A PENSAR COSAS QUE TE TRAIGAN SUFRIMIENTO. Así como cuando vas a escuchar la radio, tú renuncias a sintonizar emisoras que transmiten música que para ti no es agradable.
Con el pensamiento es lo mismo: renuncia a pensar cosas que sean desagradables para ti. Para poner un ejemplo. Resulta que mi hijo, o mi esposo, es el capitán de un barco y acaban de comentar por radio que ese barco está perdido pero que no se sabe nada, solamente que está perdido, se ha desconectado. Tú puedes pensar cualquier cosa, lo que pienses no va a cambiar el hecho, tendrás que esperar a que se verifique el resultado, no hay nada más que hacer. Por supuesto podrás sufrir mucho o podrás estar en paz. Eso depende de lo que tú decidas. Como tú bien sabes, no será dejar de pensar, porque dejar de pensar es una técnica de maestría en yoga que pocas personas pueden dominarla. Lo que sí puedo hacer es cambiar el pensamiento.
Entonces vamos a sintonizar la fe. Primero voy a pensar: el poder de Dios, de los maestros y del Padre es infinito y absoluto. Mientras alguien no sea correspondiente con una situación dramática, jamás podrá suceder. Por lo tanto, el capitán en cuestión con todos sus tripulantes, están protegidos por la ley Divina del universo. Una vez pensaste eso, ya no piensas más en eso, ya razonaste, punto. Ahora pasas a pensar en otra cosa… te concentras en un libro, lo cual es un entrenamiento mental; o te concentras en una meditación o piensas en algún recuerdo que sea agradable para ti, no más que eso, solamente eso, ese es el ejercicio.
Para que yo pueda usar el poder de la fe necesito dejar de razonar o cambiar el pensamiento, pero es lo mismo, cambiar el pensamiento es lo mismo que dejar de razonar.
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