La invulnerabilidad de la paz. Si tú observas con cuidado los termómetros (el de la paz), la parte que tú ya tienes de paz es invulnerable, no importa si tienes 5, 10, 15, 30, no importa cuánto tengas, esa parte, si ya es paz, es invulnerable. Eso significa que aún somos vulnerables en el porcentaje que nos falte por completar. Si una persona ya tiene un 60% de paz invulnerable en su interior, significa que es vulnerable en un 40%.
¿Cómo hicimos para crear la ignorancia en nuestra mente? Cuando éramos niños nuestra mente era inocente. Llegó por varias razones: 1º porque escuchamos, 2º porque creí lo que escuché y 3º porque pensé lo que creí. Así fue como la ignorancia llegó a estar en mí.
Entonces ¿cuál sería la herramienta para eliminarla?, la misma pero al revés. Volví a escuchar, pero ya no creí lo que escuché, verifiqué lo que escuché y verifiqué que era verdad. Una vez verifiqué que era verdad, entonces pensé con la verdad. Son las mismas herramientas pero usadas de una forma diferente, porque no son otras.
Para desmontar la ignorancia necesito volver a escuchar, pero ahora no voy a escuchar la ignorancia, voy a escuchar la sabiduría. ¿Cómo saber que sí escuché sabiduría y no ignorancia?, verificando en mi vida el resultado de lo que escuché y una vez verifico que esa sí es una herramienta de amor, entonces pienso en la verdad, o sea, en lo que comprendí.
En concreto, ¿qué voy a pensar yo ante las situaciones?, siempre voy a pensar lo mejor de ellas. Vamos a usar esa herramienta: pensar. Voy a pensar exactamente eso: la próxima vez que alguien grite, mi instinto no se alterará, no reaccionará. Al pensarlo, se graba en tu mente y tu mente, así como tu mente creó un archivo de reacciones, va a crear uno de paz. El archivo lo creas pensando en amor.
No permitiré que mi instinto reaccione a los gritos de los demás, si esa es la situación, que alguien te grita, seré invulnerable e inmune a cualquier grito, mi paz no se alterará en lo más mínimo. Te vas a decir eso muchas veces, tienes que pensarlo muchas veces, por la mañana y por la tarde. Mágicamente, un día la persona gritará y tú verás que no sientes nada.
Cuando tú entras a hacer un trabajo de conciliación, si tú te involucras con las personas que están en el conflicto, o tomas partido, olvídate, no sirves como conciliador. Si están insultándose, gritándose y a ti te han nombrado conciliador, necesitas entrar en que nada de eso te afecte, entras con total paz y puedes mirar objetivamente. Tienes una maravillosa oportunidad de entrenamiento.
Si alguien grita, el problema es de él. Cuando termine de gritar le puedes decir: ¿sabes que puedo escucharte perfectamente cuando hablas en paz? Si sigue gritando, le dejas que se desahogue; entonces tú vas a pensar: esta persona se está desahogando, dejémosla que se desahogue. Cuando termine de desahogarse… esto me lo verificarás: ¿Tú has visto a una persona que dure gritando más de 45 minutos?, no. Le pasa como a un niño con pataleta, se cansa, se cansa porque está agotando mucha energía y la energía no le da para tanto. Tú necesitas dejarlo que se agote, como hace el torero con el toro. Cuando el toro se agota, finalmente se arrodilla para que le descabelles, déjalo que se agote.
Para poder hacer eso necesitas pensar. EL PENSAMIENTO ES MUY PODEROSO. Piensa constantemente esto, cuando tengas situaciones enfrente a ti que no has podido resolver: MI PAZ ES INVULNERABLE, NO PERMITIRÉ QUE LO QUE SUCEDA AFUERA ALTERE MI PAZ. Y específicamente la situación, si en el caso tuyo son gritos constantes, pues el trabajo es ese: no permitiré que los gritos de “fulano” altere mi paz, lo escucharé como quien escucha llover y haré lo que tenga que hacer. El pensamiento será lo que graba tu mente nuevamente.
Da excelente resultado. Todo lo que tú piensas, se graba en tu mente. Para que puedas grabar tu mente con herramientas de amor, necesitas pensar en amor. Mientras aceptes en tu mente pensamientos de ignorancia, ellos se grabarán en tu mente. Así fue como llegó la ignorancia, entonces para sacar la ignorancia necesitas hacer lo contrario: pensar únicamente aquello que te permite tener paz.
Como no podemos cambiar las circunstancias externas, necesito aceptar a los demás. Si los demás son gritones, pues los acepto gritones; si usan un lenguaje soez, pues acepto que es el lenguaje que usan; si no saben comportarse, acepto que eso es así, ese problema no es mío, es problema de ellos. El problema mío es que yo no sepa cómo manejar eso, entonces voy a aprovechar eso como una oportunidad de crecimiento espiritual y me voy a decir a mí mismo, pero por favor no lo vayas a compartir con nadie, porque si tú le dices eso a la persona va a ir peor la cosa.
Los entrenamientos mentales son personales. Te sugiero que lo hagas en secreto porque de lo contrario las personas no lo comprenderán y más te van a atacar. Si una persona comete el error de decir: yo he decidido mantener mi paz a pesar de lo que tú hagas. Si cometes ese error, la persona lo va a atacar tres veces más. No digas nada, simplemente trabaja tu paz interior sin decir nada, esto es para ti a nivel individual, personal.
NO PERMITIRÉ QUE ESTO ME ALTERE Si repites esto durante 8 días, en 8 días no te alterará nada. Si en Consulta de Psicoterapia, un cliente sabe que va a llegar a la casa o al trabajo y alguien va a gritar, le propongo: antes de llegar a la casa, te haces una programación mental: -ahora llegaré a la casa y fulano estará gritando; eso no alterará mi paz, será como escuchar llover, no se me alterará una sola palpitación de mi corazón. Te dices eso, te lo repites mentalmente; llegas y verás que así sucede, no se alterará tu corazón y no saldrás de tu paz. Comprenderé que esta persona hace lo mejor que sabe hacer y lo único que sabe hacer es gritar y lo hace muy bien.
La paz es invulnerable, una vez va creciendo tu paz, tu nivel de vulnerabilidad cada vez va a ser menor. Yo aspiro a que en poco tiempo, tengamos una invulnerabilidad muy amplia para que nada nos ofenda, nada nos pueda herir, nada nos pueda turbar. Afuera usarás el respeto o aún el emparejamiento.
Necesitas la misma herramienta. Si estás rodeado de gente negativa y no puedes evitarlo, entonces la herramienta es la misma. No permitiré que los pensamientos y actitudes de estas personas, afecten mi paz, mi optimismo y mi espiritualidad, no lo permitiré. Soy yo el que lo permito o no. Es la misma técnica, te la repites muchas veces, la piensas, si no la piensas no sirve, inclusive si la escribes y la lees mejor.
Vamos a profundizar en lo que llamamos la invulnerabilidad de la paz. Posiblemente nos preguntemos nosotros que pareciera ser que la paz es muy vulnerable y pensamos que la paz se acaba en cualquier momento; en cualquier momento viene una agresión y se acaba la paz, en cualquier momento viene una situación extrema y se acaba mi paz.
¿Tú crees que la paz es invulnerable? El problema no es la paz sino que no la hemos desarrollado nosotros y por supuesto, si yo no la he desarrollado en mí, no voy a poder encontrarla en ninguna parte. Así como hemos estado estudiando, en otras entradas al blog, que el amor es algo que estamos empezando a reconocer su presencia y entrenarnos en su trabajo consciente de manifestarlo en nosotros. Con la paz ocurre exactamente lo mismo. Esos principios: la paz, la esencia del Ser, el amor, la felicidad, son principios de la esencia Divina, no tienen polaridad, no podemos decir más o menos, son de la esencia, exactos, inmutables, incambiables.
Lo que sí es claro es que si todavía no he entrado en contacto con ellos, no los he reconocido, pues hablamos de ello sin saber lo que estamos diciendo, hablamos de amor sin saber lo que amor significa, hablamos de felicidad sin saber lo que significa y hablamos de paz sin saber lo que significa. Aquello de lo que más hablamos es precisamente aquello de lo que carecemos.
Lo que estamos buscando ahora es de verdad reconocer esa paz, de verdad implementarla en nosotros y convertirla en una realidad. Hasta ahora no ha sido una realidad, no porque la paz no exista, somos nosotros la que no la encontramos. Así como el amor tiene sus principios para reconocerlo, la paz también los tiene. La paz no es algo que se consigue luchando, decir que lucho por la paz es realmente incoherente. ¿Cómo voy a luchar por la paz si resulta que la lucha ya no es paz?
Yo prefiero utilizar ciertos términos que sean quizá más apropiados para la expresión de algo. Yo no digo que luchamos por la paz, porque la lucha en si misma ya no es paz, pero sí podríamos decir que trabajamos por la paz y es un trabajo interior, no es afuera. Es importante utilizar ciertos términos que nos faciliten el proceso mental. Llamamos herramientas de amor, no armas, son herramientas para construir tu paz interior. Con las herramientas se trabaja, no se lucha.
Es importante sacar de nuestra mente la idea de la lucha, ni la lucha externa, ni la lucha interna, lo que hay es una acción externa y un trabajo interior que necesitamos hacer. Si empezamos a trabajar correctamente con herramientas de amor, podremos generar en nosotros la paz. La paz exterior, para cualquiera de nosotros, no será nada más que el resultado de la expresión de nuestra paz interior. No trates de buscar paz en el exterior, nunca la vas a encontrar allí, porque lo que sucede a mí alrededor no es nada más que el resultado o la correspondencia de lo que cada uno de nosotros lleva en su interior.
Si una persona está llena de paz, no importa donde viva, en qué lugar ni en qué circunstancias, él estará en paz y a su alrededor, para él, habrá paz, aunque los demás no la tengan. Igualmente una persona puede vivir en un lugar donde todo a su alrededor es paz, pero si él no tiene paz en su interior, para él no hay paz.
Preocuparnos nosotros de lo que salga en las noticias, en un periódico, en una profecía, te aseguro que no tiene la más mínima importancia, porque solamente vamos a vivir externamente, el resultado y la correspondencia de lo que hagamos adentro, nada más.
Si estamos ubicados en un lugar en un momento histórico o en unas circunstancias es porque esas circunstancias son correspondientes con el interior de cada uno de nosotros, de lo contrario, no tendríamos necesidad de estar allí. Pero si estamos allí, tendremos la mejor oportunidad para desarrollar la paz. Tengamos en cuenta que cualquier lucha, cualquier cosa que trate de imponerse, jamás producirá un resultado de paz y obviamente, aquello que no produce un resultado de paz, jamás será una expresión de amor.
El amor y la paz son dos elementos que van absolutamente ligados. Cualquier cosa que vaya en contra de la paz, evidentemente no es una herramienta de amor, porque la herramienta de amor siempre dará un resultado de paz. La paz realmente es un resultado del amor. Si empezamos a comprender lo que es el amor, para poderlo diferenciar claramente, en ese momento la paz será una realidad para nosotros.
EL PROPÓSITO DIVINO DE ENVIARNOS A LA VIDA, no ES nada más que el QUE PODAMOS APRENDER A CONSTRUIR LA PAZ EN NUESTRO INTERIOR. Si la paz es un estado mental, es un estado interior, no tiene nada que ver con lo que sucede afuera, no te dejes engañar por la mente. Lo que sucede afuera, para cada uno de nosotros, es el resultado de su correspondencia interior, entonces lo único que necesitamos hacer es modificar en nuestro interior aquello que no trae paz a nosotros y externamente te aseguro que será una armonía maravillosa, no tiene porqué ser diferente.
No nos involucremos en aquello que no nos corresponde, solamente trabajemos en nuestro interior. En tiempo de crisis, para empezar a tener un trabajo profundo con la paz; precisamente el desarrollo de la paz, cuando mejor oportunidad tenemos de hacerlo es cuando más crisis hay o cuando más gente habla de crisis, porque la crisis no la vive sino aquel que tiene crisis en su interior, el resto no la vive. La mejor oportunidad es cuando hay situaciones inarmónicas externamente.
En el universo constantemente, porque es un proceso eterno, están muriendo y naciendo cosas, nacen y mueren seres humanos, civilizaciones, planetas, universos, nacen y mueren constantemente, es decir, nacer y morir es parte de la vida misma, es parte del proceso normal del flujo del universo, no representa ningún problema. Lo que sí es que cada uno de nosotros, en un momento dado, en el lugar en el que se encuentre, en el momento en que se encuentre, puede diferenciar claramente qué está muriendo y qué está naciendo. Eso es fácil de diferenciar.
Evidentemente puede haber personas que están naciendo y personas que están muriendo, puede haber estructuras que están muriendo y puede haber estructuras que están naciendo; puede haber civilizaciones muriendo y civilizaciones naciendo; planetas enteros… y eso lo puedes reconocer en cualquier lugar que tú estés.
¿Cuál sería una actitud adecuada frente a una situación real, normal del universo? No te involucres con lo que está en descomposición, con lo que está muriendo, con lo que está terminando, porque esa no es tu función, por lo menos no es la función de los justos. No te involucres con aquello que no te corresponde, tu trabajo es con la vida, con lo que está creciendo, con lo que se está construyendo, trabaja única y exclusivamente con aquello que está naciendo, con aquello que está creciendo, con aquello que te proyectará hacia el mañana, sin importar dónde estás en este momento.
No nos vamos a ocupar ni a preocupar de lo que pueda estar sucediendo a nuestro alrededor, porque también en este momento, como en todos los momentos del universo, hay cosas naciendo y hay cosas creciendo, entonces trabajemos con eso. A los que les corresponde ya desorganizarse, porque han terminado ya su ciclo, hay otro tipo de seres que se encargan de eso, normalmente en la naturaleza se llaman los carroñeros, que son los que se encargan de facilitar la desorganización o destrucción de los cadáveres y lo hacen perfecto, están diseñados para eso. La función de los carroñeros, por diseño Divino, es alimentarse de los cadáveres.
En este momento existe ya un cadáver social, es fácil reconocerlo y, en este momento podemos reconocer también muchos seres que tienen la función de alimentarse de ese cadáver. A los justos no les corresponde ese tipo de alimento, entonces vamos a trabajar con lo que está creciendo y a trabajar con la paz interior y olvidémonos de todo lo demás, no es función nuestra, hay otros que les corresponde hacer eso, no fuimos diseñados carroñeros nosotros.
Voy a invitarte a hacer unos ejercicios para trabajar la paz. Para que tú puedas ubicar claramente cuál es el principio de la paz. Hemos trabajado mucho para comprender el principio de amor, vamos a trabajar también para comprender el principio de paz. Vas a buscar la respuesta a estas tres preguntas:
- 1ª ¿Cuál es la diferencia entre estar en paz y tener paz?
- 2ª. ¿Cómo puedes saber que estás en paz?
- 3ª. ¿Cómo puedes saber que tienes paz?
Ejercicios para reconocer esto en nuestro interior profundamente y poderlo trabajar. Hay una diferencia entre lo que podemos llamar temporal y lo que podemos llamar permanente. Estos dos términos corresponden exactamente a la conciencia y a la personalidad. Entonces empezamos a darnos cuenta que la paz no es de la personalidad, por lo menos no de la ignorancia, es algo más.
Ya vimos la diferencia tan grande que hay entre los sentimientos y el amor. Mientras cualquiera de nosotros crea que los sentimientos son el amor, no podrá amar, los sentimientos no pueden amar, lo que hacen es querer. Con la paz va a pasar lo mismo. Mientras que yo crea que la paz es algo que se produce cuando no hay nada externo que pueda incomodarme, estoy tan confundido como con el amor; eso no es paz, la paz es otra cosa y las cosas no me incomodan, yo me incomodo con ellas.
La diferencia es muy sencilla. ESTAR EN PAZ ES UN PROCESO TEMPORAL, TENER PAZ ES UN PROCESO PERMANENTE Y CONSTANTE, es decir, quien tiene paz, si eso es constante, tu paz es invulnerable. Mientras tu paz interior sea vulnerable, en realidad no tienes paz, digamos que tu mente tiene momentos de reposo, cuando no hay un evento externo ante el cual tú te alteras, porque no son las cosas las que me alteran, yo me altero ante las situaciones y yo pierdo mi paz porque no comprendo algo.
Si yo soy ofendible, mientras yo soy vulnerable, mientras yo tengo miedo, mientras yo no acepto algo, no tengo paz. Podríamos decir que realmente muy pocas personas, contadísimas personas tienen paz. Todos, absolutamente todos, en algún momento, estamos en paz, pero los que tienen paz son muy pocos. Estamos trabajando precisamente para desarrollar esa paz invulnerable.
El generar una paz constante es una maestría en amor, porque tiene que haberse desarrollado, en el nivel de la comprensión, para no involucrarse con ninguna cosa porque la haya comprendido, y en el nivel del entrenamiento para no permitir que nada pueda alterar tu paz interior.
Son dos elementos que llevan un orden. Primero necesito comprender, y después necesito entrenarme. Ahora estoy proponiendo el ENTRENAMIENTO para ti, porque yo supongo que en este momento, los que estáis leyendo el blog, ya hemos COMPRENDIDO suficientemente cuáles son los principios que rigen el universo, como para poder entender en nuestra mente, que todo cuanto sucede es perfecto, independientemente de que nos guste o no nos guste.
Evidentemente, si no me gusta, yo ya estoy involucrando algún sentimiento. Recuerda que hemos usado una palabra que neutraliza lo que sucede afuera: es que TODO LO QUE SUCEDE ES NECESARIO. Que me guste o no, eso es una característica diferente. Todo lo que sucede en el universo es necesario, si algo es necesario entonces es importante que suceda, y si es importante y es necesario, significa que tiene un valor, y si tiene un valor, yo puedo ver el amor en esa situación, así ya lo habré comprendido.
El otro trabajo, después de hacer este primer trabajo, consiste en que yo DES-SENSIBILICE mis sentimientos, de forma tal que aquellas cosas que siendo necesarias, no sean agradables para mí, yo las neutralice de forma tal, que no puedan penetrar a mi sentimiento y solamente las pueda ver desde mi comprensión de amor, ahí ya sabré que mi paz es invulnerable. Mientras yo le tenga miedo a algo, mientras yo no acepte algo, mientras yo me sienta mal con cualquier cosa, no tengo paz. Puedo estar en paz aislándome.
Esas son unas herramientas que hemos estado trabajando todo el tiempo, en las diferentes entradas del blog y en los Talleres de Psicología Transpersonal que periódicamente iniciamos en la Asociación de Psicología Transpersonal Cajal: reconocer el destino.
¿Cómo reconozco el destino? Es una secuencia, nosotros los que asistimos a los Talleres de Psicología Transpersonal y tú que estudias este blog, tenemos toda una caja completa de herramientas de trabajo ante la vida, solamente es necesario utilizarlas.
Ante cualquier situación, lo primero que yo necesito hacer es reconocer el destino. El destino se reconoce porque no puedes evitarlo. Si yo paso por un lugar y en un lado veo una calle llena de barro y de huecos y al otro lado veo una acera limpia y seca, yo podría decir: como necesito aprender a manejar el barro, me voy a pasar por entre el barro, y me mancharé la ropa. Yo podría decidir eso, pero no me doy cuenta de que la vida ha puesto también una acera limpia y seca, ¿eso es destino?, no.
Si habiendo dos o más opciones, yo escojo aquella que es más difícil, no es por destino, es por terquedad, es por ignorancia, no necesito eso. Si el único paso que existe, a donde yo necesito ir, es un camino lleno de barro y no existe ningún otro y no veo ninguna otra opción, entonces eso se llama destino. Ahí sí, métete en el barro y disfruta.
Ante una situación “difícil”, lo primero que necesitas preguntarte es si es destino o no, es decir, si tú puedes apartarte de esa situación, no es destino para ti; y si es destino, entonces la 2ª pregunta es muy sencilla, ¿cuál es la razón del destino?, o mejor hacemos esta pregunta, ¿qué te enseña o qué necesitas aprender del destino?. La respuesta es una sola y es la que estamos trabajando ahora.
Del destino no necesitas aprender sino una sola cosa: A TENER PAZ. Porque el destino es algo ante lo cual yo, usualmente, me salgo de la paz. Si soy ofendible, si soy vulnerable, tengo destino; si tengo miedo, tengo destino; no acepto algo, tengo destino; precisamente a eso necesito enfrentarme.
El día que una persona no tiene miedo, no es vulnerable, no es ofendible, y ha aceptado todo, no tiene destino, ya lo cumplió. Y si no tiene destino, ¿qué función tendría la vida en enfrentar a alguien que no tiene destino, a una situación desagradable?, no tendría ningún propósito, por supuesto que no sucedería. Ese es el propósito del aprendizaje de paz.
Vamos a seguir trabajando con esto. ¿Cómo puedes saber que estás en paz? ¿Qué te permite saber que estás en paz? Es importante reconocer esto para que el trabajo que vamos a hacer ahora sobre nosotros mismos, para lograr esa paz que estamos buscando, sea algo verdaderamente contundente y positivo, necesito tener claros los principios. Lo estamos confundiendo con tener paz.
Pongamos un ejemplo: si hay un lago muy grande de agua y no está soplando ningún viento, no hay ninguna fuerza actuando sobre esa agua, ¿tú cómo ves el agua?: en calma. El agua está en calma, estática, tranquila. No hay nada externo. ¿Qué pasa si en ese momento, sobre esa agua, pasa un huracán?, puede haber unas olas gigantescas y toda esa agua mansa y tranquila, se vuelve un caos. La pregunta es: esa agua ¿estaba en paz o tenía paz?, estaba en paz.
Puedo reconocer que estoy en paz, cuando no existe ningún elemento externo que pueda medir mi propia vulnerabilidad. Es decir, cuando estoy dormido, si no tengo pesadillas; cuando estoy aislado de todo proceso que no manejo, que no comprendo, que no acepto; en ese momento yo puedo estar en paz.
Por eso algunos ideales son: quiero irme a una isla donde no haya nadie, donde no haya personas, donde solo haya naturaleza para que yo pueda estar en paz. Es obvio, la persona no tiene paz en su interior, ningún nivel de paz. Por supuesto que entonces la persona, la única forma que tiene para tranquilizarse es aislarse de lo que no maneja, de lo que no comprende, de lo que no acepta. Si eso es lo que yo necesito hacer, yo no tengo paz, para estar en paz, me aíslo.
NADIE ME ROMPE LA PAZ, YO ME SALGO DE MI PAZ ANTE ALGUNA SITUACIÓN, porque de lo contrario parecería que los demás pueden hacer eso. Exactamente, cuando yo permito que eso suceda, pierdo mi paz. Las personas dicen: con este gobierno cómo vamos a estar en paz, con estas calles, con esta inseguridad, con esta crisis… y tenemos una lista de cosas para justificar a quien echarle la culpa de mi alteración mental. Resulta que mi alteración mental es mía y no tengo porqué culpar a nada de lo que está pasando afuera, igual puedes entrar en un hueco con una sonrisa y es que necesitas pasar por ese hueco.
¿Cómo puedes saber que no tienes paz?: porque me altero con cualquier cosa. ¿Cómo puedes saber que estás en paz?: cuando me aíslo, cuando necesito aislarme de cualquier situación para poder tener tranquilidad, entonces estoy en paz. Cuando no estoy aislado no estoy en paz. Ahí sé que no tengo paz y que la única forma de manejar mi paz es aislándome y claramente la respuesta de la vida es: tú no comprendes, tú no manejas, tú no tienes ningún proceso, tú no eres tú mismo, estás en el estado del no soy.
Maravilloso darme cuenta de eso, porque de lo contrario, mientras yo no me doy cuenta de eso, cometo uno de los grandes errores que cometemos los seres humanos: culpar a los demás de mi alteración mental. Y el 2º error: tratar de cambiar a los demás para no alterarme y entonces el resultado de esas dos actitudes mentales es muy sencillo: esa es la guerra.
Como yo no puedo estar en paz, porque yo no tengo paz, entonces hago los dos elementos: culpo al otro, y como el otro tiene la culpa, entonces yo ya tengo una justificación para agredirlo e imponerle lo que yo quiero que él haga o la forma como debe comportarse para yo poder estar en paz, y es la expresión perfecta del egoísmo. Esas son las guerras. Las guerras no son nada más que la expresión del egoísmo humano.
No estamos viendo paz porque lo que estamos expresando los seres humanos es egoísmo. La paz será un resultado de la expresión de amor, porque la expresión de amor es exactamente lo contrario de la expresión del egoísmo. En lugar de imponerle al otro algo, para yo sentirme bien con él, acepto al otro como es. Eso es una expresión de amor y ahí sí se produce paz.
LAS GUERRAS LAS HACEN TODOS LOS QUE QUIEREN ESTAR EN PAZ, PERO LOS QUE TIENEN PAZ JAMÁS HACEN UNA GUERRA ni viven en ninguna guerra. Para producir la paz necesito usar las herramientas adecuadas, hemos estado usando las que no son.
¿Cómo puedes saber que tienes paz? Para saber que tengo paz es precisamente cuando no necesito aislarme de ninguna situación, de ninguna persona, no necesito huir de ningún lugar para que mi paz no se pierda. Cuando no necesito dejar de escuchar a la gente, ni de compartir con ellos, cuando no necesito hacer nada de eso, para que mi océano interno mental no se altere, en ese momento yo sabré que tengo paz.
Si en este momento volvemos a hacer el termómetro del desarrollo espiritual, de 1 a 100, y lo llamamos el termómetro de la paz, por favor, ponte un porcentaje. Cualquier persona que pase del 50% en este termómetro, es un ser profundamente espiritual. Cualquier persona que esté entre el 80 y el 100, es un maestro o un santo, que es lo mismo. Si alguien es santo no puede sufrir. Ya tenemos la definición de paz. Definido el elemento, entonces podemos trabajar en él.
Los santos y los maestros no sufren, lo que es claro es que las personas sufren viéndolos a ellos y piensan que ellos están sufriendo. El maestro Jesús no sufrió, jamás sufrió. Un maestro que sufre, no es maestro. Una cosa es que le duela el cuerpo físico, pero un maestro hasta eso lo puede manejar. Un maestro humano mortal, es decir, que todavía tiene un cuerpo físico temporal, mortal, que todavía no maneja voluntariamente la materia, entonces es una persona que su paz puede estar entre el 80 y el 100; pero un maestro inmortal es alguien que maneja la materia, de hecho, como las personas suelen referirse al maestro Jesús y decir que sufrió, fíjate bien en esto.
-Para poder hacer ese tipo de cosas: colocarle la oreja a una persona que se la acaban de cortar, para devolverle la salud a una persona paralítica, la vista a un ciego o resucitar un muerto, para hacer ese tipo de fenómenos, se necesita haber alcanzado el estado de la inmortalidad, porque el estado de la inmortalidad es un desarrollo espiritual que tiene una acción directa sobre la organización y la desorganización de la materia voluntariamente, por eso un maestro inmortal puede resucitar un muerto, devolverle las piernas a alguien que no las tiene, porque organiza y desorganiza la materia desde el desarrollo del espíritu, y no tiene limitaciones de ninguna clase.
Por esa razón el maestro, a los 3 días, después de crucificado, se presenta otra vez con su cuerpo físico ante los discípulos. ¿Cómo lo hace?, pues materializa otra vez el cuerpo, ¿por qué?, porque es un maestro inmortal, por eso lo puede materializar; eso no lo puede hacer ningún mortal. Un maestro inmortal que es capaz de reconstruir el cuerpo de otra persona, organizando su materia, ¿cómo podría sufrir, ni siquiera físicamente?, si es que tiene dominio total sobre la materia.
-Para la enseñanza, porque él nos estaba mostrando a nosotros que nosotros no tenemos paz, eso es lo que nos vino a mostrar. Nos estaba mostrando que él si tenía paz. Por supuesto que el que no tiene paz, interpretó lo que él hizo como sufrimiento, porque no tenemos paz.
Puede llorar, por supuesto, porque los maestros, además de su proceso de paz, manejan profundamente el respeto hacia los demás y si para alguien está bien llorar y si para alguien es importante, necesario y es lo lógico en ese momento llorar, un maestro llorará con él, por respeto, no por sufrimiento, que es la expresión profunda de amor hacia otro.
Fíjate bien que nuestras interpretaciones son hechas desde la ignorancia, no desde la realidad. Los ladrones que se crucificaron con Jesús, por supuesto que sí sufrían y si les dolían, porque ellos no eran maestros. Hay muchas interpretaciones, como las que están en el padre nuestro. El padre nuestro del maestro Jesús, solamente observando una sencillez de coherencia en lo que se está diciendo, es una oración muy corta y pequeña, que termina cuando dice “hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo”, de ahí para adelante empieza una incoherencia total.
Porque le digo que se haga su voluntad pero luego le pido lo que yo quiero. No es ofendible ni puede perdonar porque nunca se ofendió. Todas esas son nuestras interpretaciones. Los seres humanos que estamos en el nivel de la ignorancia, por supuesto que no solamente sufrimos sino que además nos duelen.
No podemos controlar el dolor físico de nuestro cuerpo, porque eso significaría un proceso de desarrollo mental espiritual muy alto como para poder manejar la materia y aislar el dolor con la mente, pocas personas pueden hacer eso. En este momento es más sencillo que podamos controlar el sufrimiento mental, si comprendemos que el sufrimiento no es necesario, y empezamos a ir hacia el desarrollo superior del espíritu.
El propósito profundo del destino y el hecho que nos ha traído a la vida a cualquiera de nosotros, es el desarrollo de la paz, es decir, EL ESPÍRITU VIENE A LA VIDA Y TOMA UN CUERPO, CON UN SOLO PROPÓSITO: DESARROLLAR LA PAZ INTERIOR, a eso viene.
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