Libertad Mental. La libertad es una condición mental del individuo que se caracteriza por su propia capacidad de ser feliz, y de tomar y asumir sus propias decisiones frente a las situaciones cotidianas de la vida, sin depender de nada, ni nadie, para mantener su paz interior.
La persona que alcanza la libertad mental, también logra la invulnerabilidad de los sentimientos, y se libera definitivamente de cualquier influencia externa negativa. Puede decirse que, una mente limpia, es una mente libre, puesto que, una mente contaminada con información falsa, traumas y fobias, genera reacciones inconscientes de miedo, angustia, sufrimiento y estrés, que esclavizan la mente y determinan profundos estados depresivos, además de toda una serie de problemas de convivencia, que producen, agresiones, conflictos y fracasos en la vida del individuo.
La libertad se consigue cuando la persona logra la habilidad para limpiar su mente de toda la contaminación consciente y subconsciente adquirida durante el desarrollo de su personalidad.
Comienzo esta entrada haciéndote una pregunta: ¿QUÉ TE IMPIDE SER FELIZ? Lo único que me impide ser feliz está dentro de mí. Es claro que hay algo que nos impide ser felices, si no hubiera nada que nos impide ser felices ya todos diríamos -yo ya soy feliz y no hay nada que pueda evitarlo, yo ya puedo amar incondicionalmente y no hay nada que pueda evitarlo. Eso sería maravilloso que lo pudiéramos decir, esto es lo que dicen los maestros. Pero como nosotros no somos maestros es evidente que todavía, puedo decir –soy feliz, pero en el fondo yo sé que no lo soy, puedo decir que -yo amo incondicionalmente, pero en el fondo yo sé que todavía culpo, me culpo, crítico y juzgo a los demás, ¿qué es lo que pasa conmigo?
El problema a resolver está única y exclusivamente en el interior de cada uno de nosotros, no está en otra parte. En el mundo externo no existen problemas, existen eventos neutros, no existe ni lo bueno ni lo malo. Bueno y malo es el calificativo que mi mente le asigna a situaciones externas que le gustan o que no le gustan.
La incapacidad de ser feliz radica en que precisamente yo estoy interpretando lo que pasa fuera desde una mente que está llena de limitaciones aprendidas. El problema a resolver está claro, lo que nos impide ser feliz está dentro de nosotros mismos, pero para que no nos vayamos a confundir, ¿exactamente en qué parte de nosotros mismo está aquello que nos impide ser felices?
Recordemos que el ser humano se origina en unos archivos de información interna:
- Hay un archivo genético que es un archivo de perfección creado por la Divinidad, ese no es el archivo que nos causa problemas, el instinto puede manejarse desde una comprensión mental.
- Tenemos un archivo mental donde se archiva la información del hombre.
- Tenemos un archivo espiritual donde se archiva la comprensión del orden del universo.
Es clarísimo que el único archivo que nos causa problemas es el archivo mental, que está lleno de dos sistemas:
- Un sistema de creencias que llamamos limitaciones conceptuales, aprendidas o culturales que en un solo nombre se llama la ignorancia
- Y otro archivo subconsciente que acomoda un sistema de defensas de origen instintivo que se llama el trauma, aun cuando el trauma no es ignorancia, es trauma si es una gran limitación y conforma algo que llamamos la mente reactiva.
Entonces esos dos archivos, son el limitante que necesitamos trascender si aspiramos a ser felices y si aspiramos a amar. Ubicado el problema necesitamos empezar a trabajar.
EL ARCHIVO GENÉTICO tiene tres aspectos y todos son perfectos. Temporal, en sí mismo es perfecto. El archivo genético contiene:
- La información para generar la vida, esto se reconoce como la atracción y el enamoramiento.
- La información para mantener la vida en perfectas condiciones como la creó Dios, eso se reconoce a través de lo que llamamos el deseo, el deseo del cuerpo físico, para suplir necesidades energéticas.
- La información para defender la vida, porque el archivo genético no reconoce al archivo mental, puesto que tiene una frecuencia vibratoria inferior.
Entonces el archivo genético no sabe que existe un campo mental, no sabe que existe un campo espiritual, entonces a menos que alguien lo dirija, que soy yo mismo, en la parte de defensa hace dos cosas:
- La primera huir de cualquier situación que considere que represente un peligro.
- Si no puede huir, entonces pelea para sobrevivir.
Eso es lo que hace el instinto. Pero ahí no hay envidia, odio, no hay ninguna interpretación de lo bueno o de lo malo, solamente sobrevivencia, nada más. La envidia, el odio, el egoísmo, y todas las limitaciones del ser humano se encuentran exclusivamente en el campo mental, pero fíjate lo más simpático, en el campo mental CONSCIENTE, no es subconsciente, la envidia no es subconsciente, es consciente, lo mismo que el odio, esas situaciones son originadas en conceptos culturales aprendidos, que conectan con sentimientos negativos.
Lo que sucede es que nosotros no nos hemos dado cuenta de que mucho de nuestra parte consciente es totalmente limitante, es totalmente de ignorancia, mientras no nos damos cuenta de eso, no es posible solucionarlo. Ya lo sabemos, estamos ubicándolo, en nosotros hay archivos de perfección, que no están instalados, están ahí, como cuando alguien te regaló un programa muy bueno para tu ordenador pero nunca lo has instalado en él, ahí lo tienes, no lo puedes usar hasta que lo instales.
Esto es lo que pasa con el programa de amor en nosotros y felicidad, hay que instalarlo, no solo hay que entenderlo, hay que instalarlo. Está en el archivo espiritual, desde la creación misma nosotros tenemos el amor y la felicidad en nosotros, pero primero hay que reconocerla y segundo hay que instalarla, ese es el trabajo de la persona, eso no lo va a hacer Dios por nosotros. Eso lo hacemos nosotros por nosotros mismos.
- El archivo genético no te recibe información mental, porque son archivos de frecuencia dimensional diferente.
- El archivo mental, por ser un archivo superior, si recibe información del genético y la instala como trauma.
- El archivo espiritual no se puede instalar sobre la mente porque es de mayor frecuencia, pero el archivo espiritual si recibe información de la mente, desde la comprensión, o sea, las verdades que asimilamos ya en la personalidad, si pueden ser asimiladas por la Conciencia.
Los archivos superiores pueden asimilar a los inferiores pero no al revés. Los archivos inferiores ni siquiera reconocen la presencia de los superiores.
Ya sabemos que lo que nos impide ser felices está dentro de nosotros. Entonces ¿de qué dependen tus decisiones? No estamos hablando de si las decisiones son acertadas o no. Hay dos tipos de decisiones: las que son aciertos y las que son errores, en cualquiera de los dos casos ¿de quién o de qué depende? De mí mismo. Ninguna decisión, acertada o equivocada depende de ninguna otra persona diferente a la misma persona que toma su decisión.
No asumir la vida es un vicio mental en el cual yo tomo decisiones y cuando no resultan las decisiones como yo esperaba entonces culpo a los demás, los culpo de las decisiones que yo tomé y los culpo de los resultados que yo obtengo, ese es un vicio mental y ¿ese vicio en donde se origina? En la mente, en una parte específica que se llama limitación conceptual, esa no es traumática. Es una limitación consciente.
Culpar a otra persona es algo consciente, lo que pasa es que yo tengo una justificación mental que esa es la que se llama limitación. Por eso los maestros dicen algo muy sencillo, “cuando tú te sientes mal con algo o con alguien, esa situaciones te está mostrando tu limitación mental para poder aceptar o comprender una situación diferente a lo que tú piensas o crees”, esa es la limitación mental. Entonces ¿de quién dependen mis decisiones? De mí mismo, de nadie más.
Aquí te invito a hacer una renuncia: RENUNCIO A CULPAR A NADIE NI A NADA DE LAS DECISIONES QUE TOMO. Es inevitable tomar decisiones equivocadas porque así es como aprendemos a encontrar la verdad, también tomamos decisiones acertadas, ¿cómo lo reconozco? Por el resultado que yo obtengo. Ese resultado es mío, porque la decisión fue mía.
Lo único que vamos a aprender es algo muy bonito que tiene que ver con la evolución. Si un resultado no es el que yo espero, no es satisfactorio, la decisión que yo tomé para obtener ese resultado se originó en una ignorancia interna mía, no de otra persona. Si mi resultado es satisfactorio, ese resultado se originó en una decisión mía, que se originó en una comprensión mía, y la convierto yo, la instalo como parte de mis verdades. Aprendo a hacerlo.
Sin embargo, a veces lo que sucede es que las personas con frecuencia, como no asumimos las decisiones, pensamos que nuestras decisiones dependen de cosas que están sucediendo afuera:
- Es que como el país está en crisis yo tengo que sentirme asustado o mal, no.
- Es que como las personas a mí alrededor son deshonestas o agresivas, yo tengo que sentirme con resentimientos y con odios y estoy culpando a los demás.
La primera situación para solucionar el problema es: ubicarlo claramente y asumirlo.
Vamos a seguir trabajando la necesidad de salir de algo que llamamos la culpa. La CULPA es el proceso más profundo que tenemos los seres humanos a través del cual limitamos todas nuestras posibilidades de liberación y de felicidad. Mientras para mi exista un culpable de cualquier género, así sea yo mismo el que me culpe, estoy totalmente equivocado en el proceso de amor, no puedo hacerlo, estoy actuando desde una limitación profunda. El día que no exista la más mínima posibilidad de que tú culpes a alguien o de que te culpes a ti, ya estás dando verdaderamente pasos de amor. ¿Te das cuenta que todavía culpamos fácilmente?
Yo tengo derecho a pedir opiniones, consejos, orientaciones, guías, informaciones, tengo derecho a hacer todo eso. Entonces son dos decisiones: primero decido pedir el consejo o la orientación y segundo decido usarlo o no. Eso es cuando estoy asumiendo. Cuando no estoy asumiendo, entonces, pido el consejo, lo uso y después culpo al otro.
La otra persona me da un consejo que yo no le estoy pidiendo, o es más, en el caso de los padres, la otra persona te da una orden, no te da un consejo. “Tú tienes que hacer esto de esta manera y punto porque yo lo mando, soy tu papá”, en ese caso, la persona, aunque no lo sabe, él decide aceptar esa orden o no, decide ejecutarla o no, por cualquier razón, por miedo, porque le parezca conveniente, porque quiere experimentarla, o simplemente porque le pareció lógica, pero igual la decisión fue de él. Así sea por miedo, la decisión fue de él, “es que tú me amenazaste; si yo lo amenacé pero la decisión de aceptar la amenaza es suya.”
Eso de no asumir es un vicio, estamos buscando salir de ese vicio porque mientras yo no asumo mis decisiones no hay posibilidad de liberación mental. Mientras yo culpe a alguien, no es posible liberarme porque estoy poniendo el problema donde el problema no está, estoy colocando mi problema personal en otra persona, en una situación externa, en un gobierno, en un ladrón, en una inseguridad, en un hueco en la acera…, estoy colocando mi problema donde no está, y no puedo solucionarlo hasta que lo ubique clara y precisamente donde el problema está, ahí ya tiene solución, está en mí.
Es que ahí es donde viene el asunto de la culpa sutil. Tenemos derecho a equivocarnos, es más es inevitable equivocarnos, es más, es necesario equivocarnos, eso está dentro del orden del universo y dentro de lo que llamamos los derechos de la evolución. Por supuesto que el problema está en que yo me culpe de mi error o culpe a otro de mi error, es como si dijéramos que existe un culpable de ignorancia o un culpable de inocencia. ¿Alguien es culpable de ser inocente? No, entonces culpar a alguien por ser inocente, por supuesto que no es culpable de inocencia, pero si es claro que la inocencia es vulnerable y contaminable. Entonces nos contaminamos porque eso es necesario para la evolución.
Tú no puedes culpar a alguien de un error, ahí es donde está la ignorancia. El que culpa a alguien del error ajeno de su propio error, el error es una herramienta. Sin la herramienta del error no sería posible aprender absolutamente nada, no podríamos evolucionar, así de poderoso es el resultado del error. No hay evolución, no hay desarrollo espiritual si no se permite cometer errores ¿por qué crees tú que el Padre, dentro de su inmensa sabiduría, permite algo que se llama el libre albedrío? Ese está diseñado con el propósito de que cada uno de nosotros pueda cometer los errores necesarios.
Si no existiera el libre albedrío, entonces el Padre, te diría, “tú haces esto, lo entiendas o no lo entiendas, lo haces así porque así es como se hace”, no te permitiría experimentar. Tú haces lo que el Padre te dice pero tú a nivel personal, no aprendes nada “¿por qué haces esto? Porque me dijeron que lo hiciera así, no sé, lo hago así”. Entonces no aprendería, necesitamos el error. Renuncia a la culpa.
Te pongo un ejemplo de unos padres, que llenan la mente de un niño inocente, con información falsa. Ahí sucedieron dos cosas, la primera: esos padres hicieron lo mejor que sabían hacer, para ellos eso era lo correcto en ese momento, el niño que recibió la información falsa lo tenía prediseñado como parte de su destino porque para él también era igual de necesario. Posteriormente los padres se encuentran con un adolescente lleno de conflictos, de rebeldía, toda una serie de problemas y por haber recorrido un poco más de camino dices “bueno yo me equivoqué” se enmienda el error con los tres pasos:
Reconozco que me equivoqué, tengo derecho a equivocarme.
- Voy a decirle eso a la persona, es lo que llamamos pedir perdón, aunque pedir perdón es como si yo fuera culpable, entonces vamos a decir simplemente que es reconocer el error, disculparme “mira no fue mi intención, hice lo mejor que sabía pero yo cometí un error involuntario, pero error (no hay culpables)”.
- La forma de subsanarlo es: yo a nivel personal me comprometo a no volver a cometer el mismo error que ya comprendí que era error; que mi error, fue la herramienta para que mi hijo viviera una experiencia del destino, eso no es bueno ni malo, eso es perfecto, porque es necesario, eso tendrás que explicárselo; ahora a ti te corresponde manejar el error que yo cometí porque es parte de tu propio destino pero eso ya depende de ti no de mí, ahí no hay culpables.
Por supuesto que el camino correcto es el camino de los errores. Un padre, por el simple hecho de ser padre no significa que tiene sabiduría, simplemente que tiene una condición genética suficientemente desarrollada para transmitirla y buena intención. Inevitablemente todos los padres y madres del universo, les muestran a sus hijos un camino, el que ellos creen que es el correcto, sin que necesariamente lo sea, por supuesto que el camino del error es el camino correcto, no el verdadero, sino el correcto para aprender lo que necesito aprender.
En el caso de que habláramos de un padre humano, con suficiente sabiduría para conocer el camino de la verdad, desde esa misma comprensión él sabría que sus hijos no pueden comprenderlo sino cometiendo errores. La sabiduría sabe que la verdad no puede enseñarse, yo puedo conocer la verdad, pero no puedo enseñarla, lo que puedo es dar herramientas para que la reconozcan las personas y esas herramientas se llaman el error. No puedo evitar el error, es necesario, aunque yo tenga toda la sabiduría del universo.
De hecho, nuestro Padre Celestial tiene la sabiduría del universo y no evita los errores de nosotros sus hijos, porque son necesarios, no es que Dios no conozca el camino, es que el camino es a través del error. Recordemos algo ¿quién es un maestro, alguien que no comete errores o alguien que ya cometió todos los errores posibles? Un maestro ha cometido más errores que nosotros, nosotros no somos maestros, eso significa que nos falta cometer errores, mientras que un maestro ha cometido muchos más errores que nosotros, nos lleva mucha ventaja porque ha aprendido de cada error que comete. Entonces mientras más errores cometo, más oportunidades de aprender, cada vez que aprendo de un error que cometí, tengo un nuevo nivel de sabiduría interior. Ese es el camino de la sabiduría.
Entonces cuál es nuestro problema de sentirnos mal con los errores de los demás o los errores personales. El problema es una interpretación falsa que está en nuestra mente cuando se nos dijo: “tú no puedes equivocarte” ese si es un error complicado. Yo lo que le diría a un niño no es “tú no puedes equivocarte” sino “tú tienes derecho a equivocarte y jamás te sientas mal por un error, simplemente pregúntate ¿qué aprendo yo de esto?” Es la única pregunta que hay que hacerse, no más, porque cuando aprendes lo que el error te enseña no lo vuelves a cometer, así es como se forma la sabiduría.
Fíjate que ahí no hay ningún culpable de ninguna naturaleza. La culpa es el más grande de los limitantes que tenemos los seres humanos, mientras no salgamos de la culpa a nivel mental que es donde la culpa está, a nivel mental somos prisioneros, no somos libres. Prisioneros mentales cuya correspondencia externa es una cárcel planetaria o paraíso aislado. ¿Está claro?
Yo soy un ser humano, yo no soy Dios, yo no soy un maestro, hago lo mejor que puedo pero me puedo equivocar, así de simple hay que decírselo. “¿Papá qué opinas de esto? Mira lo que yo opino de esto es esto, y de acuerdo con mi experiencia es así, pero yo puedo estar equivocado, tu experiméntalo, mira a ver cómo te funciona, si no funciona habrá que buscar otra cosa” así de claro porque si yo le digo “mira hijo la verdad es esta”, ya me equivoqué.
Con el niño es lo más simple. “Vamos a jugar a descubrir la vida y cada vez que nos equivoquemos tú o yo nos vamos a hacer una pregunta ¿qué aprendimos?” Porque es que no es el cuento de qué le voy a enseñar al niño, es que voy yo a aprender con él. Qué voy a aprender de él y qué va a él a aprender de mí. Es que los padres ni siquiera les vamos a enseñar nada a los hijos, lo que vamos es a experimentar con ellos, son los conejillos de indias de nuestra ignorancia.
Pero sería muy importante decírselo. “mira no vayas a creer que yo sé, yo no sé nada pero entre los dos vamos a ir descubriendo la verdad, vamos a descubrirla y cuando yo me equivoque entonces yo voy a preguntarme qué aprendí, y cuando tú lo hagas, te preguntarás tú. Los dos aprendemos pero ninguno nos culpamos, ni tu culpas a tus papás, ni yo como papá te culpo a ti como hijo.” Punto, CERO CULPA, así vamos a recorrer el camino siendo felices. “que te tropezaste y te pegaste en la rodilla, perfecto, vamos a ponerle una curita a la rodilla y vamos a preguntar ¿qué aprendiste de la herida en la rodilla?” Punto. Así de sencillo.
Ahora quiero compartirte la más elemental de las herramientas (y unas preguntitas, que sabes me gustan tanto):
LAS COSAS A MÍ NO ME FASTIDIAN, YO ME FASTIDIO CON ELLAS.
Mientras yo suponga, es una suposición falsa, que las cosas externas, llámense huecos en la acera, la caca de los perros, desorganización, suciedad, inseguridad, pobreza, todo lo que tú quieras que exista, el desorden más caótico, mientras yo suponga que eso me molesta, estoy equivocado totalmente y no estoy haciendo nada en la vida. Para que yo empiece a hacer algo concreto en desarrollo espiritual, lo primero que necesito es cambiar la forma de comunicarme conmigo. Yo me molesto con lo que a mí alrededor sucede.
¿POR QUÉ ME MOLESTO CON LO QUE A MÍ ALREDEDOR SUCEDE?
Porque yo tengo una limitación mental para aceptar una situación externa que es del orden de la pedagogía del universo a la cuál llamamos problemas o llamado correctamente oportunidades de aprendizaje. Ahí ya empieza el camino del desarrollo espiritual.
Entonces los seres humanos manejamos cuatro niveles de problemas, es decir, cuatro niveles de oportunidades de aprendizaje:
- Problemas de relaciones, entiéndanlo oportunidades de relaciones, aprendizaje a través de las relaciones.
- Problemas de salud, aprendizaje a través de situaciones con deterioro del cuerpo físico.
- Problemas económicos, por escasez, aprendizaje a través de situaciones de escasez, oportunidades maravillosas para aprender a ser feliz.
- Problemas de ubicación, oportunidades para adaptarme al lugar donde me encuentro, porque los problemas de ubicación es que yo no me adapto a dónde estoy.
Hay personas que no se adaptan en sus casas, no se adaptan en su trabajo, no se adaptan en su ciudad, no se adaptan en su país o no se adaptan en su planeta, así de simple. Entonces tienen un sufrimiento constante y llegan a Consulta de Psicoterapia y te dicen “es que mi problema es que yo no soy de aquí”, y yo les digo a estas personas “mira, permíteme que hagamos una reflexión, el problema no es que tú no seas de aquí, el problema es que tú no te adaptas aquí” eso es diferente.
Entones entendamos claramente, lo que llamamos problemas son oportunidades de aprendizaje. Entonces cuando yo salgo a la calle con el coche, “caigo a un hueco y pun, se me rompió el amortiguador, y más adelante, viene otro personaje y zacs, me rompe el cristal para robarme la radio, y más allá me encuentro un atasco que no puedo pasarlo y tengo que estarme ahí dos horas dentro del coche”, todo eso son oportunidades para mi desarrollo espiritual.
Los seres humanos sin excepción tomamos un cuerpo físico en cualquier lugar del universo, en este momento, los que estamos aquí, lo hemos tomado en el planeta tierra, un planeta del tercer nivel del desarrollo de Conciencia, lo hemos tomado con dos propósitos de amor fundamentales:
- APRENDER A SER FELICES, feliz por mí mismo, la felicidad es algo interno.
- APRENDER A AMAR, tiene que ver con lo externo, ser capaz de ver amor en todo lo que sucede a tu alrededor, verlo con amor,
no verlo como problema, verlo como algo necesario y perfecto para un proceso pedagógico.
- Hay un lugar donde yo puedo aprender a ser feliz, donde no hay felicidad.
- Hay un lugar donde yo puedo aprender a tener paz interior, donde no hay paz.
- Hay un lugar donde yo puedo aprender a amar incondicionalmente, donde nadie ama.
Ese es el lugar perfecto, imagínate esto, yo soy una persona inocente, o peor aún ignorante y estoy dispuesto a aprender los dos aspectos del universo el interno y el externo, ser feliz y aprender a amar. Imagínate tú que en lugar de venir al planeta tierra, me voy para una civilización del quinto o del sexto nivel de Conciencia. Entonces yo allá llego y no encuentro problema alguno porque los seres del sexto y del quinto nivel ya solucionaron los problemas que nosotros no hemos solucionado, ellos ya lo hicieron. Entonces yo llego allá y allá hay gente feliz, sonriente, alegre, entusiasta, allá hay gente que ama, que respeta, que convive en paz y en armonía perfecta, ¿yo que aprendo? No aprendo nada, porque ni siquiera hay una persona que me muestre cuáles son mis limitaciones, llego a cometer el más grave de todos los errores: creerme perfecto sin serlo.
Para que yo pueda perfeccionarme no hay sino una sola forma de hacerlo, que vaya a un lugar donde las situaciones externas me muestren mis limitaciones internas, ahí sí es donde voy a trabajar desarrollo espiritual, ¿cuál es el mejor lugar del mundo entonces? Donde estoy, es perfecto.
Cada vez que yo pierdo mi paz interior ante una situación voy a decir “agradezco a la vida la oportunidad que me está dando para aprender a que mi paz no se altere por lo que pasa afuera de mí”. Cuando decimos que los maestros son invulnerables, inofendibles, es porque ellos ven todo lo que sucede con amor, no culpan a nadie ni a nada y por supuesto para haber adquirido esa condición ellos vivieron exactamente en lugares como este y obviamente peores, sino cómo se volvieron maestros. La maestría es un trabajo interior y la consigues allí donde algo te somete a trabajar, cuando no hay que hacer ningún esfuerzo no se desarrolla nada.
Entonces ¿está claro por qué tenemos la mejor de las oportunidades en este momento, la más maravillosa de todas? No hay nada de qué quejarse, el que se queja lo único que hace es que no valora lo que la vida le dio.
¿CUÁLES DECISIONES TE HARÍAN FELIZ?
Vamos a decir algo muy sencillo, ahora mismo, en este mismo instante DECÍDETE A PENSAR SIEMPRE LO MEJOR DE TODO, absolutamente de todo cuanto existe y sucede a tu alrededor y en tu interior, en ese momento serás feliz, hasta lo que no entiendes. Si no lo entiendes di “no lo entiendo pero es perfecto porque está dentro del orden del universo, aunque yo no lo entienda”, no sucede nada que no esté dentro del orden del universo, todo lo que sucede está dentro del orden del universo, que yo no lo entienda, el problema no es del universo, el problema es mío, así de simple. Entonces yo me dispongo a ser feliz porque no hay ninguna situación externa de ninguna naturaleza que pueda quitarme la felicidad porque la felicidad depende de mí, no de lo que pasa fuera, ahí ya estoy en el camino correcto.
Esto es fácil de decirlo. Trabajarlo es lo que llamamos el entrenamiento. EL ENTRENAMIENTO ES PERSONAL. Otro de los tantos vicios que tenemos nosotros es pedirle a Dios que haga lo que yo tengo que hacer, ese es otro vicio gravísimo. Dios tiene unas funciones que las puedo reconocer en todo lo que ha sido creado y que es perfecto, nosotros, sus hijos, tenemos otras funciones que es aprender a reconocer la perfección que Dios creó, es la función de los hijos, pero resulta que, en lugar de hacer mi trabajo, yo le estoy pidiendo a Dios que venga a hacer el trabajo mío, entonces “dame, cree en mí, hazme feliz…”.
Dios no te va a hacer feliz, ni los maestros tampoco, ni ninguna persona, ni ninguna circunstancia, nada te va hacer feliz a ti a menos que lo hagas tú mismo, mientras yo no me decida a hacer eso, entonces, el universo, el Padre, los pedagogos universales ¿saben qué hacen? Te esperan, tienen mucha paciencia, TE ESPERA LA ETERNIDAD HASTA QUE SEAS FELIZ POR TI MISMO.
Hay que salir de los vicios mentales. El vicio de culpar, el vicio de no asumir, el vicio de pedir que alguien haga lo que yo tengo que hacer, eso se llama no asumir la vida, ese es nuestro problema, el vicio de controlar a los demás, el vicio de sufrir por lo que los demás hacen, el vicio de castigar los errores, el vicio de culparme a mí mismo, el vicio de sufrir, todo son vicios.
LA FELICIDAD ES UN ESTADO MENTAL INTERIOR, no es algo externo, afuera no hay felicidad, afuera hay circunstancias neutras. La felicidad no es relativa, como el amor tampoco lo es, lo que es relativo es las situaciones externas. La felicidad es un estado absoluto de equilibrio interno: paz es neutro, felicidad es la proyección positiva de tus pensamientos, de tus emociones, de tus sentimientos desde la paz siempre se origina una comprensión.
Cuando yo no tengo el referente de paz, entonces mis sentimientos se van a lo negativo, mis emociones se van a lo negativo, mi energía se va a lo negativo porque yo no manejo una interpretación correcta del universo. Entonces la felicidad es un resultado de la sabiduría que se manifiesta como sentimientos voluntariamente decididos por ti mismo y no inducidos por una situación externa.
Las creencias no nos hacen felices, porque las creencias son las limitaciones mentales. La que puede hacerme feliz es la sabiduría, la verdad, por eso dijo el maestro Jesús, “la verdad os hará libres de todo”, la verdad me hace libre y me hace feliz y me llena de paz, ¿cuál es la verdad? La verdad es muy simple, facilísima de definir: todo lo que te traiga paz, armonía y felicidad es verdad, lo que no traiga eso, es falso, así de simple, más simple no se puede.
¿QUE TE HACE FALTA PARA DECIDIR SER FELIZ?
Instalar los nuevos programas (información), para hacerlo solo hay una forma el entrenamiento constante, diciéndome a mí mismo todos los días obviamente desde comprensión, para que no suene simplemente como una frase que tú necesitas repetir, sino como algo que comprendes:
- Todo lo que sucede es perfecto y necesario para el orden del universo.
- Ninguna situación externa puede alterar mi paz interior.
- No hay nada que pueda impedirme ser feliz.
Yo necesito instalar ese programa en mi mente y por supuesto esto es el entrenamiento, sales a la calle caes en el hueco, esto no me impide ser feliz. Se rompió el coche, vamos a llamar a la grúa, pero eso no me impide ser feliz; no hay con que reparar el coche, guárdalo en el garaje y vamos a usar autobús, pero esto no me impide ser feliz. Estás en un atasco de dos horas, lo aprovecharé para meditar, esto no me impide ser feliz; eso es instalar una información. Mientras yo no hago eso, sigo dependiendo de afuera.
Si ya sentiste el malestar ya se disparó el programa limitante, la idea es que tú sales en paz de tu casa y por la mañana cuando estás en paz, cuando aún no se ha perdido tu paz, tú dices “hoy me propongo mantener el estado de paz que tengo en este momento, no importa lo que el Padre tenga hoy para mí, nada de lo que encuentre evitará que yo pueda ser feliz”, o sea te tienes que preparar antes de.
Cuando caigas en el hueco, dices, “no me impide ser feliz el hueco”. Si se dañó el coche y no puedo usarlo, ¡perfecto! no necesito coche por ahora, eso no me impide ser feliz. ¿Está claro que esto requiere un entrenamiento? El problema es que yo empiece a pedirle a los santos, a los ángeles, a los maestros, a Dios, “vengan a hacer el entrenamiento por mí”, eso no funciona, eso es lo mismo que si vas a enviar un atleta a representarte en los juegos olímpicos y el atleta te dice “oiga señor entrenador, ya que usted me va a enviar, ¿por qué no se entrena por mí, por qué no hace usted el ejercicio por mí?” es lo mismo, Dios no va a hacer el ejercicio por ti; ya está claro lo que necesitamos hacer ¿no?.
Entonces vamos a hacerlo, vamos a hacer dos reflexiones. Estamos hablando de libertad mental en esta entrada del Blog, decimos que:
- Libertad mental es cuando mi paz interior y mi capacidad de amar no dependen para nada de lo que sucede afuera de mí. Mientras yo tengo una mente contaminada, es el problema a resolver, una mente contaminada es un semillero de conflictos.
- Mientras yo culpo, yo me culpo o me ofendo, yo soy un peligro, no los demás.
Soy un peligro para los demás y para mí mismo porque yo me ofendo y si me ofendo soy capaz de agredir y soy capaz de pelear y soy capaz de irrespetar a los demás porque tengo la capacidad de ofenderme, cómo somos un peligro, es la razón por la cual vivimos en un paraíso aislado. Porque las otras partes del universo que ya viven en armonía, no tienen por qué asumir que yo soy un peligro. Cuando alguien es un peligro para la sociedad, entonces se toman precauciones. Dios y los maestros han tomado algunas precauciones con respecto a nosotros. Así de simple.
Fíjate que cualquiera de nosotros, en un momento dado puede ser un peligro, cuando pierde el control. Yo puedo decir “mira yo soy espiritual, yo soy muy bueno, muy respetuoso, yo no le haría mal a nadie” pero pierde el control y lo hace, y después dice “¿pero yo hice?…” la única forma de dejar de ser un potencial peligro es que yo haya asumido mi paz interior y mi felicidad por mí mismo, ahí si ya dejé de ser peligroso. Mientras yo tengo mi mente contaminada, soy un semillero de conflictos, en cualquier momento se me disparan.
Una mente limpia es una mente libre, inofendible e invulnerable, esa es la mente que alcanza un discípulo avanzado o un maestro humano en sabiduría. Dicen los maestros que éste sería el punto más alto que podríamos lograr en nuestra experiencia dentro de la forma física. De ahí para allá viene otro estado que se llaman los maestros inmortales. Cuando un ser humano alcance a ser totalmente invulnerable, inofendible y sea totalmente pacífico, ya está listo para trascender la materia. Mientras tanto necesitamos este cuerpo que sostiene una mente que es capaz de contaminarse para poder aprender a limpiarla. Es el trabajo que estamos haciendo.
El maestro humano puede cometer errores si permite que su energía vital descienda. Lo que pasa es que precisamente el maestro es el que está muy entrenado en mantener alta su energía vital. Todavía es humano. Lo que pasa es que si ya es maestro difícilmente su energía se cae, difícilmente, sin embargo esa posibilidad existe. Puede equivocarse, por supuesto, porque necesita aprender más, pero el equivocarse no va a hacer que su energía vital se caiga, ni que culpe a nadie, ni que se culpe a sí mismo, simplemente me equivoqué y aprendí.
¿CÓMO HARÍAS PARA TENER SIEMPRE SERENIDAD PAZ Y CAPACIDAD DE ACCIÓN CONSCIENTE?
Hay unos pasos por seguir:
- Para que yo pueda pensar en lo mejor, yo primero necesito TENER INFORMACIÓN. Si yo no tengo una información, ni siquiera tengo ni idea que es lo mejor. Las equivocaciones no me hacen perder la energía, es la interpretación que hago de ellas. Si yo cometo un error y miro el error como el error es, podría hasta sentirme feliz porque podría decir “qué maravilla, acabo de descubrir algo de lo cual necesito aprender, tengo una buena oportunidad ahora”, pero si lo llego a mirar como desgracia, como culpables, ya sea alguien externo o yo mismo, ahí si mi energía se va a consumir. Necesito una información nueva.
Vamos a irnos a un puntito más atrás. Para que yo pueda tener información nueva, primero necesito haber sufrido suficiente, significa que me saturé de los conflictos que se generan en mi ignorancia, eso es lo que significa haber sufrido suficiente. Si yo ya sufrí suficiente, entonces ya estoy dispuesto a adquirir una nueva información de la verdad.
Ya hemos explicado cómo se diferencia la información de la verdad de la información falsa por los resultados. Yo ya tengo nueva información pero no la he instalado. ¿Sabes por qué no la he instalado? Porque es que no puedo instalar una información limpia sobre una mente que está sucia. Necesito limpiar la mente, entonces viene otro ejercicio.
- LIMPIAR LA MENTE. Básicamente la mente consciente, la mente subconsciente vamos a trabajarla más adelante cómo se
limpia. La mente subconsciente, los traumas, lo cual sucede con mucha frecuencia, estén incidiendo negativamente en tus resultados de relaciones o de salud o de ubicación o económicos; puede ser que pasen casi inadvertidos, pero si están incidiendo habrá necesidad de limpiarlos. Necesito limpiar la mente. Cuando ya tengo la mente limpia ¿qué más tengo que hacer? Instalar la información.
- INSTALAR LA INFORMACIÓN. ¿Qué necesito hacer? Necesito hacer un entrenamiento. Entrenar todos los días en el gimnasio de Dios. ¿Sabes cuál es, no? AQUÍ Y AHORA donde estás, no trates de cambiar nada lo de afuera porque sería como quitarle equipos al gimnasio. Si tratas de tapar los huecos estás quitando la máquina para el entrenamiento de los brazos, si tratas de eliminar la corrupción, estás quitando la máquina para el entrenamiento de las piernas, si tratas de acabar con la inseguridad, estás acabando con la máquina para fortalecer los pectorales. Entonces, como ya entendemos que esto es el gimnasio de Dios, no se trata de retirar los aparatos que están puestos allí para el entrenamiento sino úsalos.
Por supuesto la sabiduría es “no le digas eso a nadie” porque quién no sabe esto, ya sabes lo que te va a decir.
- Necesitamos entrenarnos en el pensamiento puro, que llamamos alquimia.
- Necesitamos entrenarnos en el respeto a los demás que se llama: no retirar los aparatos del gimnasio.
- Necesitamos entrenarnos en la expresión de amor, que se llama: ver todo en la dimensión real, verdadera, todo es un propósito de amor, eso significa que no juzgo ni condeno a nadie por ninguna razón, sino comprendo que lo que hace es lo mejor que sabe hacer, si alguien asesina a otra persona, eso es lo mejor que él sabe hacer. Eso que él sabe hacer es necesario para el universo.
Así es como puedo empezar a ver algo con amor, entonces cada vez que veas algo vas a decir: “CADA QUIÉN HACE LO MEJOR QUE SABE HACER Y LO QUE HACE ES NECESARIO PARA EL UNIVERSO” Así de sencillo, y esto puede ser cualquier extremo, bien puedes tú ver a un médico que trabaja todos los días en aliviarle el dolor a las personas, por devolverles la salud, por darles orientaciones que les ayuden a ser más felices y él hace lo mejor que sabe hacer, y eso es necesario para el universo. O bien puedes ver a una persona que su profesión es ser sicario y él hace lo mejor que sabe hacer, y lo que hace es necesario para el universo, por eso decimos que no existe el bien ni el mal, solamente existe lo necesario, si lo puedes ver así, ya estás viendo la verdad.
Mientras tanto lo que estoy tratando es de retirar los equipos del gimnasio que el Padre colocó, y el Padre, a través de los maestros y de los ángeles no permite que tú le retires sus equipos de gimnasia, por eso es que decimos que no hay que tratar de modificar las cosas externas solamente las internas.
Lo primero que se le coloca a un estudiante cuando llega a cualquier facultad es un problema. “Usted acaba de ingresar aquí; sí señor; aquí tiene un problema, resuélvalo”. Si lo miramos de una manera ignorante decimos “yo vengo aquí a aprender y lo primero que me ponen es un problema”, claro es que ese es el estudio que viniste a hacer. La vida es igual, llegamos al planeta tierra que es una facultad de ciencias superiores y lo primero que nos pone la vida son cuatro problemas, fíjate que son poquitos además.
Entonces te dice la vida: acabas de ingresar a la facultad del amor, y necesitas resolver cuatro problemas, “ah, bueno maestro y ¿cuáles son?”. Aprende a resolver tus problemas de relaciones, de salud, de escasez o económicos, y de ubicación y te habrás graduado en la facultad, así de sencillo.
Entonces ¿cuál es el problema del alumno? El problema del alumno es que llama al profesor y le dice: “profesor, esta universidad está muy mal organizada, a mí no me gusta, usted tiene que cambiar todo esto, y le trae una lista de lo que quiere”.
Cada vez que tú empiezas a protestar y a quejarte contra lo que sucede a tu alrededor en cualquiera de los cuatro niveles, los maestros como viven en paz, no se ríen, pero internamente comprenden la inocencia o la ignorancia, se expresan de esta manera: “algún día aprenderán”.
La manita te la dan todos los días y te la dan con esta secuencia: Tú le preguntas a un maestro “Maestro, ¿cómo hago para ser feliz?” Y te responde: “Quiero saber si ya has sufrido suficiente, porque si no has sufrido suficiente no puedes ser feliz” si él verifica que ya has sufrido suficiente, entonces, vamos a tener una información nueva porque tu mente ya está lista para aceptar.
“¿Tú sabes por qué estás leyendo esta entrada del Blog?”. Entonces, si tenemos lo necesario para algo es porque ya somos correspondientes. Si tú estás buscando nueva información es porque tu mente ya está lista, sino dirías «a mí no me interesa esa cháchara barata». Así de simple, no me interesa, y hay que respetarlo, no ha sufrido suficiente, está en su proceso.
Cuando ya tengo la información, entonces entramos a los Talleres de Psicología Transpersonal que periódicamente iniciamos en la Asociación de Psicología Transpersonal Cajal y hacemos la limpieza y el entrenamiento para su instalación. Yo necesito limpiar mi mente porque no puedo instalar una información limpia sobre una mente contaminada, necesito limpiar la mente para poder instalar esa información de amor y después necesito hacer el entrenamiento que va a permitirme instalar la información y usarla y ahí ya empiezo a acercarme al maestro humano en sabiduría.
El sufrimiento tiene una sola razón, una sola, fíjate que es demasiado simple, cuando tú te encuentres sufriendo ante cualquier cosa, hazte una sola pregunta: ¿QUÉ ES LO QUE YO NO ESTOY ACEPTANDO? Esa es la única causa del sufrimiento.
A veces la mente nos juega pasaditas para que no ubiquemos el verdadero problema. Ejemplo: Aquí hay un padre que tiene un hijo en la cárcel porque cometió un delito, y él dice “¿pero yo por qué estoy sufriendo?” Porque no está aceptando que su hijo fue delincuente y que está en la cárcel, no lo está aceptando. “¿Es que es mi hijo, cómo va a estar en la cárcel?” Pues sí, es su hijo y está en la cárcel, y cometió un error y ese error da como resultado la cárcel. Y no será fácil para ese padre aceptar eso, pero esa es la causa del sufrimiento, no hay sino una sola: incapacidad de aceptar algo.
- CUANDO NO PUEDO ACEPTAR ALGO ES PORQUE NO LO HE COMPRENDIDO.
- SI NO LO HE COMPRENDIDO ES PORQUE TENGO UNA LIMITACIÓN MENTAL.
Entonces vamos a resumir esta entrada para ver que aprendimos:
- Aprendimos que ser libre es ser feliz por mí mismo. Me gustaría que tú repitieras algo muchas veces para que tu mente finalmente lo acepte:
- NO EXISTE NADIE QUE PUEDA HACERME FELIZ A MÍ.
- NO EXISTE NADA QUE PUEDA HACERME FELIZ A MÍ.
- EL ÚNICO QUE PUEDE HACERSE FELIZ SOY YO MISMO.
Por eso las personas que buscan relaciones para ser felices, con ese solo hecho ya se equivocaron, nosotros podemos hacer relaciones con otro propósito diferente a ser felices, podemos hacer relaciones para complementar la vida, las funciones, el afecto, la energía para complementar la vida de otros y complementar la vida mía.
Podemos hacer relaciones con el propósito de compartir mi felicidad y mi paz y mi amor con otras personas, pero si estoy buscando relaciones, para que esas relaciones me hagan feliz ya me equivoqué de plano, porque entonces yo en mi vida no voy a compartir lo que no tengo, es que no puedo dar lo que no tengo, no puedo enseñar lo que no sé.
Entonces la persona que está buscando relaciones para ser feliz, lo que va a compartir con las demás personas van a ser sus limitaciones y cuando comparto mis limitaciones lo que voy a encontrar es un conflicto, eso es lo que voy a encontrar. Si yo voy a hacer relaciones desde amor, yo no entro a compartir mis limitaciones para crear conflictos donde no los había, entro a compartir mis valores para complementar la vida de otras personas y complementar mi vida y complementar las funciones y las acciones y los servicios que hacemos.
Ahí sería desde amor, pero eso no se logra a menos que yo entienda algo. Nadie puede hacerme feliz a mí, entonces las personas que me llegan a preguntar en Consulta de Psicoterapia por el hombre perfecto o la mujer perfecta, lo primero que les digo es: –no existe, no lo busques, no lo vas a encontrar nunca, no existe. Existen personas compatibles, con las que tú puedes establecer relaciones, pero si tú no eres feliz por ti mismo nadie te podrá hacer feliz, ese es el punto de partida.
Si estás buscando el país que te dé las oportunidades que tú quieres tampoco existe, las oportunidades están donde tú estás y no en otra parte. Si no las ves donde tú estás, no las vas a ver en ninguna parte, en ningún lugar porque es que si no las ves, siempre han estado ahí no van a dejar de estar, el asunto es si tú las ves o no.
- Aprendimos que lo que me impide ser feliz soy yo mismo. Con esta primera parte, se acaba la posibilidad de culpar externamente a nadie ni a nada. A mí no me impide ser feliz ni el gobierno, ni las personas que están al margen de la ley, ni la desorganización, ni el aparente caos exterior, ni el desorden, ni la sociedad, ni la pobreza, nada de eso me impide ser feliz. Soy yo el que tengo una limitación para aceptar que eso es parte del orden del universo.
Si a una persona le corresponde irse para otro país, lo único que tiene que hacer es preguntar y cuando pregunte verá que todas las puertas están abiertas porque le corresponde, lo único que tiene que hacer es pasar por esas puertas. Si no le corresponde, igual va y pregunta pero él se encuentra que todas las puertas están cerradas. Sin preguntar tú no sabes nada, cuando preguntas, la vida te responde. A veces no nos gusta la respuesta que la vida nos da, y esa es mi limitación. ¿Está clarísimo? Está dentro de mí lo que me impide ser feliz.
- Aprendimos que para ser libre necesito limpiar mi mente consciente y subconsciente. La mente consciente es la mente conceptual, racional y está llena de limitaciones de tipo cultural, conceptual y racional despiertas, conscientes.
La mente subconsciente, es una mente reactiva automática que está llena de un sistema de defensas automático. Defensas que se disparan en el momento en que un evento externo lo asocias mentalmente con tu propio trauma, ahí se dispara, ahí lo conocerás.
- Aprendimos que para limpiar mi mente, necesito información y necesito entrenamiento. Yo diría, que en este momento, los que estáis trabajando este Blog, ya tenemos la información, lo que falta no nos lo puede dar nadie, el entrenamiento es algo absolutamente personal, ninguna persona puede entrenarse por otro, estudiar por otro o comer por otro. Por lo tanto no le pidas eso a Dios. Eso es para nosotros. Lo que le pides a Dios es información y ya te la dio porque si no, no estarías leyendo esta entrada.
Gracias por la información! gracias por utilizar un lenguaje claro y nutricio, gracias por tu generosidad al compartir este material que genera crecimiento espiritual!…Gracias!!
Hola Mary;
Recibo de todo corazón tus agradecimientos. SaludosAbrazos.
Es genial bien estructurada creo q se entiende
Hola Ricardo;
Muchas gracias por tu comentario. Saludos.
Muchísimas gracias por esto, con mis 21 años me acabo de dar cuenta que puedo vivir en paz, con tantos problemas al rededor, es lo que buscaba hace tiempo 🙂
Hola Victoria;
Las recibo con mucho gusto.
Me alegra que esta información te sirva. Saludos.
ME DEJA UN GRATO SABOR DE BOCA LEER INFORMACION COMO ESTA. FELICIDADES. !
Hola Alex;
Muchas gracias por tu comentario.
Un saludo.