Manipulación o Yo decido. Realmente decides tú o te sientes manipulado. ¿Qué entiendes tú por la palabra manipulación? Utilización psicológica ejecutada o efectuada por un ignorante sobre otro ignorante.
Es muy común escuchar frases como: me manipularon, o me engañaron, o soy manipulador… vamos a profundizar un poco en esto, porque no solamente son las personas, resulta que tú ves una propaganda, y esa propaganda podría ser manipuladora. Si tú miras las propagandas de los jabones, te darás cuenta que los seres más calumniados son las bacterias. Ellas parecen tener la culpa de todos nuestros problemas humanos, o las cucarachas. Parece ser que solamente con bañarse bien no habrá ninguna posibilidad de enfermarnos de nada.
Bueno, estoy poniendo un ejemplo de lo que puede suceder cuando tú miras una información o una propaganda cualquiera. De alguna manera todo puede tener una cierta posibilidad de manipulación. Vamos a ver realmente qué significa manipulación y qué significa todo lo que nos rodea en la experiencia que vivimos. Para esto te voy a invitar a hacer un pequeño ejercicio de tres preguntas.
- -1. ¿Ante qué situaciones te sientes obligado a hacer algo?
- -2. ¿En qué circunstancias sientes que los demás o el medio deciden por ti?
- -3. ¿Qué te lleva a hacer cosas que no desearías hacer?
Vas a tomarte 3 minutos para que saques una conclusión de las tres preguntas.
La primera pregunta dice: ¿Ante qué te sientes obligado?, la respuesta a la 1ª pregunta es que tú encontraste situaciones o circunstancias específicas ante las cuales te sientes obligado a hacer cosas que no es exactamente lo que desearías hacer. Esa es la 1ª evaluación.
En la segunda pregunta: ¿En qué circunstancias sientes que los demás o el medio deciden por ti? ¿Qué te lleva a hacer cosas que no desearías hacer?
- El miedo. La primera reflexión con esta respuesta sería: ¿el miedo es tuyo o de los demás? mío, entonces ¿la decisión de quién fue? mía.
- Una presión psicológica, tu imaginación te lleva a pensar que podrían suceder ciertas cosas, y para evitarlas haces cosas que no desearías hacer. ¿Dónde se originó todo eso? y ¿la decisión de ir a tomar esas precauciones ante ese supuesto quién las tomó? Yo.
- Los sentimientos de culpa. ¿Quién tiene los sentimientos de culpa? yo, son mis sentimientos de culpa, no son los del otro. – No hacer cosas que no desearías… eso ya es empezar a asumir mis decisiones.
- La falta de conocimiento. ¿De quién es? mía.
El ejercicio es para darnos cuenta de algo simple: si tú te das cuenta, lo que estamos haciendo con facilidad es culpando a otros de algo que es mío. Yo, para evitar la molestia de la bronca, o del regaño, decido hacer algo que no deseaba hacer. Yo decido hacer eso para yo evitar, y ¿quién tomó la decisión? yo la tomé. Yo tomo una decisión de no contrariar a alguien, y me siento mal por la decisión que tomo, pero luego cometo un pequeño error: culpo a la persona.
Hay circunstancias en que la vida te obliga a hacer cosas que a ti no te gustaría hacer. ¿Cómo qué? como que a mí me asaltaron en la calle. Vamos a tomar ese ejemplo que es muy importante. Cuando una persona amenaza a otra, la persona que amenaza ha tomado la decisión de obtener algo por la fuerza. La persona amenazada va a tomar varias decisiones:
- -1. Evalúo qué es menos perjudicial para mí: entregar lo que se me pide o pelear.
- -2. Evalúo que lo mejor es huir si la situación me lo permite.
Esas dos posibilidades de la evaluación, ¿quién las decide? La persona me amenazó, pero la decisión de lo que yo tengo que hacer frente a la amenaza la tomé yo. Él no es culpable de mi decisión, ni me obligó a decidir. Él me amenazó.
¿Qué te lleva a hacer cosas que no desearías hacer? la respuesta es: o el miedo, o la comprensión. ¿Quién no desea? el ego. O el miedo me lleva a hacer algo porque yo deseo desde el miedo proteger mi vida (instinto de supervivencia), o desde la comprensión evalúo que si yo me hice correspondiente con esa situación, es porque esa situación me va a enseñar algo y esto es una prueba para mi desarrollo espiritual. Por lo tanto el coste de la prueba va a ser muy bajo con relación a lo que voy a aprender de ella. Eso sería desde comprensión.
Entonces no solamente harías lo que tengas que hacer, sino que le darías gracias a la persona sin decírselo, eso sería desde comprensión. Por eso te digo: la decisión la tomo yo, los demás hacen otras cosas, pero nadie podrá tomar esa decisión por mí. Si una persona es amenazada y pelea, ¿quién tomó la decisión de pelear? él.
Miremos las primeras preguntas, me gustaría que tú verifiques si realmente me siento obligado a decidir. Siempre estoy decidiendo, si yo pido un trabajo, yo decidí pedir ese trabajo. Si me dan el trabajo y decido renunciar, yo decidí renunciar. Si me echan fue porque yo decidí ciertos comportamientos que no eran apropiados para esa empresa, pero el resultado que estoy recogiendo son mis decisiones, no las de otro.
El primer ejercicio para liberarnos y alcanzar el estado el estado de la independencia espiritual, donde tu paz, tu armonía y tus decisiones no dependen de nada, ni de nadie, sino de ti mismo, es que necesitamos reconocer que nadie puede obligar a otro, lo que puede hacer es amenazarlo y por supuesto, nadie puede decidir por otro, lo que puedo hacer es culpar a los demás de las decisiones que yo tomo.
Mientras yo estoy culpando a los demás, no es posible liberarme, porque entonces el problema está en los demás y no en mí, y yo no puedo solucionar un problema que está en otro, yo puedo solucionar el que está en mí. Por eso el desarrollo espiritual se estanca tan fácilmente, porque yo me paso el tiempo culpando a los demás de mis decisiones, culpando a los demás de mis actitudes, culpando a los demás de mis sentimientos y yo no estoy asumiendo nada.
¿Está claro?, en adelante me gustaría que practicaras el ejercicio de darte cuenta que jamás puedes ser obligado, asume la decisión: sí señor, me amenazó, o el niño me dijo “si tú no haces tal cosa me tiro al suelo y me ensucio y hago pataleta”, entonces digo: yo ante esa amenaza del niño decido hacer algo que no quería hacer, NO, yo decido hacer algo que mi ego no quiere hacer, pero lo decidí yo y no voy a culpar al niño, no le voy a decir “tú me manipulaste”, no, él se tiró al suelo, yo permití eso.
Si tú te sientes obligado ante cualquier cosa, la respuesta es sencillísima: no estás asumiendo, asumir es algo profundo.
Volvamos al caso de la persona que la amenazan de muerte, entonces decide entregar un dinero, o huir, o hacer cualquier cosa como decisión de él, ¿cuál es la ganancia? que considera que es más valiosa su experiencia en el cuerpo físico que un dinero o que un lugar. Hay una ganancia que es la diferencia entre el valor que tiene esa experiencia y el valor que tenga un dinero o un lugar. Esa es la ganancia.
Cuando se paga un impuesto, igual hay una ganancia, porque es lo que estás entregando a cambio de mantener una cierta armonía con un medio, sino entonces vendrá un cobro judicial y eso te traerá más conflictos. Lo que tú estás evaluando es una ganancia, por lo que no te sientas obligado, hazlo con amor. Es que ahí empieza el proceso profundo de asumir. Ahora estamos entrando en el asumir profundamente.
¿Sientes que los demás o el medio deciden por ti? si sientes eso, no estás asumiendo tus decisiones. La respuesta desde sabiduría sería: los demás no deciden por mí, puede ser que me amenacen, las amenazas pueden ser supremamente sutiles o totalmente directas.
- Amenaza directa – alguien te amenaza con un revólver.
- Amenaza sutil – mira, si tú no haces tal cosa entonces yo me voy de la casa. O simplemente… si a mí me pasa algo va a ser por culpa tuya.
Estas son amenazas sutiles para tratar que tú tomes otras decisiones. Una cosa es la amenaza y otra cosa es la decisión que tú tomes, son dos cosas totalmente independientes. No se te ocurra jamás culpar a nadie de una decisión tuya, porque ese es el primer síntoma del no asumir la vida.
No asumir la vida significa ser esclavo, esclavo de un entorno, significa no ser tú mismo, significa no haber encontrado tu propio valor. En el caso de la persona que amenaza, el problema es de él. Esa es la experiencia de él.
Hay una cosa que evita esto: cuando una persona amenaza en el aspecto sentimental y lo hace con alguno de estos dos propósitos:
- -1. Conseguir algo para él.
- -2. Vengarse de algo a través de esa amenaza.
Por ejemplo, el hijo que les dice a sus padres: me voy a suicidar. Lo que está buscando en el fondo es vengarse de ellos porque piensa: mis padres van a sufrir y ellos tienen la culpa de que yo me mate, o está buscando tener ciertas cosas a través de esa presión psicológica, pero si le haces saber estas dos cositas se acabará el problema:
- -1. Tú eres libre de tomar las decisiones que tú quieras y yo voy a respetar totalmente las decisiones que tú tomes, así sea matarte, yo las voy a respetar, o sea actuar de otra manera, también las voy a respetar.
- -2. Es importante que tú sepas que yo no voy a sufrir por el resultado de ninguna de tus decisiones.
Con esas dos frasecitas, dichas desde comprensión, se acabó el problema. ¿Por qué? porque si la persona piensa vengarse de ti, ya no tiene caso, porque tú no vas a sufrir por eso, pero cuando el asunto no funciona, la persona deja de hacerlo. Esa es una amenaza indirecta, pero en una amenaza directa simplemente hacemos la evaluación de la ganancia, no lo mires como pérdida, míralo como ganancia: cuando tú pagas un impuesto, aparte de que es correspondiente con la estructura socio-económica del lugar que escogimos para vivir, aparte de eso hay una ganancia, porque estás ganando tranquilidad, y si te dispones a pagar los impuestos significa que te dispones a recibir lo necesario para pagarlos. El problema no es pagar los impuestos, sino no tener con qué. Depende de mi actitud.
Mientras yo me permito culpar a los demás de las decisiones que yo tomo, yo soy manipulable. No es que los demás me manipulen, yo soy manipulable cuando me permito sentirme mal con lo que los demás hacen y además me permito culpar a los demás de la decisión que yo tomé. Es importantísimo romper ese círculo vicioso para podernos liberar y crecer espiritualmente. Mientras yo esté culpando, no avanzo espiritualmente.
Como conclusión de este ejercicio, empieza a asumir la totalidad de tus decisiones. En algunos casos es necesario evaluarlas, porque hay varias posibilidades, en otros casos simplemente tomas una decisión simple, pero jamás se te ocurra culpar a nadie ni a nada de la decisión que tú tomes, ese es el punto de partida para la independencia espiritual.
Vamos a trabajar lo que significa la manipulación, esta palabra tan de moda, cuando siempre nos están diciendo: Ud. me manipuló, el medio es manipulable, la manipulación que ejerce sobre nosotros una cantidad de situaciones… vamos a ver cómo de real puede ser esto, o qué es lo que significa el término manipulación.
Los principales agentes de la manipulación, los podemos clasificar de la siguiente manera:
- Amenazas de personas
- Propaganda comercial
- Normas culturales y legales
- Noticias de los medios de comunicación
- Agresión de personas, animales o plantas
Yo culpo a los demás de las decisiones que yo tomo. Fíjate que es inverso a lo que nos enseñaron: no es que los demás me manipulen, es que yo culpo a los demás de mis decisiones. Fíjate que es exactamente al revés. Vamos a entender bien la manipulación: Eres manipulable cuando tú culpas a los demás de tus decisiones y no eres manipulable cuando asumes tus propias decisiones y tus propios resultados. Yo puedo decidir una u otra cosa, y hay alguna razón por la cual yo decido eso. Esa razón puede ser ignorancia, puede ser miedo, o puede ser sabiduría.
¿Ante qué te sientes obligado? Si me siento obligado es porque yo no estoy asumiendo mis decisiones, porque a mí nadie me obliga a nada. Puede ser que yo decida hacer algo que no me gusta, puede ser que yo decida aceptar la amenaza de una persona, o puede ser que yo decida atarme a algo que no me gustó mucho, pero yo decido eso, por lo tanto no me están obligando.
Si me siento obligado, la respuesta es muy sencilla: yo no estoy asumiendo mis decisiones y por lo tanto estoy enfocando mal mi proceso mental. He colocado el problema donde el problema a resolver no está, ni puede ser resuelto: en la mente de otra persona. Yo no puedo resolver los problemas de las mentes de otras personas. Puedo resolver los míos (si aprendo cómo hacerlo). Yo no puedo decir que alguien me obligó, las personas constantemente nos amenazan.
¿Te acuerdas que podemos recibir amenazas de toda índole? todos los días estamos recibiendo amenazas; sutiles o directas. La persona que te pide una limosna en la calle indirectamente te está amenazando. La persona que te dice: no me diga las cosas de esa manera porque si no ahí le dejo su trabajo, te está amenazando. La persona que te dice: si Ud. no me compra esto se va a arrepentir… te está amenazando. Hay cantidad de formas sutiles o directas de amenazar, eso es algo normal, vivimos en un mundo amenazante en todos los sentidos, pero precisamente este mundo es la gran oportunidad para que yo aprenda algo maravilloso: no permitir que la amenaza me afecte, ni permitir que la amenaza sea la causa de mi decisión, sino mi comprensión.
¿Cómo aprendo eso? en un mundo amenazante. Necesitamos vivir en un mundo amenazante para poder aprender a ser libres. Esto es perfecto, ¿no te parece? A veces también somos amenazadores, porque cuando tú estás diciéndole a una persona: si tú no haces tal cosa, yo tal otra, lo estás amenazando. En vez de llegar a acuerdos lo que hacemos es tratar de manipular, es decir, no se llama manipular, se llama amenazar.
No es que el niño que se tiró al suelo y se tiró de los pelos porque tú no le das una chuchería te está manipulando, lo que está haciendo es amenazarte con hacerse daño si tú no le das gusto. Está amenazando tus sentimientos. No confundas la manipulación con la amenaza.
O yo culpo a los demás de lo que yo hago frente a la amenaza, o los demás me amenazan a mí, pero son situaciones diferentes. Yo no soy responsable de que otro me amenace, ni el otro es responsable de lo que yo hago con su amenaza. Ahí empieza el asumir: él necesita asumir su amenaza y yo necesito asumir mi decisión, y no hay culpables.
Para que no haya amenazas necesitamos permitir que las personas asuman. La amenaza surge precisamente de no permitir que el otro asuma, ni de yo mismo decidir asumir. Así es como surgen las amenazas y las agresiones, por eso la propuesta es totalmente inversa. En lugar de amenazar a una persona para que haga algo, yo le puedo decir: si tú no haces las tareas, no ves tv, ahí lo estoy amenazando.
¿Cómo haría eso mismo sin amenaza? primero hago un acuerdo: mira, hay algunas cosas que tú te puedes ganar y aspiro a que ganes tantas cosas como resultados de tus decisiones y que llegues a ser supremamente abundante; cuando tú decides dejar de hacer algo tú mismo decides dejar de ganar algo. ¿Ahí hay amenaza? no, ahí le estoy informando, le estoy contando lo que pasa si yo tomo una u otra decisión.
En el caso del niño que dejó de hacer las tareas, él dejó de ganar el derecho a la tv, no se lo quité yo, por lo que no lo amenacé, lo que hice fue permitir que él asumiera el resultado de ganar algo, o de no ganarlo, mediante una acción decidida por él mismo. Ahí es muy diferente, es la forma como planteas el asunto para la mente, de lo contrario la persona se convierte en alguien incapaz de asumir decisiones porque el mensaje que yo le estoy dando es incoherente, es inapropiado para su mente.
La forma de transmitir un mensaje no debe ser amenazante, sino por el contrario debe ser valorado en la capacidad de la persona para asumir sus decisiones. La persona amenazada necesitará tomar una decisión, pero esa decisión, desde sabiduría, no sería culpar a esa persona, sino otra cosa: asumir.
¿Tú encuentras una diferencia entre informar y amenazar? Informar es decirle a la persona el resultado que él mismo puede obtener de la decisión que está tomando, yo le estoy informando: si tú decides tomar por este camino, allí puedes encontrar ciertas cosas… pero si decides tomar por este otro, allí puedes encontrar estas otras… tú decides cual tomas, yo te estoy informando. Es distinto a decirle: si tú tomas por este camino yo te voy a hacer esto y si tomas por este camino te voy a dar esto. Ahí lo estoy amenazando, en el fondo es lo mismo, pero el mensaje es equivocado, porque no le permite a él asumir algo.
La idea es plantearle a la persona un beneficio, no una amenaza. La amenaza es: si tú no haces esto, yo te quito esto. El beneficio es: si tú decides (porque no le estoy obligando) hacer esto, obtienes esto (tú) y si decides no hacerlo no lo obtienes (tú, no yo).
Cuando se trata de niños muy pequeños yo les propongo a los padres, en Consulta de Psicoterapia, una pequeñísima estrategia para no entrar en conflictos innecesarios cuando el niño aún no está suficientemente desarrollado como para entender un acuerdo. Entonces tú colocas un interruptor por allí escondido, entonces tú mueves el interruptor y dices: se fue la luz, y a las 7 curiosamente se va la luz.
Se pueden crear muchísimas alternativas de creatividad, crearle otras opciones… muchas cosas. Realmente manejar los niños pequeños es muy fácil, los niños pequeños se dejan manejar muy fácil, lo difícil es manejar los más grandes y con ellos se pueden hacer acuerdos porque ya entra en funcionamiento su centro racional.
Si te sientes obligado: no asumes.
- Si sientes que los demás deciden por ti: no asumes.
- ¿Qué te llevaría a hacer cosas que no desearías hacer? sencillamente que tomas la decisión de hacerlas, aunque culpes a los demás. Entonces quita la última parte: no culpes a los demás.
- Tomas la decisión de hacer cosas que no desearías hacer pero tú decides hacerlas. ¿Desde dónde las decides? desde comprensión o desde miedo. Alguna de las dos. Miedo a perder algo.
Veamos este ejercicio: ¿Qué diferencia encuentras entre sentirte manipulado y decidir qué hacer frente a una situación? Sentirme manipulado es buscar un culpable a mi decisión y que decidir qué hacer frente a una situación es ser consciente de que yo tomo la decisión (ya sea por miedo o por comprensión), pero la decisión es mía. No solamente asumo la decisión que tomo, sino que asumo el resultado de mi decisión. Eso se llama maduración mental o desarrollo espiritual.
Todos los resultados que yo obtengo en mi vida se originan en las decisiones que yo mismo tomo, por lo tanto no tengo por qué culpar a nadie. Si no estoy satisfecho con mis resultados, lo que necesito es aprender a tomar otras decisiones y ahí no hay culpables de ninguna naturaleza. Espero que esto no sea solamente una frase, espero que lo lleves a la práctica ahora mismo.
Para llevar esto a la práctica no necesitas ninguna cosa diferente de la que ya tienes, que se llama la capacidad del entendimiento. No necesitas nada más:
- -Entiendo que sentirme manipulado es un error mío, culpo a los demás.
- -Entiendo que decidir es asumir mi vida, independientemente de si el resultado es el que espero o no.
¿Cómo se cambian los resultados? cambiando las decisiones. Así se obtienen otros resultados. Si mi resultado es de malas relaciones, es porque yo estoy tomando decisiones de agresión o de irrespeto a los demás. Yo tendría la necesidad de modificar mis decisiones para poder obtener otros resultados. Yo tomo la decisión de respetar a los demás, tomo la decisión de dejar de agredir y entonces mis resultados serán diferentes. Son mis decisiones, no es nada más que mis decisiones. Nunca nos enseñaron a decidir, ya es hora.
Cuando tú sientes que los demás o el medio deciden por ti, no eres tú mismo. Ni los demás ni el medio deciden por ti, tú crees esto, pero cuando crees eso no eres tú mismo. Ese estado lamentable se lama el estado del NO SOY. En ese estado lamentable puede haber muchísimas personas, nosotros mismos, a través de muchísimos años podremos haber estado sumidos dentro de un estado mental que se llama el “no soy yo mismo”. No soy yo mismo no significa que yo no tomo decisiones, lo que significa es que yo culpo a todos los demás de mis decisiones; eso se llama no ser yo mismo.
Aspiramos a pasar a un estado interior que se llama el YO SOY. El estado de yo soy significa que renuncio total y definitivamente a culpar a nadie, ni a nada de las decisiones que yo tomo, y me dispongo a asumir por mí mismo los resultados que yo obtengo. Eso se llama el estado del yo soy. Cuando estoy en el estado del yo soy, tengo una herramienta poderosísima: yo puedo modificar mis decisiones, por lo tanto puedo modificar los resultados que obtengo y puedo transformar mi vida totalmente. Pero eso solo lo logro desde el estado del yo soy.
Pero si mi estado mental interno es del no soy, no tengo ninguna posibilidad de transformarme, porque mi mente ubica el problema en un lugar donde el problema no está: lo ubica en los demás, lo ubica en el medio, lo ubica en las circunstancias, lo ubica en el planeta… en todas partes menos donde el problema realmente está: dentro de mí.
El estado lamentable del no soy nos mantiene esclavizados, no nos permite avanzar. El primer trabajo del desarrollo espiritual es alcanzar el estado del yo soy; de ahí para allá vienen todas las transformaciones maravillosas que yo quiera decidir hacer.
El estado del yo soy es el propósito de los Talleres de Psicología Transpersonal, que periódicamente iniciamos en la Asociación de Psicología Transpersonal Cajal, y de tú vida, alcanzar ese estado. Alcanzar el estado del yo soy significa vivir cientos o miles de experiencias diferentes que me muestren cuando no soy y cuando si soy.
Cuando tú culpas a los demás no eres tú mismo y estás en un estado lamentable que se llama el estado del no soy y en esas circunstancias tú eres totalmente manipulable. Manipulable quiere decir que te sientes amenazado por todo, culpas a los demás de todo lo que sientes y de todo lo que haces surgen reacciones negativas. Ese es el estado de la esclavitud mental. Dejemos de ser esclavos, hay que pasar a ser libres ya.
¿En qué momento pueden los demás o el medio decidir por ti? En ningún momento pueden ni los demás, ni el medio, ni las circunstancias, ni el universo, ni los maestros, ni los ángeles, ni Dios decidir por ti. Nadie puede decidir por ti. El mismísimo Dios, nuestro Padre Celestial, respeta la decisión que cualquiera de sus hijos toma. Lo respeta, no decide por ti, pero también te permite asumir el resultado de tus decisiones, él no lo asume por ti, hasta la misma muerte.
Si yo tomo la decisión de preguntar cuál es el camino. Yo tengo cuatro caminos aquí enfrente y yo decido preguntar por cual me voy, la respuesta que obtengo de la vida es: bloqueos o facilidades. SI se bloquea ya me respondió: no cojas por ahí. La decisión es mía, yo pregunté.
Asumir la situación significa que no culpo a nadie de lo que en ese momento está ocurriendo en mi experiencia (lo que sea que esté ocurriendo). Renuncio a culpar; estas son las herramientas de amor. No sufro, no culpo, entro a la herramienta de acción: actuar frente a una amenaza; entonces puedo decidir:
- Negocia
- Delimitar
- Protegerme.
Si puedo negociar o puedo delimitar no necesitaré protegerme. Si no se pudieron hacer las dos anteriores, la correspondencia te mostró que necesitas protegerte, tomar algunas precauciones. Eso es evaluado y obviamente añadiendo las dos anteriores: sin sufrimiento y sin culpar a los demás.
Además, desde sabiduría voy a agradecer lo que aprendo de la amenaza. ¿Qué aprendo de la amenaza? que es una oportunidad para mantener mi paz y mi serenidad y mi aceptación, independientemente de lo que está pasando fuera.
¿Qué hago si no puedo ni negociar, ni delimitar, ni protegerme? En ese caso la reacción típica del no soy: trauma, quedé bloqueado, paralizado, mente en blanco… ahí simplemente queda en manos de los ángeles lo que pueda suceder después, porque la persona quedó bloqueada en su capacidad de decidir, quedó totalmente bloqueada. Ahí lo que los ángeles decidan será lo correcto.
Aun en el caso de que la amenaza te ha llevado a una negociación donde tú consideras que has sufrido una pérdida, entonces la evaluación desde amor es: yo siempre tengo lo necesario, cuando pierdo algo es porque no lo necesito. Recuerda que lo necesario tiene una asociación directa con el propósito que nos trajo al mundo: aprender a amar y aprender a ser felices. Por lo tanto siempre tendré lo necesario, jamás me faltará lo necesario. Aun en el caso de que tuviera necesidad de desprenderme de algo que no es mío, porque nada es nuestro, usamos cosas pero no son nuestras, no poseemos realmente nada, podemos usar muchas cosas.
Respetar: no critico ni juzgo a las personas que están involucradas dentro de la amenaza, comprendo que hacen lo menor que saben y lo mejor que pueden, y que lo que hacen es necesario además. Finalmente me adapto al mundo donde estoy viviendo y asumo el resultado de mis decisiones. Eso es lo que se llama decidir con sabiduría. Si decido con sabiduría ya no me hago correspondiente con las pruebas a la sabiduría, porque si ya aprobé un curso ya no necesito repetir la tarea.
Entrénate en el ejercicio del yo soy, jamás vuelvas a sentirte culpable, ni culpar a nadie, siéntate libre de tus decisiones. Decida lo mejor que puedas y acepta tus resultados como el proceso de la ley del universo.
Y, por favor, practica profundamente la oración “YO DECIDO”:
Yo Decido: Amar y respetar a todos los seres vivientes, reconociendo la perfección que cada uno manifiesta.
- Yo Decido: Aceptar todos los sucesos de la vida y, la función que a cada quien le corresponde cumplir.
- Yo Decido: Asumir las experiencias y sucesos de mi vida, como los necesarios para mi comprensión de amor.
- Yo Decido: Actuar con sensibilidad frente a toda situación de la vida, comprendiendo que la paz es la herramienta del amor.
- Yo Decido: Agradecer todo lo que aprendo de las dificultades que la vida me presenta.
- Yo Decido: Valorar y disfrutar de todo lo que tengo, comprendiendo que es perfecto para mí.
- Yo Decido: Adaptarme al medio que yo mismo escogí, para lograr en él, una vida llena de satisfacción.
- Yo Decido: Respetar totalmente la experiencia de los demás y ganarme la confianza de las personas.
- Yo Decido: Aprovechar sabiamente el destino que yo mismo diseñé; y toda oportunidad que la vida me presente.
- Yo Decido: Flexibilizar mi mente para acelerar mi crecimiento espiritual.
- Yo Decido: Ceder y permitirme experimentar otros puntos de vista, para así acabar con mi ego y mis limitaciones.
- Yo Decido: Emparejarme con los demás para poder servirles y llevarles con mi apoyo, un mensaje de amor.
Yo te sugiero repetir muchas, pero muchísimas veces esa oración, porque es una forma de reprogramar mi mente para ser totalmente libre. Ser libre significa alcanzar el estado de yo soy, ser yo mismo, dejar de ser una persona manipulable por ninguna circunstancia.
Cuando yo sea consciente de mis decisiones habré trascendido una cantidad gigantesca de limitaciones mentales, me liberaré totalmente y empezaré a tener una vida de mucha más satisfacción. Esta entrada del Blog es muy importante, puesto que nos permite abrir nuestra mente a una posibilidad maravillosa: la posibilidad de la liberación total y absoluta de nuestras limitaciones adquiridas por los efectos de la cultura que desde hace miles de años existe en nuestro planeta.
Todos estos procesos ancestrales, si bien es cierto que nuestra personalidad se renueva constantemente y siempre tenemos una personalidad nueva, no sucede de la misma manera con la cultura. La cultura es ancestral, es milenaria, y a menos que nosotros hagamos algo para romper esa cadena seguimos esclavizados por ella.
Cada vez que un niño nace (aun cuando su mente es inocente) la cultura del entorno se impregna sobre esa mente inocente y vuelven a repetirse los mismos procesos durante miles de años. Hasta que cualquiera de nosotros en un momento dado se dé cuenta de esto y tome la decisión de romper esa cadena; entonces se liberará de algo que los Hindúes llaman el renacimiento permanente y constante. Esa liberación depende de una decisión personal que nadie más puede tomar, sino cada uno de nosotros.
Decíamos que la decisión de cualquier ser humano, en cualquier lugar del universo es algo absolutamente sagrado, tan sagrado que el mismísimo Dios y todas sus jerarquías y maestros respetan totalmente la decisión que cualquiera de nosotros pueda tomar, en cualquier sentido que la tome. También respetan algo: que cada uno de nosotros asuma el resultado de su propia decisión. Ninguna de las jerarquías del universo va a asumir el resultado de una decisión que alguien tomó; esa la asume la misma persona que la tomó. Ahí es donde empiezo el proceso de que yo tengo la facultad de liberarme a mí mismo, o de mantenerme esclavo por miles de años.
En este momento que estamos comprendiendo el profundo significado de asumir decisiones, me gustaría repasar algo: Aprender a decidir es una ciencia profundamente interesante y poderosa. Aun cuando parezca algo realmente muy sencillo, aprender a decidir tiene sus técnicas, no es difícil pero si yo no sé de qué se trata cometo el más elemental de los errores: culpar a los demás de las decisiones que yo tomo.
Hemos trabajado ya que es imposible que una persona decida por otra, lo que si hacemos fácilmente es amenazar a los demás o nos sentimos amenazados por otros fácilmente. Ante esas amenazas yo no soy consciente de la decisión que yo tomo ante la amenaza misma, y como no soy consciente de esto lo que hago es culpar a los demás de la decisión que yo tomé. Mientras esa sea mi situación mental, mi problemática de esclavitud interna no tendría solución, porque yo no he ubicado el problema donde el problema realmente está; yo estoy suponiendo, yo estoy pensando o creyendo que mi problema está en las demás personas; yo creo que está en el entorno, yo supongo que está en los gobiernos, yo creo que son las estructuras sociales las que me están limitando… entonces comienzo el trabajo del rebelde ignorante: a tratar de luchar para cambiar las estructuras, para modificar los gobiernos, para cambiar a las personas y para cambiar todo lo que está sucediendo fuera de mí, sin darme cuenta de que el único problema es que yo tengo una limitación mental. Ese es el único problema que necesitaría resolver.
El solo hecho de darme cuenta de dónde está el problema real, ubicarlo claramente en mi mente, en mi incapacidad de asumir mis decisiones, es un paso gigantesco en nuestra evolución que nos permite la liberación total. Esa es la gran importancia de aprender a decidir. Las decisiones siempre serán nuestras y de nadie más; pueden ser tomadas desde mi propia ignorancia, o bien pueden ser tomadas desde mi propia sabiduría, ¿cómo saberlo? los resultados me van a mostrar claramente desde dónde las estoy tomando.
El primer paso es asumir mis decisiones, darme cuenta de que nadie más decide nada por mí, solamente yo lo hago; así culpe al que quiera, pero yo soy el que hago eso. El 2º paso es aprender a decidir con sabiduría. Cuando yo no he decidido con sabiduría, la vida a través de las leyes me muestra eso clara y fácilmente en lo que llamamos el resultado que cada uno obtiene. Lo obtiene en todo: en sus relaciones, en la salud, en las circunstancias externas que lo rodean, lo obtiene en el lugar que ocupa… lo obtiene en todo lo que sucede en su vida, ese es el resultado de sus decisiones, de las de nadie más.
Una vez comprendemos esto, podemos dar otro paso importantísimo: si lo que sucede en mi vida es el resultado de mis decisiones y nada más que eso, y lo que estoy obteniendo como resultado para mí no es satisfactorio, lo único que yo tendría que hacer es cambiar de decisiones, nada más que eso, entonces tendría otro resultado. Ese es el secreto de aprender a decidir.
¿Cómo puedes saber si tus decisiones se originan en tu comprensión o en tus limitaciones? el resultado es lo que nos mostrará claramente donde se origina. Cualquier resultado o delimitación de sufrimiento, de insatisfacción, de crisis en cualquier sentido que pueda suceder, se ha originado en una decisión tomada desde mis limitaciones, desde mi propia ignorancia. Cualquier resultado de paz interior, de liberación, de mejora de relaciones, de éxito en la vida, de fluir con el orden del universo… se originará también en el resultado de mis decisiones desde sabiduría.
Una decisión equivocada puede ser igualmente necesaria a una decisión acertada. Lo necesario es independiente de lo agradable o de lo desagradable. Lo necesario es independiente del éxito o del fracaso, lo necesario es aquello que tiene el propósito de mostrarnos un camino que yo aún no conozco, y la forma de encontrar ese camino es a través del error. Por eso tomar decisiones equivocadas será necesario. Eso no implica que la decisión no sea equivocada en el sentido de que no voy a obtener el resultado que yo espero, pero es necesaria para reconocer que ese no es el camino. Eso es lo que llamamos la trama del destino.
Evidentemente, yo decido diseñar un destino; esa primera decisión la estoy tomando desde mi conciencia y lo decido en razón a mi necesidad de completar una información en mi conciencia y lo hago con el propósito de enfrentarme a situaciones que no manejo para aprender a manejarlas (ese es el 1er diseño que yo decido).
Ya cuando estoy involucrado dentro de la materia física y mi destino se ha instalado como una programación de personalidad con un sistema de creencias, entonces ya mis decisiones se originan en ese sistema de creencias, y toda decisión originada en una creencia es una decisión de la ignorancia que puede ser acertada o no. Esto es inevitable y es igualmente importante y necesario.
Una vez hemos avanzado suficientemente en este proceso como para reconocer esa dualidad de la creencia falsa o la creencia verdadera verificada a través del resultado, entonces yo puedo tomar otras decisiones que es donde empieza el proceso de aprender a decidir sabiamente. Si ya verifico que algunas decisiones me traen sufrimiento y me traen malos resultados, y verifico que otras producen el efecto contrario: me traen satisfacción y me traen buenos resultados, entonces yo comienzo a clasificar esto: voy desechando aquellas creencias que me llevaban a tomar decisiones falsas y me voy quedando con las verdades que me llevan a tomar decisiones correctas.
¿Cómo transmuto el destino? cambiando mis creencias. El destino se instala sobre el sistema de creencias, allí es donde se instala. En la medida que cambio el sistema de creencias cambio el destino. Para guiarme vamos a usar la ley; la ley se verifica en los resultados, no en lo que yo creo, sino en los resultados que observo. Hay dos características típicas de la personalidad: la característica del yo creo: ahí está instalado el destino. En la medida en que yo trabajo en la transmutación del destino, empiezo a desarrollar la 2ª característica de la personalidad: la característica del yo sé.
Cuando ya tengo claramente definido esto en mi interior, yo dejo de tomar decisiones desde lo que yo creo y comienzo a tomar decisiones desde lo que yo sé; ahí transmuté el destino porque transmuté creencias en verdades y al tomar decisiones desde lo que yo sé, inmediatamente los resultados que yo obtengo son los que yo sé cómo obtener.
Cuando yo creo que sé cómo obtener un resultado, la vida me desengaña fácilmente de esto, porque la vida aspira a lo mejor, aspira a tener satisfacción en todo lo que hace: en sus relaciones, en su trabajo… en todo. Esto es a lo que aspira, pero no es lo que sucede. Si yo aspiro a algo y lo que sucede es diferente a lo que aspiro, ¿qué pasó? que yo no sé. Yo creía que sabía, pero la vida me mostró que no sabía.
Si estoy asumiendo correctamente la vida, yo me voy a decir a mí mismo (sin culpar a nadie): comprendo que yo creí que sabía, pero el resultado me muestra que yo no sé, y entonces me dispongo a aprender. Ese es el paso fundamental del desarrollo espiritual: me dispongo a aprender lo que no sé.
¿Cómo lo aprendo? observando la ley en los resultados que obtengo. Si yo no sé cómo obtener el resultado que deseo obtener, es porque no lo sé y para poder darme cuenta de esto es porque el resultado es inverso a lo que yo esperaba. En ese momento me daré cuenta de algo: necesito cambiar la forma de pensar. Mientras piense de esa misma manera, mientras actúe de esa misma manera, no podré obtener otro resultado.
¿Dónde encuentro información para cambiar mi forma de pensar? el solo hecho de que una persona se haya dispuesto a cambiar la forma de pensar lo hace correspondiente con recibir esa información, hay muchas formas de recibir esa información; las más cercanas y usuales pueden ser a través de los mismos seres humanos que ya hayan descubierto ciertas leyes. Hay otras un poco más sutiles que también estarán disponibles: vienen de los ángeles, o vienen de los maestros, depende de la condición que la persona haya desarrollado internamente, se hace correspondiente con eso.
Cuando yo ya tengo una nueva información que me permite orientar mi pensamiento de una manera diferente, entonces puedo tomar decisiones de sabiduría y mis resultados cambiarán instantáneamente; ahí transmuté el destino. Ese es el proceso. ¿En qué parte de este proceso consideras tú que te encuentras ahora?
Vamos a decir algo muy sencillo: acepto que lo que yo quiero no es necesariamente lo que me corresponde. Ahí es donde está la dificultad: yo acepto que lo que quiero puede no ser exactamente lo que necesito. Yo estoy ilusionadísimo con lo que quiero, pero la vida me muestra que eso no es lo que necesito; entonces paso a la siguiente herramienta: agradezco y valoro a la vida que me ha mostrado que no necesito eso que yo quería y me dispongo a que la vida me muestre qué es lo que necesito para dedicarle toda mi fuerza a eso. Ahí empieza el secreto.
El problema está en el quiero; si yo quiero tal cosa es porque yo creo, pero la vida me desengaña rápidamente: no se dio, entonces no lo necesitaba. Yo creía que necesitaba eso pero ahora me di cuenta que no, lo que necesito es otra cosa: necesito aprender a aceptar y a tomar decisiones con sabiduría. La decisión que tomaste fue de sabiduría: darle las gracias a la persona y decirle: no se preocupe, aquí no ha pasado nada, hubo un mal entendido, en cualquier momento en que me necesites estoy a tu servicio y a tu disposición… esa es la decisión correcta. El resultado de eso viene después, por ahora has hecho un buen aprendizaje en ese pedacito.
Cuando una persona lucha ante algo que la vida le está mostrando que no es para él, es lo que se llama una persona terca, obstinada, ignorante… vamos a decir algo para que nos quede claro: lo que llega a nuestra mente como un sistema de creencias es el resultado de una cultura ancestral y milenaria. Si observamos con cuidado cual es el resultado que la humanidad ha obtenido en los últimos 10.000 años, veremos que la historia de todos los pueblos de la tierra, sin excepción alguna, es una historia de guerras, de violencia, de sufrimiento, de agresión… esa es la historia. Esos resultados que podemos verificar a través de la historia, ¿dónde se originan? en una concepción mental de cada uno de los individuos que componen la sociedad, una concepción equivocada pero necesaria.
Mientras una persona no sea capaz de romper esa cadena ancestral, su vida seguirá manteniendo la misma característica que lleva la experiencia humana desde hace 10, 12 o 15 mil años. La única forma de salir de esto es que yo cambie mi esquema mental, por eso proponemos cambiarlo. Cuando tú dices que todo lo que nos han enseñado es equivocado, puede ser que sea totalmente equivocado, pero recuerda que es totalmente necesario.
¿Por qué puede ser necesario que alguien aprenda algo equivocado? para que por sí mismo aprenda a salir del error y a encontrar la verdad, porque la verdad sola no puede ser enseñada, tiene que ser deducida por la experiencia. Por eso es necesario aprender conceptos equivocados para poderlos transmutar por mí mismo.
Retomamos, ahora, la pregunta ¿Qué es la manipulación del medio? Si permito que las dificultades me afecten, yo no he aprendido de ellas y por lo tanto las necesito. Cuando a mí las dificultades no me afecten, ya aprendí lo que me enseñan y ya no las necesito, desaparecen.
Cuando las aceptas viéndolas en un tercero es porque no aceptas el destino de ese personaje. ¿Qué es lo que no estás aceptando? el destino de otro. No tiene por qué afectarte el destino de otro. El tuyo tampoco tiene por qué afectarte. El tuyo simplemente lo aprovechas, el de los demás lo aceptas. Así de simple.
La persona que es terca necesita asumir el resultado de su terquedad. La función de la persona que está dispuesta a servir, es dar la información necesaria. Si la persona quiere hacer uso de esa información puede, si no quiere hacer uso tiene derecho, pero lo que necesita es asumir los resultados de la decisión que la persona misma toma. Si alguien me ha dado una información que puede ser útil, pero yo decido no usarla, yo no puedo culpar a la otra persona, ese es mi problema.
Después de los 18 años no hay hijos ni padres, solamente hermanos y debe desaparecer en su totalidad cualquier característica de autoridad para dar paso a la libertad de asumir decisiones. Para concluir este tema de las decisiones recordemos algo que hemos estado explicando: para decidir con sabiduría primero necesitamos poder definir qué es sabiduría. Sabiduría consiste en comprender cómo está organizado el universo y fluir de acuerdo con sus leyes.
Para hacer esto de una manera sencilla necesitamos utilizar las siete herramientas de amor que ya conocemos y las practicamos en los Talleres de Psicología Transpersonal. De hecho, las situaciones del destino que tienen el propósito de permitirnos alcanzar la sabiduría, lo que nos enseñan son siete herramientas de amor, por lo tanto podemos concluir que LA SABIDURÍA ES EL MANEJO DE LAS SIETE HERRAMIENTAS.
Para decidir con sabiduría necesitarías aprender a decidir desde las siete herramientas. Por eso decimos: –
- -Decido ACEPTAR las situaciones a mí alrededor como necesarias para cada quién y para mí mismo y decido no sufrir ante ellas.
- -Decido ASUMIR los resultados de mi propia vida, de mis propias decisiones, decido asumir mis sentimientos y todo lo que a mí alrededor sucede generado por mí mismo, y no culpo a nadie por ello.
- -Decido ACTUAR frente al mundo y puedo tomar diferentes decisiones en mi actuar.
- -Decido NEGOCIAR, decido delimitar o decido protegerme de acuerdo a como la situación se presente.
Si pierdo algo comprendo que no puedo perder lo que necesito, pierdo exactamente lo que no necesito. Cuando algo se va de tu vida es porque no lo necesitas, y cuando algo llega a tu vida es porque si lo necesitas, entonces no sufras por eso, acéptalo como parte de tu aprendizaje.
¿Delimitar no sería necesariamente no aceptar? Por eso primero planteamos negociar: hacer acuerdos y generar compromisos. Cuando después de haber agotado la herramienta de negociación no hay posibilidad de un acuerdo, solo queda una herramienta: delimitar y si la delimitación se complicara tendrías que entrar a protegerte, pero habría que comprender que yo me hice correspondiente con esa situación, por lo tanto vuelvo a asumir y no culpo ni sufro por eso, es la forma de decidir con sabiduría ante las situaciones de la vida.
- -Decido AGRADECER lo que aprendo de toda dificultad que la vida me presenta.
¿Qué puedo aprender de las dificultades? aprendo a mantener la paz interior, aprendo a no permitir que lo que sucede fuera afecte mi estado mental. Las dificultades me llevan al reino de Dios dentro de mí, porque me vuelvo invulnerable a ellas, por eso las dificultades tienen un valor tan grande que pueden agradecerse profundamente.
¿Cómo llego al reino de Dios? no es a través de la oración, sino a través de enfrentarme a las dificultades sin permitir que ellas alteren mi paz, eso es lo que es un maestro. ¿Cómo llega un maestro a ser inofendible? enfrentándose a todas las ofensas posibles sin permitir que alteraran su paz. Tú no puedes ofender a un maestro, eso es imposible, no importa lo que tú hagas, no importa lo que tú le digas, no importa cómo actúes, él no se ofenderá contigo ni con nadie. Comprenderá, se dará cuenta de que haces lo mejor que puedes equivocándote, pero no se ofenderá contigo.
¿Cómo hizo él para alcanzar esa condición? enfrentándose a personas ignorantes para él desarrollar su armonía interior. Es decir, yo solo llego al reino de Dios a través de las crisis y las dificultades. ¿Por qué hizo el maestro Jesús esta enseñanza maravillosa que celebrábamos en la semana santa?, ¿por qué se enfrenta él a lo que se enfrentó que nos parece tan dramático? para mostrarnos que a pesar de todo lo que pasara fuera, él no perdía su paz, no culpaba a nadie, asumía totalmente su proceso divino, y por eso a los 3 días y medio resucitaba.
Eso es exactamente agradecer lo que aprendo de las dificultades, es la capacidad de resucitar en amor y en espíritu, es alcanzar la inmortalidad.
- -Decido VALORAR que siempre tengo lo necesario.
Lo necesario no se mide en cantidad, lo necesario se mide en el resultado interno. Si yo soy capaz de ser feliz con lo que tengo, tengo lo necesario. Dicen los maestros: Si no eres capaz de ser feliz en la escasez, menos lo serás en la abundancia. Aquel que no valora lo que tiene, jamás podrá acceder a lo que necesita.
En frases sencillas los maestros nos dan una gran sabiduría. Necesitamos asimilar ese contenido; la felicidad no depende de lo que pasa fuera, la valoración no es una cantidad, es lo necesario para ser feliz, pero si no puedes ser feliz con poco, tampoco lo serás con mucho. ¿Dónde aprendo realmente a ser feliz? con poco, en la escasez es donde aprendo a ser feliz, ese es el valor que tienen las dificultades. Valora que siempre tienes lo necesario, siempre tendrás lo necesario, pero no lo valores en cantidad, eso es lo necesario para ser feliz.
- -Decido RESPETAR a todos los seres vivientes en la función que tienen, en la forma que tienen, en el destino, en la función, en sus comportamientos, en sus decisiones, en sus actitudes.
Es decir, decido jamás criticar ni juzgar a nadie por ninguna razón, ni en pensamiento, palabra, ni obra y me hago correspondiente con ser respetado yo mismo.
- -Decido ADAPTARME al resultado de mis decisiones y al medio en el que me corresponde vivir sin sufrir por eso.
Eso se llama vivir con sabiduría. Aprender a decidir es una ciencia, todos decidimos, a cada instante estamos tomando decisiones, no necesariamente de sabiduría.
Mantener la paz que es lo más valioso que tenemos nosotros. Si nadie puede quitarme mi paz, nada podrán quitarme. Si aprendí eso ya encontré el reino de Dios y ya las puertas se abren. Obviamente las escaseces se originan en dos situaciones:
- -1. En que no he aprendido lo que enseñan.
- -2. En que insisto en violar la ley.
Si dejo de hacer esas dos cosas las escaseces desaparecen, pero necesito aprender de ellas. Toda situación, por difícil que sea, ante la que tú mantengas tu paz, puedes darle gracias porque aprendiste algo muy valioso y las cosas se solucionarán.
¿Quién dijo que para ser feliz se necesitaba estudiar? ¿Alguien ha dicho eso? si eso fuera así todos los que han estudiado serían felices. Si lo que esperas es la felicidad de tus hijos, procura que aprendan sabiduría. El estudio no nos da la sabiduría, nos da conocimiento, pero un conocimiento utilizado sin sabiduría no trae satisfacción. Si tuvieras que escoger entre sabiduría y conocimientos, ¿con cuál te quedarías? Sabiduría. Y si pudieras manejar tus conocimientos con sabiduría ¿qué pasaría? sería mucho más extraordinario.
¿Sabes qué se entiende por sabiduría? persona con capacidad de ser feliz. Mientras que por conocimientos se entiende: persona que se llena de ilustración, pero no necesariamente sabe ser feliz, lo más probable es que no sepa cómo, lo más probable es que su misma ilustración se convierta en un obstáculo para su felicidad, porque no sabe cómo manejarla.
El propósito que tenemos con estas entradas del Blog y los Talleres de Psicología Transpersonal, es alcanzar una condición que se llama la condición del discípulo de sabiduría o discípulo de amor. El discípulo en cualquier momento puede convertirse en maestro. El primer paso es alcanzar la característica de discípulo. El discípulo es aquel que asume las dos primeras herramientas de amor (aceptar y asumir) y trabaja con las otras.
No asumir las propias decisiones es un vicio mental, es un vicio generalizado en la humanidad, la mayoría de las personas inconscientemente (porque no es muy conscientemente) se lo pasan culpando a los demás, culpando al medio, culpando a cualquier circunstancia o aun culpándose a sí mismo de lo que les pasa en su vida y están cometiendo el más grande de los errores: el culpable no existe en el universo, y menos los demás. Eso se llama exactamente no asumir mis decisiones. Yo asumo una decisión, obtengo un resultado y luego culpo al otro.
¿Está claro cuál es el problema? En adelante: tomas una decisión, asumes tu resultado y no culpes a nadie. El resultado puede ser positivo o negativo dependiendo de la característica de tu decisión. Si tu decisión es de sabiduría, el resultado será satisfactorio. Si tu decisión es de ignorancia, el resultado te lo mostrará, pero no culpes a nadie.
Podemos concluir esta entrada con esta frase: Un discípulo jamás podrá ser manipulado, porque él asume todas sus decisiones. No puedes manipular a un discípulo y menos a un maestro. Podemos concluir con que:
“LA MANIPULACIÓN NO EXISTE MAS QUE EN LA MENTE DE LA PERSONA QUE CULPA A LOS DEMÁS DE SUS PROPIAS DECISIONES”
Los psicólogos utilizamos con mucha frecuencia el término manipulación… “a Ud. lo manipularon”. Eso no es cierto, yo culpé a los demás de mis decisiones es lo correcto, nadie me manipuló.
Un discípulo es quien cumple las dos primeras herramientas: aceptación y asumir. Significa que el discípulo ha renunciado total y definitivamente a cambiar las circunstancias a su alrededor porque ha comprendido que las circunstancias a su alrededor son el diseño perfecto que él necesita para hacer su transformación interior. Por lo tanto, si él cambiara lo que pasa fuera, dejaría de cambiar lo que pasa dentro, y ahí cometería un error grandísimo. Por esa razón el discípulo renuncia a cambiar lo que pasa a su alrededor.
El discípulo como aun no es maestro, tiene derecho a sentirse mal, tiene derecho a equivocarse, tiene derecho a tomar decisiones erradas, tiene derecho a sufrir, tiene derecho a fracasar, pero jamás se le ocurrirá culpar a nadie por eso. Con esas dos condiciones se es discípulo. El discípulo puede sufrir pero no culpar a nadie de su sufrimiento. El discípulo puede cometer errores, pero no culpar a nadie de sus errores. El discípulo puede tener crisis, pero no culpar a nadie de sus crisis. Con esas dos condiciones ya se es discípulo.
¿Por qué discípulo y no maestro? porque el maestro ya no sufre, el maestro ya no comete errores, el maestro ya no hace ese tipo de situaciones que lo llevan a ir en contra del orden del universo… el discípulo sí porque está aprendiendo, tiene derecho a hacerlo. Lo que no tiene derecho a hacer un discípulo es:
Porque entonces dejaría de ser discípulo. El ser discípulo es un reto.
Podemos decir que mientras yo sienta que existe la manipulación, no soy discípulo, porque no estoy asumiendo mis decisiones. Alguien me amenaza, pero yo ante la amenaza necesito tomar una decisión, y esa decisión es mía, y si a mí se me llega a ocurrir culpar a la persona que me amenazó por la decisión que yo tomé, ya dejé de ser discípulo y pasé a aspirante a discípulo. Y si además de culparlo decidí agredirlo, entonces ya me pasé a ignorante de turno y así puedo ir pasando para abajo o para arriba, depende de qué decido hacer.
Si yo ya decido no agredir a nadie, ya soy un ASPIRANTE A DISCÍPULO. Si ya decido no culpar a nadie, ya soy DISCÍPULO. Siempre y cuando haya decidido no interferir con el medio externo. El primer error es tratar de cambiar el entorno, tener ideales. Ese es el primer error necesario, pero es un error grandísimo. Mientras yo esté tratando de modificar cualquier cosa a mí alrededor la respuesta es simple: yo no acepto lo que pasa a mí alrededor, por eso trato de modificarlo y no lo acepto porque no comprendo que mi malestar no se origina en lo que está fuera, sino en lo que está dentro.
Yo quiero superar mi malestar interior cambiando a los demás, cambiando los gobiernos, cambiando las estructuras, cambiando las políticas… así es como quiero solucionar mi malestar interior, pero por ahí no se soluciona. Mi malestar interior se soluciona cuando yo comprendo que puedo tomar la decisión de no permitir que lo que pasa fuera me afecte, ahí estoy haciendo un buen uso de las circunstancias externas. A eso vinimos al mundo, esa es la característica del discípulo.
A mí me gustaría proponerte que hicieras un intenso uso de la oración “YO DECIDO” para que se grabe en nuestra mente: que solamente yo decido y nadie más lo hace por mí. Cuando yo aprenda a decidir con sabiduría y a asumir el resultado de mis decisiones, me habré liberado de cientos de miles de años de cultura, entonces seré libre, entonces me sentiré totalmente libre y feliz, porque comprendo que soy yo mismo quien decide hacer o no hacer algo ante un medio cualquiera, no importa donde vivas ni dónde estés, eres tú el que decides y porque sé que es parte del destino que yo mismo diseñé, me propongo y decido aprovecharlo para apoyar mi propio desarrollo espiritual.
El desarrollo espiritual requiere vivir en un mundo de mortificación y prueba (así se llama el planeta tierra). ¿Por qué de mortificación y prueba? Porque la mortificación pone a prueba mi capacidad de no permitirme mortificarme. Cuando todo lo que sucede a mí alrededor es mortificante para mí, significa que yo no he adquirido una capacidad: la invulnerabilidad ante lo que sucede fuera, pero ¿qué mejor sitio para aprender eso que el planeta tierra?
Si tú vas a un mundo de maestros, ¿cuándo vas a aprender a tener paz? nunca, porque no hay ningún reto, no hay nada con qué medirte, no puedes saber quién eres ni cómo eres. La única forma de saber quién soy y cómo soy es enfrentándome a situaciones difíciles. Si no tienes ningún tipo de reto de ninguna especie, ¿cómo sabes qué hay dentro de ti? no tienes ni idea, por eso es necesario pasar por este tipo de mundos.
Cuando tú ya sabes que dentro de ti encontraste el reino de Dios, ya no necesitas más pruebas y pasas a vivir con los maestros. Mientras tanto eso no será posible, porque no te has reconocido a ti mismo como hijo de Dios. Fíjate que la enseñanza del maestro Jesús y lo que está en la biblia tiene profundos mensajes de sabiduría. Cuando Judas le da el beso a Jesús, Jesús le dice: “he aquí que con un beso entregas al hijo del hombre” (no dijo al hijo de Dios). El hijo del hombre son los cientos y miles de años de cultura acumulada en nuestro sistema de creencias, ese es el que se entrega para que sea crucificado, para que muera en la cruz, para que pueda renacer el hijo de Dios. Es así de sencillo.
Entonces, yo decido ser feliz: es crucificar aquello que ya no necesitas, porque es el estorbo para tu felicidad. Por eso concéntrate mucho en el proceso de hacerte consciente de la necesidad de decidir y asumir mis decisiones, pero decide con sabiduría. Aun decidiendo desde ignorancia, asume tus resultados, no culpes a nadie.
Pincha en la siguiente imagen para ver el vídeo:
Muchas gracias, increible ayuda leer esto. Me he estado haciendo la decision de involucrarme en sabiduria, varios actos tambien, y ir a aprendiendo… y ultimamente he pasado por situaciones complicadas, una tras otra, y he mantenido la calma, igual he sufrido pero si estoy aceptando muchas cosas, es un camino de verdad, aunque metamos la pata de vez en cuando por ignorancia o error, lo lindo de vivir es aprender a ser feliz en cualquier momento o situacion. Muchas gracias, lo voy a compartir con varias personas a las que he estado socorriendo tambien. Muchas bendiciones hermano. Gracias
Me encantaria poder hablar para pensar en como fascilitar estos contenidos a mas gente… entiendo que ellos llegan tambien cuando uno busca, por decision, pero talvez alguna practica de compartir en linea para potenciarlo. El mundo necesita estas cosas.
Hola Warner;
Así es, cuando el alumno está preparado llega la información.
Muchas gracias por compartir tus experiencias.
Saludos.