Con la Meditación Cuántica trato todos los días de crear la mejor versión de mí mismo. El propósito es ir cambiando las creencias que me limitan por otras que me potencian. Las creencias son estados del ser subconscientes; empiezan siendo pensamientos y sentimientos que experimento una y otra vez, hasta que al final se convierten en mis hábitos automáticos formando una actitud; las actitudes se unen y se convierten en creencias, y las creencias se unen y se convierten en mis percepciones de mi visión del mundo y de mi subconsciente.

Para cambiar una creencia debo cambiar mi estado del ser; y cambiar mi estado del ser significa cambiar mi energía; para poder afectar a la materia debo ser más energía y menos materia, más onda y menos partícula; y para esto debo combinar una clara intención con una emoción elevada.

Implica tomar una decisión que acarree una energía lo bastante poderosa que mi pensamiento sobre la nueva creencia se convierta en una experiencia que me deje una potente impronta emocional que cambiará mi biología; la nueva experiencia debe ser más intensa que la del pasado, debe tener una mayor amplitud, una energía más potente que la de la experiencia exterior del pasado que creó mi creencia; mi cuerpo debe responder a una nueva mente, debo sentir esa emoción elevada con todo mi corazón, se me tiene que poner «la carne de gallina», tengo que sentirme entusiasmado, inspirado, invencible y fuerte.

Esta meditación está basada en los estudios del Dr. Joe Dispenza, de su último libro «El Placebo eres Tú«. Los cambios producidos en el cerebro de los practicantes de esta meditación han sidos verificados y medidos con los últimos avances técnicos

La meditación se compone de tres partes:

1. Inducción: aplico la técnica del enfoque abierto para entrar en unos estados más coherentes de ondas alfa o zeta en los que soy más sugestionable, imprescindible para influir en mi biología. Paso de ser partícula a onda, del estrecho foco de atención, a un foco de atención más amplio en el que me concentro en el espacio en lugar de lo material. Un átomo se compone de 99,9 % de energía y siempre me estoy fijando en la partícula; mi conciencia y mi energía están muy conectadas y prestando atención a mi energía amplifico mi conciencia. Para realizar bien esta técnica tengo que olvidarme de mi mente analítica (identidad vinculada a mi entorno, mi adicciones emocionales y hábitos, y al tiempo); en cuanto voy más allá de estos elementos, me convierto en pura conciencia y mis ondas cerebrales envían señales coherentes a mi cuerpo. Me mantengo presente, no intento imaginarme ni visualizar nada, simplemente percibo y siento; poniendo mi conciencia, mi mente y mi atención en los lugares de mi cuerpo; sólo soy consciente del espacio que hay dentro de mí y a mi alrededor en el espacio.
2. Conviértelo en posibilidad: descubro el presente y me sumo en la vacuidad cuántica, donde existen todas las posibilidades. Para lograrlo debo despojarme de mi identidad y desconectarme de mi cuerpo, el entorno y el tiempo, cuanto más permanezco en lo desconocido más lo atraigo; las células nerviosas que no se activan juntas, no se conectan juntas, estoy silenciando los circuitos de mi cerebro relacionados con mi yo antiguo, donde se mantienen mis programas subconscientes grabados; si logro desconectarme de ellos, también me estoy desconectando de mis programas. Ya no envío las mismas señales a los mismo genes; y a medida que equilibro y armonizo mi cuerpo, me descubriré en el delicioso instante del presente y ahí es donde existen todas las posibilidades. Si me distraigo, advierto estos pensamientos y me entrego de nuevo al vacio, a la nada.
3. Cambio mis creencias: decido cambiar mis creencias con una intención tan firme que la amplitud de la energía generada por esta decisión sea mayor que la de mis programas grabados en mi cerebro y la de las adicciones emocionales de mi cuerpo; mi mente responderá a una mente nueva, a una conciencia nueva. Cambio mi energía al combinar una intención clara con una emoción elevada, y elevo la materia a una mente nueva; debo levantarme sintiéndome distinto, y si es así, significa que he cambiado biológicamente. Mi pasado habrá dejado de existir porque esta experiencia de mayor amplitud anulará el programa de la antigua experiencia. La decisión que tomo se convierte en una experiencia inolvidable que almaceno en mi memoria a largo plazo. Hago que una posibilidad desconocida se vuelva conocida, dejando atrás el pasado y viviendo en el futuro, donde la situación que deseo ya ha sucedido; solo debo entrar en un nuevo estado del ser y ver luego el futuro que estoy creando.

Pincha en la siguiente imagen para reproducir la meditación: