SOLTAR. Todos nuestros miedos, trascender todos los procesos de la cultura tradicional, que si bien es cierto ha sido necesario e indispensable, llega el momento en que se convierte en un verdadero obstáculo para ascender a un nuevo nivel sin invalidar nada, sin descalificar nada, porque TODO EN EL UNIVERSO ES SIEMPRE PERFECTO Y NECESARIO.
La invitación es que demos un salto gigante ahora a una nueva experiencia de vida. La invitación es a que nos despeguemos totalmente de aquello que ya no nos corresponde a nosotros, que deleguemos lo que es necesario delegar y que asumamos lo que es necesario asumir ahora para que el proceso del universo, con respecto a nosotros los habitantes del planeta tierra, siga fluyendo en el ritmo normal y hagamos parte de un mejoramiento y no de un estancamiento.
Vamos a empezar a hacer uso de esa enseñanza, y la primera enseñanza de los maestros es: SOLTAR. Porque nosotros durante miles de años hemos estado haciendo algo: “aferrados a la miseria”. Eso lo hemos hecho porque creemos que no podemos sobrevivir si no es poseyendo cosas, personas o defendiéndonos del entorno o de lo que llamamos “amenazas”.
Hemos creído esto durante mucho tiempo, pero ya es hora de darnos cuenta de que esta es una creencia falsa. La invitación ahora es a convertirnos en seres universales, no en seres limitados. En esta entrada vamos a trabajar un poquito los principios de cómo soltarnos, empezar a desaferrarnos de algo que es un límite grandísimo como la posesión.
“MISERABLEMENTE POBRE ES AQUEL QUE SUFRE CON LO QUE TIENE Y QUIERE TODO LO QUE NO TIENE”.
Esa es una característica muy común en la humanidad, pero lamentablemente limitante, porque si yo sufro con lo que tengo, ¿cuándo voy a ser feliz? siempre voy a estar sufriendo con todo lo que la vida me da; y si además pienso que voy a ser feliz consiguiendo lo que no tengo, ¿cuándo voy a ser feliz? si ahora sabemos que la ley del universo no nos da nada que no necesitemos y que todo lo que tenemos es exactamente lo que necesitamos.
Esa dualidad mental muy aprendida de la cultura, de querer lo que no se tiene, es una gran causa de sufrimiento. Y no solamente una causa de sufrimiento, sino un desperdicio gigantesco de nuestra energía mental, porque nuestra mente se está ubicando en situaciones a las cuales no tiene acceso, porque están en otro espacio, en otro tiempo y en una no correspondencia conmigo. Simultáneamente, lo que sí puedo usar, lo que si tengo disponible, para mi carece de valor; y carece de valor en la medida en que no lo disfruto.
Por eso el asunto de la pobreza y el asunto de la miseria es un aspecto básicamente mental; sin embargo, este aspecto mental va generando una correspondencia real en el mundo físico con cada uno de nosotros, y ahí es donde se presentan todos nuestros conflictos y todas nuestras dificultades. Aspiramos a empezar a romper esto para ser seres libres, universales, sin límites.
Antes la propuesta era: aprende a poner límites; ahora la propuesta es diferente: APRENDE A QUITAR LÍMITES. Hemos puesto demasiados límites y por eso tenemos el mundo fraccionado, lleno de fronteras, lleno de trincheras, lleno de límites, lleno de propiedades; y nos hemos atrincherado dentro de nosotros mismos y nos da miedo compartir, nos da miedo abrirnos porque creemos que podemos perder aquello de lo que no somos dueños. Ese es nuestro problema mental, pero estamos trabajando para superarlo.
Vamos a comenzar con unas preguntas para reflexionar acerca de esto:
- ¿Cuánto puede una persona poseer del universo?
- ¿Cuánto puede una persona disfrutar del universo?
1. ¿CUÁNTO PUEDE UNA PERSONA POSEER DEL UNIVERSO?
Nuestro porcentaje de posesión es infinitesimalmente pequeño, es absolutamente limitado, absolutamente mínimo, piensa en la dimensión del universo (o solamente del planeta tierra para no irnos tan lejos) y piensa cuánto poseo yo del planeta tierra; es decir, el título de propiedad que tengo (si es que lo tengo, porque muchas personas ni siquiera lo tienen, sino que tienen un contrato de arrendamiento) es algo tan supremamente pequeño, que estoy limitado a eso.
Si yo llego a cometer el error de pensar que necesito un título de propiedad o necesito creer que tengo algo o alguien para sentirme seguro o para poderlo disfrutar, soy supremamente miserable, porque es infinitesimalmente pequeño.
Ahora miremos un aspecto diferente en la segunda pregunta, aquí ya no estamos hablando de poseer nada, sino de un aspecto diferente.
- ¿CUÁNTO PUEDE UNA PERSONA DISFRUTAR DEL UNIVERSO?
Ahí se caen todos los límites, porque podemos disfrutar del universo entero. Solamente con que tú mires las estrellas por la noche, estás disfrutando del universo entero y puedes usar todo lo que está a tu disposición en el lugar donde te encuentres.
Vamos a empezar a trabajar la idea de USAR, no la idea de poseer, la idea de COMPARTIR y la idea de DISFRUTAR.
Mientras yo tenga la idea de posesión en mi mente, del mío, tengo un límite gigantesco. Este límite es demasiado común en las personas, son pocas las personas que han roto el límite de posesión, es regresar a un estado original de la naturaleza, donde se comprende que lo que se puede disfrutar es el fruto de la naturaleza y del universo; no en sí mismo repartirnos ninguna cosa, sino usar.
Pero para llegar a ese usar hemos tenido que pasar por todas las experiencias de los límites, de la posesión, de la territorialidad, de la defensa, de la pelea, para llegar a comprender que el acceso a usar todo lo que existe en el universo se logra con dos herramientas:
- La herramienta del acuerdo.
- La herramienta del respeto.
Pero para llegar a esas dos herramientas tendremos que haber pasado cientos y miles de experiencias. Espero que ya las hayamos completado. No estarías leyendo esto si no tuvieras un mínimo de 39.000 años de experiencia humana, porque no te interesaría trabajar esto.
La idea ahora es dejar de practicar el sentido de posesión (primero a nivel mental y luego se va a convertir esto en una realidad física), romperlo en todos los sentidos. En esto me gustaría recordar algo sobre LA NO POSESIÓN. En los idiomas indígenas no existe una partícula del idioma posesiva como el “mí”. No se expresan diciendo mi casa, mi coche, mi canoa; sino simplemente con un pronombre: esta es la casa, esta es la canoa, este es el cultivo; no es “el mío”, es “el”; por lo tanto puedo usarlo yo así como puede usarlo cualquier otra persona que lo necesite en un momento dado, porque ellos no tienen sentido de posesión, eso se lo añadimos nosotros en nuestra cultura de propiedad, pero ahora necesitamos deshacer eso nuevamente, primero a nivel mental.
Por ahora necesitamos administrar con sabiduría y con eficiencia, para eso se nos da un título en nuestra cultura, pero la idea es que vamos a pasar eso a otra cosa: a disfrutar. Vamos a mirar tres aspectos que nos van a llevar realmente a seres universales; tenemos dos preguntas:
- ¿Cuál es la diferencia entre poseer, administrar y usar?
- ¿Cuál de las 3 permite disfrutar la vida con mayor libertad?
1. ¿CUÁL ES LA DIFERENCIA ENTRE POSEER, ADMINISTRAR Y USAR?
Poseer es una cosa, administrar es otra y usar es otra. Nos encantaría que poco a poco nos fuéramos pasando a la de usar. Por ahora la invitación es romper ese sentido de posesión y vamos a pasarnos a un sentido de administración.
Nosotros NO SOMOS DUEÑOS DE NADA NI DE NADIE, esa es la primera idea en nuestra mente. Vamos a romper la idea del “mío”. En cuanto a las cosas que usamos o las cosas que administramos; cuando yo ya comprendo que no son mías, vamos a administrarlas de una manera simple, mediante acuerdos, mediante educación, vamos a ir hacia la herramienta del respeto.
A mí me encanta, me parece maravilloso que cualquier persona tenga acceso a las cosas que en un momento dado yo puedo usar y que los demás también las puedan usar, siempre y cuando haya una condición de sabiduría: siempre y cuando las personas estén dispuestas a hacer un acuerdo para respetar la forma de administrar. En ese momento se abren las puertas, cuando nosotros podemos hacer un acuerdo de respeto, cualquier persona me puede decir: entra a mi casa y disfrútala totalmente, por favor cuando salgas de ella déjala exactamente en las mismas condiciones en que está.
Si esa persona se compromete con ese acuerdo y lo respeta, sabrá que tiene acceso a todo, porque nadie le va a poner límites. El problema de que alguien le diga: no entre en mi casa, no use mi coche, no entre en mí finca; es precisamente porque no está la condición del respeto.
La condición del respeto es todo un proceso de evolución, y por eso en el Blog hemos trabajado la importancia y la necesidad del acuerdo; que estemos de acuerdo en cómo relacionarnos y seamos capaces de respetar ese acuerdo, ahí es donde se abre el principio de administración y de uso. Una vez ya hemos trabajado mucho con este principio de administrar a través del acuerdo y a través del respeto, entramos a otro principio que ni siquiera es administración, solamente es USAR.
Vamos a mirar unas definiciones para aclararnos con esto.
PRINCIPIO DE POSEER: poseer es creerme dueño de algo o de alguien. Creerme dueño. Digo creerme porque es imposible ser dueño de algo o de alguien en el universo. Si alguien dijera que es dueño de algo, significaría que se lo podría llevar consigo para cualquier lugar del universo, y no es así. Hay algo que sí nos llevamos con nosotros (y es lo único que nos llevamos), la COMPRENSIÓN, la SABIDURÍA, que es universal, que está en nuestra parte espiritual. Esa siempre está con nosotros, va y viene, siempre nos la llevamos y cada vez se amplía más y cuando se amplía lo suficiente se fusiona con el Padre y es uno con Él. Eso es lo que es nuestro, pero finalmente es universal.
Poseer es solamente una creencia limitante en nuestras mentes. Alguien cree que porque tuvo un hijo es dueño de él, alguien cree que porque firmó un contrato es dueño de algo, alguien cree que porque pagó una suma por algo ya es dueño de eso, y nada de esto es cierto; eso son formas de administración, formas de relaciones, mientras yo los tenga como propiedad el miedo me acompañará siempre. Estamos buscando ahora quitarnos el miedo y mientras haya un principio de propiedad, el miedo no podrá ser trascendido. Por eso es importantísimo comprender esto de la posesión.
ADMINISTRAR es sencillamente manejar con sabiduría los elementos que la vida ha puesto a mi disposición: una casa, un coche, un trabajo; cualquier cosa que yo dispongo simplemente tengo que administrarla con sabiduría para que sea eficiente, para que preste un servicio, para que sea armónico sin creerme dueño de eso.
USAR es el término más amplio que hay porque significa: disfrutar de todo lo que existe sin ser dueño ni administrador (ninguna de las dos), porque el administrador está necesariamente circunscrito a los elementos que administra, por el hecho de ser administrador tiene que estar muy pendiente de aquello que administra, porque tiene una responsabilidad de administración que si no tiene cómo delegar, está muy anclado a ello.
Cuando llega la capacidad de usar (la tienen los hermanos superiores y mayores), entonces la administración es algo que nosotros llamamos gobierno, pero en los mundos más avanzados que el nuestro no hay gobiernos, hay unos centros administradores que con la tecnología son supremamente eficientes y cada persona lo único que hace es usar y para tener el derecho a usar hace otra cosa que es muy sencilla: servir. No hace más que eso.
Es algo supremamente sencillo, pero esa sencillez y esa simpleza que nos abre la perspectiva del universo entero, se logra a través del desarrollo espiritual, que para que yo pueda servir sin condiciones, sin restricción alguna, necesito haber hecho un desarrollo espiritual. Para que yo pueda respetar al 100% a todos los seres y a todas las experiencias, necesito haber hecho un desarrollo espiritual.
Cuando puedo servir y cuando puedo respetar, puedo usar todo el universo y toda la tecnología que existe en él y todas las cosas maravillosas que hay en el universo. Eso se logra haciéndolo en el proceso interno. Por eso es que estamos trabajando la auto transformación, para que nosotros lleguemos realmente a usar.
Ahora, en nuestra cultura del 3er nivel de Conciencia, para tener acceso a las cosas usamos un elemento que llamamos dinero. Para tener acceso a lo que voy a usar (sin ser dueño), porque cualquiera de nosotros puede usar en este momento cualquier cosa que hay en el planeta; pero para usarlo tendrá que pagar un dinero a cambio de eso; si tiene ese dinero podrá usar cualquier cosa, cualquier tecnología o cualquier lugar.
Hay otras formas de compensar que no son dinero, que son absolutamente universales, pero siempre habrá la compensación para usar, pero la compensación no se va a llamar dinero en el futuro, ¿sabes cómo se va a llamar? Es algo que todos poseemos, CAPACIDAD DE SERVICIO. Lo que vamos a usar en compensación para todo lo que podemos disfrutar solamente será capacidad de servicio, por eso es que el dinero desaparece, porque cada persona se hace absolutamente consciente de su capacidad de servicio y de su propia responsabilidad de compensar con servicio todo lo que usa, y se crea un mundo sin límites, pero ese mundo solamente se crea a través del desarrollo espiritual.
¿CÓMO SE UTILIZA EL TÉRMINO “USAR” EN LA RELACIÓN DE PADRES E HIJOS O DE PAREJA?
Es disfrutar, usar las relaciones. No soy dueño de ninguna persona, simplemente disfruto la vida con libertad, se disfrutan las relaciones y se hacen acuerdos de respeto de las relaciones, sin ningún principio de posesión, sin ningún principio de propiedad, porque ese principio de posesión y de propiedad es lo que acaba totalmente con la paz y con la armonía y nos llena de miedo y de angustia.
Pensamos que no podremos sobrevivir sin eso porque alguien me va a quitar lo mío, cuando no soy dueño de nadie. Pero si tengo esa creencia mi vida es supremamente limitada. En las relaciones es muy sencillo: si unos padres tienen unos hijos, disfruten de la relación con sus hijos, no crean que son dueños de ellos, simplemente disfruten. Además tienen un compromiso con ellos: ayudarlos a crecer. Entonces ayúdenlos a crecer y disfruten ayudándolos a crecer.
En la pareja es lo mismo: ACUERDO, RESPETO Y DISFRUTAR. Eso son los tres elementos; no somos dueños de las personas, se hacen acuerdos, se respetan los acuerdos y se disfruta de la relación. Recuerda todo lo que explicamos de los acuerdos en el Blog: los acuerdos pueden ser cambiados, pueden ser replanteados, pueden ser modificados, porque si no son flexibles no son acuerdos.
En esa medida las relaciones son un proceso de interacción totalmente enriquecedor, más no limitante (como sucede en nuestra cultura). Las relaciones de nuestros hermanos superiores son mucho más amplias y más enriquecedoras que las nuestras.
En cuanto a padres, hay unos compromisos de Amor fundamentales, sagrados para ellos; si un hombre y una mujer deciden ser padres, ellos se van a comprometer con esos niños hasta que sean adultos, pero en sí mismos ellos como relación ni siquiera se llaman pareja, sino un hombre y una mujer que decidieron ser padres y como tal van a estar conformando ese núcleo y apoyando a estos niños hasta que crezcan.
Como tal pueden mantener (si así lo deciden) su acuerdo de compartir, o modificarlo y respetarlo, pero nunca será una norma impuesta ni obligatoria, porque eso quitaría totalmente la libertad y estamos buscando llegar a ser seres universales, llegar a la totalidad y limpiar nuestra mente de todas esas ideas limitantes.
No sabemos bien que es la vida y por eso no entendemos que no somos dueños de la vida tampoco, porque la vida ni siquiera es un aspecto humano, la vida es un aspecto divino, es más, la vida no se puede perder, porque la vida es Esencia Divina que entra y sale de la materia. La vida es una parte de Dios mismo, por lo que decir que soy dueño de mi vida es como decir que soy dueño de Dios.
Decir “soy dueño de mi vida” significa “soy dueño de mis decisiones”; de mis decisiones soy dueño, pero no de los resultados porque los resultados son inevitables a partir de mis decisiones. Lo que puedo hacer con las decisiones es aprender a decidir con sabiduría, porque tengo derecho a decidir (aun desde ignorancia), para reconocer mi ignorancia; pero el resultado de una decisión tomada desde ignorancia trae un resultado inevitable para las personas, es decir, es obligatorio recibir el resultado, lo que es libre es la decisión. El resultado de una decisión tomada desde sabiduría también trae un resultado inevitable, pero lleno de satisfacción.
Cuando las personas dicen que son dueños de su vida, lo más sabio sería decir “SOY DUEÑO DE MIS DECISIONES” pero ser dueño de mis decisiones significa asumir el resultado de mis propias decisiones, porque una cosa es que yo sea dueño de mis decisiones y otra cosa es que yo no asuma el resultado de mi decisión. Si mi decisión no fue satisfactoria pretendo que otro asuma mi resultado.
Dios no nos quita la vida ni nos la da, la vida es un proceso permanente, soy yo el que puedo albergar la vida o permitir que salga de mí de acuerdo con mis decisiones o mis comportamientos, con mis pensamientos, con mis actitudes; en eso no interviene Dios, soy yo, pero mis decisiones son mías, porque mis decisiones son:
- Parte de mi Comprensión (que es esencia divida).
- O parte de mi ignorancia (que es experiencia necesaria).
Yo puedo decidir con mis decisiones, pero necesito asumir el resultado de ellas, porque ahí es donde viene el asunto de la falta de respeto o la falta del asumir; si yo tomo una decisión pero no quiero asumir el resultado, ahí no estoy siendo respetuoso.
Tomamos el ejemplo de la educación de los niños. Un niño necesita aprender a romper, a derramar, a tirar; es parte de su experiencia, pero no en la sala de porcelanas de la casa, porque simplemente ese no es el lugar apropiado para esa actividad, pero tampoco le voy a pedir al niño que en el lugar donde vamos a rayar y a romper, que ahí no puede romper nada, porque ese es el lugar de romper.
Ten en cuenta esto tan sencillo del orden del universo: un lugar para cada cosa y una cosa para cada lugar. No hay nada que sea bueno o malo, o que pueda o no pueda ser, simplemente donde es apropiado y cuál es el momento oportuno, eso es todo lo que hay que saber.
Para tomar el ejemplo de procreación sagrada, quiere decir que si un hombre y una mujer tomaron la decisión de ser canales para un espíritu y proporcionar un cuerpo físico y comprometerse con la educación de un niño, ese compromiso no puede ser utilizado para ninguna otra cosa, es sagrado, es para eso. Ellos se reunieron y decidieron ser padres, y esa decisión es sagrada, no van a usar esa decisión para decir después “es que ya no quiero el niño” o “ya no me comprometo con él” porque entonces está profanando el principio sagrado, y eso deterioraría todas las civilizaciones, porque dejaría de haber una pedagogía.
También el propósito puede ser otro: nos hemos reunido para practicar la sexualidad, no para tener hijos; ese fue el acuerdo, mientras no lo modifiquen hay que respetar ese acuerdo. Así es como funciona el principio de llegar a disfrutar de la libertad.
Espero que nos quede clarísimo que en este instante de nuestra experiencia, la invitación es romper el principio de posesión para pasarnos a administrar y luego nos vamos a pasar solamente al principio de usar (más adelante). Aun cuando en este momento usamos y podemos disfrutar de todo, por ahora, en nuestro nivel del planeta tierra, a través de dinero fundamentalmente (no en la totalidad, pero fundamentalmente), en el futuro será solamente a través de servicio, porque el dinero ya no existirá en el futuro. Pero ese servicio es un gran compromiso.
Por ahora, la simple tecnología del ser humano en la tierra, donde tú puedes tomar hoy un avión y estar en 8 horas en EE.UU., estás usando algo que tú mismo ni siquiera sabes cómo crear. No sé si el que está leyendo esta entrada es un ingeniero aeronáutico que sabe desarrollar un 727, pero sí podemos usarlo en la medida en que estamos intercambiando servicios que lo hacemos a través de dinero. Afortunadamente no soy dueño del 727 porque sería supremamente complejo administrarlo y mantenerlo. O dueño de la compañía aérea, porque estaría muy esclavizado de ella. Es más libre aquel que compra un ticket, se va para América, se baja del avión y se despreocupa de qué hace la compañía, pero sin embargo las personas piensan: “tengo que ser dueño de algo” y ser dueño es precisamente lo que esclaviza.
Vamos a ver unas reflexiones: ¿qué se necesita para hacer cualquiera de estas cuatro cosas?
- ¿Qué se necesita para poseer algo?
- ¿Qué se necesita para administrar algo?
- ¿Qué se necesita para usar algo?
- ¿Qué se necesita para disfrutar algo?
Fíjate bien que se necesitan cosas diferentes.
- ¿Qué se necesita para POSEER algo?
Poseer es una creencia, porque la realidad es que no lo poseemos. Para que esa creencia sea real, yo necesito haberlo comprado, haber pagado por él una suma, haber firmado un contrato, haber recibido una herencia, o sea, que legalmente se me haya otorgado a mí lo que llamamos posesión y en ese momento acabo de quedar esclavizado de ella.
Fíjate solamente a nivel mental, en la situación mental ante estas dos situaciones:
- Una persona compra una casa muy costosa en cualquier ciudad y resulta que viene una situación en que ese país donde ha comprado esa propiedad entra en una gran crisis, la persona no puede venderla, va a haber una devaluación, la casa va a perder mucho valor. ¿Qué siente? Una gran angustia porque es dueño de esa propiedad y no puede deshacerse de ella, siente que está perdiendo.
- Una persona toma esa misma propiedad en arriendo en vez de comprarla, y viene la misma crisis. ¿En su mente sucede algo igual o diferente? Bien diferente, piensa “afortunadamente no soy dueño”.
No estamos desconociendo la necesidad inicial de la propiedad como la entendemos nosotros, de los límites, de las fronteras y de todo este tipo de cosas que son características del desarrollo de la evolución. Todo esto es necesario. Pero decíamos que en algún momento, todo eso que fue necesario se va a convertir en un gran estorbo, en un gran límite para continuar un desarrollo posterior. Parte de la sabiduría es saber en qué momento se completó una experiencia y algo ya dejó de ser necesario; porque si me aferro a algo que ya dejó de ser necesario, ¿en qué se convierte eso?
Ejemplo: una persona sufre la fractura de una pierna y necesita una cirugía, un yeso y unas muletas. ¿Qué pasa si cuando la pierna está sana él insiste en el yeso y en las muletas? Insiste en eso: “no me puedo desapegar de este yeso, ni de estas muletas. No me puedo quitar esto”.
El proceso mental de disfrutar y aprovechar lo que existe en el universo requiere un proceso, y ese proceso se llama proceso de evolución de la Conciencia. Así es como se llama, no es un proceso tecnológico, sino de Conciencia. En la medida en que nosotros hacemos el proceso del desarrollo de Conciencia, tenemos acceso al uso de todo lo que existe en el universo, pero mientras no hemos hecho ese proceso, no tenemos acceso a luz, no es porque no exista, existe en todos los lugares, es más, hay muchísimos más recursos en Sudamérica que en Europa, hay mucho más potencial en todo sentido: geográfico, de riqueza natural, en el tamaño en sí mismo, reserva en todos los sentidos, pero la capacidad de aprovecharlos es la que es diferente; la capacidad de aprovecharlos, no los recursos.
Por eso los maestros dicen: el problema de la humanidad no es un problema de recursos, los recursos son inconmensurables, el problema de la humanidad es un problema de relaciones. Al no saberse relacionar, al no saber respetar, al no saber hacer acuerdos crea tantos límites y tantas fronteras, que no se puede acceder al recurso. Ese es nuestro problema, y es del que estamos buscando salir a través de la herramienta del desarrollo espiritual. Todos tenemos acceso a los recursos, pero no todos nos hemos hecho correspondientes con su uso.
Ya vimos que para poseer algo se necesita comprarlo o heredarlo, que nos den un título. Vamos a ver que se necesita para administrar algo. Me gustaría hacer mención de una frase popular: “Las cosas no son del dueño, sino del que las necesita”. Cuidado con la frase, porque las personas no caen en cuenta en esto: ¿quién te ha dicho que el dueño no las necesita? Para el oportunista es una frase maravillosa, porque dice “yo la necesito” y ni siquiera la necesita, lo cree, por eso es que entra a usar.
Nosotros lo que estamos trabajando es otra cosa totalmente diferente: necesitamos adquirir la capacidad del acuerdo y del respeto, y no la del abuso, no la del oportunista. Nadie tiene algo que no necesite, es imposible tener algo que no se necesite. Así como es imposible adquirir lo que no se necesita, también es imposible que alguien tenga algo que no necesita. ¿Para qué lo necesita? o ¿cómo lo necesita? eso puede no estar muy claro en muchas personas, pero si lo tiene, lo necesita.
- ¿Qué se necesita para ADMINISTRAR algo?
Para administrar algo es mucho más simple, solamente necesitas saber que no puedes administrar lo que no tienes, administra solamente lo que tienes y no te preocupes por soltar de administrar lo que no tienes, porque no te corresponde hacer eso. La idea es pasarnos del 1er punto al 2º: me voy a convertir en un excelente administrador de todas las cosas que tengo. Al hacer ese cambio me voy a quitar algo maravilloso de encima: el miedo a perder lo que creo que es mío, porque ese es un límite gigantesco, es una causa de estrés, de sufrimiento, de angustia violenta.
Cuando yo comprendo que nada es mío, sino que puedo ser un administrador eficiente de las cosas que se han puesto a mi uso, a mi disposición, me quito la carga, porque voy a decir: si esto se pierde o se va por alguna razón, ¡maravilloso! es que no lo necesitaba, y mientras está ahí es porque lo necesito y lo necesito mientras hago buen uso de él y soy buen administrador. Eso me quitaría una carga gigantesca, por eso la idea es pasarnos al segundo punto: administradores, no dueños.
Solo podemos administrar lo que tenemos, y no te preocupes por administrar lo que no tienes. Lo que tengo no es lo que poseo. Si una persona tiene una casa en arriendo, no es dueño de la casa, pero la tiene y por lo tanto la administra. Si una persona tiene un vehículo que le prestaron, lo tiene, entonces lo usa y lo administra. La idea es que aun cuando tengas título de propiedad, mentalmente lo consideres solamente como algo que administras, porque si te sientes dueño, el conflicto de esclavitud mental, el miedo a perderlo y el proceso de estrés te va a consumir tu energía vital.
Simplemente es ponernos de acuerdo en el término, podríamos decir (si es un término legal): el derecho de tenencia o el derecho de uso, no es que sea dueño. Tengo el derecho de posesión, tengo el derecho de uso o tengo el derecho de administración; esos se los concede la ley del hombre, pero a nivel mental la idea es que solamente nos quedemos con el derecho de administración y nos quitemos de la mente la idea del de posesión.
Me gustaría que estemos de acuerdo que con el término “tener” no nos queremos referir a “poseer”, sino TENER DISPOSICIÓN A LAS COSAS, TENER ACCESO. De hecho, tenemos todo lo que podemos usar, porque cuando estamos usando una autopista, tengo acceso a la autopista; afortunadamente la autopista no es mía. La mayor parte de las cosas que usamos, afortunadamente no son nuestras, porque si no el nivel de esclavitud mental sería más grande.
Tú entras a una sala de teatro y disfrutas de la obra, es decir, tienes acceso al teatro, que sería diferente a ser administrador del teatro, y aun diferente a ser el dueño del teatro. Disfrutas más libremente cuando no eres dueño, y aun cuando no eres administrador. La idea es que vamos a ir avanzando hacia ser solamente usuarios del universo, pero inicialmente vamos a romper la idea de posesión (inicialmente), porque si no rompemos esa no vamos a ir a las otras.
- ¿Qué se necesita para USAR algo?
Si te parece bien usemos el término “tengo acceso a usarlo” en vez de “es mío”. Para usar algo ya es diferente a administrar algo, ¿qué se necesita aquí?, aquí se necesitan cosas supremamente sencillas: estar dispuesto a hacer, a servir, a respetar y a hacer acuerdos.
Hoy en día hay parques muy grandes dispuestos para la ciudadanía, pero en esos parques también se pide algo que es indispensable: que estemos de acuerdo los ciudadanos en respetar el parque; que no vamos a convertirlo en un basurero, que no vamos a destruir las cosas que son para todos; mientras no hay esa condición mental del respeto y del acuerdo, es donde viene el límite, porque entonces la persona entra al parque y arrasa lo que hay allí, arranca las flores, daña todo, destruye el parque; entonces no está haciendo un uso apropiado.
Los espacios públicos son para respetarlos, porque la gente tiene la idea de que solo va a respetar lo que es de él, como esto no es mío entonces no lo respeto. Ir rompiendo esa idea de que solo voy a respetar lo mío, porque como nada es mío, vamos a respetar todo; así es como se abre el acceso al uso.
Estamos avanzando en la pedagogía del uso. Aquí se requiere simplemente estar de acuerdo, hacer y servir, y por supuesto respetar para poder usar algo de lo cual no soy dueño, ya sabemos que no somos dueños de nada, ni siquiera de lo cual administro.
Se puede usar todo en la medida en que uso herramientas sencillas. Estas son herramientas que estamos verificando aquí en la ciudad, pero son herramientas para el universo entero: el acuerdo, el respeto, el hacer y el servir. Todas esas están dentro de nosotros, ya están dentro, el asunto es si soy consciente y las uso o no.
- ¿Qué se necesita para DISFRUTAR algo?
Se necesita algo súper simple que todos lo tenemos pero que pocos a veces lo usamos: estar dispuesto a ser feliz con todo. Que te dispongas a ser feliz donde quiera que vayas, donde quiera que estés, hagas lo que hagas, estés donde estés, sé feliz, disfrútalo; eso es todo. Pero eso es después de haber pensado que no poseo, que ni siquiera administro, que puedo usarlo (pero lo puedo usar con sabiduría o no). Disfrutarlo es usarlo con sabiduría y eso nos hace seres universales, libres totalmente.
Vamos a continuar con el ejercicio de liberarnos de la pobreza y de la miseria:
- SI NO POSEYERAS NADA, ¿NO PODRÍAS DISFRUTAR LA VIDA?
Es una pregunta para que caigamos en cuenta de lo que pasa en nuestra mente. La respuesta es: no, disfrutar la vida no tiene nada que ver con poseer o no, tiene que ver con una actitud mental, el problema es que nos enseñaron que solo puedo disfrutar de lo que es mío, porque los demás no me dan acceso a lo que es de ellos.
Como yo no tengo acceso a lo que es de otro, para poder tener acceso a algo yo tengo que tener lo mío; esa idea es la que generó todas las fronteras y los fraccionamientos. Esa idea es necesaria para aprender el resultado de la esclavitud, pero ahora aspiramos a liberarnos de la esclavitud.
Disfrutar de la vida no tiene nada que ver con poseer o no, tiene que ver con una actitud mental que es la más amplia de todas: me dispongo a ser feliz donde estoy, con lo que hago y con lo que uso, no más, sin pensar que soy dueño de algo o no. Si es algo que tengo, entonces lo administro con sabiduría.
- SI NO TUVIERAS MIEDO, ¿PERDERÍAS LO QUE NECESITAS?
Si no tuviera miedo, no perdería nada, DISFRUTARÍA lo que tengo. Una persona va a viajar y alquila una habitación en un hotel y se está 8 días allí disfrutando de ese hotel. Pero todo cambia si voy a un apartamento de mi propiedad, ¿por qué le pasa eso en su mente? Porque el apartamento es mío, pero el cuarto del hotel no es mío. Entonces voy a hacer un paseo pero mi mente piensa: “será que entraron ladrones, será que se inundó…” estoy pendiente de mi propiedad. La idea es: suéltate, hazte cuenta que tú casa es un hotel.
El hecho de no tener miedo no es lo que determina que yo pierda o no pierda, o que tenga o no tenga; es al contrario, el miedo es mucho más factible que genere una correspondencia con perder algo, para que yo me dé cuenta de que no dependo de eso. El miedo genera más fácilmente correspondencias con perder cosas que tengo, para que yo comprenda que no puedo depender o no necesito depender de ellas. Vive sin miedo.
Pero la única forma de vivir sin miedo es haberse DESPOSEÍDO MENTALMENTE. A eso se refirió el maestro Jesús cuando dijo: “deja todo y sígueme”, pero la gente entendió otra cosa, entendió “tira todo y sígueme”. Difícilmente entendemos a los maestros y hacemos interpretaciones que no son.
Por otro lado, es necesario aprender a no asumir las decisiones de los demás. Si yo pongo algo en venta y alguien decide comprarlo, yo simplemente estoy respetando la decisión de él de comprarlo y él está respetando mi decisión de venderlo, pero la experiencia de cada persona es individual. Yo no puedo asumir el resultado de la decisión de otra persona, porque yo no lo estoy obligando.
Antes de hablar del miedo me gustaría recordar algo: las cosas no son malas, ni buenas, simplemente son necesarias hasta un momento, y en otro no lo son, y la sabiduría es saber usarlas en el momento oportuno y dejarlas cuando ya no son necesarias. El miedo es necesario, como todo lo demás en el universo, la pregunta es: ¿hasta cuándo? El instinto de supervivencia está sustentado básicamente en el miedo a perder la vida. Es necesario mientras no se ha desarrollado otro aspecto mental que llamamos el mental superior o centro de Comprensión, que me permite comprender que la vida no puede perderse. Pero mientras yo no sé eso, el miedo se hace necesario.
Cuando yo no he desarrollado el asunto del compromiso como una comprensión en mi mente, la posesión y el miedo a perderla se hace necesario, porque yo no me he comprometido con el respeto. Como no me he comprometido con el respeto, no tengo acceso a otras posibilidades más amplias, porque mi falta de respeto bloquea el acceso. Necesito tener una posesión y en ese momento para poder valorar esa posesión, se hace necesario que tenga miedo a perderla.
Todo esto se hace necesario dentro de ciertos niveles básicos o primarios, pero en el momento en que nuestro espíritu se desarrolla al punto de Comprensión superior, estos miedos se vuelven totalmente limitantes del salto cuántico a otra civilización, a otro nivel, a un mayor nivel de satisfacción. Entonces, todo es positivo en la medida en que yo lo aprovecho en el momento oportuno con sabiduría. Pero todo puede ser negativo en el momento en que yo lo llevo a un momento inoportuno o quiero aferrarme a algo cuya etapa ya he trascendido. Es cuándo lo uso.
Por eso decimos: en etapas de educación, un niño necesita descubrir y aprender el significado de romper, rayar, mojar, ensuciar; necesita hacer eso suficientemente para aprenderlo; por eso los maestros dicen suficiente, eficiente y oportuno. ¿Hasta cuándo es suficiente?, ¿en qué momento el hecho de estar rompiendo, desbaratando y destruyendo dejó de ser necesario? Porque de adultos ya no rompemos, destruimos y desbaratamos, la experiencia es suficiente cuando el niño descubre y comprende qué se rompe y qué no se rompe.
Entonces empieza otra etapa que es: aprender cómo no se rompe. Ya sé qué se rompe, ya sé cómo se rompe; eso fue necesario, pero ahora voy a otra etapa: cómo no se rompe. Porque no voy a ser un destructor toda mi vida. Esas son todas las etapas; no son buenas o malas, solamente son necesarias, pero se trascienden. No trates de llevar una etapa superior a una anterior o al revés: una anterior a una superior, porque el universo tiene un orden perfecto, y esa es la sabiduría.
El miedo ha sido necesario, pero ya no lo es para aquél que está buscando la convivencia pacífica, armónica y respetuosa. Ahí el miedo ya es un obstáculo. Espero que ya estemos en el punto de no necesitar el miedo. Para disfrutar lo que se tiene necesitamos quitarnos el miedo a perder, y para quitarnos el miedo a perder necesito comprender que no soy dueño de nada; quitarme el sentido de posesión.
¿Hay límites para el disfrute? aquí vuelven otra vez nuestros conceptos limitantes de la cultura. La idea es que el ser humano llegue al punto de disfrutar al 100% todo, pero DISFRUTAR AL 100% TODO REQUIERE COMPROMISO. Compromiso con la compensación de lo que yo voy a disfrutar.
Una persona puede no tener recursos y vivir en una casa cubierta con cartones y tirarse al suelo a esperar; puede disfrutar de eso y ser feliz con eso, no hay ningún problema, pero el asunto es que esa persona, en esa condición de vida, no es posible que haga parte de una civilización superior, porque su compromiso con el “hacer” no existe, solamente existe su compromiso con el “disfrutar” pero no con el hacer.
Disfrutar no es ni más, ni menos, porque disfrutar es una generalidad, es una actitud mental. No es cuestión de lo que sucede, porque el miedo puede ser internamente igual, pero la situación externa puede ser diferente; igual puede ser el proceso de disfrutar o una depresión. Lo que queremos decir es que hay un proceso en el universo que es un desarrollo hacia grandes niveles de satisfacción y de trascendencia definitiva en la medida en que nosotros aprendemos a disfrutar todas las etapas, estamos aprovechando la vida.
No hay razón para que un niño no disfrute ser un bebé, o no se disfrute ser un niño o un adolescente; no hay que esperar a ser un adulto para disfrutar la vida, el asunto es que yo aprenda a disfrutar de cada etapa y no me quede apegado a una etapa, porque entonces no avanzaría espiritualmente. Si me quedo apegado a una etapa, la misma ley de evolución me saca de ella y ahí es donde viene el conflicto. Por eso hay que estar dispuesto al crecimiento.
Alguien puede disfrutar sin hacer, pero entonces no tendrás acceso a ciertas cosas que vienen a través del hacer; porque decidió no hacer. LA EVOLUCIÓN ES A TRAVÉS DEL HACER, DEL SERVIR Y DEL DISFRUTAR. Hay que complementar todo eso. Puedo complementar sin hacer nada, pero obviamente no tendré acceso a nada. Si no hago no genero correspondencia, el día que diga “quiero algo más”, tendré que hacer algo más. La idea es que vamos a romper la idea del miedo, saliéndonos del principio de posesión.
- ¿QUÉ RELACIÓN TIENE EL MIEDO A PERDER CON EL SENTIDO DE POSESIÓN?
Tiene una relación directa. Te invito (especialmente para periodos de vacaciones) a que salgas tranquilo y feliz donde vayas a ir y olvídate totalmente de que posees nada de lo que dejaste hasta cuando vuelvas. Verás que vas a disfrutar 100% más de tus vacaciones. Si cuando regreses a tu casa lo encuentras como lo dejaste, puedes decir: sí lo necesito, y será perfecto. Pero si regresaras y no lo encontraras o faltara algo, dirías: eso no lo necesito y seguirías feliz. Es liberarte, porque ese miedo no permite disfrutar.
- ENTONCES, ¿QUÉ SERÍA NECESARIO HACER PARA VIVIR SIN MIEDO?
Comprender que no soy dueño de nada, ni de nadie. Ni personas, ni elementos de ninguna naturaleza; no soy dueño de nada, ni de nadie. ¿Alcanzas a imaginar la liberación de eso?, ¿el mejoramiento de las relaciones…? Alguien puede compartir con un ser muy querido, pero no soy dueño de nada, ni de nadie, puede irse y no pasa nada, puede quedarse y maravilloso, pero mientras las personas están ahí me propongo disfrutar de la relación; no tengo ni idea de cuánto tiempo van a estar, pueden estar 500 años o 5 minutos, pero el tiempo que sea lo voy a disfrutar. Si no lo disfruto es cuando el miedo esclaviza.
Vamos a otras preguntas:
- ¿Qué esclaviza al hombre a sus posesiones? El miedo a perderlas.
- ¿En qué se sustenta el miedo a perder? En creer que algo es mío. Vivir sin miedo es vivir sin límites, y lo que estamos aprendiendo es a vivir ilimitadamente.
- ¿Cómo puede el hombre liberarse de la esclavitud de la posesión? Muy fácil, volvemos a la segunda. El miedo a perder se sustenta en la creencia de ser dueño de algo. No es exactamente capitalismo, porque capitalismo es acumular, pero en realidad es el miedo a perder lo que tenga, aunque no tenga nada acumulado; es el miedo a perder hasta lo mínimo. Esto es lo que genera el miedo; porque una persona puede tener lo que consideramos muy poco y aún tiene miedo a perder eso poco, para él es todo. Entonces, ¿cómo puede el hombre liberarse de la esclavitud de la posesión? Es muy sencillo, solamente QUITÁNDOSE UNA CREENCIA, porque es solo eso.
Las cosas que se nos han entregado son necesarias para aquel al que se le han entregado; a su vez, la persona que las recibe tiene un compromiso con ellas y ese compromiso es el compromiso de la administración sabia y eficiente, pero no es el compromiso de tener miedo o de sufrirlas, sino de administrarlas y disfrutarlas y por supuesto el compromiso es aún mucho mejor que lo que llamamos “responsabilidad”, porque la responsabilidad es como echarme una carga encima.
El compromiso es como decir: qué bonito, se complementa mi vida con esto, y lo disfruto. Pero claro, todo está regido por la ley de compensación del universo; si no hago nada, no necesito nada; y si hago mucho, necesito mucho; pero ese HACER ES DISFRUTARLO, SIN APEGOS, porque si no, no lo voy a disfrutar y me vuelvo esclavo de eso. La vida no es volverme esclavo de las cosas, sino disfrutarlas. Ese sentido de posesión mantiene la esclavitud.
¿Por qué un padre puede decirle a su hijo: no te presto el coche? Porque ha verificado (o por lo menos cree) que ese muchacho/a no tiene suficiente responsabilidad para usarlo. Pero si ese padre está seguro de que ese hijo tiene suficiente compromiso para usarlo con sabiduría, no tiene ningún problema en dejárselo. Ni siquiera tiene que pedirle permiso, simplemente tienen que ponerse de acuerdo de cuándo lo puede utilizar, no es cuestión de permisos, “las horas en que yo no necesito el coche para mis actividades son estas, en esas horas tú puedes usarlo…”, eso es un acuerdo para eficiencia, pero no es necesario pedir permiso, sabes dónde están las llaves y cuáles son los horarios.
Si eso es un acuerdo, si eso es un compromiso, si eso está manejado desde el nivel de la confianza, no hay ningún problema. Si las llaves no están colgadas en su sitio es porque no se ha verificado ni el compromiso, ni el acuerdo, ni la confianza, ni la responsabilidad en el sentido de que si tuviste algún inconveniente (que puede suceder a cualquier ser humano), no hay ningún problema, asumes el error y eso es todo.
Por eso en educación, cuando los hijos ya están adolescentes, les decimos a los padres: no se trata de que los hijos les pidan permiso, porque no somos dueños de alguien (no somos dueños de nadie para que nos pidan permiso), lo que si vale la pena es que nos pongamos de acuerdo en la medida en que estamos compartiendo nuestra experiencia de vida, que nos pongamos de acuerdo de cómo hacerlo, pero permiso no.
Simplemente que tú asumas el resultado de tus decisiones y si te falta información, para eso están las personas que la puedan dar (que se llama pedagogía). Si alguien es 100% confiable, yo le dejo todo, no le pongo ningún tipo de restricción, ni me tiene que pedir permiso, pero porque he verificado su respeto y su compromiso. Si lo que he verificado es que no asume, que no respeta; ahí el problema no es mío; no es que yo le esté limitando el acceso, él lo limita, no yo.
El problema es que es fácil culparme o culpar al otro: “es que tú no me prestas el coche”. No, no soy yo el que no te presto el coche, es que tú no te has responsabilizado de usarlo con sabiduría que es diferente. El problema no es mío, es más, el coche ni siquiera es mío, ni siquiera tengo que prestártelo, tú puedes usarlo (porque prestártelo es como si fuera mío). Puedes usarlo si hay las condiciones.
Es igual con el universo; por eso desarrollar esto nos va a convertir en seres universales. Para que el hombre se libere de la esclavitud de la posesión, necesita comprender (no es creer, sino comprender) la imposibilidad de ser dueño de algo o de alguien. Será la única forma de liberarse de la esclavitud de la posesión. Las pruebas más grandes son con los hijos, porque los padres muchas veces creen que son dueños de los hijos, y no lo son. Se hace relación con los hijos, que es distinto a ser dueño de ellos. Las otras relaciones con lo material, son más simples, pero igual están muy aferradas en nosotros. Creerme dueño de las cosas.
Dentro de los jóvenes encontré unas situaciones que me parecieron muy simpáticas, que es la carga de la cultura ancestral. Un chico está coqueteando con una niña y finalmente se llegan a ennoviar, a partir del día en que se ennovian el chico le dice a su novia: a partir de hoy somos novios ¿verdad? Ella dice que sí y él le dice: qué bien, a partir de hoy aquí tienes una lista de lo que te queda prohibido. No puedes volver a mirar a ninguna otra persona, no puedes volver a salir sola, no puedes hacer esto; y solamente porque dijo que eran novios. Era exactamente “ya eres mía” y este es el problema.
Hemos estado viendo que hemos estado aferrados a la miseria y que el miedo, la posesión, la angustia y todo eso lo que hace es hacernos una vida miserable y estamos buscando salir de eso. Vamos a hacernos una pregunta:
- ¿Qué nos mantiene a los seres humanos peleando?
- ¿Qué nos mantiene deprimidos?
- ¿Qué nos mantiene esclavizados?
No es el gobierno, no son las personas, no es nada de eso; son nuestras creencias, solamente nuestro sistema de creencias. Vamos a hacer las definiciones de esto:
- POBRE: el que quiere todo lo que no tiene. Por lo tanto, ten en cuenta que hay pobres millonarios, gente con mucho dinero pero que quiere cosas que no tiene.
- MISERABLE: es el que sólo puede disfrutar de lo que posee. Está tan aferrado a lo que posee que no quiere soltar nada porque piensa que es lo único que puede disfrutar y entonces se vuelve una persona miserable. Se le reduce su mundo a sus propias posesiones; vive miserablemente. Para salir de ese estado lamentable, necesitamos romper el límite mental.
Nos mantendremos pobres mientras tratemos de poseer algo del universo, cualquier cosa. Nos mantendremos miserables mientras nos aferremos a “lo mío”. Somos totalmente miserables porque no podemos disfrutar de nada; ni siquiera de lo mío porque estoy esclavizado a ello. Peleamos por las migajas mientras todo el pan se desperdicia. Eso es lo que hacemos con el universo. El universo entero está a nuestra disposición, pero nosotros estamos peleando por un pedacito de tierra o por una pequeña posesión, porque nos enseñaron que era la única forma de sobrevivir. Será necesario salir de ese concepto.
De lo anterior podemos deducir que NO SOY DUEÑO DE NADA NI DE NADIE. NO SOY INDISPENSABLE PARA NADA, NI PARA NADIE (esta parte es importantísima). Como yo me crea indispensable, mi ego está muy fuerte. Nada ni nadie es indispensable para poder ser feliz y tener paz.
Me gustaría que marcaras esas frases y las repitieran muchas veces hasta que nuestra mente pueda aceptarlas. Está el asunto de poseer y está el asunto de creerme indispensable. En el universo no hay nada indispensable, absolutamente nada, con excepción de Dios, que es el origen de todo. Todo lo demás no es indispensable porque se origina en Dios, por lo tanto puede ser reemplazado fácilmente.
Cuando yo me creo indispensable para otra persona, yo trato de manipularlo. Yo no soy indispensable para nadie, todo el mundo puede vivir sin mí perfectamente, sin ningún problema, y nadie es indispensable para mí. Ese es el principio de la universalidad, más sin embargo mientras estamos aquí es maravilloso compartir y disfrutar con todas las personas.
Compartir y disfrutar mientras estamos, ¿cuánto? No sé, pueden ser miles de años o 5 minutos, igual los vamos a disfrutar; ese es el principio de libertad. Y cuando yo comprenda que la felicidad no depende de nada externo a mí, sino de mí mismo, ahí estoy rompiendo el límite.
Toda forma de subsistir defendiendo algo, nos mantiene peleando. Esa es la causa de la pelea. ¿Por qué peleamos? Porque cada vez que subsistimos defendiendo algo hay una pelea. Toda creencia que no deja paz y armonía nos mantiene deprimidos. Esas son nuestras creencias falsas que necesitamos soltar. Toda idea de querer poseer a algo o a alguien, nos mantiene esclavizados. Esa es la esclavitud mental y ese es el miedo.
Quiero que dejemos de ser pobres, dejemos de aferrarnos a las migajas de la miseria y miremos que el universo es inconmensurable y el Padre lo dispuso para todos nosotros, que somos sus hijos. Pero no depende del Padre si yo me limito; el problema es mío, no es el Padre el que está limitado, soy yo.
Hay una parte que me gustaría que tomáramos muy en cuenta: La Energía Vital y los Tiempos de Vida de las personas, se van desgastando inútilmente, por mantener estados de preocupación y sufrimientos, asociados a pelear y defender todo lo que creemos que es mío, o que es indispensable para poder vivir, tener paz, y ser feliz. Por lo cual, podemos asegurar que tengo muy poco cuando poseo:
- Mis bienes materiales, porque estoy esclavizado de ellos.
- Mis seres queridos, porque sufro para protegerlos.
- Mi forma de vida, porque me cierro a mejores opciones.
- Mis actividades, porque me niego a servir en otras áreas.
- Mi profesión, porque trato de evitar otras experiencias.
- Mi negocio, porque tengo que defenderlo de la competencia.
- Mi empleo, porque de él dependo para subsistir.
- Mi ego, porque me hace creer que soy único en el universo.
Cuando yo tengo esas creencias de todo lo que es “mi propiedad”, inclusive mis aspectos muy personales, soy pobre y miserable frente al universo. La idea es romper ese gran límite, y es lo que vamos a seguir trabajando y vamos a ver qué es el principio de acceder al universo entero.
Me gustaría invitarte a trabajar esta parte del poseo, para romper la idea (solamente la idea, no vayas a romper los títulos de propiedad, no vaya a donar….). Porque el maestro Jesús dijo: deja todo y sígueme, pero no dijo: tira todo y sígueme.
Y con nuestras posesiones, vamos a utilizar una frase distinta a “CUIDAR”, que es más amplia, vamos a aprender a RESPETAR cada cosa. Independientemente de que yo crea que es mía o no lo es, esto es tan importante que por ejemplo cuando vamos a un parque público y encontramos que está totalmente arrasado y destruido, es porque las personas que usan el parque público no tienen la conciencia del respeto y no tienen esa conciencia porque piensan que como no es suyo, que se rompa o se destruya no tiene ninguna importancia; pero cuando comprendemos que nada es mío, pero que todo merece el respeto, entonces lo que vamos a hacer es respetar tanto lo que yo uso, como lo que los demás usan.
Pero en cualquier momento nosotros vamos a estar usando cosas absolutamente comunes, las vamos a respetar exactamente igual, porque es un principio de amor. No se trata de cuidar, porque es más bien respetar; cuidar es como defenderlo de algo, respetarlo es como valorarlo y ayudar a conservarlo de una manera apropiada. Esa es la idea.
El miedo que nosotros sentimos en nuestro interior, que es tan supremamente limitante, surge solamente de nuestra creencia de ser dueños de algo, de nuestra creencia de poseer algo o a alguien. Cuando tú te subes a un bus, a un avión, o a cualquier vehículo de transporte dónde vas a pagar simplemente un pasaje, tú estás disfrutando de ese transporte, pero tu mente no está preocupada de lo que pueda pasar con el vehículo en cuestión, porque tú no consideras que el vehículo es tuyo, si se estrella o se daña el motor es lamentable, pero eso no te causa miedo; pero si tu vehículo crees que es tuyo, entonces adicionalmente de disfrutar del transporte en ese vehículo entran los miedos: si me estrello, si me lo rayan, si me lo roban; esto es porque yo ya tengo el sentido de posesión.
Si soltamos el sentido de posesión, desaparece el miedo totalmente. Ese miedo por estar aferrados al sentido de posesión es lo que se llama miseria, es decir, no puedo disfrutar de lo que tengo porque estoy defendiéndolo, es una actitud mental; no va a cambiar nada en el plano físico, cada uno de nosotros va a seguir usando lo que usa y aspiramos a que cada vez usemos mejores cosas; lo que vamos a hacer es soltar la limitación de no poder disfrutar lo que uso porque creo que es mío, porque creo que de pronto lo pierdo, porque creo que de pronto me lo quitan; eso vale también para las personas.
En lugar de disfrutar de las relaciones humanas estoy pensando que puedo perder a las personas por cualquier razón, porque se mueran, porque se vayan con otra persona, porque me abandonen; tampoco estoy disfrutando las relaciones porque me pasa exactamente igual, creo que las personas son mías. Ese es un problema puramente mental, no tiene nada que ver con la parte física.
Para liberarnos de eso necesitamos soltar totalmente el sentido de posesión. Para soltar el sentido de posesión tú no tienes que hacer absolutamente nada en el plano físico; no tienes que ir a cambiar los títulos que tengas, ni el permiso de circulación del coche, ni el bautismo de los hijos, ni la partida de matrimonio; no tienes que hacer nada de eso; es solamente una actitud mental de comprender que no soy dueño de nada, ni de nadie y que el compartir con las personas y con los elementos físicos es a través del respeto con las cosas y a través de los acuerdos con las personas y que mientras haya satisfacción en ese compartir y los acuerdos estén vigentes, maravilloso.
El día que se modifiquen los acuerdos por alguna razón y se comparta con otras personas, siempre habrá cantidades de seres, y personas y elementos con los cuales compartir y disfrutar. Si nos quitamos la idea de que tiene que ser exclusivo, de que tiene que ser mío y de que soy dueño, vamos a tener una vida verdaderamente óptima. Los maestros dicen esto de una manera sencilla: siempre estará con cada uno de Uds. todo lo que les corresponde y todo lo que es necesario, jamás dejará de estar, ¿cuál es el miedo? si nunca dejará de estar, jamás ha dejado de estar; otra cosa es que yo no lo valore y más bien sufra con eso; mi problema es mental.
A los seres humanos, ¿qué nos mantiene peleando?, ¿qué nos mantiene deprimidos? Y ¿qué nos mantiene esclavizados? Porque ese es el problema que tenemos nosotros. Nos mantiene deprimidos, peleando y esclavizados unos elementos muy sencillos:
- NOS MANTENDREMOS POBRES MIENTRAS TRATEMOS DE POSEER ALGO DEL UNIVERSO. El que quiere poseer algo es una persona totalmente pobre, porque es imposible poseer algo y el creer que se posee algo inmediatamente genera la esclavitud, la necesidad de defender. Entonces, en lugar de disfrutar de las cosas, me esclavizo de ellas. A veces tenemos una casa, un coche; cosas que son para disfrutarse y en lugar de eso vivimos esclavizados porque de pronto se rompen, se estropean, porque están desordenadas o porque no las usaron como eran, porque me las roban, o porque se rayan; en esos casos yo no estoy disfrutando. Pero, ¿por qué hago eso? porque creo que es mío.
Haz una reflexión mental: todo lo que yo necesito siempre estará conmigo, y el día que algo deje de estar conmigo es porque yo dejé de necesitarlo. Así de sencillo. Y mientras esté conmigo, entonces está para que yo lo disfrute y eso será lo que voy a hacer. Voy a disfrutarlo, no a esclavizarme de eso. La pobreza es eso: estar uno creyendo que es dueño de algo y queriendo cosas que no necesita (esas son las dos características de la pobreza).
- POBRE EL QUE QUIERE TODO LO QUE NO TIENE. Es decir, el que quiere que las cosas sean de él y no lo son. El que quiere que todo suceda como a él le gusta, y no sucede así.
- Miserable es el que sólo puede disfrutar de lo que posee, porque es tan poquito lo que se puede poseer que es igual a nada, que es verdaderamente miserable. Nos mantendremos miserables mientras nos aferremos a lo mío, ¿por qué? porque peleamos por las migajas mientas que todo el pan del universo se desperdicia. Está ahí pero no lo usamos porque estamos aferrados a una migajita.
De lo anterior podemos deducir que: (estas frases son las que necesitamos repetir muchas veces para que nuestra mente finalmente las asimile y se reprogramen en ella).
- No soy dueño ni de nada, ni de nadie.
- No soy indispensable para nada, ni para nadie.
- Nada, ni nadie es indispensable para poder ser feliz y tener paz.
Yo te sugiero que pienses estas frases con mucha frecuencia, porque en la medida en que pienso, mi campo mental se va reestructurando de acuerdo con mi pensamiento. Si pensamos mucho en esto, llegará el día en que nos liberamos de la esclavitud de la posesión y simplemente nos vamos a limitar a disfrutar de las cosas que están, de las relaciones que tenemos; y eso será en cualquier lugar del universo, porque me liberé de la esclavitud de la posesión.
Aún nos comportamos como los pobres y los miserables, peleando por las migajas para poder sobrevivir, deprimidos por las creencias limitantes y esclavizados por defender lo mío. Esa es una condición mental típica del 3er nivel. Toda forma de subsistir defendiendo algo nos mantiene peleando. Toda creencia que no deja paz y armonía nos mantiene deprimidos. Entonces, las causas de nuestras depresiones no son más que las creencias falsas.
He verificado en Consulta de Psicoterapia que las mayores depresiones que sufrimos los seres humanos, se producen a través del proceso de ruptura de sentimientos; cuando se rompen los sentimientos porque las relaciones se rompen y se deterioran, entonces los niveles de sufrimiento interno son muy intensos, consumen toda la energía vital y caemos en profundos estados de depresión.
Pero eso sucede porque yo creía que esa persona era mía. Esa es la causa de la tentación mental interna de ruptura sentimental. Si yo supiera que esa persona no era mía y que no soy dueño de nadie, sino que simplemente las personas tomaron la decisión de tomar otros caminos y otro rumbo (lo cual es totalmente válido) pero que eso no implica que no siga habiendo miles de millones de personas para compartir; y que tampoco son míos, sino que simplemente se establecen relaciones y acuerdos; no sucedería el fenómeno de las rupturas sentimentales. Ese fenómeno sucede porque yo tengo la creencia de posesión, por eso sucede.
- Toda forma de subsistir defendiendo algo nos mantiene peleando.
- Toda creencia que no deje paz y armonía nos mantiene deprimidos.
- Toda idea de querer poseer algo o a alguien nos mantiene esclavizados.
Esta parte es importantísima, por favor ponle muchísima atención: La energía vital y los tiempos de vida de las personas se van desgastando inútilmente por mantener estados de preocupación y sufrimiento asociados a pelear y a defender todo lo que creemos que es mío o que es indispensable para poder vivir, tener paz y ser feliz.
Cuando tenemos todas esas creencias de MÍ, la limitación interna es gigantesca, cuyo resultado es una gigantesca limitación para acceder a las fuentes universales de la sabiduría y de la abundancia ilimitada de recursos existentes, para poder:
- Servir.
- Tener paz.
- Ser feliz.
- Recuperar la energía que tengo dispersa en todas las cosas que quiero.
La energía vital y los tiempos de vida se desgastan inútilmente en los estados de preocupación, porque todos los seres humanos hemos depositado una gran cantidad de energía en las cosas, en las personas y en los elementos. Cuando me he posesionado de ellas, una gran parte de mi energía quedó depositada allí y cuando me dedico a defenderlas, cada vez estoy desgastando más y más energía y eso obviamente empieza a desgastar la energía de las células, acorta los tiempos de vida, limita la posibilidad de disfrutar.
La única forma de empezar a recuperar esta energía es comenzar el proceso de SOLTAR el sentido de posesión. Libera las cosas, libera a las personas, libérate a ti y aprende a disfrutar del compartir, de las relaciones, de las cosas que usas respetándolas, pero básicamente disfrutando cada cosa. No voy a poder disfrutar mientras tengo que defender algo. Y voy a defender algo mientras creo que es mío.
Entonces ¿por qué mi ego me hace creer que soy el único y el más importante en el universo? Importantes somos todos y todo cuanto existe y sucede en el universo es importante, pero mi ego me hace creer que soy único, y al creer que soy único me aísla de la concepción de totalidad. Ahí viene una gran limitación. Me gustaría que pudiéramos empezar a comprender que no somos únicos ni muchísimo menos; nuestras creencias si son totalmente auténticas, el ego; pero la Esencia Divina en nosotros es exactamente igual en todos, no única, ni auténtica, ni diferente. La Esencia Divina es exactamente igual en todos los seres humanos, en mayor o menor medida de desarrollo que pueda tener
Comparemos esto con una analogía simple: si tú pones 3 vasos de agua, y cada uno de estos vasos tiene un contenido diferente: 1 vaso está lleno de agua, el otro tiene ½ de agua y el 3º tiene ¼ de agua; el agua que pueda contener cada uno de los vasos (aun cuando está en diferente proporción de cantidad) en esencia es agua y es exactamente igual, porque si mezclas las 3 no podrás saber cuál es cual y si las separas siguen siendo la misma esencia.
Entonces, ese concepto de individualidad nos separa de la totalidad, y el ego dice “yo soy único”; el ego es exclusivamente ignorante y eso es precisamente lo que necesitamos quitar. Esa creencia de autenticidad, esa creencia de exclusividad, es precisamente la que nos tiene apartados del todo; y eso es la pobreza, esa es la miseria.
La esencia de Conciencia es lo mismo que los vasos de agua: se puede dibujar una conciencia con poco desarrollo, una conciencia con mediano desarrollo y una conciencia con total desarrollo. La esencia que hay en cada una de ellas, independientemente de la proporción, es igual (no única, ni diferente), absolutamente igual. Lo que es totalmente diferente es la experiencia de personalidad cuando la Conciencia está involucrada dentro de un cuerpo humano, la experiencia en la personalidad será totalmente diferente en la medida en que la Conciencia llena no tiene destino, la segunda tiene ½ destino y la que está poco llena tiene casi la totalidad del destino por delante.
Por lo tanto, los niveles de experiencia serán totalmente diferentes en el campo mental. Los campos mentales están asociados a esas experiencias de Conciencia, esto significa que el campo mental de la Conciencia llena es un maestro (porque ya no tiene destino, solo tiene misión).
El campo mental de la Conciencia poco llena tiene bastante destino, por lo tanto, tiene poca comprensión y asimismo tiene mucho sufrimiento (tiene un enredo más grande, un ego más poderoso). Lo que nos hace diferentes a los seres humanos es básicamente las estructuras mentales; esas son únicas y son exclusivas, pero no es ninguna virtud, es un problema necesario.
El cuerpo físico como tal, sin excepción es una creación perfecta de Dios que nosotros hemos venido deteriorando a través del paso tiempo, violando las leyes de la naturaleza y alterando las estructuras genéticas originales y por lo tanto hemos llegado a unos debilitamientos profundos de los sistemas inmunológicos y por eso nos enfermamos muchísimo y nuestros lapsos de vida son muy cortos con relación al patrón original que es de 1.200 años.
Todo el problema, el único problema que tenemos los seres humanos, radica en el campo mental, pero no en todo el campo mental; sino en una parte del campo mental que se llama ego o sistemas de creencias muy ignorantes. El ego me hace creer que yo soy eso y me hace sentirme orgulloso de mi autenticidad, de mi unicidad y estoy totalmente alejado del todo.
En estas entradas lo que estamos buscando es que nosotros hagamos conciencia de totalidad para que tengamos acceso a la totalidad del universo, no a una infinitesimal proporción que yo creo que es lo mío (que eso es lo que me dice mi ego). Estamos buscando salir de ese problema. ¿Está claro?
Estamos hablando de recuperar la CONCIENCIA DE TOTALIDAD. Mientras yo tengo ideas totalmente sectorizadas de posesión o de individualidad, entonces, no tengo acceso a la abundancia, sino a la restricción de lo mío. Hablemos de una situación geográfica: una persona dice “yo soy español”, pero vamos a sectorizar eso porque dentro de un mismo país hay muchas ciudades y dicen: yo soy sevillano, o soy madrileño, o soy barcelonés. Estamos sectorizando.
Incluso dentro de la misma ciudad dicen: yo soy de Triana y mi barrio es más pujante que el tuyo. Pero dentro del barrio yo tengo mi finquita, donde tengo mi casita y dentro de mi casa yo tengo mi habitación, y así sucesivamente; y nos vamos reduciendo tanto que el mismo concepto nos lleva a un punto donde no hay acceso prácticamente a ninguna abundancia.
Vamos por el otro lado: yo no soy de ninguna región, ni de ningún departamento, no soy de un país, no soy español, soy del planeta tierra. Pero tampoco soy un terrícola, porque realmente nuestro planeta es solo uno de los que conforma el sistema solar Ors. Pero es que el sistema solar Ors pertenece a la vía láctea, pero la galaxia también pertenece a una parte del universo; entonces, soy un SER UNIVERSAL.
La idea es que somos hijos de Dios y parte de la totalidad del universo, no de un sector. Nuestras ideas sectorizadas están tan grabadas en nuestras mentes que nos apartan de la abundancia, nos apartan de la totalidad. Estamos hablando solamente de una actitud mental, tus células no van a cambiar; pero por favor, no te sientas ni español, ni terrícolas, somos hijos de Dios y parte de la totalidad del universo. Ese es el CIUDADANO UNIVERSAL.
¿Qué está pasando con nuestra energía? Que se está agotando. Inicialmente tenemos un potencial muy grande de energía (nacemos con las baterías llenas), pero empieza a agotarse en mucho menos tiempo en la protección de todas mis posesiones; me estoy esclavizando de todas ellas. Por eso dicen los maestros: disfrútalas, no te esclavices. Si no disfrutas, quedas esclavizado de algo, pero el problema es mental.
Es muy importante que entiendas que esto ES UNA ACTITUD MENTAL; no es un cambio geográfico, de actividad o de función; es una actitud mental. Lo mismo que hacemos cada uno de nosotros en este mismísimo instante, las mismas cosas que utilizamos, las mismas personas con las cuales nos relacionamos; las vamos a organizar en nuestra mente de una manera diferente.
Voy a poner un ejemplo muy puntual: una persona que se cree dueño de su casa y de todo lo que dentro de ella existe resulta que al final de año decide tomarse 1 mes de vacaciones. Entonces, esta persona llena de seguridad su casa porque tiene miedo a que le pase algo; y se va de vacaciones, pero su mente siempre está pensando en la casa, no está disfrutando de las vacaciones porque su mente está pendiente de cómo protege o cuida su posesión y está pensando en lo dramático que sería para él perderla, no descansa.
Ahora tomemos la misma persona, con las mismas circunstancias, pero ha realizado un cambio mental: ni la casa, ni lo que hay dentro de ella me pertenece, es algo que yo necesito para las funciones que se me han encomendado, es algo que yo uso y es algo que yo disfruto, pero no es mío. Piensa de esta manera: nada de lo que una persona pueda necesitar es posible que deje de estar con él. No es que sea mío o no, no deja de estar con ningún ser lo que él necesita, porque lo que necesita es parte complementaria e indispensable para la función divina que se le ha encomendado.
Por lo tanto, se va absolutamente tranquilo a sus vacaciones y no vuelve a pensar para nada en lo que dejó allí mientras regresa, porque sabe (no cree) que es imposible perder lo que se necesita (no lo que se es dueño), lo que se necesita, y que la única forma de tener acceso a algo es dejar de necesitarlo y la única forma de dejar de necesitarlo es perder la capacidad de servir y la capacidad de disfrutar. Pero como él no ha perdido eso, sino que lo está incrementando, entonces no hay ningún miedo en él y disfruta intensamente de sus vacaciones y cuando llegue todo estará en perfecto estado, tal cual como lo había dejado, porque su mente, su función y su actitud necesitan de eso.
Lo que la persona puede hacer es haberlo dejado protegido (no asegurado). Protegido simplemente por la ley del universo, a través de los ángeles, en la medida en que él es correspondiente con eso y se va tranquilo. Obviamente que habrá algunas precauciones que son las normales, pero no son las seguridades.
Para poner un ejemplo totalmente ajeno a lo económico, son las precauciones que tú tienes cuando tienes una casita muy agradable en el centro de la montaña, en una naturaleza exuberante y maravillosa, donde hay otros seres de la naturaleza que comparten contigo: gatos, osos, lobos; no necesitan vivir de tu casa, ellos ya tienen su hábitat, pero si en tu despensa tienes comida y dejas la puerta abierta, ellos entran porque eso es comida y no buscan la otra fuente normal. Tú pones una puerta simplemente como una precaución, para que estos seres que de una manera inocente entrarían allí, se den cuenta que no es su lugar. Eso es lo que se llama una precaución normal, pero no un miedo a perder.
Aquí es lo mismo. Precauciones normales: cierras la puerta, pero te vas totalmente tranquilo en la medida en que tú sabes que nadie puede perder lo que necesita para su función humana mientras esté dispuesto a servir y a disfrutar. Ese es el cambio mental.
Igual le pasará al dueño del supermercado y al médico que está pensando en “no vienen pacientes, que problema, ahora cómo voy a pagar el alquiler, la secretaria”, no está disfrutando de su función; porque la persona que sabe y está dispuesto a servir y a disfrutar, sabe que es imposible que la vida le recorte los recursos para el cumplimiento de la función que la vida misma le asignó.
La vida, el universo, nos asigna una función y en el momento en que nos asigna una función nos entrega los recursos para poder cumplir la función. Es como si yo contrato un empleado, le asigno una función y no le doy los elementos para que la cumpla; acabo de contratar un chófer, pero no le doy coche; contraté un contable, pero no le pongo ningún elemento a su disposición, ni las cuentas, ni la calculadora; entonces, ¿para qué lo contrato? Si yo le doy una función a alguien, automáticamente le doy los elementos para que la cumpla.
¿Qué crees tú qué pasa cuando el Padre nos asigna una función? (y a todos nos ha asignado una función), automáticamente nos da los recursos para poderla cumplir. Mientras yo disfrute de mi función y esté dispuesto a servir con ella, los recursos estarán ahí. El día que yo no disfrute de mi función o no quiera servir más, no necesito los recursos porque es el mismo ejemplo que si el chófer que contraté me dice: “señor, yo no quiero volver a conducir un coche jamás”. Él tiene derecho a esa decisión, pero ¿yo qué hago ante esa decisión?, le quito el coche porque él decidió no volver a conducir y si el contable me dice: “no quiero volver a ver números, ni papeles, ni calculadoras” ya no lo necesito.
Por eso no hay necesidad de hacer nada diferente a lo que haces, es el cambio mental ante lo que hago lo que nos va a liberar.
En cuanto a poner demandas o denuncias, hay ciertas cosas que son necesarias dentro del ámbito en el cual vivimos. En una denuncia de robo, tú mism@ puedes involucrarte en un problema que no tiene nada que ver contigo. Como parte del mecanismo normal de adaptarnos al lugar donde vivimos, hay ciertas cosas que son indispensables hacer, como poner una denuncia o una demanda, pero eso es solamente una actitud necesaria dentro de la estructura social, pero no que sea mentalmente un deseo de venganza o de hacer justicia.
Cuando eso no sea necesario, si lo que se llevó alguien fue otra cosa, que no tiene nada que ver con ningún ilícito, renuncia a culpar, a buscar, castigar o vengarte, porque te sigues haciendo correspondiente con el suceso, porque la vida lo que nos está enseñando es cositas sencillas:
- Desapego. Como dijo el maestro Jesús, significa: deja todo y sigue, no tira todo y sigue. Deja todo significa que te desapegues de las cosas, no que las tires, eso sería falta de respeto y de valoración por lo que se te entregó. Desapego es que no tengas una limitación de esclavitud mental, el desapego es cuando yo pienso: está conmigo lo que sea necesario y lo que no sea necesario se podrá ir, porque dejó de ser necesario y será maravilloso. Ese es el desapego.
- No culpar a los demás por los sucesos que pasan en nuestras vidas.
- No sufrir por las cosas que no necesito.
Cuando yo estoy apegado, cuando yo tengo la costumbre de culpar y cuando sufro mucho por cualquier cosa, es la razón por la cual la vida a veces te dice: vamos a ver si ya aprendió a que eso no le suceda, quitémosle esto a ver qué hace. Si la persona se desespera y sufre es que no ha aprendido, más adelante le volverá a quitar otra. El día que la persona ni sufra, ni culpe, ni nada; ya no necesita que esa experiencia suceda, porque es una experiencia de tipo pedagógico.
En la medida en que no sufrimos, ni culpamos, ni agredimos y a cambio de eso disfrutamos, respetamos y servimos, empieza el principio de la abundancia, el acceso a la totalidad y la recuperación de la energía vital.
La oración juega dos papeles importantes en nuestras relaciones:
- El primer papel de la importancia de una relación es con nosotros mismos. La persona que ora, entra en un estado de paz en sí mismo a través de la oración y la oración hace que a la energía vital de la persona que ora ascienda y que sus estados mentales se armonicen.
- Con respecto a las demás personas, cuando hay destinos complementarios, sucede que si yo tengo mucho miedo a perder porque yo pienso que no puedo vivir sin esa persona; si la otra persona es correspondiente con eso, la vida dirá: vamos a quitarle a esa persona para que se dé cuenta de que sí puede vivir sin esa persona, pero si no es correspondiente no lo hará. Si existiera ese destino complementario (que en muchas ocasiones existe), entonces la oración si va a tener un efecto sobre esta situación, porque cuando la persona se llenó de paz (no de miedo), entonces ya no necesita la prueba y no sucede.
Por eso yo siempre les digo a los padres en los Talleres de Psicología Transpersonal que periódicamente iniciamos en la Asociación de Psicología Transpersonal Cajal, que se preocupan por sus hijos: solamente envuélvanlos en luz azul, denles la información suficiente, eficiente y oportuna y sean felices. Eso hará que seamos menos correspondientes con situaciones complejas.
Para eso sirve la oración, pero la oración no le cambia el destino a otra persona; mejora mi condición interna y mejora mis relaciones con los demás, para eso es útil la oración.
Y si yo tengo una función asociada a otras personas, lo indispensable es la función, no la persona. Es decir, las funciones del universo para que la vida exista en el planeta tierra como tal; las plantas, el agua, el oxígeno, el sol; son indispensables, pero no significa que no son reemplazables. Cada uno de nosotros tiene una función, pero cualquier persona que por cualquier razón deje de cumplir su función de una manera voluntaria o involuntaria, inmediatamente será reemplazado por otro, porque la función es indispensable, pero la persona no.
Cuando yo digo “yo no soy indispensable para nadie”, no estoy hablando de lo que yo hago, sino de mi persona. Mi persona no es indispensable para nadie, por lo que puedo ser reemplazado fácilmente. Pero mientras yo esté comprometido con esa función y la disfrute, jamás dejaré de tener los recursos para cumplirla. Si yo renuncio a mi función (que puedo hacerlo), entonces yo ya no necesito recursos, ni elementos; porque ¿para qué los necesito? Si yo renuncié a eso; y si renuncio, no solamente es que no necesito los elementos, sino que la vida inmediatamente me reemplaza.
Es como en las empresas, los empleados no son indispensables para las empresas porque son reemplazables; la función si lo es. Si un empleado no quiere trabajar más puede irse, no hay problema, ponemos otro. Tampoco las empresas son indispensables para los empleados, porque si una persona sabe servir, encuentra trabajo en cualquier parte. Esto de creerme indispensable o de creer que los demás son indispensables para mí, son limitaciones mentales. No somos indispensables. Todos nosotros, sin excepción, somos 100% reemplazables en cualquier cosa, el universo no tiene limitaciones. Pero el problema no es para el universo, el problema es mío.
Es como la persona que renuncia en una empresa sin tener otro trabajo; la empresa no tiene problema, contrata a otro. Pero la persona se queda sin trabajo y no le sale otro; lo que la vida le está diciendo es: como dejaste lo que te servía, ahora vas a ver lo que es no tenerlo. Espero que nos quede claro que para vivir sin límites, necesito comprender que nada ni nadie es indispensable, pero que si podemos disfrutar sirviendo, comprometiéndonos con una función. Eso será totalmente liberador.
Somos nosotros los que estamos haciendo un cambio ante la vida, por lo tanto, no le estamos pidiendo a ninguna persona que haga nada diferente de lo que está haciendo en el mundo físico (a menos que esté violando la ley), sino que mentalmente comience a ver sus mismas funciones, sus mismas actividades, las mismas cosas que utiliza, las mismas relaciones que tiene; comience a verlas desde una óptica mental de sabiduría.
Es decir, supón que desde una limitación mental una persona compró un automóvil nuevo y salió a la calle lleno de miedos, de aprensiones: me lo rayan, me lo roban, me atracan; no está disfrutando el automóvil nuevo; no le estás diciendo que cambie de coche, sino de actitud mental.
Tú vas a decir: la vida me ha entregado este vehículo para dos cosas:
- Para que lo disfrute.
- Para que sirva con él. Para que agilice mi trabajo, mi servicio, para darme más comodidad.
Para eso me lo entregó la vida. Por lo tanto, yo voy a disfrutar y cualquier cosa que suceda, simplemente es necesaria y si alguien me lo robara es porque no es necesario, o necesito la experiencia; por lo tanto no me voy a preocupar de lo que no depende de mí. ¿Qué depende de mí? DISFRUTAR Y SERVIR. Lo demás no depende de mí. Preocuparme de lo que no depende de mí es un vicio, ¿para qué? para liberarnos de nuestras limitaciones, a subir nuestra energía, a recuperar nuestros patrones originales y entonces, en algún momento nos va a corresponder otra circunstancia, pero mientras no hacemos esto, no nos va a corresponder nada diferente.
Por ahora el cambio es solamente interno. Lo externo también tendrá otra posibilidad, pero esa ya no depende de nosotros, porque de nosotros solo depende el cambio interno, lo otro es una correspondencia como bien dijo el maestro Jesús: lo demás se os dará por añadidura. Eso no tiene importancia, lo que tiene importancia es mi cambio interior ante lo que sucede. De hecho, las situaciones externas tienen el propósito de inducir en nosotros un cambio interior. Si no hago eso, no estoy aprovechando las condiciones que existen.
El cambio interior es muy sencillo; vamos a hacer una afirmación: SACRIFICA TODO SENTIDO DE POSESIÓN, QUEMA TODOS TUS APEGOS Y MIEDOS Y SERÁS LIBRE, ABUNDANTE Y FELIZ. Porque vas a recuperar el acceso al todo que se perdió cuando nos llenamos de miedos y posesiones. Esa es la idea. Estamos buscando romper ese gran límite en nuestro interior.
Hace un momento estábamos hablando de las cosas que necesitamos soltar; pero ahora vamos a hablar de las que necesitamos construir. Estamos quitándonos una base cultural-ancestral muy antigua que era nuestro suelo; ahora vamos a construir un suelo mucho más satisfactorio que el anterior.
Vamos a hacer otra afirmación:
“INCONMENSURABLEMENTE RICO ES AQUEL QUE VALORA LO QUE TIENE Y DISFRUTA DE TODO CUANTO EXISTE”
Valora lo que tiene aquel que jamás se queja de lo que tiene, sino que lo disfruta. Y el que disfruta empieza a tener capacidad de disfrutar de todo lo que existe, porque sabe que no es dueño de nada, pero que si tiene capacidad de disfrutar de todo. Ahí empieza el principio de totalidad en nosotros.
Uno de los errores más comunes de AUTO COMUNICACIÓN, es decir, de la forma como yo me hablo a mí mismo, es decirme a mí: yo no puedo “esto”. Ese es uno de los grandes errores y más elementales de todos. Hace un momento yo decía, si me digo a mi mismo: yo no puedo ser feliz (y pongo unas condiciones); no puedo ser feliz si sucede esto, o aquello; o al contrario: no puedo ser feliz si pierdo esto, o aquello; estoy firmando un contrato para perder eso o para no acceder a aquello. ¿Por qué? porque la vida es esencialmente pedagógica y cuando yo digo “no puedo ser feliz sin esto”, entonces la vida te dice “te vamos a mostrar que sí” y no te lo da. Cuando yo digo “yo no puedo ser feliz si alguien me pisa un callo todos los días”, la vida te responde: te seguiremos pisando hasta que te des cuenta de que eso no es lo que te hace feliz o infeliz. Espero que haya quedado claro.
No podemos responder por las decisiones o actitudes de ninguna otra persona que decide odiar (por cualquier razón que decida hacerlo). Es lamentable que alguien decida hacer eso, pero no depende de nosotros que alguien decida hacer eso. Eso no implica que nosotros no podamos cometer errores. El ceder, tiene ciertas técnicas de sabiduría para ceder con sabiduría. Primero es no ceder con resignación, sino con aceptación. Si cedo con resignación, cedo porque me siento mal, porque me siento incapaz; si cedo por sabiduría es porque comprendo que esa es la forma más apropiada de manejar algo y me siento feliz y lo disfruto.
Ahora, antes de ceder totalmente es bueno intentar algo: el acuerdo, porque lo sano en las relaciones es que las personas dentro de las relaciones (todos) aprendan a ceder, y no uno solo. Pero como no podremos obligar a nadie a ninguna cosa, los invitamos a las personas a ceder, pero si alguien me dice “yo soy así y a mí no me cambia nadie” yo voy a respetar esa decisión de esa persona. En ese caso yo cederé todo al 100%, porque estoy respetando esa decisión. Que no les quede a las otras personas el vacío de que no lo invitamos a hacer un cambio y que verificamos que la persona no deseaba hacer el cambio, y que parte del respeto de amor es respetar las decisiones de los demás, yo no puedo obligar a nadie.
Una vez verificado eso, ¿yo que hago ante la frase “yo soy así y a mí no me cambia nadie”? puedo tomar dos decisiones:
- Irme de allí.
- Aprender de eso.
Si me dispongo a aprender, entonces me dispongo a ceder disfrutando, sin sufrir. Cuando concluye un aprendizaje, la vida te saca de allí. Es como si una persona que está haciendo una carrera profesional y se gradúa con honores y le entregan su título y dice “yo quiero seguir aquí”; no le dejan y lo sacan, porque no tiene nada más que aprender allí. Mientras estamos aprendiendo, el ejercicio es maravilloso y se mantiene, y mientras no sea necesario aplazarlo, lo más sabio es aprovecharlo. Y si las personas toman decisiones equivocadas como odiar, no es una decisión que nosotros podamos evitar; aunque es una decisión lamentable.
Es necesario sacrificar todo sentido de posesión, y quemar todos los apegos y miedos a perder lo que creo que es mío para poder ser libre. Mientras nosotros hacemos todo el ejercicio de desarrollo espiritual, mientras todo esto sucede dentro de nuestras experiencias humanas, los maestros pedagogos del universo esperan (no digo pacientemente), sino felizmente. Esperan felices porque saben que es un proceso. ¿Qué esperan? Esperan a que lleguemos al punto de saturación de conflictos y de sufrimiento, y que tomemos la decisión de soltar; soltar las creencias de posesión y los apegos a todo aquello que creemos indispensable para poder subsistir, tener seguridad y ser felices.
La comprensión de no posesión libera los apegos y abre una formidable puerta al infinito, por lo cual, podemos asegurar que no necesitamos poseer nada para:
- Amar: porque es una esencia divina que existe dentro mí.
- Servir: porque es una cualidad inherente al amor que está en mí.
- Ser feliz: porque es una virtud que yo desarrollo en mi interior.
Respetar: porque es una característica del amor que hay en mí.
- Disfrutar: porque es una facultad de mi capacidad de servir.
- Tener paz: porque es un resultado de mi propia comprensión.
- Agradecer: porque reconozco el valor de toda experiencia.
- Valorar: porque puedo disfrutar de todo lo que tengo y de todo lo que hago.
- Compartir: porque puedo dar lo mejor de mí, y recibir lo mejor de los demás.
Fíjate bien en esto: no se necesita poseer absolutamente nada para: amar, servir, ser feliz, respetar, disfrutar, tener paz, agradecer, valorar y compartir. Pero, al hacer eso, entonces sucede lo que llamamos la magia o el milagro, cuyo resultado es una formidable capacidad para tener ACCESO A LA ABUNDANCIA DEL UNIVERSO Y A LA SABIDURÍA DE LOS MAESTROS; disfrutando cada instante de la vida para ser feliz, amar y servir, siguiendo el orden perfecto del universo.
Fíjate que es demasiado simple, porque se trata de un cambio de actitud mental ante lo mismo que sucede en la cotidianidad. No hay ninguna propuesta para cambiar la realidad o la cotidianidad, es una propuesta para cambiar mi forma de relacionarme con la cotidianidad, mi forma de relacionarme con la realidad presente, externa. Eso es lo que estamos cambiando.
Soltar las creencias y los miedos, es soltarse al fluir perfecto del universo y acceder a la información para tener paz, ser feliz y disponer de los recursos necesarios para servir al propósito de Amor del Padre. Esa es la invitación a soltar; por eso esta entrada también la llamamos aferrados a la miseria; aferrados a algo que no necesitamos; por favor soltemos, intentemos soltarnos.
Te voy a pedir el favor de que te acostumbres a repetir estas tres frasecitas mentalmente (no se lo digas a nadie):
- No soy dueño de nada, ni de nadie.
- No soy indispensable para nada, ni para nadie.
- Nada, ni nadie es indispensable para poder ser feliz y tener paz.
Esta última es fundamental. De vez en cuando, por la mitad de la mañana, o al medio día, cuando te vayas a acostar, las repites; sobre todo cuando sientas angustia o miedo ante algo, repite esa frase y verás cómo empieza a desaparecer el miedo a eso. Cuando sientas miedo de que te roben algo, déjalo y piensa: no soy dueño de nada ni de nadie, nada es indispensable para mí para ser feliz, lo que yo necesito para mi función siempre estará conmigo. Repites eso y te vas tranquilo; porque si no, no voy a disfrutar nunca de la vida.
Obviamente observamos las señales y todo lo que hemos hablado de todas estas leyes y entonces vas a decir: a disfrutarlo. a nadie le sucede nada que no le corresponda, y todo lo que sucede es perfecto y totalmente necesario, y me dispongo
Estamos diciendo algo que es una enseñanza muy antigua; a partir del cambio de actitud mental ante la vida, todo lo demás se os dará por añadidura, en abundancia inconmensurable. Por esa razón yo no necesito pensar ni qué voy a comer, ni qué me voy a poner, ni dónde voy a vivir; no, no necesito pensar eso. Lo que necesito pensar es: cómo voy a disfrutar, como voy a servir y cómo voy a amar; eso es lo que necesito pensar, y para poder pensar eso, necesito comprender que no soy dueño de nada, ni de nadie, ni soy indispensable; solamente el punto neutro perfecto es: que cosa tan extraordinaria es poder tener la oportunidad cada día de servir y disfrutar lo que hago. Lo demás viene solo, absolutamente solo, porque aquél que cumple su función, el Padre le dará todos los elementos para que la cumpla.
Por eso te pongo ejemplos sencillos:. Yo no contrato un empleado para luego no darle ningún recurso para que haga su trabajo. No compro algo y no le doy ningún mantenimiento, porque entonces se acaba. Si he decidido hacer algo, eso en sí mismo conlleva los recursos para que eso funcione. No monto una empresa y luego digo: esta empresa no abre las puertas al público; no sería lógico, ¿para que la monto? Cada función que tú cumplas conlleva en sí misma los recursos para cumplirla. Verifica que esa sea tu función, no la que tu ego quiere. Ese es todo el secreto.
Y hay unas técnicas sencillas de sabiduría para colaborar; primero recuerdo la definición de ayuda: ayuda es hacer algo por otro que él no puede hacer por sí mismo. Verifica que no es algo que él no quiere hacer. Si es algo que él no quiere hacer por sí mismo y tú lo haces por él, le causas el peor de los perjuicios que se le puede causar a una persona; lo empobreces completamente. Si es algo que no puede hacer, entonces verificas si a ti te corresponde dar esa ayuda o no; es decir, si existe un tipo de relación que realmente te permita determinar que la ayuda te correspondería a ti.
A veces, en ciertos familiares, cuando ha habido ciertas interacciones, puede suceder que exista esto aunque no sea totalmente real que haya el compromiso de hacerlo como ley de compensación; pero aun así, si deseas hacerlo, voy a hacer una pequeña sugerencia para que estemos lo más cerca posible a la ley. Que sea pedagógico; entonces, cualquier cosa que tú hagas con respecto a otra persona que necesita ayuda o servicio, llévalo dentro de ese mismo proceso del universo (que sea pedagógico). Para que una ayuda sea pedagógica, necesita estar regida por la ley de compensación, por la ley del asumir y por la valoración.
Si una persona te pide ayuda porque está bloqueada, ¿qué se hace primero pedagógicamente? En primer lugar se evalúa la razón por la cual la persona está bloqueada. Si no haces esa evaluación, ya estás cometiendo el primer error. La evaluación por la cual una persona puede estar varada, la hemos hecho muchas veces con diferentes herramientas y son básicamente esta:
- Que la persona va a interferir cuando quiere solucionarles los problemas a otras personas sin enseñarles a hacerlo por ellos mismos. Eso se
llama interferencia, porque no hay pedagogía. Si la persona a la cual quieres ayudar está bloqueada por una razón, lo que necesita es desbloquear su mente de eso. Mientras tanto, cualquier ayuda que le des será inútil.
- Las otras partes que generan bloqueo es: la falta de compromiso, la falta de saber generar confianza, la incapacidad de servir sin condición, el ponerme restricciones mentales como: no me gusta, no quiero, no lo hago, no es lo mío; todo ese tipo de cosas son restricciones mentales.
Una vez tu verificas que la persona no está manejando ninguno de sus bloqueos, o que por lo menos está dispuesto a dejar de hacerlo, entonces ahí le vas a dar la ayuda, no antes; y vas a decirle: solamente mientras tú aprendes a generar tus propios recursos, te voy a hacer un préstamo, y tú te comprometes a devolvérmelo, y vamos a firmar un documento para que así sea. Obviamente, puedes ser flexible en ese préstamo; puedes decir inclusive: va a ser sin intereses, vamos a darte un tiempo de gracia para que empieces a pagarlo; pero si no haces eso, la persona jamás va a desarrollar la herramienta más poderosa del éxito: el compromiso y el asumir sus resultados. Si hacemos de esta manera, podemos hacer la parte fundamental que es la pedagogía y la segunda parte: la ayuda. Aun cuando lo preferible en ayuda es que sea con personas a quién te corresponde ayudar.
Cualquier cosa que yo haga para a una persona que se llama “saco roto”, jamás dará un resultado; no importa cuánto hagas. Imagínate que tenemos aquí un recipiente que podría contener agua pero que está roto por abajo. Tú vas a introducir agua, pero mientras no has tapado el roto por donde se está saliendo el agua, ¿le echarías agua a ese recipiente?, desde la lógica parece que no. Eso es exactamente lo que hacemos con una persona que te pide ayuda: sin hacer pedagogía le doy la ayuda; porque como no hice pedagogía, él no tuvo, o no le di la oportunidad, o no verifiqué, si él realmente iba a tapar el hueco por donde todo se sale. No importa cuántos miles de euros le eches aquí (ya hablando de dinero y no de agua), mientras el hueco siga allí, el recipiente no se llena jamás. Ese es el ejercicio inútil de la ayuda sin sabiduría.
Antes de nada, haz pedagogía, enseña, verifica la causa del problema para corregirla desde su raíz, porque de lo contrario será un esfuerzo inútil, será un desperdicio de recursos. Después de hacer la pedagogía (y si la persona se compromete a tapar su huequito), entonces dale la ayuda, pero con el compromiso de que es un préstamo; porque si no la persona no desarrolla compromiso. La falta de compromiso tiene arruinadas a más personas de las que tú te alcanzas a imaginar en el planeta; en total ruina, que no se comprometen con nada: ni con el trabajo, ni con la familia, ni con los hijos, ni con ninguna cosa; no tienen compromiso, salen corriendo de todos los compromisos, no sea que pierdan libertad. Eso es complicadísimo.
Y si alguien ha hecho un acuerdo, y yo lo he hecho con él y esa persona no lo cumple, le llamo y le pregunto la razón de no cumplirlo y le digo: mientras no lo cumplas, no hay nada más que podamos hacer, la decisión de cumplirlo o no es tuya, no mía. Porque si no hago reflexión, no hay pedagogía. La reflexión es indispensable para que las personas comprendan dónde está el error a corregir.
Por eso, hay un dicho muy antiguo que se usa en cooperativismo: no le des el pescado a las personas, enséñales a pescar. Si le das un pescado, comerá una vez y luego seguirá con hambre; si le enseñas a pescar, comerá toda la vida. Mientras aprende a pescar, puedes darle unos pescados, (si le enseñas a pescar). Pero si no le vas a enseñar a pescar y le das el pescado, lo vuelves cada vez más pobre. ¿Está clarísimo?, todo es cuestión pedagógica.
En esta entrada aprendimos:
- Que miseria es aferrarse sólo a lo “mío” (lo que yo creo que es mío). Quien piensa que sólo puede disfrutar de lo que es de él, es una persona miserable, porque es muy poco lo que podrá disfrutar.
- Que pobreza es querer todo lo que no se tiene, porque ahí es donde se desfasa totalmente el proceso de la energía. Yo pongo mi mente en algo que no puedo usar, porque no lo tengo a mi disposición; y se me olvida poner mi mente en lo que sí puedo usar (que es lo que tengo) y dejo de disfrutar. Ahí anulo, bloqueo totalmente mi posibilidad de éxito.
- Que RIQUEZA ES VALORAR LO QUE SE TIENE Y DISFRUTAR DE TODO CUANTO EXISTE. Eso es riqueza. Esa definición de riqueza es demasiado intangible; todo lo mental es intangible, porque lo mental no es físico. Pero precisamente es la actitud mental la que genera la correspondencia con lo físico. Eso que parece intangible es lo que genera la correspondencia. Entonces, si yo estoy buscando solamente las correspondencias sin trabajar aquello que las produce, ese es el ejercicio inútil del que pide todo lo que no necesita.
Si digo: yo necesito ganar “x” dinero. Esa no es la pregunta que una persona necesita hacerse, la pregunta que necesita a hacerse es: ¿yo estoy dispuesto a servir al máximo de mi capacidad donde quiera que la vida me ponga?, esa sí es la pregunta. ¿Cómo hago para servir?, no ¿cómo hago para ganar dinero? ¿Cómo hago para tener recursos? Es una pregunta inútil e inoficiosa; los recursos no son necesarios para no hacer nada, la pregunta concreta es: ¿Qué necesito hacer para servir? Y ¿cuál es el servicio que me corresponde, cuál es mi función? Esa es la pregunta de sabiduría. Una vez sabemos cuál es la función, dedícate a ella en cuerpo y alma con toda tu energía y lo demás viene solo. Así de simple.
- Que soltando todo sentido de posesión se logra la liberación de la esclavitud. La esclavitud del planeta tierra fue abolida por decreto, pero sigue instalada en nuestras mentes, porque nosotros seguimos siendo esclavos de conceptos y de creencias falsas. Seguimos esclavizados de las posesiones, y seguimos esclavizados de los apegos. Por eso: SUELTA.
- Que con la liberación se accede a la sabiduría y a la abundancia del universo. Inténtalo, libérate, tan simple como esto. Ubica cuál es la función que te corresponde en tu vida, no luches contra eso.