Libre Albedrío, sus Leyes. Ley de la Advertencia es la primera de las Leyes del Libre Albedrío. Como te he comentado en varias ocasiones, nosotros venimos al mundo a aprender cuales son las herramientas que conducen a la sabiduría. Podemos comparar nuestras experiencias de vida, con los estudiantes que van a la escuela, al colegio, o a la Universidad para aprender las materias que allí se enseñan, y finalmente graduarse en las diferentes instancias del saber humano. Igualmente, a través de las experiencias en la vida, las personas también aprendemos a reconocer las leyes que rigen los procesos que permiten el desarrollo de la comprensión, y finalmente nos graduamos en las diferentes instancias de la Sabiduría Universal.
El propósito de nuestras experiencias de vida, es aprender lo que aún no sabemos acerca de la Verdad, del Amor, y de las Leyes que rigen el universo, obteniendo la Comprensión que nutre a nuestra Conciencia.
La Vida es la Facultad de las Ciencias Superiores de la Existencia, y el título otorgado es el de MAESTRO HUMANO EN SABIDURÍA. La Vida, al igual que los padres y profesores, también aspira a que nuestro aprendizaje sea lo menos traumático posible. Sin embargo, nuestra ignorancia, terquedad, orgullo y limitaciones aprendidas, con frecuencia nos llevan a enfrentar situaciones cada vez más difíciles y a veces dramáticas, debido a la incapacidad de observar, leer y obedecer las señales de la vida que se manifiestan en la Ley de la Advertencia, y cuando esto sucede, nos quejamos de la «mala suerte» resignándonos a nuestro «destino», sin saber, que CADA QUIEN ES EL ARQUITECTO DE SU PROPIO DESTINO, el cual, se diseña de acuerdo con su propio nivel de ignorancia.
Aprender a reconocer la Ley de la Advertencia requiere desarrollar la habilidad de la observación de los detalles repetitivos, y la capacidad de aprender de las tareas simples, para no complicar el destino personal, por esta razón, es importante ante cualquier situación incómoda que la vida nos presente, siempre preguntarse: ¿qué tengo que aprender?, ¿qué tengo que cambiar?, ¿qué no estoy aceptando?
MAESTRO HUMANO EN SABIDURÍA es un ser absolutamente lleno de paz, le conocemos como el JUSTO. Es una persona cuyos sentimientos son invulnerables a cualquier situación externa, es una persona que es capaz de respetar, absolutamente en todo su entorno, todas las experiencias de cada quien, sin jamás criticar, juzgar, ni agredir a nadie por ninguna situación. Es una persona que siempre se expresa amorosamente, jamás agrede a nadie y es una persona con la sabiduría suficiente para poder servir a los demás, cuando verifique que es el momento preciso de hacerlo y la forma adecuada de hacerlo. Esa condición se llama maestro humano en sabiduría, ese es el título al que aspiramos acceder todos nosotros que estamos en la tierra, a eso vinimos.
El libre albedrío es la capacidad que cada uno de nosotros tiene para decidir. Cuando mis decisiones se originan, no en mi sabiduría, sino en mi ignorancia, estoy sujeto a que mis decisiones sean erróneas. Pero esa es la única forma que nosotros tenemos para poder conocernos a nosotros mismos. A menos que yo cometa errores, no puedo conocerme a mí mismo. El error es necesario para poder conocer mi condición mental que ha decidido una acción. Ella me verificará si mi acción decidida por mí mismo, fue correcta o fue equivocada y así tendré la oportunidad de modificar por mí mismo, aprendiendo de mis propios errores. Ese es el libre albedrío: LA CAPACIDAD QUE TENEMOS DE TOMAR DECISIONES.
La capacidad de acción no es tan libre como pensamos.
Es absolutamente libre, totalmente, al 100%, tu capacidad de tomar decisiones internas. Pero las acciones hacia el mundo externo, no son tan libres como pensamos. Porque en el momento que una decisión de un ser humano interfiera con el derecho de otro ser humano, o interfiera con alguna de las leyes del universo, la vida no permitirá que eso suceda. Entonces fíjate que el libre albedrío en el mundo externo de la materia, no es tan libre, pero es 100% libre en el interior de tu mente. Como las decisiones que tú tomas ante lo que sucede, lo que tú sientes o lo que decides pensar al respecto de algo, eso es totalmente libre.
Todo cuanto sucede en el universo es perfecto, la imperfección no está en lo que sucede, la imperfección está en la mente que evalúa lo que sucede, ahí es donde está la imperfección, porque no comprende el propósito de la vida ni cómo funciona, está llena de ignorancia, de creencias, de limitaciones, de traumas, de ego. Limpiar eso será el propósito del desarrollo espiritual.
En cada lugar existen los tres elementos que una persona necesita de forma específica y de una manera matemáticamente exacta para él: el destino, la misión y la función que le corresponde cumplir. Teniendo en cuenta esos elementos, que son específicos y matemáticamente exactos, para cada uno de nosotros, si a ti te corresponde nacer en Australia, nacerás en Australia y si tu destino está en Australia, tu misión y tu función también están en Australia. Cualquiera que sea el lugar donde la persona nazca, cualquiera que sea la genética que tenga, será perfecta para él, para su experiencia, para el propósito divino de amor, absolutamente perfecto.
Por ahora estos son frases que estoy compartiendo contigo, pero espero que poco a poco se conviertan en una comprensión profunda (que lo hagas “carne”). Pero para podernos liberar definitivamente del sufrimiento y fluir con las leyes de la vida, poco a poco iremos comprendiendo que TODO LO QUE SUCEDE EN EL UNIVERSO, ES PERFECTO, independientemente de que lo comprendamos o no, de que nos guste o de que no nos guste, de que lo juzguemos o de que no lo juzguemos, es perfecto. Si yo no puedo ver esa perfección, la respuesta es muy sencilla: yo estoy mirando la vida desde mi propia ignorancia, por eso no puedo ver perfección en lo que es perfecto y por supuesto mis acciones serán tendentes a cambiar la perfección, a interferir con ella, porque yo supongo y creo que están mal organizadas y, por supuesto que me estrello de frente con la ley, ese será el resultado. Pero, como te digo siempre, no me creas nada, ve verificando todo.
La segunda es la Ley de la Oportunidad. La oportunidad siempre está presente, algunas personas la aprovechan y tienen éxito en la vida, otras luchan contra la vida y al fracaso lo llaman injusticia o mala suerte. Significa que una persona fracasada, no es que tenga mala suerte, sino que no está dentro de la ley, no la conoce, no sabe cómo regirse por ella, está violando la ley, sin saberlo.
Una persona de éxito no significa que tiene buena suerte, significa que está fluyendo con la ley, aún sin saberlo. Una persona sabia fluye con la ley consciente de ello y obviamente, no tiene buena suerte, simplemente todo le funciona bien.
Te propongo que evites pensar y tampoco hablar sobre la crisis. Como ya te he dicho (en otra entrada del blog) “la crisis no existe, existen personas en crisis”. A veces las personas dicen: -Es que la época está muy mala o tal época fue buena o tal época fue mala. Ahora está todo difícil o ahora está todo fácil… eso no es cierto. Todas las épocas, de toda la historia del ser humano han sido buenas o malas o fáciles o difíciles, de acuerdo a la persona que experimenta la experiencia. Por supuesto que en todas las épocas ha habido gente que le va bien y en todas las épocas ha habido gente que le va mal. Entonces no podemos relacionar la situación personal con una época. Es más, aun cuando en algún momento un conglomerado de individuos mayoritario, que el porcentaje de gente con dificultades sea mayor (como ha sido estos últimos años), aun así, tampoco es la época, son las correspondencias.
Aquel que no viole la ley, no importa en qué época, las cosas le funcionarán bien y le fluirá la vida normalmente. Los bloqueos se originan en ir en contra de las leyes de la vida sin saberlo. Nuestro problema de ignorancia es ese.
Recuerda que la oportunidad es algo que siempre está presente. Cuando las personas dicen: No hay oportunidades o, por favor, deme la oportunidad, es que a mí no me dan la oportunidad… se están engañando. Un ser humano no es el que le da la oportunidad a otro ser humano. La oportunidad siempre está presente y no se origina en los seres humanos, se origina en la misma divinidad. Lo que sucede es que muchas personas no aprovechan la oportunidad, pero la oportunidad siempre está presente.
Al igual que en la ley de advertencia, en la ley de oportunidad, las señales son sutiles. A veces las personas le están exigiendo a dios que se acomode a lo que yo quiero, que hable de forma clara, y esto no es así. Somos nosotros los que necesitamos adaptarnos a la forma como la información divina llega a nosotros, a los lenguajes universales. Necesitamos aprender a interpretar las señales, necesitamos aprender a discernir lo que está presente y a dejarnos guiar por la vida. No a la manera que yo quiero.
Si no soy congruente entre lo que hago, lo que obtengo y lo que pienso, sino que pienso una cosa, hago otra y pido otra, creo un desorden en el flujo del universo para mí y obviamente todo se bloquea. Eso lo hacemos con más frecuencia de lo que puedas imaginar. A veces no corresponde para nada lo que pienso con lo que pido, ni mucho menos lo que hago con lo que espero. Por supuesto no va a funcionar.
Las personas de éxito son aquellas que, precisamente, no ponen limitaciones a lo que la vida les ofrece. Fíjate que la oportunidad no es lo que yo pienso, es la oportunidad de aprender, esa es la verdadera oportunidad. No existe falta de oportunidades, existen personas que no tienen la capacidad de aprovechar las oportunidades que si existen. Oportunidad significa que aparecen muchos retos para que tú puedas romper tus propias limitaciones, que es lo que no te permite tener éxito.
Todos tenemos un solo PROPÓSITO profundo ESPIRITUAL: llegar a SER FELICES. Y un solo propósito profundo en lo MATERIAL: APRENDER A MANEJAR LA MATERIA de tal forma que las dificultades para mí, cualquiera que ellas sean, sean una oportunidad para mi crecimiento espiritual. Si yo no puedo ver una dificultad como una oportunidad de crecimiento espiritual, estoy viendo mal la vida, porque entonces voy a luchar contra la vida, para que en vez de tener dificultades yo pueda tener, solo satisfacciones y con eso lo que voy a hacer es bloquear mi vida sin saberlo y aumentar las dificultades y las insatisfacciones.
La tercera es la Ley del Dos. Los resultados que tenemos los hombres desde nuestra ignorancia, no son producto de la divinidad. Una guerra, una agresión, una violencia, una matanza, las enfermedades, son producto de la ignorancia del hombre. Esto no significa que no estén bajo su voluntad, esto es diferente.
Suceden cosas que el hombre genera en su ignorancia y le echa la culpa a la divinidad. El padre es amor absoluto, pero te da la facultad de que tú experimentes la vida libremente para que aprendas de ella y eso es lo que está en su voluntad. Y está en su voluntad que, a través de experimentar la vida, tú aprendas a reconocer el amor que está presente en la vida misma y que a través de reconocer el amor tú aprendas a respetar la vida, a amarla, la tuya y la de los demás y aprendas a convivir en paz y en armonía con todos los seres del universo.
¿Qué significaría para un ser humano aceptar en su mente que todo lo que existe y sucede es un proceso del amor en la conciencia humana? ¿Qué significaría para el hombre respetar absolutamente la experiencia de todo ser viviente y todo lo que existe y sucede? Eso significaría aceptar la voluntad del padre. ¿Cómo se expresaría en una frase muy sencilla? -RENUNCIAR AL QUIERO del hombre, esa es la voluntad del hombre. Mientras no renuncies a la voluntad del hombre, no puedes hacer la voluntad del padre.
Quiero es la voluntad del hombre. La voluntad del padre es que seas FELIZ a través de reconocer las leyes del universo y de la vida y desarrollar tu espíritu. Que sufras en ese proceso no es la voluntad del padre, ese es tu problema humano.
Para poder hacer la voluntad del padre (ya vimos que esto es importante), te voy a dar unas herramientas:
LA PREGUNTA A LA VIDA. La vida responde únicamente a tus iniciativas y acciones. La vida no responde a la inercia. Si tú no haces nada, no hay respuesta, porque si no estás haciendo nada, nada necesitas. La vida puede responder a tus oraciones, puede responder a tus peticiones, pero responderá únicamente con información. Pero las respuestas que tú tengas en el plano físico de la materia, como por ejemplo, un negocio, un trabajo, una profesión, una inquietud, un desarrollo, cualquier cosa del destino humano dentro del mundo de la materia, te lo responde la vida mediante acciones.
¿Cómo se lee la respuesta en la vida? Primero, como te he dicho, la acción, se pregunta. Lo que te estaba poniendo en el ejemplo: -Usas tu capacidad de comunicación humana para preguntar. El ejercicio consiste en tomar acciones concretas. Si quieres saber si te darán el puesto, ve y lo pides porque si tú te quedas durmiendo en la cama, no creo que nadie venga a traerte el contrato, la vida no responde de esa manera. Para que algo suceda tú tienes que hacer algo primero.
¿Por qué la llamamos la ley del dos? Porque es un código binario cuyas características son «sí» o «no». Es el mismo código de los ordenadores. «Sí», significa que las cosas comienzan a fluir, así sea muy lentamente. «No» significa que las cosas se estancan y se bloquean, no fluyen.
Si tú pides un trabajo y no te sale y ya lo has pedido unas cuantas veces y no te sale, renuncia a insistir en eso y en ese momento. Si tu problema era de orgullo y renuncias, se te dará. Pero si tu problema era con la ley, que no te corresponde tu función, no pasará nada, no se te dará.
Para que la vida pueda actuar hacia ti, primero tú necesitas haber actuado hacia ella, para generar la necesidad de una respuesta. Si tú no generas la necesidad de una respuesta, pues la vida no te va a responder con nada. Y la única forma de generar una respuesta es mediante la acción concreta, pero para no ser terco, observa (lo trabajaremos en la ley del tres) y si después de tres intentos no hay ningún tipo de respuesta en el sentido de que las cosas se muevan, fluyan o le veas posibilidades de desarrollo, esa no es tu función, ese no es tu camino, o estás bloqueado con la intención. Pero para eso primero (lo trabajamos en los talleres de Psicología Transpersonal de la Asociación de Psicología Transpersonal Cajal, y se imparte periódicamente), el desbloqueo mental.
Tú vas a hacer muchas preguntas, pero mientras estés bloqueado mentalmente, nada te funcionará. El primer ejercicio es el DESBLOQUEO MENTAL. Obviamente si estás bloqueado, la respuesta es no y todo será no. Entonces primero desbloquéate y después pregunta.
Es importante para la ley del dos preguntar siempre acerca de lo que quiero y lo que necesito. El quiero tiene una función. Tú no puedes saber si lo que quieres está en la voluntad del padre o no, a menos que preguntes. Si quiero algo voy y pregunto. Si se da, entonces ya no era un quiero, es una necesidad para mi función y si no se da, lo desecho, eso no es lo que yo necesito. Y se acaban mis conflictos y mis dualidades mentales con este ejercicio. ¿Te das cuenta qué sencillo? Empieza a preguntar. La vida comienza a responderte y las cosas empiezan a fluir. No tiene que ser tan rápido como tú supones, ni como tú quieres, así sea un movimiento lento, te muestra que está funcionando.
Una vez tú reconoces que esa es tu función, una vez tú reconoces que ahí está lo que tú necesitas hacer, entonces tomas todo el ENTUSIASMO de que tú seas capaz, todo el amor que puedas y te dedicas a servir, a SERVIR CON AMOR. En ese momento, te abres también a recibir todo lo que corresponde por tu servicio y entonces sabrás que estás haciendo la voluntad del padre.
- La segunda herramienta: RENUNCIA definitivamente a suponer ninguna cosa. Jamás supongas nada, absolutamente nada, porque cometes el error más grave. Y te estarás preguntando: – ¿Con qué lleno mi mente ante aquello que no sé? Fácil, tú tienes una facultad que pocas veces usas: úsala. ¿Y cuál es esa facultad? PREGUNTAR. ¿Quién te ha dicho a ti que tú no puedes preguntar?, ¿para qué necesitas suponer algo cuando te han dado la facultad de preguntar? Lo que sucede es que, cuando no tenemos claro esto, yo espero que las personas o la vida adivinen lo que yo quiero o lo que yo necesito. La vida siempre tiene las respuestas a todas las preguntas para aquellos que saben preguntar. Más que pensar que donde están las respuestas, se trata de saber preguntar. Si sabes preguntar, la vida te responderá todo lo que tú preguntes, pero no solamente la vida, las personas también.
Si a ti te gustaría que tu novio te trajera un ramo de flores pero estás esperando a que él, espontáneamente, se le ocurra, y no te lo trae, entonces -me siento frustrada, desilusionada, no le importo, aquí no hay espontaneidad, yo no tengo ningún valor… y empiezo a llenarme de pensamientos negativos. Cuando lo más sencillo hubiera sido pedírselo. ¿Por qué tiene que suponer mi novio lo que a mí me gusta?
Por favor, deja de suponer, la suposición es un vicio mental. Deja de pensar en cosas negativas, ese es otro vicio mental, porque la preocupación no modifica nada de lo que sucede fuera. La preocupación modifica tu estructura mental negativamente y por supuesto, te resta oportunidades, oportunidades de éxito, oportunidades de salud, oportunidades de satisfacción, oportunidades de relaciones.
Una persona preocupada llena de estrés y de angustia llega a la casa y se encuentra con su esposa y sus hijos, pero ¿qué clase de ambiente va a llevar a la casa en ese momento?… crisis. Y no sirve para nada porque eso no soluciona nada, lo empeora. Empeora tu estructura mental. Mientras no tengamos una estructura mental sana, este es el trabajo que hacemos desde la Psicología Transpersonal, no es posible tener éxito en nada: ni en lo económico, ni en las relaciones, ni en la salud, ni en la satisfacción.
Por favor, RENUNCIA a SUPONER, para empezar a trabajar esta ley del dos. No supongas que no vas a recibir, no supongas que los demás adivinan lo que me gusta, no supongas nada. Es una ley que nos permite preguntar todo lo que tú quieras a la vida, no hay nada que no puedas preguntar.
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